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Capítulo 14: La Confesión

Lolbit se relajó sobre la barandilla y suspiró profundamente mirando hacia el cielo.

-...Pasó el tiempo. Conocí al resto de mis nuevos familiares, entre ellos a mi tío. Él trabajaba en el barco de un comerciante como uno de los marineros. Le tengo mucho aprecio ya que sin él no sabría nada sobre la vida en el mar...Murió hace varios años, a los 19 decidí que quería alistarme en la marina real inglesa para ver de qué se trataba aquella vida. A mi padre le agradaba esa idea...pero a mi madre le asustaba, tenía miedo de que muriera en alguna batalla o que no pudiera volver a casa en mucho tiempo. Su preocupación por mí me hizo cambiar de opinión, eso la tranquilizó. Al menos a ella, mi padre se decepcionó un poco de mí por la decisión que tomé...

-...Por curiosidad, ¿Ellos tenían otros planes para ti?-preguntó su capitana de repente-.

--la mira-¿Como cuáles?.

Aquella pregunta la puso nerviosa, Lolbit lo notó enseguida al ver cómo desviaba su mirada hacia el horizonte.

-N-No lo se. ¿Que estudiaras alguna profesión especial?...o tal vez, ¿Que contrajeras...nupcias?-murmuró algo molesta la última palabra sintiendo cómo un ligero rubor decoraba sus mejillas. Por un momento imaginó al piloto que tanto amaba entre los brazos de otra mujer y eso la enfureció por dentro-.

-...Querían que me casara, pero no por conveniencia.-respondió sonriendo. La albina relajó su semblante al escuchar su respuesta-. Por otro lado, yo no dejaba de visitar los muelles. Debo reconocer que el mar me llamaba demasiado la atención. Así que, luego de cumplir los 21 años, me convertí en el piloto del barco en el que mi tío trabajó durante 30 años. Allí conocí a Rabbit y nos hicimos amigos. Luego de un tiempo, ambos dejamos la vida de mar y tomamos caminos distintos. Nos volvimos a encontrar cuando nos propuso trabajar para usted hace cuatro años. Y eso es todo...

-...Ya veo.-susurró su líder para después propinarle un golpe a uno de sus brazos. Sonrió divertida al escuchar al piloto quejarse-¡No sabía que querías unirte a la marina inglesa, traidor!.

-¡Hey, eso es parte del pasado capitana!. Ahora tengo una nueva vida...-sonríe-y estoy feliz con ella.

-...¿En serio?.

--asiente-Aquí..., junto a usted y los demás, me siento libre. El mar es grandioso y hay tantos lugares por descubrir. Créame cuando le digo que no desearía estar en otra parte que aquí.

Su respuesta la hizo sonrojarse y sonreír. Sus orejas bajaron un poco. La ponía feliz el hecho de saber que su piloto amaba la vida en el mar tanto como ella y que se sintiera libre viviendo allí con ella y sus compañeros.

-...Bueno, me alegro por ti. Supongo que yo también me siento de esa forma...

Lolbit le sonrió levemente y volvió a fijar su vista en el agua. Ahora sólo se escuchaba el tranquilo sonido del oleaje chocar contra la madera del barco.

-...

-...

-...¿Y?-preguntó el piloto de repente, cortando el silencio-.

-...-lo mira de reojo-¿"Y" qué?.

-¿Qué hay de usted?.

-Ya te lo he dicho, supongo que-

-No hablo de eso, me refiero a su historia.

-...¿Mi historia?-el rostro de la albina se tornó más pálido de lo normal. Tenía las orejas levantadas y los ojos abiertos como platos-.

-Sí.-sonríe-Supongo que es más interesante que la mía jeje...

-...¿Por qué quieres saber de mí?-preguntó ella desviando su mirada hacia el mar-.

-...Bueno, no lo se. Me da curiosidad supongo, es que yo...no se mucho sobre usted y-

-Y no deberías.

-...Lo sé...

-...-lo mira de reojo y suspira-Lolbit, yo soy lo que ves. Sólo otra de las pocas mujeres que se atrevió a desafiar a la sociedad y a sus reglas, y que hasta ahora lo hace y, te aseguro, que lo seguirá haciendo.

-¿Pero...por qué eligió ésta vida?. ¿No era feliz en donde vivía?.

-...No.

Lolbit la observaba detenidamente. Tan sólo esperaba que ésta vez, por fin, tuviera su oportunidad de poder oír su historia.

-Yo..quería ver el mundo por mi misma y demostrarles a todos los hombres que no todas las mujeres estamos destinadas a ser...

-¿Objetos...?-intentó terminar su oración. La albina sólo guardó silencio-...Es usted muy valiente, capitana. Y no creo que usted ni ninguna mujer deba ser tratada como un objeto. Ni sentirse uno...

--se sonroja y baja sus orejas-Tal vez tu no...pero tu amigo no piensa lo mismo.

