
Capítulo 19. Jugadas y una próxima visita
Viernes 15 de Julio.
Scarlet
Abro el refrigerador dándole un sorbo a mi chocolate caliente.
Aún me siento cansada por todo lo de ayer, pero cuando veo la comida preparada que me dejó Jass para hoy antes de que fuera a recoger a Mike sonrío sintiéndome como la mujer más suertuda del mundo.
Tengo que hablar con él apenas vuelva.
Íride estornuda sentándose frente a la barra de la cocina mientras termino de empacar mi almuerzo en la lonchera que uso siempre.
Me encanta, es azul con mis flores favoritas, lilis, de color blanco por todos lados. Arsen me la regaló el año pasado en mi cumpleaños.
— ¿Estás bien? ¿Quieres ir al doctor?
— No, solo me pica la nariz. —contesta indiferente.
Frunzo el ceño por su tono. Son pocas las veces en que Íride me ha hablado así.
La última vez que lo hizo fue hace seis años cuando no fui a su fiesta de cumpleaños. Ella estaba realmente dolida y enojada cuando fui a darle su regalo al otro día.
— ¿Nos escuchaste ayer? —sirve chocolate caliente en su taza ignorándome. — Sé que estuve mal al reaccionar así y me siento muy mal por lo que dije. Lo siento, no era mi intención que nos escucharas.
— No te disculpes conmigo, yo no necesito tus disculpas. —sus ojos miel me escudriñan con molestia.
¡Genial! No sólo un hermano Green está molesto sino los dos.
— Cualquiera podía escucharlos si estuviera en la casa, da gracias a que Arsen no estaba aquí.
No me gusta cuando mencionan a mi niño y me hacen sentir como una irresponsable.
— Sé muy bien que no estaba aquí, por eso exploté, no tienes porque decirme lo que ya sé.
— Eso es lo que te molesta, ¿cierto? —sonríe triste cómo si estuviera decepcionada. — El que te digan cuando fallas y sabes que tienen razón.
— Dime a qué persona le gusta que le digan eso.
— A mi. —su mirada se endurece. — Prefiero que me digan mis fallas para mejorar a que me dejen seguir haciendo los mismos errores una y otra vez por creer que estoy haciendo bien las cosas.
La veo en silencio. Hay tanto dolor en su mirada y no creo que lo que escuchó ayer la tenga así.
— No hagas que mi hermano se preocupe más. —baja la vista a su taza y hace una mueca. — Él es asombroso, no hay muchos chicos cómo él, tienes suerte de tenerlo. Espero algún día tener a alguien así a mi lado.
Lo sé, por eso me siento tan mal de haber dicho todas esas cosas y más porque no pudimos hablar de eso en la noche.
La Scarlet que aparentó ser fuerte y valiente había desaparecido después de que tomé una ducha y en su lugar había dejado a mi yo miedosa y frágil que comenzó a llorar apenas se acostó en la cama.
Lamenté ir a ver a ese tipo sola. Me enojó no poder recordar el rostro de ese monstruo que se volvió borroso en mi cabeza una vez más. Me sentí tan culpable por lo que le dije a Jass cuando él solo estaba preocupado por mi y mientras lloraba quería uno de sus abrazos para poder dormir tranquila.
Lo cual no pasó porque una pesadilla más horrible me acechaba cada vez que cerraba los ojos antes de quedarme dormida.
Fue una larga noche en la que sólo dormí tres horas.
Íride me ve de nuevo y ahí esta. Sus ojos se han puesto rojos y su labio tiembla.
Algo más la tiene así, apunto de quebrarse.
Me acerco e inmediatamente me abraza cuando estoy a su lado.
— No estás así por Jass y yo, ¿qué pasó?
— No le digas a mis hermanos. —esa no es una buena señal y menos cuando comienza a sollozar. — Otro chico... me...
Demonios no de nuevo.
— ¿Qué te hizo?
— Lo mismo de siempre, me engañaron.
La abrazo como Jass lo hace conmigo para hacerme sentir segura.
— No es tu culpa, no perdiste nada, él sí. —continua llorando destrozada y ahora quiero llorar con ella. — Eres maravillosa y sí él dice lo contrario es porque no vale la pena, le falta vista para ver la fabulosa chica que eres.
