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Capítulo 27. Buscar y conocer al monstruo

Sábado 16 de Julio.

No puedo creer que estoy en esta estúpida sala esperando ser interrogado porque parece que soy un sospechoso de haberme llevado a un niño.

¿Pueden creerlo? Es una idiotez.

¿Qué ganaría secuestrando un niño cuando los que tengo en casa me hacen reír?

— Entonces señor Sanders, ¿dónde estuvo ayer a la una de la tarde?

— Ya le dije que fui a la escuela por mi hijo.

— Entiendo. —dice sin verme. Está más interesado en su celular. — ¿Su hijo va a Richard Kids School? ¿Conoce a Arsen Davenport?

— Sí, pero mi hijo ni siquiera se acerca a ese niño. —pongo los ojos en blanco. — Le he dicho que se mantenga lejos de los Davenport porque ellos solo traen problemas.

Y es difícil salir ileso de ellos.

— De acuerdo, pero ¿vio algo sospechoso ese día? —pregunta de nuevo y esta vez levanta la vista para verme. — ¿Alguien rondando por ahí?

— No vi a nadie. —la repetición de sus preguntas me estresa. — Lo único que me importa cada que recojo a mi hijo es llevarlo a casa para que coma más de lo que hace en la escuela, porque ¿sabe? No le da suficiente tiempo para comer y mi hijo debe comer muy lento o podría ahogarse y dudo mucho que la escuela quiera tener una demanda por negligencia.

— Ya la tiene, la escuela tiene una demanda por entregar a un niño sin permiso a un total desconocido.

— Es una lastima, pero no entiendo qué hago yo aquí. Le digo que no vi a ningún hombre extraño.

— Bien, entonces eso sería todo de mi parte. —sonríe dejando a un lado su celular, parece que vio algo que lo puso feliz. — Espero que si sabe algo del niño pueda colaborar con nosotros.

— Sí, claro. —me levanto bufando de la silla. — Buenas tardes.

Sonrío llegando a la puerta.

Es tan fácil relacionarse con incompetentes.

Una señora de sesenta años sale a regar sus plantas y entre los arbustos ve a un niño sentado en la ventana de su vecino.

— ¡Oye hija! —grita sin despegar la vista del niño. — ¡Cristina!

Su hija sale apurada con los ojos abiertos, como si hubiera visto un fantasma.

— ¡¿Qué pasa mamá?! ¿Está bien? ¿Le duele algo?

— No, estoy bien. —ríe la señora. — ¿Cómo se llama el hijo del vecino? Al... Alo...

— Alex mamá.

— Si ese, Alex, ¿él no es castaño? —frunce el ceño viendo de vuelta al niño dormido en la ventana. — Mira nada más, ya se durmió ahí.

Su hija mira al mismo lugar que su madre.

— Mamá, ese no es el hijo del vecino.

— ¿Entonces quién es?

— Creo que lo he visto en algún lado, pero ¿dónde? —murmura Christina.

Mira con atención al niño. Por la distancia entre las casas que sólo es de seis metros es fácil observar.

Es rubio, no parece tener más de seis años, usa un reloj azul con rojo y usa un uniforme escolar.

Abre los ojos alarmada.

— Mamá, es el niño que está perdido.

— No, dijeron que el niño usaba tenis blancos y él usa unos azules.

— Mamá esos no son sus tenis, son sus calcetines. Está descalzo.

Ambas voltean a verse preocupadas.

— Creo que lo mejor es llamar a la policía.

— Sí hija ve, yo me quedo viendo sí el niño se mueve o lo meten.

Christina corre dentro de la casa para llamar a las autoridades acerca del niño perdido.

— Buenas tardes, creo haber visto al niño que se perdió ayer. —su voz tiembla. — Sí, creo que está en la casa de mi vecino. Calle Wondale Dr, si, es la última calle al norte dentro de las Propiedades Moon Town.

Jason

Scar se mueve sobre mi hombro murmurando algo indescifrable. Está agotada y ya no sé si es por el embarazo o por todo lo que ha estado guardando en esa cabecilla.

Tal vez sea por ambas.