Lolbit se sorprendió al escucharla hablar sobre Rabbit. Eso lo inquietó, no tenía idea de que su líder los había escuchado a ambos discutir. Francesca ya no se preocupaba por el hecho de habérselo dicho, al menos no en ese momento. Parece que, de alguna manera, había entrado en confianza con él.

-...Así que...escuchó todo.

-...

-Capitana-

-No digas nada, marinero. No es la primera que escucho cosas así. Actualmente tampoco es la excepción. ¿Creés que todos los hombres, o mujeres incluso, aceptarían que alguien como yo tuviera el rango que me corresponde en estos momentos?. ¿Que fuera capaz de hablar y vestirme como me plazca?. ¿Que pudiera tener y usar un arma sin ser un hombre?.

El piloto tenía miedo de responderle, podría ser que su líder dijera lo contrario pero él sabía que en el fondo las palabras de Rabbit la habían afectado.

-...Sinceramente, y...viendo la época en la que estamos, no lo creo capitana...

-...Aún así no dejaré que sus palabras ni las de los demás me afecten. Nunca lo hice y jamás lo haré.

-...Tiene razón.

-¿Ahora entiendes mi modo de ser, Lolbit?.

-...Yo-

Las orejas de ambos se alzaron al escuchar unas cuantas risas y voces que cantaban desafinadas detrás de ellos. Sus compañeros habían regresado.

Funtime Freddy y Ennard iban cantando juntos mientras se abrazaban de los hombros, por lo ebrios que estaban BonBon y las chicas se encargaban de hacer que se mantuvieran de pie.

Lolbit y Funtime Foxy se rieron juntos al verlos en ese estado, sobretodo cuando se dieron la cara contra el piso de la cubierta.

Por suerte traían más provisiones con ellos, ahora podrían continuar el viaje sin más retrasos.

-Será mejor que vayamos con ellos-le dijo la capitana entre risas-. En ese estado no creo que lleguen a la alacena.

-Jajajaja sí...

-¡Descuiden chicos, nosotras nos encargaremos!-exclamó Baby con una sonrisa mientras trataba de levantar a Ennard-.

-¡Capitana, mire ésto!.

BonBon corrió hacia ella y le enseñó el pequeño botín que había conseguido: una bolsa llena de joyas.

-Bien hecho niño, aunque admito que me hubiera gustado verte en acción. Cuando Funtime Freddy se despierte mañana y se recupere de la resaca le pediré que me hable más acerca de cómo te fue. Aunque probablemente se olvide de ello...

-Se lo contaría yo mismo ahora capitana, pero estoy muy cansado. Iré a dormir, ¡Que descansen!-se despidió el menor de ambos para luego salir corriendo a encerrarse a su camarote y dormir hasta la mañana siguiente-.

Tal como dijo la pelirroja, ella y su hermana se encargaron de llevar al contramaestre y al primer oficial a sus camarotes para posteriormente guardar las provisiones en la alacena.

Rabbit fue el último en subir al barco, al verlo Lolbit y Funtime Foxy enseguida notaron que no se encontraba en el mismo estado que Funtime Freddy y Ennard. El albino sintió que lo observaban, les dedicó una mirada fría y molesta y fue a encerrarse en su habitación sin decir una palabra.

-...Bien,-suspiró la capitana-creo que ya es hora de ir a dormir.

-¿Q-Qué?. Ah, sí...

-Hasta mañana, Lolbit.

-Capitana, espere.

Su líder se detuvo justo antes de bajar la escalera. Dio media vuelta y volvió junto al piloto esperando que el asunto a tratar fuera rápido. Cubrió su boca al bostezar, el sueño estaba intentando dominarla, quería regresar a su camarote y dormir hasta el mediodía. Además, extrañaba a su compañero peludo, tenía ganas de acariciarlo y hablarle sobre la nueva experiencia que tuvo junto a su querido piloto mientras que él dormía.

-...¿Qué pasa?.

-...Yo...-el piloto tomó aire antes de suspirar. Los nervios comenzaron a invadirlo, tenía miedo de saber lo que pasaría después de hablar.-tengo algo que decirle.

-...-alza una ceja-¿Y qué es?.

Francesca lo vio acercarse a ella. Sintió como sus dedos se rozaban. Al mirarlo a los ojos se encontró con esa mirada oscura y penetrante que tanto amaba. En cuanto a Lolbit, él simplemente no podía alejar su vista de ese hermoso par de orbes dorados que su líder poseía. Para él ahora lucían más bellos y brillantes que nunca.

-Perdóneme por ésto capitana, pero ya no puedo soportarlo más...Yo...

-Lolbit--quiso continuar pero fue callada por los labios del albino que se posaron sorpresivamente sobre los de ella. La albina no tuvo tiempo de reaccionar cuando el piloto la tomó del rostro para besarla-.