— No lo creo, sino ¿por qué dijo que yo merecía más? —se separa conteniendo el llanto mientras sorbe su nariz. — ¿Es verdad? O, ¿No soy suficiente para él porque hay algo malo en mí?
Suspiro tomando sus hombros.
Jamás creí dar alguna charla sobre eso, principalmente porque me duele saber que alguien más pasa por lo mismo que yo pase. El no sentirse suficiente para alguien y cambiar para agradarle. Sin embargo, todo indica que la princesa caramelo necesita esa charla ahora.
— Sí un chico te dice que mereces más es porque tiene razón. Mereces algo mejor y alguien que te haga sentir tranquilidad, alguien con quién puedas estar así y solo quiera hacerte sentir mejor.
Te escuchaste tan profesional.
— ¿Llorando?
— Así es, no cualquiera te mirará con amor cuando se te salen los mocos, ¿o sí? —pregunto divertida sacándole una sonrisa.
¿Quién fue el idiota que se atrevió a lastimarla? ¿Habrá sido el chico que Jass mencionó el martes?
Quién haya sido merece una lección de no lastimar a las personas que saludan a los perros en la calle y le encanta agradecer a los arboles por darnos oxigeno.
Espero no conocer a ese idiota o va a estar en problemas.
Suenas como Jass en modo protector.
— Cómo dice tu hermano, sí el idiota no ve tu luz significa que brillas más que el sol y lo deslumbraste tanto que lo dejaste ciego.
— Supongo que fue Mike quién lo dijo.
— Así es, porque Jass nos daría uno de sus grandes abrazos mientras nos deja sacar mocos a gusto hasta calmarnos.
— Mis hermanos son geniales. —limpia sus mejillas riendo.
Le diría algo como "esa es la princesa caramelo que conozco" pero estaría tentando a la suerte y eso podría hacer que se enoje.
— Sí no voy a la Universidad, ¿puedes cubrirme?
La miró sin creer que diga eso, porque según recuerdo el domingo mencionó que hoy era el día de las inscripciones para los equipos oficiales de deportes de cada Facultad. Debido a que ella es parte del club de béisbol y ha pasado todas las pruebas para calificar como miembro oficial, no creo que quiera volver a iniciar desde cero el siguiente semestre.
Además recuerdo que Ian dijo que ella es la mejor lanzadora de su club.
Aquí huele a más de un gato encerrado.
— ¿Qué planeas hacer?
— Nada, solo no tengo ganas de ir hoy. —se encoge de hombros.
Entrecierro los ojos para que me diga porque no quiere ir y funciona porque bufa resignada.
— El chico está en mi club y no quiero verlo, creo que solo fui parte de su jugada para que entrara al equipo.
— ¿Qué? ¿Por qué piensas eso?
— Me pidió ayuda porque las admisiones para el siguiente semestre ya estaban cerradas debido a que las prácticas de verano habían comenzado antes de lo normal. —me explica cuidadosamente porque sabe que no comprendo bien el béisbol. — Es un buen pitcher, lanzador, se lo mencioné al entrenador y lo dejó entrar sólo porque yo le dije y ahora ya ni siquiera me habla y cuando lo hace me trata mal.
¡Que tipo más idiota!
— De acuerdo, entiendo princesa caramelo. —me separo para despeinarla haciendo que ella se queje molesta. — Pero debes ir, no le des el gusto de dejar algo que amas.
Te lo dice quién tiene experiencia en el área y es una de las peores cosas que uno puede hacer.
— Pero tendré que practicar con él hoy y probablemente el siguiente semestre también.
— Pues vas y practicas enseñándole que eres la mejor picheando.
Se carcajea.
— Así no se dice, pero entiendo.
— Además puedes arrojarle una pelota por accidente y así lo dejas de ver por un tiempo.
— ¡Scar!
— ¿Qué? Los accidentes pasan en el béisbol, ¿no?
— Sí, pero me causaría una infracción y no quiero estar en la banca.
Sonrío mientras me estiro para tomar mis cosas de la barra.
— Entonces ve al entrenamiento y gana ese lugar en el equipo oficial o de lo contrario ni siquiera estarás en la banca el próximo semestre.
— Bien, iré a cambiarme.
— Cierra bien la puerta al salir, nos vemos más tarde.
— Nos vemos.
Me despido dándole un beso en la mejilla y me dirijo a la puerta para salir. Camino de prisa cuando el chofer del taxi me llama avisando que esta llegando.
