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Capítulo 16: Consecuencia

Al día siguiente del patinaje con Abi me sentía ansioso, tenía muchas ganas de sacar todo lo que sentía en ese momento. Fue casualidad que me encontrase a Ángel y Karla antes de clases en la plaza, ambos platicaban y yo me les acerqué para hacer conversación.

—Hola, chicos —saludé a Karla de beso en la mejilla—. ¿Y Carolina en dónde está?

—Fue a visitar a sus abuelos y regresará en unos cuantos días —respondió Ángel.

En ese momento iba pasando la persona con la que quería desahogar toda la molestia que tenía por dentro y nada ni nadie me iba a detener.

—Ángel, agárrame esto —le dije con un tono molesto y le entregué mi celular.

—¿A dónde vas? —preguntó confuso.

—A hacer una locura.

Me dirigí directamente a Daniel para golpearlo. Me acerqué y cuando estuve a buena distancia de él, le pegué un buen puñetazo en su quijada. De la fuerza del golpe se cayó al suelo, por lo que le dije en tono de mucha molestia:

—¡Te dije que no la hiciera sufrir!

Él inmediatamente se levantó y me puso un puñetazo en el ojo. Ya era más que obvio que íbamos a tener una palea duradera, y yo lo creí así, pero un amigo de Daniel lo separó y Ángel me separó.

Todavía quería golpearlo aún más, pero ya no se podía. Tenía mucha rabia encima, con solo recordar lo que le hizo a Abi me enojaba aún más. Al fin y al cabo, nos separaron y nos fuimos de allí para evitar que algo fuerte pasase.

—¿Estás loco?, ¿qué te sucede? —dijo molesto Ángel.

—La verdad se lo merecía —respondí en el mismo tono.

—Sí, ya sé, pero ese no es motivo como para hacerlo, ten suerte que no te dejó una herida.

Ya habían pasado unas cuantas horas desde aquel incidente y me empezaba a salir un moretón en el ojo, el cual era muy notorio a simple vista. Ángel tenía que entrar a clase y yo no quería que se me viera el moretón, así que le pedí ayuda a Karla con ese asunto. Ella me ayudó a cubrir el moretón con un kit de maquillaje que ella tenía, con eso me acicaló el moretón para que no se me notase. Me estuvo regañando por lo que hice y todo eso.

—Alejandro, no vuelvas a hacer tal tontería, en serio me preocupé demasiado, creí que te haría daño, no valía la pena —lo dijo mientras cubría de maquillaje mi moretón.

—Lo sé, pero realmente se lo merecía, fue estúpido lo que hizo con Abi.

—No es por decir nada malo, pero no se merece lo que haces por ella, no debes de hacerle tantas cosas.

—Perdón por lo que te voy a decir, pero eso no es tu incumbencia, Karla —finalicé serio.

Karla solo rodeó sus ojos y prosiguió lo que estaba haciendo con el moretón. Todavía sentía la rabia de acabar con la existencia de Daniel, pero lo que dijo era cierto, no valía la pena.

Después de ayudarme con mi rostro, me despedí y me fui. En realidad, solo me importaba Abi y nadie más que ella.

Luego del incidente con su "ex", me revolvía el estómago recordar que estuvo con él, me hice mucho más cercano a Abi, casi todo el tiempo estábamos juntos, jugábamos, reíamos, salíamos a diferentes lugares y eso le incomodaba mucho a Karla, le enfurecía tanto que podía ser capaz de amenazar a Abi para que se alejase de mí. Siempre intenté a convencerla de que dejara de estar tan irritada por ella, pero como siempre no me hizo caso.

Ya se empezaba a acercar el proyecto final de nivel de curso y necesitaba una buena receta para acreditar la clase.

Pensaba en la receta que necesitaría, pero había un ruido horrible por parte de mis vecinos, por lo que decidí salir a la calle a pensar. Todo iba bien como un día cualquiera, pero en lo lejos del parque vi a Laura y Ángel juntos hablando y eso era un peligro, conociéndolo podría caer en una incitación que le hiciese Laura y arruinaría su relación con Carolina, por lo que traté de impedirlo acercándome a ellos.

—Hola, chicos —saludé.

—Hola, Ale —respondieron al unísono.

—Laura, me tengo que retirar, nos vemos luego, adiós —dijo de una.

Me despedí de Laura y nos fuimos del lugar. Había llegado justo a tiempo para impedir que Ángel echase a perder su relación con Carolina.

—Gracias, llegaste en el momento justo, estaba a punto de besar a Laura —dijo dejando salir un gran suspiro.

—Sí, me di cuenta —rodeé mis ojos—, acabo de salvar tu relación, me debes una. Te conozco tan bien que sé que, si caías en su incitación, ya no habría marcha atrás.

—En serio te lo agradezco.

—Ángel, reacciona —lo agité—, estabas a punto de tirar tu noviazgo a la borda, no siempre voy a estar cuidándote para evitar que hagas una tontería como la que estabas a punto de hacer. Si en realidad quieres a Carolina entonces no te le acerques a Laura, pero si en realidad ya no te interesa ella entonces díselo, es mejor que termines con todo si es que no estás dispuesto a seguir.

—Sí, ya entendí, solo dame un tiempo para pensar bien las cosas.

—Esta vez tuviste suerte, la próxima es probable que ya no.

La verdad me preocupaba mucho Ángel. Él es un buen chico, aunque es débil en torno a las mujeres, no quería que arruinase su relación con Caro y luego verlo arrepentido de lo que había hecho, solo era cuestión de tiempo para que él lograra destruir lo que tanto le había costado construir con ella.

Un día se celebraba un evento en el colegio, por lo que nos permitieron salir antes. Ángel se iba con Carolina a hacer cosas de novios y yo me quedaba con Karla. Abi nos encontró y se despidió de mí de una forma muy cariñosa. Mi mejor amiga no estaba para nada feliz que yo le hablara a Abi y se ponía celosa de hacerlo. Hablé con ella para que ya no se pusiera así.

—Ya no te pongas celosa —le di un pequeño codazo en tono de juego—, solo es una amiga.

—Sí, eso lo sé —desvió la mirada molesta.

—Entonces, ¿por qué te pones celosa?

—Porque te quiero... —pasó unos segundos de silencio— y ella no es para ti.

—Yo también te quiero, pero no es nada malo que le hable. Y, ¿quién sabe?, quizás en un futuro la convierta en mi novia —le guiñé el ojo.

—Tú puedes conseguir la chica que quieras, pero no ella. Eres lindo, divertido, romántico, detallista, sabes escuchar, sabes bailar, sabes cocinar, sabes cómo complacer a una mujer, etcétera. Eres el hombre perfecto.

—¿Soy el hombre perfecto incluso para ti? —bajé la mirada.

Justo en ese momento y en esas palabras le estaba diciendo lo que sentía por ella y prácticamente me estaba declarando. Todavía sentía algo intenso por ella y allí era el momento justo para decirle lo que sentía y saber lo que sentía por mí.

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