Lolbit se separó de ella un momento para mirarla directo a los ojos. No soltó su rostro sino que lo acarició suavemente con sus pulgares. Sonrió maravillado al ver a la albina tan sonrojada luego de haberla besado.

-Me gusta, capitana...-y luego de haberle confesado aquello, el piloto volvió a besarla. Luego de unos segundos fue correspondido por su líder y su beso se volvió más intenso. Se sentía tan feliz por dentro, cómo si estuviera en el cielo-.

Francesca había cerrado sus ojos, dejándose llevar por el beso. Sus dedos ahora exploraban el blancuzco cabello del piloto. Jadeó al sentir como éste mordía ligeramente su labio inferior. Podía escuchar como su corazón latía con fuerza con cada roce de sus labios, juró que no se separaría de él por nada del mundo.

-...-abre un poco sus ojos-...

Pero...nuestra capitana recordó un detalle muy importante...no podía existir nada de amor entre ambos. Y ahora que el piloto le había confesado su amor por ella, todos sus esfuerzos por mantener esos sentimientos por él encerrados dentro de ella para siempre se estaban yendo al mismísimo demonio.

Ahora tenía sus ojos completamente abiertos, se había dado cuenta de su gran error.

--se separa de ella confundido-...¿Capitana?...¿Está-

Fue tan rápido el movimiento de su muñeca y tan acertado que Lolbit no logró esquivarlo a tiempo. La bofetada de la capitana le había dado vuelta a su rostro además de hacerlo caerse al suelo.

-Ahora entiendo porqué hiciste todo ésto...-siseó ella mirándolo con odio-.

-¡Capitana, por favor, déjeme explicar-

-¡Tu no tienes que explicarme nada Lolbit!...Yo ya lo entendí todo. ¡Agh! ¿¡Cómo pude ser tan estúpida?!.

Lolbit vio que se alejaba a pasos rápidos de él y bajaba del castillo de proa hacia la cubierta. De inmediato se levantó y caminó rápido hacia ella, buscando detenerla con sus palabras.

-¡Capitana, por favor, deje de huir de sus sentimientos! ¡Eso sólo le causará más daño, créame!.

-¿¡"Huir"?! ¡No sé de que hablas! ¡Yo no estoy huyendo de nada!.

-Pues yo creo que sí.

-¡Creés mal entonces!.

-¡Usted misma acaba de demostrarmelo!...Y no es la primera vez que lo hace.

-¡Ya deja de decir estupideces!-le gruñó la albina mostrando sus colmillos-.

-¿¡Lo ve?! ¡Otra vez trata de ocultarse! ¿¡Creyó que no me daría cuenta de ello?!. Respóndame ésto capitana, ¿Por qué me besó esa noche?.

-No tengo idea de qué rayos estás hablando.

-Sabe muy bien de lo que hablo-dijo seriamente acercándose a ella-. Un día después de esa noche de juegos que pasamos juntos en su camarote, fui a hablar con usted para disculparme por haberla incomodado. Esa misma noche usted me besó...y me amenazó para que no dijera nada. ¿Qué creé, capitana? Nadie sabe de ese beso más que usted y yo. Ahora quiero que me responda.

-¡No tengo por qué darte explicaciones, marinero!.

-...¿Fue porque se enamoró de mí, cierto?.

El rostro de la capitana se tornó rojo de repente, otra prueba que para Lolbit era más que visible.

-...¿¡Qu-

-¿Fue por eso que me besó esa noche? ¿Por eso me trataba con tanta indiferencia?...¿Por eso no quería estar tan cerca de mí?

-¡Eso fue un maldito error y nada más que eso!.

-...Yo...

El albino comenzaba a entristecerse y molestarse por dentro, temía que su capitana sólo estuviera jugando con él.

-Tal vez no sea un capitán...pero no miento respecto a mis sentimientos, capitana. Yo jamás la abandonaría, jamás le mentiría...Por favor, dígame la verdad...¿Usted me ama?.

-Yo...

-...

-...

-...

-...¡Yo no siento NADA por ti, Lolbit!-exclamó ella, dejándolo sorprendido-. Eres sólo un simple marinero para mí, y si creés que sentía algo por ti fuiste sólo tú el que lo imaginó. Tu mismo te engañaste...

-..."Otra vez...se equivoca, capitana"-pensó apretando los dientes-

-¡Ahora déjame en paz y no vuelvas a acercarte a mí, no quiero ver tu horrible cara en todo lo que nos resta de este maldito viaje!.

Lolbit chasqueó la lengua al ver que le dio la espalda, esa fue la gota que rebalsó el vaso. Estaba harto de que le mintiera. Había perdido su paciencia con ella, y ahora la llamaría como debió hacerlo hace varios días atrás.

-¡FRANCESCA!.

La albina paró en seco y sintió que su respiración se cortó por un momento. Lolbit, su piloto, y la persona que más amaba la había llamado por su nombre...

Continuará

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