En un inicio me encantó la idea de vivir en una zona privada, pero en momentos como este creo que no fue una buena idea pedir un taxi, porque tengo que correr como tres calles a bajo para salir de las propiedades ya que no se permite la entrada a autos desconocidos.
— Buenos días, a Davy Enterprise por favor.
Acomodo mi bolsa y maletín sobre el asiento mientras reviso los mensajes que ignoré luego de leer los mensajes de Jass diciendo que ya estaba en la casa de sus padres y que lamentaba no hablar sobre lo sucedido ya que su mamá no lo dejó conducir de regreso porque era noche y se quedaría allá a dormir.
Aunque estemos enojados le decimos al otro donde estamos para que no se preocupe, cosa que no hice ayer y eso causó una discusión que tenemos que resolver más tarde.
Mamá tenía razón cuando dijo que él era el chico correcto.
Henry
Termino de leer los papeles sobre la demanda del señor Adams mientras Nick, el hermano de Scarlet, termina una llamada.
No entiendo porque vino aquí.
Desde ayer ya no estoy involucrado en la demanda al encontrar irregularidades en el proyecto que está costando toda la economía de Davenson.
— Gracias por los papeles, pero creo que te debieron decir que yo no soy el encargado ya de eso. Incluso creo te citaron con los abogados de Davenson.
— Creí que querrías tenerlos tú con anticipación. —se encoge de hombros despreocupado. — Así puedes buscar la mejor manera de no salir demasiado involucrado.
— Ya me encargué de eso ayer, pero no entiendo porque estás haciendo esto. —lo miro confundido. — Creí que me odiabas.
— No te odio, sólo no me agradas. —se inclina hacia mi escritorio y por su expresión sé que sacará un tema que no me gusta. — Además también vine a exigirte que te mantengas alejado de mi hermana.
Sonrió divertido y por su gesto creo que no le sentó mi risa.
— Creo haber escuchado eso antes, en especifico cuando accediste a casarte con Heather, ¿qué quieres que haga esta vez?
— Sé que no quieres a Scar y sólo quieres divertirte. Así que busca alguien más para eso, porque ella está por casarse y no dejaré que arruines su felicidad.
Nick siempre metiéndose donde no lo llaman.
— Entonces lo de su compromiso va en serio.
Y significa que no es un juego estúpido de Jason o de mis padres.
— Para nuestra mala suerte Nick, aún existe un par de viejos que quieren llevar a cabo un plan estúpido y no descansarán hasta que Scarlet termine casada conmigo.
— Te equivocas, mi abuelo no quiere relacionarse con ustedes por la demanda de Adams, así que ese plan ha terminado.
— Eso es lo que crees. Sabes que mis padres no se rendirán, no lo hicieron cuando mi hermana estaba enferma y no lo harán ahora.
— Pero sí tu quisieras seguir el plan de tus padres ya lo habrías hecho. —se recarga de nuevo en la silla sonriendo. — Desde que supimos de Arsen las cosas cambiaron y...
— Él no tiene nada que ver, lo sabes, no cuando mi hermana terminó mal.
Recordar todo lo que tuvo que pasar Heather por involucrarse con él para hacer felices a mis padres y al viejo me da un cólera horrible.
Ella no tenía porqué sacrificarse. Debía ser yo.
— La situación debió ser diferente. Ella no merecía sufrir así. —su ceño se frunce mientras toma el folder que le doy de regreso.
Hay melancolía en su voz y eso me hace pensar que tal vez Nick si llegó a querer a mi hermana de alguna manera, aunque no estaría muy seguro.
Nick puede ser un laberinto sin salida con tantas cosas que guarda y sabe. Por eso mi padre lo quería de nuestro lado.
— Además ya hay alguien con el apellido Davenport en mi familia tal cómo querían, no entiendo por qué tus padres siguen insistiendo.
— Yo tampoco, pero por como están las cosas no sólo es mi familia quién quiere eso.
Masajeo mi cuello frustrado de todo lo que ha pasado en poco tiempo.
Tengo tantas cosas que arreglar.
— Hay más de una persona externa que quiere que Scarlet y yo estemos juntos. Y te aseguro que harán sus jugadas para que eso suceda.
— ¿A quienes te refieres?
