Capítulo 14: La amenaza
Ahora ya la mayoría de las personas con las que me juntaba ya tenían pareja o mínimo estaban enamoradas de alguien, yo solo era yo, no tenía algo que fuera la gran cosa.
Mi madre había regresado de un viaje, pero no tardaba demasiado tiempo para que saliera a otro. Últimamente notaba que Abigail se pasaba el tiempo exageradamente con Daniel, temía lo peor, temía que fueran algo más que amigos y que a él solo quisiera utilizarla.
Un día, después de clases, veía a Abi muy distraída, como si estuviera en otro mundo, es como si estuviera pensando en todo momento en algo y no pudiera concentrase en nada. La verdad me preocupaba eso, y sabiendo que le había gustado Daniel y quería algo con él, no me tranquilizaba para nada, así que me le acerqué para saber porque pasaba eso.
—Hola, Abi, ¿Por qué estas tan distraída? —pregunté confundido.
—¿Cómo sabes que estoy distraída?
—Te lo diré. 1. Le pusiste vinagre a la carne en vez de aceite, 2. Te pasaste en la cantidad de sal que se necesitaba, 3. Casi se te quema el platillo por no revisarlo, 4. Al final no probar el plato. Así puedo seguir enumerando tus errores. En serio, Abi, distraerse en la cocina es peligroso, puede arruinar tu comida y para acabarla tu calificación, así como provocar un accidente.
—¿En serio todos eso errores tuve? —dijo perpleja.
—Sí, y no has respondido a mi pregunta, ¿ahora por qué estás tan distraída?
—No puedo sacarme a Dani de la cabeza, estoy enamorada de él. Por cierto, se me olvidó decirte, ya somos novios.
—Ahora le dices con diminutivo, dime, por favor, que es una broma.
—No es una broma, estoy hablando en serio.
—Pero, ¿por qué?
—Porque es lindo, guapo, es cursi, romántico, sensible, sabe escuchar, etcétera, no pararía de decir maravillas de él.
—Ya me lo imagino —rodeé mis ojos—, pero te sigo insistiendo, no es bueno que estés con él, ya te dije como es porque lo conozco, te digo todo esto porque me importas mucho y no me gustaría que sufrieras por un patán como él.
—También me dijiste que trataba mal a las mujeres y conmigo se ha portado super bien, no me hace nada de daño, al contrario, es un genial chico y me hace muy feliz —sonrió maravillada.
—Así es su modus operandi —rodeé mis ojos—, y en serio te lo aseguro, cuando consiga lo que quiere te va a dejar como cualquier objeto desechable.
—En serio no me gusta como hablas de él —se puso a la defensiva.
—Te lo digo porque es la verdad, estás cegada por su encanto y personalidad, pero está bien, eres libre de hacer lo que quieras —dije molesto.
—Gracias por entender.
—No lo entiendo, solo respeto tu decisión.
Después de eso me sentía un poco decepcionado de ella, creí que entendería lo que le estaba diciendo, pero al parecer no. La verdad era muy triste que otra este cegada por el atractivo de un chico que solo la quiere usar, pero así era ella y no podía cambiar eso. Todo me recordaba a Karla y lo que había pasado con ella.
Con respecto a mi familia tenía la sensación que algo impactante iba a suceder, cuando mi madre regresó de su viaje la vi muy distraída, parecía que le preocupaba algo y eso me preocupaba a mí.
Un día recibí un mensaje de Laura, lo cual era un tanto extraño, no hablamos mucho por lo que esta vez de que me pidiera un rato para hablar con ella se me hizo muy raro. La verdad no sabía por qué, no me dijo los motivos, pero al final acepté tal invitación. Esperaba que no habláramos sobre Ángel, pero ese era el tema más obvio, no teníamos nada en común excepto él.
Me citó en el parque en donde yo jugaba básquet con su hermana, justo un par de horas antes del juego con Gaby. Ya siempre cada semana pactaba un juego con ella y eso ya se hacía costumbre. La esperé practicando hasta que Laura llegó.
—Hola, Laura —la saludé de beso en la mejilla.
—Hola, tengo que platicar una cosa contigo.
—¿Sobre qué? —fruncí el ceño.
—La verdad me gusta tu amigo Ángel y te pido ayuda para poder estar con él. Lo que pasa es que cada que me acerco, se aleja.
—Sí sabes que él tiene novia, ¿verdad?
—No, nunca me lo dijo —se extrañó.
Cuando dijo eso rodeé mis ojos y me molesté un poco, ya tenía idea de que no le diría que tenía novia, conociéndolo no lo haría hasta saber que terminaría haciendo con su situación sentimental. Eso no era una buena señal, empecé a temer lo peor.
—¿Y no te importa que tenga novia? —pregunté confundido.
—La verdad no, no me importa si tiene novia, yo sé que puedo quitársela en cualquier momento.
—Mira —di un gran suspiro—, sé que puede que Ángel sea atractivo, lindo y todo lo que tú quieras, pero él ya es feliz con su novia, te quiero como amiga, pero no te recomiendo que interfieras en su relación.
—Te pedí vernos para que me ayudes, no para que me digas que me rinda —dijo irritada.
