
Capítulo 4: Sin conocimiento
Me había enamorado mágicamente de Dulce, sabía quería tenerla como novia, ya había preparado todo para declararme ante ella lo que sentía. La cité para decirle lo que sentía, estaba muy nervioso al principio, pero ya sabía lo que tenía que hacer.
—Hola, Dulce —la saludé de beso en la mejilla, casi en la boca como siempre.
—Hola, Ale —respondió dulcemente.
—Te cité porque necesito decirte algo, algo que ya no puedo ocultar, y como no tengo el valor suficiente para decirlo en palabras te escribí esta carta, por favor léela.
Le entregué la carta algo nervioso. Después de leer la carta que le escribí me le declaré, dándole una rosa roja le dije:
—Eres la única que me hace suspirar. Desde que llegaste a mi vida mi corazón volvió a latir. Eres el amanecer que siempre alegra mi día. Eres la calma en medio del caos. Eres mi sol, mi luna y todas mis estrellas. Te quiero tal y como eres. No sé bien que somos, pero tampoco quiero que seas de alguien más. Me cansé de tenerte en mis sueños, quiero tenerte en mi realidad. Por eso estoy aquí para decirte que si ¿me harías el honor ser mi novia?
Después de eso vino el silencio, ese silencio que no te dice nada, pero que a la vez lo dice todo, ese silencio que te rompe el corazón y te desgarra el alma, sabía que con ese silencio me había equivocado en todo, todo lo que le había dicho.
—¿No me digas que realmente te enamoraste de mí? —preguntó confundida.
—Obviamente que sí.
—Eres lindo y todo eso, pero creí que sabias que lo nuestro solo era juego y ya, solo era diversión y de allí no pasaba, yo solo te quiero para pasar el momento, eso es todo.
—Yo estoy seguro de lo que siento por ti, ya que no lo siento por nadie más, y lo noto más cuando tú no estás.
—En serio lo siento, la verdad eres exquisito y no puedo estar contigo —pensó por unos segundos—. Te propongo algo, si quieres podemos ser amigos con derechos, solo nos veríamos para tener relaciones y sería una relación abierta y sin compromiso.
Después de lo que me dijo, me planteé la posibilidad de aceptar, al fin y al cabo, solo me había enamorado de su cuerpo y no de su forma de ser, y si tenía la posibilidad de disfrutarlo no veía porque negarme. Al final terminé aceptando su propuesta. Luego de que ella se fue sentí una extraña sensación, entre satisfacción y frustración, no era lo que esperaba, pero estaba satisfecho, entonces decidí que seguiría con lo planteado.
Pasó el tiempo e hicimos la práctica final, era un platillo bastante complejo y nos llevó mucho tiempo prepararlo, al final lo pudimos terminar y el profesor lo probó, su cara al hacerlo era de aprobación, aunque no nos dio la calificación en ese mismo instante, tenía la sensación que nos iría bien y sacaríamos una buena nota.
Mi madre al salir constantemente de viaje no era gran preocupación para mí. Con el tema respecto a Karla, seguía muy de cerca su relación para saber si el patán de Isaac no le había hecho algo malo. Vladimir y Noemi casi siempre estaban juntos, lo cual empezaba a sospechar que se gustan y/o se atraían. Ángel seguía muy pegado a Caro y ya se empezaba a ver su desesperación por estar con ella. Y al final también seguía viendo constantemente a Gaby para practicar deporte.
Un día, en el camino hacia la escuela, me encontré a Adriana. Nos fuimos juntos para el colegio, empezamos a platicar y poco a poco surgió el tema de mis relaciones.
—¿Qué crees, Adriana?, te tengo una noticia —dije entusiasmado.
—¿Qué pasó? —respondió curiosa.
—Cuando estaba platicando con Dulce, una cosa llegó a la otra y al final terminamos siendo amigos con derechos.
Cuando dije eso vi como su miraba decaía, se veía decepcionada o algo así, se empezó a poner triste y se le veía que empezaba a derramar una lágrima. Justo cuando estaba a punto de preguntarle el porqué de su comportamiento salió corriendo como si le hubieran hecho daño. Me quedé perplejo, no sabía lo que estaba pasando ni porque había reaccionado así, ¿acaso fue algo que dije?, ¿acaso le hice daño?, no lo sabía y eso me preocupaba, la aprecio y no me gustaba verla así.
Ya en clase ese mismo día vi a Ángel muy pensativo, y yo ya acabando la actividad que nos dejó el profesor me dispuse a averiguar por qué él estaba así.
—Hola, ¿en qué tanto piensas? —pregunté curioso.
—En que ya es tiempo que me le declare a Caro, créeme que ya no puedo esperar más.
—Sí, ya, tranquilo, ¿y entonces que tienes en mente?
—Todavía no lo sé con certeza.
—Espero que sea algo muy especial, sorpréndela con algo que no se espera, ya pasó el tiempo para que no sospechen que terminaste a Ana por Carolina, entonces ya eres libre de hacer lo que quieras.
—Sí, todavía no sé qué hacer exactamente, pero voy a necesitar que me ayudes.
—En lo que quieras hacer yo te apoyo, sea lo que sea.
En ese momento el profesor se levantó de su mesa, ya tenía los resultados de nuestro primer examen práctico. Yo estaba un tanto nervioso, no sabía que calificación nos iba a sacar a mí y a Ángel ya que la práctica fue en parejas.
Empezó a dar los resultados, me estaba dando cuenta que a mis compañeros no les estaba yendo bien, pero por fortuna Ángel y yo sacamos las calificaciones más altas de todo el grupo. Todo fue un regocijo para nosotros, eso quería decir que tenía un tiempo libre antes que empezara el siguiente periodo de evaluación.
Saliendo del colegio me mandó un mensaje Dulce que decía que quería verme, obviamente ya sabía que es lo que quería, ella ya tenía ganas de probar algo de mí y yo también tenía ganas de hacer lo mismo con ella, así que me dispuse a verla. Cuando llegué a casa me cambié, me aseé y me fui con todo lo necesario, un buen perfume, una buena ropa y lo que no tenía que faltar, un condón. Al llegar a su casa nos pusimos muy cariñosos y ella se abalanzó sobre mi como una fiera en celo, ni me dio tiempo de hacer algo más. Ya después sucedió lo obvio, tuvimos relaciones. Fue una experiencia bastante bonita y satisfactoria, había tenido lo que tanto añoraba y eso me hacía sentir muy bien, aunque no de la mejor manera.
Al día siguiente, despertando en la mañana me encontré con un mensaje de Ángel diciéndome que necesitaba verme con urgencia. Llegué a su casa, toqué la puerta y me abrió una de sus hermanas, me dejó pasar adentro. pregunté por él y me dijo que estaba en su cuarto, por lo que me dispuse a ir allí.
—¿Qué pasó?, ¿Cuál es tu urgencia? —pregunté preocupado.
—Ya sé que como me le voy a declarar a Caro.
—¿Es en serio?, ¿para eso la tanta urgencia de verme?, yo preocupado que te había pasado algo y tú me dices que son por tus cosas, no jodas, Ángel —dije con un leve tono de molestia.
—Sí, ya, perdón, pero enfócate en el tema, ya tengo la idea de cómo declararme a Caro.
—A ver, ¿cuál es tu magnífica idea? —dije con sarcasmo.
—Sabes manejar, ¿verdad?
—Sí, claro que se manejar, pero ¿eso qué tiene que ver con tu plan? —dije confundido.
—Tiene mucho que ver con el plan.
Después de contarme todo lo que tenía planeado hacer me sorprendí bastante porque la verdad era impresionante su plan. Era un tanto difícil de realizar, pero no imposible, realmente se había esforzado por declararse de buena manera.
Al día siguiente le mandé un mensaje a Karla diciéndole que tenía que verla para hablar sobre un asunto importante, nos veríamos un tiempo antes de la escuela.
—Hola —la saludé de beso en la mejilla.
—Hola, ¿qué pasó?, ¿para qué querías verme?, no me digas que es por el tema que hablamos antes porque sabes que no desistiré de mi decisión.
—No, no es por eso, aunque yo tenga la razón del tema anterior, lo que te quería decir es que necesito que ayudes a Ángel para que sea novio de Caro.
—Claro que quiero ayudar, Caro está loca por él y sé que cuando él sea su novio será la chica más feliz de mundo, pero ¿cómo puedo ayudar para que eso pase?
Después que le conté el plan se emocionó, se admiró y me dijo que me apoyaría en todo, que en ese sentido no me preocupara porque ya lo tendría resuelto. Eso me aliviaba y le quitaba un peso a Ángel, que se esforzaría demasiado para cumplir su cometido.
Después de pasar unas noches sexuales con Dulce, me di cuenta que en realidad no era lo que yo quería, a pesar que me sentía bien con esos encuentros casuales no sentía satisfacción alguna por lo que hacía, así que después de pensar y meditarlo llegué a la conclusión de que tenía que terminar con esto. Le mandé un mensaje a Dulce para decirle que quería verla en un lugar público lo cual a ella le sorprendió mucho. Al llegar le expliqué lo que sucedía y que es lo que quería hacer.
—Realmente lo pensé mucho y es mejor que no nos volvamos a ver —dije serio.
—Como quieras —respondió molesta.
Después de eso ella se fue y no volví a saber algo de ella, se había terminado un capítulo en mi vida, fue bonito mientras duró, pero ya era hora de acabarlo.
Ese mismo día de camino a mi casa me encontré a Ángel que se veía un poco apurado y agitado, y empezamos a hablar.
—¿Qué pasó?, ¿Por qué estas así? —preguntó preocupado.
—Ya hablé con Dulce y le dije que era mejor que no nos volviéramos a ver.
—En serio lo siento, amigo, sé que te sientes un poco mal por eso, si quieres suspendemos la sorpresa a Caro para que te recuperes.
—No te preocupes, ya tienes todo preparado y no quiero que por mí no cumplas, estaré bien.
—¿Entonces seguimos con el plan?
—Sí, claro, deja le aviso a Karla para que esté lista.
—Está bien, yo ya conseguí el carro, nada más te espero allá, espero que todo salga a la perfección.
—Tú no te preocupes, todo saldrá bien —le di ánimos.
Después de eso nos despedimos ya que mañana sería el gran día esperado, él se veía muy contento y feliz y eso a mí me alegraba mucho.
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