— Varias empresas han hecho tratos para asociarse con Davenson y lo único que esperan es mi casamiento con Scar. —suspiro cansado.
Al fin puedo contarle a alguien todo lo que está sucediendo y es gracioso que justo sea Nick.
— Incluso Gina quiere mover sus piezas en el tablero para que eso pase y ella también salga ganando.
Tan sólo pensar que tal vez esa desquiciada termine involucrando a su hijo para obtener lo que tanto quiere me hace hervir la sangre.
Se qué no me relaciono tanto con él pero aún así es mi sobrino y no quiero que le pase nada malo.
Se escucha tan raro decirle así.
Quién diría que tendría sobrinos tan pronto, aunque uno no lo sea cómo tal y lo único bueno de todo es que ellos se llevan bien entre sí.
— Hay algo que debes saber Nick. —tomo una bocanada de aire. — Tal vez quieran acercarse a Arsen para que el plan de los viejos funcione.
Aunque no sería la primera vez que un niño está en problemas por culpa de mi familia, si involucran a Arsen todo podría convertirse en un gran problema.
Incluso podría ser más grave que cuando David llegó a la familia para ser mi hermano.
Scarlet
Apago el auto frente a la heladería que está cerca del preescolar de Arsen.
Dado que Jass aún no llegaba a Davy y Harper escuchó que vendría por Arsen inmediatamente me dio las llaves de su auto, ya que eso significa que lo llevaría a la oficina.
Salgo del auto para ir a comprar un par de helados mientras sale mi niño. Cada que vengo por él siempre le compro un helado para que coma en el camino de regreso.
Hay varios niños a mi alrededor junto a sus madres, todos usan batas de diferentes colores para identificar el grupo al que pertenecen. Arsen usa una bata naranja.
— Un helado de fresa y otro de vainilla.
— Muchas gracias, que tenga un buen día.
Esquivo a unos cuantos niños que corren para entrar mientras camino a la salida. Al salir veo a algunos niños con batas naranjas en la banqueta y eso significa que mi niño ya está listo para irnos.
Me acerco hasta la puerta y la maestra que entrega a los niños parece un poco frustrada. Tal vez hoy fue un día duro.
— Hola, buenas tardes, ¿a quién viene a recoger?
— Hola, soy Scarlet, la tía de Arsen Lovelace de segundo año grupo C.
— Arsen, de acuerdo déjeme checar. —Ella revisa la lista de personas autorizadas para recoger a Arsen y frunce el ceño. — Ya vinieron por él, lo recogió su papá.
— De acuerdo, gracias, buen día.
— Adiós.
Me alejo de la puerta para dejar que las madres pidan a sus hijos.
Le mencioné a Nick que vendría por él, pero tal vez se le olvidó.
Y ahora tengo dos helados a punto de derretirse. Debí esperarme hasta después de recogerlo.
❀
Me siento satisfecha con el diseño que me han mandado.
Este si es un trabajo para estar orgullosa.
Las dos nuevas practicantes a mi cargo están en diferentes proyectos, lo cual ha generado varias discusiones entre ellas, pero lo han resuelto bien desde que les dije que el trabajo de una repercute en la otra.
Mientras que Jane está volviendo a hacer su prototipo, Denisse acaba de enviarme el suyo casi terminado en un documento agregando algunas dudas y pidiendo mi opinión.
Son extremos opuestos sobre cómo trabajan.
— Se te ve feliz, ¿Jane terminó?
— No, Denisse fue quién lo envió. —veo a Harper tomar asiento a mi lado. Al fin regresó de comer. — Te dejé tus llaves en el cajón derecho donde las guardas siempre.
— Muchas gracias corazón, pero ¿dónde está mi rubio encantador?
— Sí te escuchara que le dijiste así te vería feo, sabes que no le gusta.
— Lo sé, pero es adorable verlo enojado por eso. Me encanta cuando cruza sus brazos haciendo un lindo puchero mientras te fulmina con la mirada arrugando la nariz. —sonríe enternecida haciendo cada gesto igual a mi niño. — ¿Se fue con Joe por dulces de fresa?
— No, me dijeron que Nick había ido por él y ya no pude traerlo.
— Pero le dijiste que irías tú, ese Nick anda olvidadizo.
— Le mandé un mensaje hace rato pero no me ha contestado. —me encojo de hombros. — Ya sabes que cuando él va a recogerlo lo lleva a algún parque antes de llevarlo con la mamá de Sam.
