
Capítulo 6. Miedo y peligro, viejos amigos
Viernes 8 de Julio.
Scarlet
Llevo más de diez minutos en el baño y no quiero salir a menos que sea para ir a casa.
Varias personas que estuvieron en esa horrible noche están aquí y los recuerdos se filtran en cada parte de mi memoria. Si tan solo nada hubiera salido a la luz, esa noche no habría pasado.
Comienzo a toser cuando la desagradable sensación de querer vomitar aparece otra vez. Siempre que estoy rodeada de personas que se burlan de mí quiero vomitar y desaparecer. Sé que debo ponerles un alto pero me da miedo que eso provoque que se metan más conmigo.
Me quedo callada cuando la puerta del baño se abre. No quiero que sepan que estoy aquí y vuelvan a hacer otro rumor sobre mi siendo bulímica.
Son dos chicas y conforme se acercan las puedo escuchar mejor.
— ¿La viste? Se veía patética al lado de Henry. —no reconozco la voz de la chica. — No entiendo que hace saliendo con ella.
— Scar siempre ha sido patética y es una estúpida carga que he soportado por tanto tiempo. —esa voz es de...
No... No puede ser de mi mejor amiga. — Me dijeron que su noviazgo con Henry sólo es por conveniencia familiar.
Un nudo se forma en mi garganta al reconocer por completo su voz. No puedo creer que ella esté hablando así, es Sara, mi mejor amiga.
Ella a quién le digo mis secretos, con quién comparto todo, ella que conoce a mi familia y que ha dormido en mi cuarto está hablando como si yo fuera basura.
— ¿Scarlet sólo sale con él por beneficio de su familia? —exclama con desagrado la otra chica antes de reírse. — No me sorprende, siempre anda detrás de él como abeja siguiendo la miel.
— Es la familia de Henry quiénes se benefician con la relación.
— ¿De qué hablas Sara? Mi padre no me ha dicho nada de eso. —esa voz creo haberla escuchado antes. — Además Henry es un Davenport...
— Él sólo sale con ella porque sus padres se lo pidieron, Henry me lo dijo. A él nunca le ha gustado Scar.
Mi pecho duele de una manera que nunca antes había sentido. Siento como si algo se rompiera dentro y quisiera desgarrarme desde el interior.
Todo fue mentira.
Yo nunca... Nunca le importé, por eso es así conmigo.
Él tenía razón, seguir el peligro es mejor que estar con Henry.
Toso por última vez antes de tirar de la cadena del retrete; como si ese simple acto pudiera borrar el sentimiento de culpa que hay en mi interior.
Nunca creí volver a sentir impotencia en mi vida desde la Universidad y mucho menos volver a vomitar cada vez que sentía miedo y asco al no ser yo frente a las personas.
Pero el destino nos odia.
Está noche ha sido una sacudida de realidad y aún no estoy preparada para afrontarla, al menos no de esta manera y mucho menos soy capaz de soportar estar con las personas que dijeron ser amigos cuando en realidad no era así.
Quiero irme de aquí cuanto antes.
Vuelvo a marcar el número de Sam y esta vez sí contesta.
— Hola Scar, lamento no contestar antes estaba tomando una ducha, ¿qué sucede?
— Estoy en problemas dentro de un baño.
Escucho su risa del otro lado. Me alegra que una de las dos esté con ánimos para reír.
— ¿Tanto nos odia el destino para darnos problemas en un baño?
— No tengo la menor idea, pero es lo más probable.
— Bueno, ¿cuál es el nivel del problema? ¿Código rojo?
— Ojalá. —suspiro rascando mi cabello. — Vine a un evento que supervisé pero todos están aquí.
— ¿Quiénes?
— Todos mis compañeros de la Facultad y entre ellos, Henry.
— ¡Hijo de la fruta! Creí que le había dejado claro no acercarse.
— ¿Al idiota al que viste ayer, era él?
— Así es y antes de que me regañes debo decirte que no lo golpee, pero sí le dije unas cuantas cosas, ¿crees que esté ahí para molestarte por eso?
— No creo, es un idiota pero no a ese extremo. —mis manos comienzan a temblar otra vez. — Pero él no me preocupa tanto, sino los rumores que saldrán por lo que pasó hace un momento y bueno, también por otra persona que vi antes de entrar al baño.
— Antes de que me des el chisme completo, ¿estás sola?
— No sé, sólo entre y no me fije si había alguien más.