Se quedó dormida hace una hora mientras esperábamos a la detective regresar de lo que parece un recorrido de emergencia. Hasta donde sé otro detective se encuentra terminando las declaraciones de los sospechosos y testigos que no habían podido venir más temprano.

— ¿Sigue dormida? —Roger se deja caer a mi lado en el sillón.

Llegó hace media hora junto con policías que terminaban su recorrido.

Aún no logro entender cómo es que todo parece tan tranquilo y eso me pone a pensar en que Arsen no está con desconocidos.

— Scar siempre ha sido una dormilona. —se carcajea. — Sí un día llegan a tener hijos van a salir como ella.

Sonrío escuchando eso y una parte de mi lo lamenta, porque entonces seré el único que se levante temprano todas las mañanas.

— ¿Has visto a Nick?

— Hasta donde sabía fue a dar un recorrido con los demás oficiales, pero ahora no sé donde está.

— ¿Y de Arsen no han dicho nada?

— Los oficiales de la entrada decían que todos habían ido al norte luego de recibir una llamada sobre haber visto al torbellino en una casa. —suspira rascando su cabeza. — Y el amor de mi vida, la detective Marx, se dirigió ahí con varios oficiales. ¡Ella sin duda es genial! La amo mucho.

— No puedes simplemente amar a alguien que conociste ayer Roger.

El idiota se ríe cuando Scar vuelve a murmurar.

— Ya deja de ver películas para niños, se te pegan los diálogos.

— Es culpa de tu hermana y el pequeñín, siempre que está con nosotros terminamos viendo Frozen, ya hasta me la sé de memoria.

— No puedo creer que ese torbellino me haya hecho hacerle un mono de nieve igual a Olaf el año pasado solo para que mi mamá me regañara por tenerlo afuera. —niega riendo.

— ¿Cómo olvidar eso? Incluso se quitó el gorro y suéter, él realmente ama que te regañen.

— Ese niño un día hará que me golpeen.

— Si te sirve de consuelo, tu mamá no te pegará tan fuerte.

Roger se ríe antes de darme un puñetazo amigable en el hombro.

— Prefiero a mi mamá pegándome que no tener a ese torbellino en mi vida.

— Sí, sólo fue un día y... . —siento un nudo en mi garganta. — Nos hizo mucha falta.

— Ahora ya solo esperemos que lo traigan de regreso sí él está ahí.

Sé de primera mano que es un gran papeleo el que se hace antes de que te entreguen a tus padres.

Además de que te mandan con un montón de doctores a revisarte, te piden que respondas preguntas que no entiendes, te hacen dibujar todo lo que te pasó desde el momento en que no estuviste con tu familia y lo único que quieres es estar en casa recibiendo abrazos o comiendo algo sabroso.

Espero que con Arsen no se tarden tanto, porque aunque es un niño valiente que no le tiene miedo a los doctores, si le asusta estar lejos de su papá por mucho tiempo.

— Jason, quiero que me respondas algo. —murmura sin quitar la vista del sofá de enfrente. — ¿Por qué sólo tú estabas con Scar en ese salón el día de mi graduación? ¿Hay algo que estás ocultando?

— ¿Quién te dijo eso?

— Henry.

— Entonces, deberías preguntarle a él. —digo entre dientes. — Lo más probable es que Henry sepa más de esa noche que yo.

— ¿Hablas en serio Jason? —dicen a lo lejos.

Volteamos hacia el pasillo encontrando a Henry caminando despreocupado hacia nosotros con un vaso en mano.

— ¿Qué haces aquí? —indago. — ¿Te llamó la detective Marx?

— No, ella me corrió hace unas horas. Regresé a dejar un aviso a una persona, pero no la encontré. —se encoge de hombros y se sienta frente a nosotros. — ¿Ya los hicieron testificar?

— Sí, pero creo que no ayudamos mucho.

— Yo no lo creo, los pocos oficiales que hay en la entrada están como locos lanzando órdenes. —ríe burlón. — ¿Qué les dijeron? Cuando me fui todo estaba muy tranquilo.

— Según el chismoso de Roger llamaron diciendo que vieron a Arsen cerca del norte de la Ciudad.

