𑁍 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑃𝑟𝑖𝑚𝑎𝑣𝑒𝑟𝑎 𑁍
___________________________
Min Yoongi.
______________________________________
Era solo un niño de siete años, me encontraba debajo de los árboles, la primavera comenzaba a nacer y junto con ella todas las flores.
Debajo de aquellos árboles que evitaban que la luz del sol me pegara a la cara, ahí me encontraba yo, sentado en el pasto abrazando mis rodillas mientras lloraba, las personas solo pasaban mirándome pero nadie se detenía a preguntar porque un niño pequeño estaba solo, o la razón por la cuál dejaba salir tantas lágrimas.
A pesar de que me sentía patético, no podía parar de llorar, sorbía mis mocos y limpiaba mis mejillas mojadas con la manga de mi camisa, levanté ligeramente la mirada, una niña me veía fijamente con una expresión confundida, evité hacer contacto visual, pero ella se acercó, se arrodilló para estar a mi altura y continuó mirándome sin decir palabra.
— ¿Quién eres tú? — Pregunté con la voz temblorosa.
— ¿Porqué lloras? — Ladeó la cabeza. — Es un día bonito, no debes llorar.
— Mi pez murió. — Escondí mi rostro entre mis rodillas que aún abrazaba.
— Ese es el ciclo de la vida. — Replicó apretando sus labios haciéndolos más delgados. — Deja de llorar, tu pez seguramente está en el cielo. — Se sentó a mi lado.
— ¿Cómo estás tan segura de eso? — La miré un segundo.
— Mi papá está ahí, todos van ahí cuando mueren. — Apunto con su dedo al cielo.
— ¿Crees que tu papá cuidaría de Felipe? — Me refería al pez.
— Claro, mi papi amaba a todos los animales, él lo cuidará muy bien allá arriba, así que ya no estés triste. — Sonrió.
Jamás había podido imaginar que con esas palabras pudiera dejar de llorar tan fácilmente, ese pez era mi mejor amigo y me dolía demasiado haberlo perdido, pero cuando aquella niña habló conmigo la tristeza desapareció.
Ese día no tuvimos tiempo de seguir conversando pero yo quería mantenerme cerca de ella y me aseguraría de hacerlo, sin importar que fuésemos unos niños.
— ¡Su Jin, vámonos! — Una señora llamó a la niña, supuse que era su madre, la niña cuyo nombre era Su Jin se levantó y me miró.
— Si vuelves a sentirte triste ven a este lugar, yo estaré aquí e intentaré hacerte feliz. — Me regaló una sonrisa y se marchó.
[...]
Al día siguiente volví al parque, justamente al punto donde estaba el día anterior, no porque me sintiera triste, al contrario, quería volver a ver a Su Jin.
Estaba soportando el clima caluroso, no me gustaba para nada, por un momento pensé que no tenía porque estar ahí, ni siquiera sabía si ella volvería. La esperé casi toda la mañana, estaba decidido a marcharme cuando escuché su voz detrás de mi.
— Hey, él niño llorón. — Se acercó a mi sonriente. — ¿De nuevo te sientes triste? Vamos a jugar. — Sin esperar respuesta me tomó del brazo y me arrastró hasta los juegos.
Subimos a los columpios, usamos la resvaladilla, nos divertimos juntos, comenzamos a correr uno detrás del otro, pero sucedió el típico accidente que le ocurre a casi todos los niños, las caídas.
Su Jin se había caído, sus rodillas se rasparon y salía algo de sangre.
— ¿Estás bien? — Me acerqué a ella, creí que lloraria pero fue todo lo contrario.
— Si, no pasa nada. — Sonrió. — Le diré a mi mamá para que me ayude a curar las heridas.
La ayudé a levantarse, caminaba un poco mal, pero ella afirmaba que no le dolía, me parecía una niña fuerte que no se derrumbaba ante nada.
[...]
Al día siguiente volví al parque, ella nuevamente estaba ahí, tenía unas banditas en sus rodillas, se me acercó inmediatamente en cuanto me vio.