Escucho chasquear su lengua. Es su manera de decir touché.
— Bueno, nuestro plan A es darle frente, ¿el rumor es tan grave que no puedes mandarlo a la berenjena?
Aun no comprendo cómo es que se las arregla para insultar con frutas y verduras. Creo que sólo es algo que ella hace.
— Oye no me hagas reír en un momento como este, mis manos no dejan de temblar, no sé qué hacer. —no sé si es por el miedo o por la comida pero vuelvo a sentir náuseas por lo que toso un poco tratando de alejarlas. — Además hice eso y me arrepiento porque a pesar de que la cena no era deliciosa, era comida.
La escucho maldecir.
— Te regañaría justo ahora pero lo importante es que olvides el plan A y hagas el plan B, sal de ahí y ve a casa.
— ¿Pero no es descortés?
— Hermana, descortés es quedarte y soportar a gente idiota por no quedar mal con ellos, pero si contigo.
— Aun así, debería salir y despedirme, ¿no? Es lo correcto.
— Scarlet, si me llamaste fue para que te confirmara lo que pensaste hacer. —escucho un suspiro de su parte. — Te amo, pero cuando vuelves a complacer a la gente no eres mi persona favorita.
— Lo siento.
— No, no lo sientas, bueno sí... No, no lo hagas. —eso me hace reír. — Me alegra que mi dilema te haga reír.
— Tu dilema me calmó un poco.
— Entonces, ¿ahora piensas con claridad? —guardo silencio unos segundos cuando escucho a alguien tocar la puerta del baño.
— Creo que haré el plan B.
Miro a todos lados buscando como salir sin ser vista. Mi única salida es la ventana que espero dé al estacionamiento. No es tan pequeña por lo que sí puedo salir por ahí y no caerme, aunque al usar vestido eso podría complicar las cosas.
— Sam, en caso de que termine siendo arrestada asegúrate de llamar a mi hermano.
Una carcajada se escucha al otro lado de la línea. — Te amo, no te preocupes yo pago la fianza, sal de ahí.
— Te dejo, me iré de aquí ahora.
Cuelgo sonriendo. Sabía que ella entendería lo que tengo que hacer sin juzgarme y alentándome a hacerlo.
Camino hasta estar en el cubículo que tiene una ventana. Me subo sobre el retrete esperando no romperlo y abro la ventana.
Muy bien, recordemos cómo escapabamos de las fiestas antes.
Me impulso hasta llegar a la ventana y poder salir. Me sostengo fuerte cuando estoy sentada sobre el borde. Mis piernas comienzan a acalambrarse por lo que me giro con cuidado sin perder el equilibrio para salir.
¿A quién demonios se le ocurrió hacer una ventana así de grande en un baño?
Pensándolo bien, le agradezco al señor que la hizo. Atravieso la ventana para ver dónde demonios voy a caer.
Parece que el destino no nos odia tanto.
Hay una jardinera lo suficientemente grande y alta para bajar sin tener que romperme una pierna o un brazo.
Me deslizo con cuidado para que el vestido que estoy usando no se rompa y me termine exponiendo más de lo que ya hice, cuando escucho que la puerta del baño se abre.
Suspiro aliviada cuando mis pies tocan el suelo. La primera vez que caigo como un gato. Caí de pie y no tengo rasguños.
— Al menos una cosa me salió bien está noche. —miro alrededor buscando mi auto. — Ahora sí vamos a casa.
Camino hasta mi auto. Al entrar el calor del interior me hace darme cuenta de que mis brazos están helados. Estaba tan concentrada en salir de ahí que el clima frío no era una preocupación.
Demonios, dejé mi abrigo en el guardarropa.
Me encojo de hombros encendiendo el auto.
Un abrigo menos que lavar.
Me importa más estar en mi lugar seguro que regresar por el.
No pensabas lo mismo cuando estabas deslizándote por la pared.
Bueno, en ese momento dependía mi dignidad.
Técnicamente nuestra dignidad dependía de toda la noche y comenzaste a hacer lo que ellos querían otra vez. Olvidaste que tenías la dignidad que tanto nos costó recuperar de nuevo.
Sacudo mi cabeza para callar a esa voz que siempre aparece cuando hago cosas que no debo hacer.
Conduzco por la carretera en dirección al departamento donde vivíamos antes.
Quiero derrumbarme en un lugar donde no asuste a Arsen porque sé que voy a llorar mucho y no creo tener fuerza suficiente para explicarle que me pasa.