— Esperemos que esté ahí, pero sigo sin entender ¿por qué Nick levantó la alerta con el apellido Davenport sí Arsen es Lovelace?

— Me sorprende que no sepas de eso Henry. Mi hermano aún sigue las reglas de tu familia. —suspira Roger recostándose en el sofá. — Cuando Arsen nació y vivían con mis padres escuché a Heather pedirle a Nick que siempre que Arsen se metiera en problemas o necesitara algo, le llamara primero Davenport y así todo se solucionaría.

— Ya veo.

— Tal vez es porque nadie se metería con tu familia.

Henry asiente repetidamente cómo si algo no cuadrará en lo que está pasando, pero se queda callado guardándolo para sí mismo. Se levanta apenas Roger le sugiere ir a comer, pero rechaza la invitación.

— Iré a buscar a quien debo darle el recado que se supone trabaja aquí.

— Y yo iré a buscar algo para comer, ¿les traigo algo Jason? —pregunta Roger levantándose también.

— Algo de fruta y agua solamente.

— Bien, ya vengo. —da la vuelta persiguiendo a Henry. — ¡Espérame!

Es extraño volver a comportarnos como hace unos años, quién diría que después de todo lo que ha pasado la familiaridad sigue intacta. Sólo falta David, para estar todos reunidos como en los viejos tiempos.

Desearía que fuera otra razón para estar trabajando juntos.


Scarlet

Mi cabeza palpita y todo a mi alrededor se ve borroso. Sólo el sonido de una risa acompañada de música es lo que escucho.

Trato de ponerme de pie, pero mis manos resbalan haciéndome caer.

— Mi preciosa Scar, nos vamos a divertir mucho. —dicen en medio de la oscuridad haciéndome buscar por todos lados. — Pero antes...

Toman mi cabello haciéndome levantar la cabeza y frente a mi encuentro una máscara blanca con salpicaduras de color rojo. Un olor nos rodea, pero no sé distinguirlo hasta que se acerca a mi cara y se ríe.

El olor a hierro se adentra en mi nariz revolviendo mi estómago queriendo vomitar. Lo que huelo es sangre, pero no sé de quién es o de dónde proviene.

— Mi preciosa Scar, llegó la hora de que conozcas al monstruo.

Se quita la máscara y me siento tan pequeña al verlo. Sus ojos azules brillan bajo la poca iluminación del salón. Su sonrisa se ensancha cuando me aparto de él comenzando a llorar.

Bajo mis palmas el líquido viscoso pesa y al fin veo quién está en el suelo rodeado de un charco de sangre.

No por favor no, tiene que ser una broma.

— No llores cariño, no te haré nada malo. —se ríe tomando mi barbilla entre sus dedos de manera brusca. — Está noche nos vamos a divertir.

Acerca su rostro y sus labios rozan los míos antes de que comience a limpiar las lágrimas de mis mejillas con su lengua.

Me siento sucia.

— Por favor, déjame ir.

— Es muy pronto para eso, cariño.

— Por favor, yo... No sé que te hice, pero por favor.

Se ríe levantándose caminando hasta estar a mi lado. Vuelve a agacharse tomando mi cabello entre su puño.

— No, esa es mi última palabra.

— Por favor.

— ¡Dije no! ¡¡POR QUÉ NO ENTIENDES LO QUE TE DIGO?!

Sus gritos son acompañados de golpes en mi estómago que me mandan sobre el cuerpo debajo de mi en el piso. Con dolor trato de apartarme para no hacerle daño, lo muevo para que despierte y eso hace que quién me golpea se enoje más aumentando los golpes. Intento gritarle que abra los ojos junto a su nombre, pero nada funciona y comienzo a temer que él haya muerto.

— ¡Aleja tus manos de él! —grita el hombre que se encuentra de pie.

Camina de un lado a otro desesperado jalando su cabello. Comienza a golpearse a sí mismo en la cabeza.

— No debo golpear a Scar, no debo golpearla, solo asustarla. —repite en voz alta sin detener los golpes. — Debo enamorarla, debo enamorarla. Ese era el plan, ese es el plan de ella.

