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Capítulo 1: Los Funtime

La luz de la luna bañaba el camarote a oscuras. Los objetos fabricados con metales preciosos brillaban al ser tocados por la misma.

Un pequeño ser con orejas grandes y puntiagudas descansaba cómodamente en una pequeña cama que llevaba grabado su nombre en letras doradas. Percy. Así lo nombró su dueña.

La cabeza de la joven tendida en la cama se movía de un lado a otro, como si estuviera negando algo. Sus ojos estaban cerrados fuertemente y tenía el ceño fruncido mientras que de su boca salían pequeños murmullos.

Las esponjosas orejas blancas que decoraban su cabeza se mantenían bajas y temblaban junto al resto de su cuerpo.

–P-Padre...N-No...No lo hagas...—sollozó en medio de aquel doloroso recuerdo. Abrió sus ojos de golpe luego de que la imagen de su progenitor la obligara a despertarse de forma brusca—

Estaba agitada e intentaba calmar su respiración. Sus orejas captaron el sonido de los latidos de su corazón, el cual corría desbocado. Sintió como frías gotas de sudor caían por su frente, deslizándose por su pálida piel junto a las lágrimas que brotaban de sus ojos y rodaban rebeldes sobre sus sonrosadas mejillas.

Su compañero de cuarto levantó sus orejas al escucharla despertarse. La miró con tristeza y se levantó de su camita. Se acercó a ella y subió de un salto al mullido colchón cubierto por aquel edredón carmesí. La albina lo miró sintiéndose avergonzada de ella misma, no había sido su intención despertarlo.

El zorro fénec se acercó a ella inclinando hacia atrás sus orejas. Lamió sus mejillas, llevándose las lágrimas de su dueña, quien le acarició la cabeza lentamente.

–Lo siento amigo...No quise despertarte—se disculpó la capitana. Percy sabía que su amiga humana tuvo una infancia y adolescencia muy difíciles, por eso tenía pesadillas todas las noches.—

La albina observó la luna a través de la ventana de su camarote, varias nubes intentaban esconderla de sus orbes doradas. Suspiró profundamente y se dejó caer de vuelta sobre su cama.

Su peludo compañero lamió su mejilla izquierda con cariño. Luego, se acurrucó entre los brazos de la joven y cerró sus ojos para después dormirse junto a ella.

...

Ya había amanecido. El sol hacía brillar el océano con sus rayos de luz. Un grupo de delfines nadó cerca del barco soltando varios silbidos, algunos de ellos saltaban fuera del agua y hacían más ruido que los demás.

Los Funtime ya estaban en los puestos que les correspondían a cada uno, esperando la llegada de su querida capitana junto a su pequeño compañero.

El primer oficial vio como las cocineras del barco salían de la cocina con dos bandejas de plata llenas de postres.

Baby era una de ellas, una chica muy bella de 22 años, tez clara, pelirroja y de ojos verdes esmeralda. Se encargaba de ayudar a la chef principal en la cocina, quien además era su hermana mayor: Ballora.

Esta ultima era muy diferente a su hermana menor. Su piel era más pálida y poseía una hermosa y suave cabellera azul...Solía llevar una venda negra que cubría sus ojos todo el tiempo para ocultar su “poder”. Aunque le fuera imposible poder ver por donde iba, podía caminar sin problemas por cualquier lugar sin chocarse con nada ni nadie. Un talento que solo ella poseía.

Otras cosas que las distinguían a ambas, eran sus alturas y personalidades. Baby era unos centímetros más pequeña que su hermana y se la reconocía fácilmente por su radiante sonrisa y entusiasmo. Sobretodo cuando se anunciaba una pelea.

Su hermana mayor era muy diferente, casi nunca hablaba y pocas veces mostraba una sonrisa. Pero eso no impedía que se llevaran bien, al contrario. También eran mejores amigas.

Cuando las dos mujeres se perdieron de su vista, Funtime Freddy suspiró y se acercó al contramaestre para hablar con él. El chico estaba apoyado sobre la barandilla de babor, observando el mar con el ceño fruncido.

–Lindo día para navegar ¿No, Ennard?.

–Lo sería de no ser por esas nubes de allá—respondió molesto el de pelo grisáceo y ojos celestes señalando con su dedo índice hacia el oeste, donde había un montón de nubes negras, que con sus truenos anunciaban que se acercaba una fuerte tormenta.—. Espero que no sea como la de la otra vez, el barco quedó muy dañado y me ha costado repararlo.

–Bueno, si sucede algo grave esta vez te ayudaremos. No te preocupes.—le dijo su amigo mitad oso sonriendo. Funtime Freddy era un hombre fornido de 28 años. Tenía ojos azules, piel morena y su cabello era blanco con unas mechas moradas en las puntas. Sus mejillas estaban pintadas de morado y a, diferencia de Ennard, era mucho más alto que él.—¿A dónde será que iremos hoy?...

–Deberías preguntarle eso a la capitana, no a mí.—respondió el contramaestre de malhumor, como siempre. A diferencia del resto de la tripulación, Ennard era el que menos humor tenía en aquel barco.—

–...Ahora que lo recuerdo, aún no salió de su camarote.

–Tal vez sigue estando dormida...

–Sí, tal ve-¡AAAAAAAHHH!—gritó el primer oficial luego de sentir como las tenazas de un crustáceo se enganchaban a su trasero—

Funtime Freddy empezó a correr por toda la cubierta, gritando como loco e intentando hacer que el crustáceo lo soltara. Mientras que Ennard y BonBon (el responsable del hecho), se reían a carcajadas al verlo en esa situación tan humillante.

BonBon era un pequeño de 13 años bastante revoltoso, tenía el cabello azul, ojos morados y era mitad conejo. El primer oficial lo había adoptado como su hijo unos años  atrás, cuando lo encontró durmiendo en la bodega del barco, rodeado de cáscaras de frutas y vegetales.

Gracias al menor se quedaron sin provisiones por más de 2 semanas. La capitana y el resto de la tripulación no estaban muy felices que digamos, pero Funtime Freddy logró convencerlos de que el chico podría servir de ayuda. Y que él mismo lo cuidaría. Así fue como la capitana lo dejó a cargo del menor...

Y comenzaba a arrepentirse de ello.

–¡FUNTIME FREDDY!.

El mayor se detuvo en seco ante la albina, quien tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.

–¿S-Sí capitana?.

–...¿Qué fue lo que te dije cuando dejé que BonBon se quedara con nosotros? —preguntó seriamente la albina sosteniéndose el puente de la nariz con sus dedos pulgar e índice—.

–...—baja sus orejas asustado—Ehhhh-

–...¡Te dije que lo cuidaras! ¡NO QUE LO HICIERAS MÁS REVOLTOSO!.

–...L-Lo sé capitana, no pasará otra vez.

–Eso dijiste las últimas 30 veces.

–¡S-Se lo prometo capitana! ¡Le juro que no pasará otra vez!...

–...Espero que así sea. Es la ultima vez que veo a ese mocoso hacer otra cosa que no sean sus deberes—le advirtió la albina dirigiéndose al puesto de mando para empezar a dirigir el barco. Su peludo compañero la siguió caminando orgulloso y con la frente en alto mientras miraba de reojo al primer oficial—

Funtime Freddy se quitó la langosta que se había enganchado a él y la arrojó por la borda sin mirar.

–¡BONBON! ¡VEN AQUÍ AHORA MISMO!—gritó el primer oficial haciendo sobresaltar al menor—.

–¡AHH! ¡Ayudame Ennard!—le pidió BonBon asustado escondiéndose detrás de él. El mayor lo tomó de las orejas y lo puso frente a él al ver como su amigo se acercaba a ellos con una expresión furiosa en su rostro—.

–Tu te metiste en este embrollo niño. Ahora, arréglatelas solo.—le dijo el contramaestre alejándose lentamente de él—.

–¡O-Oye eres un-¡AYAYAYAYAYAYAYAY! ¡PAPÁ ESO DUELE!—se quejaba el menor sintiendo como el mayor lo tomaba de su oreja derecha con bastante fuerza y lo levantaba en el aire—.

–¡Esta es la ultima vez que haces ese tipo de travesuras pequeño! ¿¡Me escuchaste?!—ve que BonBon asiente y lo suelta—¡Ahora ponte a hacer tus deberes, y no almorzarás hasta que este barco brille de limpio!...Ah, otra cosa, también limpiarás los platos, los vasos, y cualquier cosa sucia que haya en la cocina. ¿¡Quedó claro?!.