Espero que a mi cuñado no se le ocurra aparecer ahí.
❀
🍒
Henry
Termino de comer cuando Gina regresa a nuestra mesa para preguntar por Scar.
— Salió a tomar un poco de aire, dijo que le dolía la cabeza por el vino. —digo lo primero que me cruza por la cabeza cuando me mira esperando una respuesta.
— Debiste acompañarla, ve a buscarla, es tu novia.
— Gina, ella ya no es una niña a la que tengo que andar cuidando y buscando cada cinco minutos.
Ella me mira molesta. — Hay veces en las que me pregunto si realmente te conozco, no puedo creer que hables así.
Nadie me conoce en realidad. Sólo conocen las versiones que he creado para complacer a mi familia y conocidos.
— Tal vez nunca lo conociste bien. —dice David riendo. — Si tanto te preocupa, puedo ir yo a buscarla, no tengo problema.
— Por favor, tengo algo preparado y ella tiene que estar porque nos ayudó mucho con esto.
— Ahora vuelvo.
Él se levanta caminando hacia las puertas del frente. Suspiro poniéndome de pie cuando Gina me sigue mirando seria. Si en verdad la quisiera aquí, ella misma iría a buscarla.
— Ya estoy yendo a buscarla, ¿contenta?
— Lo estaré cuando ella esté de vuelta a tu lado.
Porque si no lo está, yo luzco desolado.
Me alejo de la mesa siguiendo el mismo camino por el que fue David. Al salir él está encendiendo un cigarrillo cerca de la entrada junto a una jardinera, me acerco a su lado a paso lento.
— Dijiste que ibas a dejarlo.
— Hay algunas cosas que aunque quieras no puedes dejar atrás.
Me cruzo de brazos sin despegar la mirada de él. Luce más delgado y su rostro más pálido de lo normal.
No estaba así la última vez.
— Eso incluye a Scar.
— A diferencia de ti, yo nunca la consideré una cosa. —ríe dando otra calada al cigarro. — ¿Dónde crees que esté?
— Lo más probable es que se haya ido.
— Justo como en el pasado.
Ambos nos miramos sabiendo lo que significa.
Cuando la verdad se supo en un rumor recorriendo todos los pasillos de la Universidad, Scar no volvió a disfrutar las fiestas como en un inicio, si es que alguna vez lo hizo, y se la pasaba escapando de ellas cada que tenía la oportunidad. Lo hizo por todo un año.
Siempre había alguien que le ayudaba a irse y no le importaba si eso la ponía en peligro, supongo que la culpa por decir mentiras la orillaba a hacerlo.
— ¿Por qué regresaste? Dijiste que no...
— ¿Te preocupa el qué pueda hacer estando aquí de nuevo?
— Algo, debes tener una buena razón para venir, porque sí no la tuvieras no volverías aquí de donde siempre querías irte.
— Extrañaba el lugar donde crecí. —se encoge de hombros tomando asiento en el borde de la jardinera. — ¿Y tú por qué lo hiciste?
— Bien sabes porque. —meto las manos dentro de las bolsas de mi pantalón cuando una ventisca de aire pasa por nosotros. — Te ves diferente, ¿todo está bien?
Ríe soltando el humo del cigarrillo. — Nunca antes me habías preguntado eso, es raro que te preocupes por mí.
— Es que ya no soy tan idiota cómo antes.
— Sí claro. —da la última calada a su cigarrillo antes de apagarlo en el piso. — ¿Por qué no la llamas para saber dónde está?
Saco mi celular esperando que su número siga siendo el mismo. Marco y por suerte entra la llamada, pero apenas se escuchan dos timbrazos inmediatamente me cuelgan.
— Parece que su número sigue siendo el mismo porque me colgó.
— Yo también te colgaría, de hecho creo que mejor lo dejaría sonar para que tuvieras la esperanza de que contestarán.
Antes de poder decirle algo, Raymond se acerca a nosotros para despedirse y por su cara algo debió haber pasado.
— ¿Ya te vas? Por lo que oí apenas iba a comenzar lo bueno. —le dice David riendo. — No te vayas, quédate otro rato para que puedas divertirte antes de que vayas a hacerte cargo de tu familia.
Miro a David con el ceño fruncido, le habla con tanta familiaridad cómo si en verdad quisiera que se quedara aquí. No sabía que eran cercanos.