—Te estoy ayudando, no te involucres. Eres linda y atractiva y estoy seguro que puedes conseguir el chico que te propongas, pero menos él, no lograras nada. Todo esto te lo digo como amigo, tienes grandes atributos y eres una gran persona, pero si tu plan es tratar de quitarle la novia a alguien que ya es feliz con ella, entonces no puedo apoyarte en lo que me pides.
—Con tu ayuda o sin ella lo lograré, aun así, gracias por tu opinión.
La verdad me preocupaba lo que estaba pasando, Ángel está confundido por lo que quiere hacer con su relación y ahora Laura quiere estar con él, es como el momento perfecto para que él tuviera de donde elegir, pero no me agradaba la idea de que eligiera a alguien más por encima de Carolina, a pesar que no la trataba mucho, sabía que era buena chica y que en serio valía mucho la pena estar con ella. Todo pendía de un hilo, averiguar qué tan fuerte era mi mejor amigo ante la tentación de revivir sus años de gloria y de rompecorazones.
Después de pensar en lo de Abi y a hablar con ella, le prometí que yo haría hasta lo imposible para ver que no sufriera, y eso tendría a conllevar hacer cosas que no había hecho antes, y el punto era que tenía que hablar mínimo con Daniel para advertirle qué si hacía un paso en falso, eso tendría consecuencias malas para él.
Me preocupaba demasiado por Abi y no sabía con exactitud por qué, yo la trataba como amiga y nada más, pero había algo dentro de mí que me decía que estaba equivocado, que no solo era eso y que podía ser más profundo.
No me agradaba la idea de que Abi estuviera con Daniel, pero respetaba su decisión, así que para tratar de que no pasara nada malo intentaría hablar con él, aunque eso conllevaría a deshacerme de mi dignidad, y esperaba él no hiciera nada cruel con ella, como lo solía hacer con las mujeres. Preferiría estar equivocado en que sospechaba de sus malas intenciones con Abi.
Por suerte lo encontré solo, antes de que empezaran las clases, así que era el momento oportuno de hablar con él, tomé todo el valor que pude y me le acerqué.
—Daniel, necesito hablar contigo —dije serio.
—Vaya, vaya —dijo en un tono muy arrogante—, miren quien se ha resignado a hablarme, todavía recuerdo toda la mierda que me dijiste la última vez que hablamos.
—Sinceramente no estoy para tus juegos, estoy hablando en serio.
—Yo también hablo en serio.
—Evítame la molestia de salirme de mis casillas, no tengo ganas de pelear. Solo te hablé para decirte que espero y seas incapaz de hacerle daño a Abi.
—¿En serio me crees capaz de hacerle algo malo a mi novia? —preguntó ofendido.
—La verdad sí, por eso te lo digo —rodeé mis ojos—. Le haces algún daño y/o la haces sufrir y te las verás conmigo, estoy hablando muy en serio y no es una advertencia, es una amenaza.
—A mí no me amenaces, tú no eres nadie para decirme que debo o no debo de hacer con mi novia.
—Tú y yo sabemos lo que eres capaz de hacer, tú no te tientas el corazón por nadie, así que evítame la pena que pase algo mayor que la simple amenaza que te acabo de dar.
—Veremos qué pasa después, me tengo que retirar. No fue ningún gusto hablar contigo.
—Opino lo mismo.
Era demasiado ególatra, pedante, arrogante. Era imposible no querer golpearlo en ese momento, la verdad fue un instante de mucha tensión, sabiendo lo engreído que era él, fue difícil evitar decirle algo que lo irritase y que comenzase una pelea en ese mismo momento, pero mínimo había logrado advertirle de que no se pasara de listo con ella, espero y me hiciese caso, porque no toleraría que le hiciera algo malo. Quería tanto a Abi que se me haría difícil no querer evitar que ella sufriera aun por la más mínima tontería.
Un par de semanas habían pasado, al parecer todo iba bien. Karla parecía muy feliz con su novio. Vladimir y Noemi se veían muy bien juntos, parecían inseparables. Gaby ya había regresado a su estado alegre y ya había olvidado lo que me había dicho antes. Abi estaba más que encantada con su novio, no parecía que nada malo estuviese pasando en su relación así que mi preocupación era menos. Pero con el caso de Ángel no era todo arcoíris y felicidad, Laura le hablaba demasiado y cuando Caro le preguntaba sobre ella, él solo evadía el tema, eso a mí me molestaba, si ya no quería estar con ella solo era cuestión de decírselo, no entendía porque quería alargar lo su decisión, pero ya era problema suyo.
Un día, había salido de casa a comprar unas cosas que necesitaba para la escuela, todo parecía ser un día normal. Cuando estaba a unos cuantos metros del mercado recibí una llamada a mi celular, tenía el mismo timbre desde hace tiempo, pero al momento de revisar mi celular para saber quién me había llamado, el celular lo identificaba como número desconocido, eso fue extraño y contesté para saber quién había llamado.
Cuando la persona que me había llamado empezó a hablar, me quedé atónito, todos mis pensamientos se habían ido, estaba tan pasmado y boquiabierto que no podía creer quien era la otra persona al lado del teléfono.
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