— Se la han de estar pasando bomba y uno aquí queriendo verlo.
— Lo traeré otro día o podrías ir a casa también. —mi celular suena avisando una llamada. — ¡Oh! Mira es Nick.
— Bien, ponlo en altavoz para regañarlo.
Rio atendiendo la llamada poniéndola en el altavoz.
— Hola, ¿qué pasó? ¿se la están pasando bien?
— ¿Quienes? —se escuchan ruidos de autos, probablemente estén cerca de la calle. — Acabo de regresar al despacho porque fui a dos reuniones afuera de mi oficina y sólo llame para decirte que no le des dulces porque dijo que le dolían sus dientes en la mañana.
— Espera, ¿qué?
— Que no le des dulces a Arsen y que no coma cosas duras hasta que lo lleve al dentista.
— Pero Nick...
— Sí ya sé que quiero mandar a todos al doctor, pero pronto comenzará a mudar sus dientes y no quiero que se vaya a asustar cuando pase, por eso lo llevaré al dentista para que le dé una explicación detallada. Ya conoces cómo de exigente es mi hijo.
— Nick espera, no te estoy entendiendo.
— ¿Se escucha mucho ruido? Lo siento, dame un segundo y te lo repito cuando entre al edificio.
— No Nick, si te escuché, pero no entiendo porque me estás diciendo eso cuando Arsen está contigo.
— ¿Qué?
Volteo a ver a Harper y ella se encuentra frunciendo el ceño.
— Arsen está contigo, fuiste por él hace rato.
— No, ayer me dijiste que irías tú por él.
— Pero cuando fui a recogerlo, me dijeron que ya habías ido por él.
— Yo no fui hoy por él.
Su respuesta hace que un nudo se forme en la boca de mi estómago.
— ¿De qué estás hablando? —siento un escalofrío subir por mis pies paralizándome. — ¿Lo dejaste ya con la señora Jiang?
— No, le dije que irías tú por él y dijo que entonces se quedaría en la cafetería ya que no iba a estar el señor Louis para atender porque está enfermo. Por eso te estoy hablando para que no le des dulces.
— Pero si no está con la señora Jiang ni conmigo, debe estar contigo.
— Te digo que no. —Escucho su voz preocupada y ahora yo también lo estoy. — Scar no bromees.
— No estoy bromeando, Arsen no está conmigo, me dijeron que lo había recogido su papá.
— Pero no está conmigo tampoco.
La maldición que exclama Nick del otro lado antes de colgar me quita la respiración.
No despego la vista de mi celular con la esperanza de que me llame de nuevo diciendo que todo era una broma, pero mi celular no vuelve a sonar.
Un zumbido atraviesa mis oídos.
Okay tranquila tal vez sea una confusión y él esté con Jiang.
— Scar. —la voz de Harper se escucha lejana.
Me levanto de mi silla sintiendo mis piernas temblar. Tomo mi teléfono para volver a llamarlo mientras sostengo mi cabeza cuando comienzo a ver demasiados puntos negros a mi alrededor.
Maldita sea ahora no.
Necesito asegurarme de que mi niño está bien. Necesito llamar a Nick para que me diga que él está bien.
Vuelvo a llamarlo una y otra vez, pero cada llamada me manda directamente al buzón.
— Tal vez sea un malentendido, esperemos que vuelva a llamar.
Por favor que sea eso.
El solo pensar que pueda pasarle algo a Arsen me deja la mente en blanco. Yo no soy capaz de pensar en otra cosa que no sea él.
Por favor que nadie se lo haya llevado.
El pensamiento de que él se lo haya llevado porque no fui a verlo ayer aparece en un rincón de mi mente cortándome la respiración.
Abro la boca para hablar mientras camino hacia Harper pero ninguna palabra sale y segundos después sólo la escucho gritar mi nombre.
Íride, me dueles, quiero darte un abrazo.
Scar, me dejaste en blanco con todo lo que sientes.
¡Henry deja de jugar con mi cabeza por favor!
*terminando de editar hoy mismo*
¿Cómo han estado?
¿Qué tal les fue en todo enero? ¿Comieron ricos tamalitos ayer o hasta hoy?
Los leo, me gusta echar chisme. Ja, ja, ja, ja.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
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