— Pasó algo en casa, debo irme. —Raymond lo mira tenso. — Tú también deberías irte, luces destruido.
— ¿Qué puedo decirte? La destrucción es la consecuencia de estar siempre a una llamada del peligro.
Inspecciono la apariencia de David. Raymond tiene razón, su rostro luce cansado y sus ojeras se han marcado más.
— Suena un poco psicópata si lo dices así, ¿sabes?
— Es la segunda vez que me llamas así, la primera fue en la noche de graduación. —me responde David con diversión.
— Por cierto, Gina dijo que les preguntara si habían encontrado a Scar para que entren de nuevo.
— Raymond amigo, sino te has dado cuenta sólo estamos el mentiroso y yo. —David da un asentimiento hacia mi. — Scarlet probablemente ya se fue.
— En ese caso, nos vemos luego, sigan disfrutando la noche.
Vemos a Raymond caminar apresurado hacia el estacionamiento.
— Algo muy malo debió suceder para que se vaya así.
— Las responsabilidades de tener una familia. —cruzo mis brazos volviendolo. — ¿De verdad no pasa nada David? Lo que sucedió...
— Olvida lo que sucedió esa noche, no le hace ningún bien a nadie recordar cosas dolorosas.
— No es mi culpa que estuvieras involucrado. —me encojo de hombros. — Fue porque ella te mencionó.
— Exacto y de no ser por ella no habría terminado siendo sospechoso. Limpié mi nombre porque no había pruebas en mi contra. —levanta la voz molesto. — Además yo no estaba ahí y por lo que supe sólo estaba él.
Asiento dándole la razón. Sí tan sólo David hubiera estado todo lo que sucedió no habría terminado así. Aunque no entiendo porque el otro no la ayudó, sí siempre lo había hecho.
— ¿Crees que sea él con quien se casará?
— ¿Celoso? —pregunta riendo. — A decir verdad, no me sorprendería, ella siempre correrá hacia el peligro cuando tú estés cerca y no la culpo.
— Muy gracioso.
— Es la verdad, si me hicieran escoger entre el peligro y tú, prefiero el peligro. —ríe dándome una palmada en el hombro. — Scar siempre fue inteligente, aunque para enamorarse no tanto.
— Deja de bromear y volvamos adentro. —doy media vuelta.
— ¿Ya no le llamarás?
— ¿Qué caso tiene? —lo veo sobre el hombro. — Ella va a colgar.
— La pregunta sería porque se fue si por lo que vi estabas siendo el mejor novio que cualquier chica querría tener.
— Tal vez cualquier chica, pero no ella. —Murmuro dejándolo atrás.
Entro de nuevo al lugar debatiéndome si debo volver a la mesa donde estaba o recoger mi chaqueta e irme a casa.
Ya no hay nadie con quién divertirnos. Scar se fue, así que no hay nada qué más hacer aquí.
Siempre podríamos ir por Gina y conseguir una diversión diferente.
Niego caminando a la recepción para tomar mi chaqueta. Me despido de unas cuantas personas cuando salgo de nuevo. David no se ha movido de donde estaba y otra vez está fumando.
— Nos vemos, no fumes tanto lo que resta de la noche. —le digo despidiéndome cuando paso a su lado. — En lugar de ello deberías ir a descansar.
— Lo haré más tarde, me quedaré en caso de que suceda algo.
Asiento dirigiéndome a mi auto. Esta noche no tuvo nada de relajante y tuve más estrés del que tenía. Aunque hubo diversión ahora tengo preocupación no sólo por Scarlet y lo que dijo Hanna, sino también por David y el estado en el que está.
David es demasiado reservado con lo que le pasa. Esa característica le ha hecho ganar varios puestos que lo han llevado cada vez más alto en su trabajo. Pero a veces ha tenido que pasar sobre alguien más para llegar ahí y no es algo de lo que esté orgulloso.
Ambos crecimos juntos y él es cómo yo en muchas cosas, pero hay una sola cosa que no compartimos.
A mi no me gusta mentir, pero debo hacerlo.
Y para él las mentiras se han vuelto su especialidad, más cuando alguién está al borde del peligro.
Hola 😸
¿Cómo están?
¿Qué tal les ha parecido el capítulo de hoy?
¿Alguna vez han sentido tanto miedo como Scar?
Ese Henry a veces me cae bien y otras veces no, ¿y a ustedes?
¡Nos vemos próximamente! 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro