Capítulo 18: Siempre hay una salida
Con el proyecto final a la vuelta de la esquina, estaba buscando unos ingredientes que necesitaba para el proyecto. Cuando, por pura casualidad, me encontré a Carolina en el mercado. La saludé de forma cortes y ella me respondió de la misma manera. Pero me pidió hablar conmigo, yo tenía tiempo antes de que tuviera que regresar a casa para recibir a mi madre, así que le respondí que sí.
—Hola, ¿Qué pasó? —pregunté curioso.
—Necesito decirte algo sobre Ángel.
—¿Qué le pasa?, ¿está bien? —dije preocupado.
—Sí, él está bien, es que siento que lo estoy perdiendo, cada vez se pone más distante y cortante conmigo. En serio lo amo, pero no quiero ser un obstáculo para su felicidad, tengo la sensación que quiere estar con alguien más.
Carolina ya se había dado cuenta que Ángel estaba muy confundido. Él en verdad sí la quiere, pero solo necesitaba recordar lo que hizo que se enamorara de ella y la eligiera por encima de todas las demás.
—No pasa nada, Caro —intenté tranquilizarla—, solo que Ángel no la está pasando muy bien. Yo te recomiendo que lo busques y hables con él. También te ama y le dolería que te fueras de su vida. Todos en una relación pasamos varias etapas, esta es una de ellas, están en el momento de crisis, en el que ya no se siente la misma satisfacción del principio, en la que empieza el aburrimiento y se cae en la monotonía, todas las relaciones pasan por lo mismo. Para que su relación funcione, tienen que poner esfuerzo de las dos partes si es que en realidad quieren seguir con su noviazgo.
Carolina se puso muy pensativa, ya no quería hablar sobre el tema. Se despidió y se marchó, ya no tenía más que decir.
Seguí buscando los productos necesarios y pensando que es lo que haría Carolina al respecto de lo que le dije. Lamentaría mucho que esa relación de tanto tiempo terminara y se fuera a la borda. También estaba pensando en cómo me le declararía a Abi.
Habían pasado los días y ya tenía todo listo para mi proyecto. Ya sabía que es lo que haría para ese día y me estaba empezando a poner nervioso para que llegara.
También pasé tiempo de calidad con Karla, nos estábamos empezando a hacer otra vez cercanos, aunque cada vez que hablábamos me decía que tenía algo que decirme, pero al final siempre cambiaba de tema, no sabía que eran tan importante y la vez no como para que no me lo dijese. Con respecto a Abi todo iba bien, ya había comprado todo lo necesario y ya había hecho los preparativos. En referencia a Ángel, su relación estaba en un momento crítico, parecía ya no tener salida y eso me entristecía.
Desperté y me levanté de la cama, ya era el día en el que presentaría el proyecto del curso. Ya tenía todos los ingredientes que necesitaba para el platillo, solo era cuestión de hacer el proyecto enfrente del chef y mostrarle como quedaría terminado. Agarré todo lo que necesitaría, me di un buen baño y cuando me arreglé bastante bien, me dirigí al colegio.
Llegué unas cuantas horas antes para prepararme lo mejor posible. Arribé con buen tiempo, me dirigí al salón para empezar a preparar todo. No sé si fue por suerte o desgracia que yo sería el primero en presentar el proyecto, así que la presión era aún mayor.
En el camino me encontré a Carolina y Ángel en una discusión algo fuerte, intenté que dejaran de pelear, pero resultó peor de cómo lo esperaba.
—Ya dejen de pelear, parecen marido y mujer —dije tratando de calmar los ánimos.
—No exageres, ni siquiera estamos casados —dijo Ángel con tono de molestia.
—Sí, porque seguro no te quisieras casar conmigo —respondió Carolina con un tono aún más de molestia.
Siguieron peleando y ya me estaban a empezar hartar, quería zafarme de ese lugar porque me agobiaban.
—¡Ya cállense! —grité y los dos se callaron en seco—, ya estoy harto de sus discusiones, estoy muy estresado por el proyecto final, querer pedirle a Abi que sea mi novia y ahora sumándole que tengo que arreglar su pelea. Mejor vayan a un motel y allí arreglan su discusión, se los aseguro.
Inmediatamente después de la contestación molesta me fui del lugar, no sabía que iban a hacer después, pero tampoco le daba mucha importancia en ese momento, solo quería hacer mi proyecto y estar más relajado.
Llegué al salón, saqué las cosas de mi mochila y acomodé las cosas necesarias en la barra principal. Unos minutos de preparación fueron suficientes antes que el profesor llegara y unos compañeros más. En la presentación me puse un tanto nervioso, pero no tanto como para arruinar el trabajo. Me fue muy bien, al parecer, por la cara de satisfacción del profesor.
Después de acabar la presentación del proyecto solo me quedaba por hacer el pedirle a Abigail que fuese mi novia. Me sentía muy emocionado y aliviado de ya no tener la presión de la escuela. Ya estaba todo preparado para hacerlo, me calmaba saber que si le gustaba a Abi al recordar que la escuché hablando con Noemi.
Decidido a buscarla, recolecté todo lo que era necesario y me dispuse a hacerlo. Le hablé por teléfono y le dije que quería verla en el parque, así tenía la oportunidad que le dijera.