–¡S-Sí señor!—respondió el menor algo adolorido para después correr a buscar sus elementos de limpieza y comenzar sus tareas. Le esperaba una buena reprimenda de su tutor después de su castigo—.

La albina detuvó su andar al ver al piloto apoyado sobre el timón. Su corazón se aceleró aún más cuando Lolbit posó su mirada oscura en ella.

–—sonríe—Buenos días capitana.—la saludó el mayor amablemente— La estaba esperando.

Percy soltó un ladrido y corrió hasta llegar con Lolbit. Estiró sus patas delanteras sobre las piernas del piloto, quien se puso a su altura y le acarició la cabeza mientras sonreía.

–...—se acerca a él—Buenos días Lolbit. ¿Has avistado algo mientras no estuve?

–—se encoje de hombros para luego incorporarse—Además de las nubes de tormenta, nada más.—respondió el albino señalando la misma dirección que había indicado Ennard hace unos momentos—

–Hum...

–—ve algo detrás de ella—Aunque...creo que eso de por allá no es una nube.

El piloto sacó su catalejo y observó a través de él. La albina lo miró preocupada. Lolbit bajó su catalejo y se lo entregó a ella.

–¿Qué sucede? ¿Qué viste?

–Es mejor que lo vea por usted misma.

Francheska miró a través del instrumento...La bandera de Francia ondeaba al viento sobre el mástil de aquel barco. Pero no era uno cualquiera, pertenecía a la marina francesa.

–...Lolbit.

–¿Sí, capitana?

–—le entrega su catalejo—Que todos estén en sus puestos en este momento. Parece que tendremos una mañana  agitada—le ordenó la albina con una ancha sonrisa en los labios—

–—sonríe igual que ella—Aye Aye capitana.

Luego de asentir a la orden de su capitana, Lolbit bajó las escaleras hasta llegar a la cubierta. Allí se encontró con el resto de la tripulación.

–¡Atención todo el mundo! ¡Debemos salir de aquí! ¡Leven el ancla e icen las velas!

–¿Me explicas porqué demonios hay que irnos?

El piloto miró al albino que estaba de brazos cruzados y apoyado sobre el palo mayor, era mitad conejo y tenía ojos tan oscuros como los suyos.

–Rabbit, nos persigue un barco de la marina francesa. ¿Eso te basta para que vayas a tu puesto?

–Estoy en mi puesto, idiota.

–...Olvídalo, no voy a discutir contigo. Es como hablar con una pared. Anda, ve con los demás antes de que la capitana se enfurezca.

–Tsk, que esa zorra se moleste. No me interesa.

Lolbit formó puños con sus manos luego de que su compañero dijera eso. Es cierto que White Rabbit casi siempre estaba en contra de que alguien le diera órdenes, más viniendo de una mujer.

Suspiró intentando controlarse para no golpear al albino en la nariz, era su amigo después de todo. Lo que menos quería es perder a un miembro de su familia.

–Mira, ten más respeto por ella...Sólo hazlo.

–...Agh. Bien. Lo haré sólo porque tengo ganas de cortar cabezas.

–—sonríe levemente—Así se habla.

Las velas del barco fueron soltadas. Los marineros elevaron el ancla, y la bandera pirata que los distinguía como Los Funtime ahora era sacudida por el viento. Por orden de su tutor, BonBon se subió a la cesta del vigía. Desde allí podría ver el futuro combate de manera más segura.

–Esto va a ser increíble—murmuró el menor emocionado mientras observaba el barco enemigo, el cual se acercaba cada vez más—

Baby y Ballora estaban listas para la pelea. La menor estaba subida a una de las escalerillas de cuerda con una sonrisa plantada en su rostro.

–...¡Hermana!. ¿Y si estos hombres no caen ante tu hechizo?—le preguntó la pelirroja a su hermana, quien estaba en la cubierta observando de reojo el barco que los perseguía—

–...Tu créeme hermanita, lo harán.—respondió la mayor haciendo brillar sus ojos. Acto seguido, se volvió a colocar su venda negra. Solo volvería a quitársela para deshacerse de unos cuantos guardias—

La capitana miró por encima de su hombro izquierdo y sonrió. El barco los estaba alcanzando.

–Atrápennos si pueden, perros—murmuró sintiendo una descarga de adrenalina recorrer su cuerpo—

Continuará

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