Se calla de golpe recorriendo el lugar antes de ir a la puerta y cerrarla. Pone una silla recargada en la manilla para que no la puedan abrir.

— El plan era asustarte, enamorarte y alejarte de él. —va agachándose a mi lado tomando mi cabello nuevamente. — Pero mi plan nunca será ese, no me importa ganar su ira. No mientras pueda tener un rato contigo para divertirme.

Comienza a acariciar mis piernas y le doy patadas para que se aleje, pero recuesta su cuerpo sobre el mío para inmovilizarme. Sigue tocándome hasta llegar a mi cintura y apretar tan fuerte que duele.

Henry

Sigo sin creer que se hayan atrevido a suplantar mi identidad para sacar a Arsen de la escuela y sobre todo que la maestra de guardia fuera estúpida como para dejarlo salir sin pedir papeles que confirmaran la identidad del hombre que iba a recogerlo.

No cabe duda que la sociedad está empeorando.

— Disculpe oficial, ¿puede ayudarme a buscar a una persona? —pregunto a la oficial de recepción.

De ninguna manera seguiré buscando de aquí para allá a lo idiota preguntando a cada persona si son a quién busco.

La oficial frente a mí frunce el ceño. Pero en cuanto me ve sonríe.

— ¿A quién busca?

— Me dijeron que trabaja aquí la señora Mitch Taylor. ¿Usted sabría dónde se encuentra?

— Lo lamento, aquí no trabaja nadie con ese apellido. —dice dudando. Creo que sabe quién es. — ¿Algo más en que pueda ayudarlo?

Hoy no cariño.

— ¿De verdad? Su hija me dijo que su madre se encontraba en la estación y me pidió darle un recado. —Sus movimientos torpes me indican que no quiere decirme. — ¿Segura que nadie se llama así?

— Me sé los nombres de todos las personas que trabajan aquí, así que no hay nadie aquí que se llame así. —dice mordiendo su labio y recargándose sobre el escritorio. —Pero sí es muy importante puede dejar su número y yo lo llamo en caso de que la persona venga aquí.

— Creo que no, pero gracias. Seguiré buscándola.

— ¡Espere! Tal vez... —Sonrió al obtener lo que quiero. — No estoy segura, pero hay personas trabajando aquí para un caso y podría estar ahí la persona que busca. ¿Sabe a donde ir o le muestro a dónde debe dirigirse?

En otras circunstancias no me importaría hacerme el tonto y pedirle que me lleve, pero no estoy de humor para divertirme con alguien.

— Son las oficinas con puertas de vidrio cerca de la sala de interrogaciones, ¿cierto? —sonrió dando la vuelta. — Gracias, fue muy amable.

Me apresuro a encontrar a la persona que debo darle un recado y espero que si esté entre las mujeres que trabajan por parte de la empresa de seguridad. Sin embargo, apenas llego a la sala me quedo frente a la puerta porque no hay nadie dentro, la sala está vacía.

Mierda.

Doy media vuelta para ir de vuelta a recepción y obtener la información de otra manera, pero antes de hacerlo alguien choca contra mi. Una mujer mucho más baja que yo soba su nariz maldiciendo.

— ¡Oye mira por donde caminas! —dice malhumorada.

— Yo no fui quién chocó conmigo. —le digo frunciendo el ceño. — ¿Dónde están todos?

— Algunos fueron a dar sus rondines, otros fueron a acompañar a la detective Marx y otros... Espere. —se detiene poniendo sus brazos en la cadera molesta. — ¿Quién es usted? ¿Por qué debería decirle dónde están mis compañeros?

Sonrió viendo su intento de intimidarme, pero es un fracaso porque con su tamaño solo puede intimidar a los niños.

— Busco a Mitch Taylor para darle un recado, soy Henry Da...

— No tengo la menor idea de quién es, permiso. —dice interrumpiendo.

Me hace a un lado caminando a la oficina a mis espaldas. Voy detrás de ella pues es la única que parece ser parte del equipo que trabaja ahí.

— ¿De verdad no sabe quién es? En la recepción me dijeron que...

— Escuche. —da la vuelta cruzando sus brazos. — Hay un niño extraviado y lo único que quiero hacer es encontrarlo. Así que le recomiendo venir en otro momento a buscar a esa persona.