— Nos volvemos a encontrar. — Asentí sin decir palabra. — Eres muy agradable, a partir de hoy seamos amigos, me llamo Park Su Jin, pero puedes llamarme Su Jin o Susu.
— Soy Min Yoongi, llámame Yoongi.
— Wow mira Yoongi. — Se distrajo mirando los árboles de cerezo. — Las flores de cerezo comienzan a nacer. — Dijo emocionada.
— ¿Sabías que en Japonés se llaman Sakuras? — Me hice el intelectual.
— ¿Enserio? Vaya, si que eres inteligente. — Dijo impresionada.
Y así fue como nuestra amistad comenzó, ambos nos encontrábamos una y otra vez en ese parque que tanto me disgustaba gracias al clima, pero que desde que conocí a Susu comenzó a agradarme, los colores de las flores de primavera me parecían hermosos, la brisa me refrescaba por fuera y por dentro mientras estaba a su lado.
Con el tiempo ambos creciamos y éramos más cercanos, podría decirse que nos hicimos mejores amigos, pero a decir verdad yo no la veía como mi amiga, para mi era algo más que eso, sentía algo por ella y estaba seguro que ese sentimiento apareció desde el primer momento en que la vi.
[...]
Ambos éramos unos adolescentes, estudiantes de secundaria, conforme fue pasando el tiempo conseguimos otros amigos, pero ella y yo éramos inseparables.
Como todos los años, para primavera, se organizaba el festival nocturno de la flor de cerezo, un evento que como lo dice en su nombre, se lleva a cabo por la noche, ponen iluminación para apreciar las flores, además de que hay música y comida por todas partes, la gente realmente es feliz en esos eventos.
Susu y yo acordamos ir juntos al festival, me hubiera gustado ir con ella a solas, pero dijo que entre más gente mejor por lo que terminamos invitando a nuestros amigos.
[...]
El día del festival llegó, todos la pasamos muy bien, tomamos algunas fotos para recordar el momento, las chicas se separaron para ir a comprar unas bebidas, mientras que yo me quedé con mis amigos para esperarlas.
— ¿Cuando vas a decirle a Su Jin que te gusta? — Preguntó Jimin.
— ¿De qué hablas? — Me hice el tonto.
— Vamos, todos sabemos que estás enamorado de ella desde hace tiempo. — Añadió Hoseok.
— Bueno si, es verdad pero no creo que decírselo sea una buena opción, somos amigos desde hace muchos años, no quiero arruinarlo. — Suspiré.
— Lo arruinarás si no se lo dices. — Mis dos amigos hablaron al mismo tiempo.
En ese momento Susu y sus amigas volvieron.
Terminamos el festival entre risas y buenos momentos, aunque yo no paraba de pensar en lo que los chicos me habían dicho.
[...]
El día siguiente era domingo, no había escuela, por lo que me gustaba dormir hasta tarde, pero para mi mala suerte mi teléfono comenzó a sonar sin parar.
Nuevo mensaje: Susu.
Yoongi...
1:23 p.m.
¿Ya despertaste?
1:23 p.m.
Necesito hablar contigo...
1:24 p.m
Es algo urgente.
1:24 p.m.
Te espero en el parque...
1:24 p.m.
Por favor ven.
1:25 p.m.
Ella no acostumbraba a enviarme tantos mensajes seguidos, ponía que era una emergencia, me levanté rápidamente de la cama y me puse lo primero que vi, salí casi corriendo de mi casa para llegar al parque.
Al llegar la vi, tenía la mirada baja, se veía triste, me acerqué a ella sin aliento.
— Vine lo más rápido que pude, ¿sucede algo? — Dije tomando aire.
— Mi madre conoció a un hombre. — Hizo una pausa. — Se van a casar.
— ¿No era lo que querías? Que volviera a hacer su vida.
— Si, pero ese no es el problema. — No podía mirarme. — Nos mudaremos a Estados Unidos.
Al escuchar esa frase, sentí que mi corazón se partía en mil pedazos.
— ¿Cuando te vas? — Fue lo único que logré decir por la impresión.