Después de un tiempo esperándola ella llegó, tan bella como siempre, me sentía un poco nervioso, pero disimulaba no estarlo. Me le acerqué lentamente pensando en cada palabra que iba a salir de mi boca, con una pequeña caja y una nota ocultándola detrás de mí.
—Sé que no ha pasado mucho tiempo desde que nos conocemos —empecé mirándola a los ojos—, pero creo que ya es momento de decirte que en realidad me gustas mucho, no sé cómo es que llegué a sentir esto por ti, pero así es.
Inmediatamente le entregué una pequeña caja, lo abrió y contenía una alhaja en forma de collar, era algo muy simple pero muy bonito. Junto en la caja había una pequeña nota que decía "La imagen de tu sonrisa tengo grabada en mi mente, llegaste a mi vida y todo cambió, lo llenaste de alegría y yo por ti perdí la razón".
—¿Y si te invito a ser novios? —me acerqué demasiado mirándola fijamente a los ojos—, ¿qué dices?
Después de eso Abi no dijo ni una sola palabra, miró hacia otro lado, otra vez quedaba el silencio que tanto me perseguía y que tanto me dañaba, ya sería mucho que sucediese de nuevo. Pero este silencio era diferente, parecía que solo pensaba, por lo que esperaba una mínima oportunidad de que me diera una respuesta que me alegrara.
—¿Qué pasó, Abi?, ¿acaso no te gustó el regalo o no sientes nada por mí?
—No es eso, en realidad sí me gustas y quiero algo contigo, pero... —bajó la mirada— tengo miedo.
—¿Miedo de qué?
—Las ultimas relaciones que tuve me lastimaron, antes de Daniel tuve un noviazgo en donde él me mucho daño, sufrí mucho debido a su causa, tengo miedo a que me suceda lo mismo.
—Mírame directamente a los ojos y dime si me crees capaz de hacerte algún daño —dije sonriente.
Ella alzó la cabeza y me miró directamente a los ojos, nuestras miradas se acercaron, estábamos demasiado cerca como para sentir su respiración. Estuvimos de esa manera como un par de minutos, tenía muchas ganas de besarla.
—No, la verdad no creo que me hagas daño —empezó a sonreír.
Por fin, con su respuesta, me alegró, me sentía el hombre más feliz, al parecer la vida se estaba empezando a inclinar a mi favor, después de tanto sufrimiento ya era tiempo de ser feliz. Le puse el collar y nos besamos, fue un beso mágico, un beso que era difícil de explicar. Después de eso nos abrazamos con mucho cariño.
Habían pasado ya un par de semanas desde que Abi me había dicho que sí, me sentía muy feliz y mi vida ya era mejor, pasábamos la mayor parte del tiempo juntos y habíamos salido un par de veces, pero ahora como el estatus de pareja sentimental. No había visto a Karla en esas dos semanas, ella también tenía la presión de presentar su proyecto final y yo no quería hacer que se sintiera distraída, hablamos un par de veces por teléfono y siempre que iniciábamos la conversación siempre me decía que tenía que contarme algo, pero al final cambiaba de tema, eso ya me empezaba a hartar, no le dije nada sobre lo de Abi porque eso se lo quería contar en persona. Le conté a Ángel lo que pasó con Abi y se puso muy feliz por mí, me apoyó bastante, aunque no sabía que hacer todavía con respecto a su novia, pero parecía que las cosas iban a tener solución. Caro le había dado un ultimátum y ya por fin se aclararía la situación. Con respecto a Vladimir y Noemi todo iba bien, nada interesante que contar.
El día de la entrega de calificaciones había llegado, me sentí muy nervioso y ansioso por saber qué es lo que había sacado. Cuando llegué con el profesor me entregó la nota, y cuando la vi salté de alegría, me sentía muy feliz y contento por mi calificación del curso, sabiendo que mi nota fue la mejor de todas era un plus de felicidad, además que el profesor me dijo que por mi nota era probable que me pudiera ganar una beca para estudiar en el extranjero.
Mi vida iba en muy buen camino, teniendo una chica que quería mucho como novia y sacar la mayor nota era lo mejor que me podía pasar, mi vida no podía mejorar, literal.
Después de un par de días y sabiendo que Karla ya había acabado de presentar su proyecto, de simple casualidad me la encontré, la saludé y le dije lo que había pasado, de mi nota y lo de Abi.
Ella, en parte, se puso contenta por lo de mi nota, pero como era de esperarse no tomó de la mejor manera cuando le dije que Abi era mi novia, sus argumentos para que me deshiciera de ella los ignoré, no tenía tiempo como para hacer un disgusto, quería disfrutar de mi felicidad mínimo sin distracciones. En un flashazo de memoria recordé que Karla me tenía que decir algo, por lo que le pregunté.
—¿Qué es lo que me tienes que decir?
Karla se puso algo incomoda y me quería evitar el tema, como ya era normal que lo haría. Eso me molestaba bastante y me carcomía la curiosidad. Se dio la media vuelta y empezó a irse.
—Espera —la tomé del brazo, le di media vuelta y la acerque a mí, nos miramos fijamente—, ya estoy harto de que se supone que me digas que me dirás algo, pero a la hora de que lo cuentes no lo hagas. Si es algo importante dímelo ya, no quiero adivinar que es, sino me lo cuentas es porque no me tienes la suficiente confianza o...
Justo en ese momento Karla me besó.
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