— Lo sé, pero creí que ya habían ido a buscarlo al norte de la Ciudad, ¿aún no hay una noticia sobre si ya lo encontraron?

— No, usted mismo lo dijo, fueron a revisar si se encontraba en ese lugar.

— En ese caso, ¿puede darle el recado que me dijeron a su compañera cuando vuelva?

— ¿Y por qué diablos no la llamas tú sí es tan importante?

— Sí tuviera su número no estaría perdiendo el tiempo peleando aquí contigo, ¿no crees?

Entrecierra los ojos molesta y antes de que pueda refutar escuchamos ruido por el pasillo junto a forcejeos.

— ¡Mierda! ¡Alguien que lo detenga! —grita una mujer.

La oficial frente a mi abre sus ojos pasando por mi lado, pero se detiene cuando vemos pasar a un hombre con poca ropa por el pasillo corriendo.

— ¡Maldita sea! —grita la oficial a mi lado. — ¡Oye tú detente!

El hombre voltea a vernos sonriendo burlándose de nosotros sin dejar de correr. La oficial comienza a correr detrás de él y comienzo a seguirla.

— ¿Por qué gritaste? ¿Acaso no pensaste que él escaparía? —le pregunto cuando veo que me sigue el paso mientras corremos por el pasillo.

— Perdón señor perfecto. —exclama adelantándose saliendo primero por la puerta trasera de la estación.

Nos detenemos una vez salimos. No se ve por ningún lado.

— Pide refuerzos. —le digo caminando a la derecha y lo veo.

El hombre se sostiene de sus rodillas cerca del estacionamiento lateral. Parece que le cuesta respirar.

— ¡Oficial! —le grito sólo para que ella me escuche.

La oficial se aproxima corriendo hasta mí, pero sigue de largo cuando se percata que el hombre se encuentra cerca. Corre sin detenerse hasta empujarlo y dejarlo en el suelo. Se sube sobre su espalda para inmovilizarlo mientras camino hacia ellos.

Algunos oficiales se acercan cuando van aparcando las patrullas en el estacionamiento lateral.

— ¿Qué sucede oficial? —le pregunta uno. — ¿Necesita ayuda?

— No, lo tengo todo bajo control.

Levanta al hombre sin esfuerzo alguno. Me sorprende que pueda con él debido a su tamaño y que haya podido con alguien de mi estatura.

— Por esta razón deje de trabajar aquí. —murmura la oficial entregando al hombre a los oficiales. — Creo que asustó a las oficiales de adentro.

— Nos haremos cargo, apuesto a que Carl solo quería molestar un rato, ¿verdad amigo?

El hombre solo se ríe caminando con los oficiales hacia el frente de la estación. La oficial da la vuelta respirando agitadamente.

— Eres buena.

— Lo sé, ¿por qué crees que me eligieron entre tantos para venir aquí?

Se ve realmente cansada, cómo si hubiera corrido un maratón cuando solo fueron pocos metros.

— Oye, ¿te encuentras bien?

— Sí solo... —camina y se tambalea. — Sólo debo descansar un poco, no he dormido nada.

— Eso no es bueno.

— Lo sé, pero encontrar a ese niño es lo más importante ahora.

— Deberías ir a comer algo, mientras todos regresan.

— Sí, creo que eso haré.

Comienza a caminar hacia la puerta donde salimos antes. La sigo de cerca porque parece que en cualquier momento va a caerse.

Al entrar a la estación ella se dirige de nuevo a la sala donde trabajan y yo voy directo a hablar una vez más con la oficial de recepción para encontrar a la persona que busco.


¡Hola! 💜

¿Recuerdan que les dije que sería importante una ubicación?
Bueno ya vimos por qué o al menos solo una parte. 😈

¿Cuantas teorias se resolvieron?
¿Cuantas nuevas surgieron?

Lo siento, sé que quieren saber todo lo que ocurre, pero todo a su tiempo y quien sabe puede que ya estemos cerca de saber toda la verdad.

¡Nos vemos el siguiente fin!
Tengan una excelente semana. 💜

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