Capítulo XIX
CAMILA
Chico Estrella (Duki)
Últimamente me he viciado mucho a la canción Chico Estrella de Duki. Y ahora no puedo dejar de llamar a Pablo así. Chico Estrella.
Y cuando marca por primera vez en el Camp Nou, no puedo evitar reafirmarlo. Es mi Chico Estrella. Siempre lo sería.
Pablo está jugando un partido de liga y aunque ya haya venido varias veces, es la primera vez que sale de titular y marca. Emocionada por él, celebro ese tanto con efusividad.
Es Nochevieja y esta misma noche las familias tanto de Pablo como la mía nos juntaremos por primera vez. Conocí a sus padres hará justo un par de días. Y son un amor. Pensé que quizá no conectaríamos mucho pero que va, todo lo contrario. Incluso la hermana menor de Pablo escucha mi música. Y fue al concierto de Madrid con mi suegra. Cantamos un par de canciones y todo. Me sentí integrada, cosa que jamás imaginé que ocurriría en la primera noche que coincidimos.
Aunque lo mismo pasó con Pablo, la primera noche ya me besó.
Si es que los Torre están hechos para nosotras.
El partido termina, con una victoria del equipo de mi novio. No puedo estar más feliz por él. Voy saliendo del campo y voy hacia el parking, donde espero al cántabro. Este, de la que viene hacia mí, no para de hacerse fotos con los aficionados que hay por aquí. No para hasta que todo el mundo se ha hecho una foto y tiene su firma.
–Hola – dice, besándome dulcemente –. ¿Nos vamos?
Asiento y subimos a su coche. Son casi las cinco de la tarde. Hemos quedado en casa de Pablo con las familias a las diez. Así que tengo cinco horas para darme un super baño de espuma.
–Mi padre traerá las uvas – informo al moreno mientras este conduce.
–Perfecto. El mío iba a traer el cotillón y toda la parafernalia.
Río por como usa el tono dramático.
–No será para tanto – dijo medio riendo.
Él suspira.
–Cam, mi padre es el rey de la decoración. Prepárate. Porque entre los globos que pondrá, los gorritos y las gafas que nos regalará y todo, fliparas.
Nunca celebré una Nochevieja tan festiva. Cuando estábamos en Argentina, viajamos a Buenos Aires. En Canarias, ya de más adolescente, iba a casa de Pedro y la pasaba con su familia. Pero ellos no eran de cotillones o cosas así. Jugábamos a juegos de mesa, hacíamos karaoke e incluso un año fuimos al cine en la última sesión de la noche y del año.
–Wow. Será guay.
Pablo sonríe.
–Eso espero.
...
CUANDO HACEMOS EL AMOR (María Becerra)
Llegamos a casa y lo primero que hago es quitarme los odiosos zapatos. Son nuevos y me duelen un montón. Me los compró James por Navidad. Son adorables, de un color neutro y con tacón. Pero matan a mis pies cada vez que me los pongo. Según Pablo, es que se tienen que adaptar porque son muy nuevos. Según yo, es que acabaré sin pies.
Subo a la habitación seguida por el moreno. Entramos y yo comienzo a preparar las cosas para darme el baño del siglo. Mientras, él se quita la sudadera y la camiseta, regalándome unas bellas vistas.
–Voy a darme un baño. ¿Te vienes? – pregunto, casi sin dejar de mirar su definido abdomen.
Cada una tiene sus debilidades y la mía se llama Pablo Torre.
Me mira con picardía y se acerca a mí. Coloca sus manos en mi cintura. Las respiraciones se entremezclan, las narices se chocan. Rozan nuestros labios, solo que mi mirada va directa a sus ojos.
–¿Solo a bañarnos? – pregunta.
Su voz ronca embriaga mis oídos. Pero no me deja responderle, ya que acaba juntando nuestros labios y cogiéndome en brazos. Entramos al baño. La ropa va cayendo. A su vez, los besos van llenando cada rincón de nuestras pieles. La bañera, ya llena de agua, nos acoge mientras no podemos separarnos el uno del otro.
Nuestros cuerpos se funden en uno, regalándonos placer mientras de fondo. Mientras, inaudible desde la bañera, Cuando hacemos el amor de Maria Becerra suena, haciéndome sonreír.
–Te amo, bombón – murmura Pablo mientras me abraza.
–Yo te amo más.
Beso sus labios con una delicadeza abismal. Como si fuese de porcelana.
...
Recuerdos de Anoche (Camila Acosta)
–¡Feliz año nuevo! – gritamos todos a la vez.
Beso a mi novio. Lleva unas adorables gafas rosas chillón y una peluca dorada. Va monísimo no, lo siguiente. Él no está muy de acuerdo en llevar esto, pero su madre le ha, literalmente, obligado. Cosa que me ha hecho reír a más no poder. Todos los accesorios los acompaña con un traje azul marino que le queda como un guante.
Yo tampoco me he quedado atrás respecto a los accesorios. Llevo unas gafas blancas con un 2023, una boa amarilla y un matasuegras colgado al cuello. A diferencia de Pablo, yo llevo un gorrito azul muy mono lleno de purpurina. Llevo un vestido color cobre que me regaló Pablo y el pelo echado hacia atrás.
–Feliz año nuevo mi amor – dice mi padre, acercándose a mi.
Su salud ha mejorado mucho. Aunque siempre hay que ser precavido claro, pero él goza de buena salud hace ya unas cuantas semanas.
Les deseo un feliz año a todos los presentes. También a Bernan, Mau y Angie. Todos han viajado a Argentina o Canarias, en el caso de Angie. Les deseo un buen año a mis seguidores por redes y a Pedro.
Acabamos de festejar casi a las tres de la mañana. Las familias se marchan y nos quedamos Pablo y yo solos. Voy a la cocina a por agua. Desde allí, comienzo a oír una melodía muy conocida que viene del salón.
Desafiando el destino de Maria Becerra. La canción que canto a todo pulmón con Pablo siempre. La canción me representa a niveles estratosféricos.
Llego al salón y veo a Pablo allí, esperándome.
–¿Me concedería este baile a son de Maria Becerra, bella señorita? – dice con una enorme sonrisa y extendiéndome la mano.
Ya no lleva la chaqueta del traje, solo la camisa blanca arremangada hasta los codos. Tampoco los accesorios. Sonrío y tomo su mano.
Bailamos lento una especie de vals.
Él acaricia mi cabello con lentitud y suavidad mientras nos movemos.
Una vez acabamos, miro sus ojos, brillantes y hermosos. Sonrío, agradecida por haberle conocido.
–Gracias por haber venido a ese concierto Pablo.
Él sonríe.
–Gracias a ti por enamorarme con Recuerdos de Anoche.
Porque gracias a ese álbum, Recuerdos de Anoche, le conocí. Y me enamoré de él perdidamente.
FIN
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Los dos últimos capítulos eran cortos, así que he decidido juntarlos :)
Espero que te haya gustado la historia de Pablo y Cami. Personalmente, estoy muy orgullosa de ellos y todos esos Recuerdos de Anoche.
Desliza para leer el Epílogo: Paris
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