— Hoy sale el vuelo. — Me mantuve en silencio. — Yo... no quiero irme, no quiero dejarte, porque no se... si volveré.
— ¡Su Jin, se nos hace tarde para ir al aeropuerto! — La llamó su madre.
— Tengo que irme. — Estaba por darse la media vuelta, pero se acercó a mí y de un rápido movimiento me dio un beso en los labios. — Adiós Min Yoongi.
Me congele en el lugar, no podía reaccionar, solo la vi caminar hacia el auto de su madre, no quería dejarla ir, salí de mi trance y corrí para alcanzar el coche.
— ¡Park Su Jin! — Gritaba mientras iba detrás del vehiculo el cual no se detenía. — ¡Te esperaré! ¡volveré una y otra vez a ese parque para algún día reencontrarnos!
Al carro avanzaba más rápido, lo perdí, me detuve, ya ni siquiera podía ver ese auto que se la había llevado, la había perdido y no sabía cuánto tiempo pasaría hasta volver a verla.
[...]
Los años pasaron, me encontraba estudiando música en la universidad, mis horarios eran algo apretados pero siempre buscaba un espacio para ir al parque todos los días sin falta, no perdía la esperanza de que algún día ella volvería, pero siempre terminaba regresando a casa con una cara larga, intenté contactarla pero nunca respondió mis mensajes o llamadas, hablé con sus amigas pero ni siquiera ellas tenían noticias.
— Tierra llamando a Yoongi. — Jimin pasó una mano por delante mi rostro para sacarme de mis pensamientos.
— ¿Qué sucede? — Pregunté.
— Te estábamos preguntando sobre el festival nocturno, ¿irás? — Habló Hoseok.
— Claro, probablemente este año Su Jin vuelva para el festival.
— Yoongi... — Ambos amigos suspiraron. — Tal vez ya deberías hacerte la idea de que no va a volver.
— Yo sé que regresará, en algún momento. — Agaché la mirada.
— Supongamos que lo hace. — Hobi hizo una pausa. — Pero y si, ¿Ya tiene su vida hecha? ¿Si tiene novio?
— Deberías de olvidarla. — Añadió Jimin.
Ambos tenían razón, pero no quería aceptarlo, sin responder a sus comentarios me levanté del sitio en el que me encontraba sentado y me alejé de ellos, quería estar solo, pensar en que es lo que haría con respecto a mi vida amorosa, me negaba a conocer personas por que quería esperarla, pero tal vez debía hacerle caso a mis amigos y tratar de olvidarme de ella.
[...]
Mis dos amigos y yo nos encontrábamos caminando sin rumbo en el festival, compramos comida y bebidas para pasar el rato, los últimos años añadían juegos al evento, por lo que ellos querían probarlos, yo por mi parte me necesitaba ir al baño por lo que me separé de ellos un momento.
Estaba por volver con mis amigos, cuando una voz femenina me nombró.
— Min Yoongi. — Me giré lentamente para ver a la persona, cuando la vi quería correr y abrazarla, pero mis pies estaban plantados en el suelo. — Volví.
— Susu... — Dije en un tono casi audible.
Ella había vuelto, estaba demasiado cambiada, pero aún podía reconocerla, su sonrisa, sus ojos eran los mismos, nos acercamos ya que nos encontrábamos a un par de metros de distancia.
— Sabía que volverías. — Sonreí ligeramente. — Todos estos años estuve viviendo aquí para un día reencontrarme contigo y hoy es ese día, ya no nos separaremos. — Se quedó en silencio. — ¿Verdad?
— Yoongi... — Se detuvo un momento. — No voy a quedarme, vine solo por unos días, han sucedido tantas cosas. — Suspiró.
— ¿Su Jin? — Escuché la risa de mis amigos. — Volviste.
No pudimos terminar nuestra conversación, Jimin y Hoseok querían terminar de disfrutar el festival, Susu se nos unió por los que continuamos caminando por el lugar.
Comenzaba a hacerse tarde, Su Jin dijo que me explicaría todo al día siguiente.
[...]
Nos encontramos en el parque, se veía pensativa, imaginé que estaría buscando las palabras correctas, dio un largo suspiro y comenzó a hablar.
— Tú me gustas. — Fue directa. — Siempre me haz gustado.
— Su Jin... Tú también me gus... — Me interrumpió.
— Déjame terminar. — Me quedé callado. Hace unos años, mi madre enfermó y murió, me quedé con mi padrastro y sus hijos como mi única familia, él es demasiado estricto, me trata como si fuera una recogida de la calle, como si yo fuera una basura, me obliga a comportarme, a ir a reuniones aunque yo no quiera, tengo que obedecerlo porque fue la última petición de mamá, volvimos porque el tenía que atender asuntos de trabajo, le pedí que me dejara regresar y quedarme aquí, pero me lo prohibió, así que tengo que regresar a Estados Unidos con él.
Comenzó a dejar salir algunas lágrimas, ella nunca había llorado por nada, incluso cuando nos despedimos no soltó el llanto, pero en ese momento parecía que quería dejar escapar todo.
— Yoongi... — Decía entre lloriqueos. — Quiero quedarme aquí pero no puedo, te extrañé tanto y no sabes la falta que me hiciste, saber que tengo que despedirme de ti nuevamente me hace sentir horrible. — Se tapó la cara con ambas manos.
— Susu, no llores por favor. — La abracé. — ¿Realmente no puedes dejar a tu padrastro?
— No, tengo que obedecerlo, aunque soy mayor de edad, es por mi madre.
— Entonces pasemos estos días juntos.
A ella le agradó la idea, estuvo en Corea durante una semana y esa semana fue la mejor de toda mi vida, salíamos a pasear, hablamos sobre como nos iba en la vida, nos divertimos como lo hacíamos en los viejos tiempos, amaba estar a su lado, pero eso también me destrozaba, iba a separarme nuevamente de ella y eso me partía el alma.
Nuestra semana terminó, tenía que regresar al extranjero. Nos encontramos en nuestro lugar que era el parque para despedirnos.
— Te voy a extrañar. — Dijimos en unísono, seguido de eso y sin importarnos nada más, juntamos nuestros labios, en un cálido y dulce beso, estábamos bajo los árboles, las flores de cerezo caían y se movían a nuestro alrededor al ritmo de la brisa, ambos dejamos escapar una lágrima para después separarnos cosa que nos dolía a los dos.
Cuando ella se fue, me dirigí a casa de Jimin, no quería estar solo y sabía que ahí encontraría a mis únicos dos amigos.
— Ella se fue, ¿vas a estar así de deprimido toda la vida? — Habló Jimin mirándome tumbado en su cama.
— Yo creo que no deberías rendirte. — Jimin y yo lo miramos extrañados.
—Hace unos días estabas de acuerdo para que la olvidara, ¿porqué cambias de opinión? — Pregunté.
— Noté cómo te miraba durante el festival, ambos estaban muy felices y siento que serán todo lo contrarío si se separan.
— Tal vez Hobi hyung tenga razón. — Jimin estaba de acuerdo. — ¿A qué hora sale su vuelo?
— A las 5:00p.m. — Respondí suspirando.
— Bien, son las 4:00 p.m. aún hay tiempo. — Añadió Hobi. — Levántate y ve a detenerla, si alguien te lo impide secuestrala y llevatela a una isla donde nadie los encuentre.
— Creo que viste demasiados dramas hyung. — Jimin se burló.
— Tal vez no pueda secuestrarla, pero si puedo intentar convencerla.
Estaba decidido, iba a ir al aeropuerto para tratar de que Su Jin no se fuera, esperaba llegar a tiempo antes de que saliera su vuelo.
__________________________
Su Jin.
______________________________________
Me encontraba en la sala de espera del aeropuerto, mi padrastro, uno de sus hijos y yo esperábamos a que nos dieran la indicación de abordar, ya habíamos pasado por el registro y no hubo ningún problema.
Mi padrastro tuvo que atender una llamada, en ese momento Nam, mi hermanastro, me habló.
— ¿Estás bien? — Preguntó preocupado, asentí con la cabeza. — No parece, si quieres hablar de algo, sabes que cuentas conmigo.
— Yo... no quiero volver a Estados Unidos, quiero quedarme aquí con la persona que me gusta. — Dije cabizbajo.
— Entonces hazlo. — Dijo sin más.
— Tú padre jamás me lo permitiría.
— Ignoralo. — Sonrió de lado. — Es tu vida y eres libre de hacer lo que quieras, si quieres quedarte, adelante hazlo.
Iba a responder, pero el altavoz nos interrumpió.
— Pasajeros con destino a Estados Unidos, California, favor de pasar a la puerta tres para abordar.
Me levanté sin decir palabra, Nam imitó mi acción y junto al hombre que me daba figura paterna, caminamos hacia la puerta tres, éramos los últimos en la fila, miré a una pareja que se despedía, el chico se marchaba y ella se quedaba.
— Volveré pronto y cuando lo haga nunca más nos separaremos. — Se abrazaron y se separaron.
— Si yo me voy, no volveré. — Susurré para mi misma.
— Su Jin camina. — Habló mi padrastro.
— No. — Dije con firmeza. — No voy a volver a obedecerte, solo me presionas para que sea tu marioneta, pero ya no más. — Comencé a caminar fuera de la fila.
— ¡Kim Su Jin! — Gritó molesto, me giré para verlo.
— No soy Kim, ¡Soy Park Su Jin!
— Vuelve aquí ahora mismo o tendrás que olvidarte de que tienes una familia maldita mocosa malcriada. — Estaba realmente furioso, Nam se reía por lo bajo, me acerqué un poco.
— Si hay algo que aprendí mientras estaba en Estados Unidos es esto... — Le levanté el dedo medio a manera de grosería. — Vete al carajo. — Volví a tomar mi camino ignorando sus gritos.
Salí corriendo del aeropuerto, tomé un taxi para ir rápidamente a la casa de Yoongi, pero al llegar no había nadie, me dirigí al hogar de Jimin, toqué el timbre y segundos más tarde abrió la puerta.
— ¿Está Yoongi aquí? — Dije sin darle tiempo de hablar.
— No, él fue al aeropuerto a buscarte, ¿qué haces aquí? — Preguntó.
— Es una larga historia, necesito verlo ahora mismo.
— Lo llamaré. — Sacó su teléfono, marcó el número de Yoongi pero no obtuvo respuesta.
Se hacía tarde, el sol comenzaba a ocultarse, pensaba que si el había ido al aeropuerto a buscarme y no me encontraba pensaría que me habia marchado.
Me despedí de Jimin, había un solo lugar donde podría estar, corrí hasta llegar a aquel parque donde nos conocimos, ahí estaba él, sentado en el pasto con la mirada perdida, me acerqué a él, cuando me vio se levantó e inmediatamente me abrazó.
— Lo siento, lo siento, lo siento. — Repetí una y otra vez mientras nos abrazabamos. — No voy a volver a separarme de ti, lo prometo.
— ¿Vas a quedarte? — Dijo a mi oído.
— Si... — Contesté en casi un susurro.
— Eso es maravilloso. — Me abrazó con más fuerza. — Fui a buscarte pero cuando vi que el avión al que subirías había despegado, creí que te había perdido. — Me separé ligeramente de él.
— Aquí estoy, estamos juntos y eso es lo que importa ahora. — Le sonreí.
Ese momento, cuando ambos nos reencontramos, fue lo mejor, estaba feliz y sabía que él también lo era, la primavera era una de mis estaciones favoritas, no por ser una estación agradable o porque haya tantas flores dando un aroma único al lugar, era por más que eso, en una primavera conocí a Min Yoongi y nuestro lugar favorito era un sitio en el que se disfrutaba más en esa temporada, sabía que después de la decisión que había tomado, no me arrepentiría y que pasaría todas mis próximas primaveras al lado del chico que tanto deseaba volver a ver, del chico que ocupaba un gran lugar en mi corazón, del que nunca más volvería a separarme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro