CAMILA

La Despedida (Daddy Yankee)

Tras dar un paseo por el parque, oscureció y no tuve mejor idea que decirle al cántabro.

–¿Quieres ir a un boliche de mi barrio? – pregunto mientras cruzamos las puertas de la entrada al parque.

–Como quieras – dice, haciendo que sonría y tome su mano.

–Te voy a llevar al mejor lugar de la ciudad.

PABLO

Dejo que Cami me guíe por las calles de su barrio hasta que llegamos a una calle muy estrecha.

–¿No es un poco estrecha la calle? – pregunto a la argentina canaria.

–No creas, cuando vas borracho, ves la calle el triple de grande – río levemente mientras seguimos andando por esa calle tan curiosa, que parece que cada vez se haga más estrecha.

Al final de dicho lugar, hay una puerta.

–Prepárate para ver una fiesta argentina en toda regla.

Abre la puerta y música de trap invade mis oídos. Luces parpadeando, gente saltando y mucha otra bailando. Todo el mundo está descontrolado.

–Dios, es – hago una leve pausa, mientras observo todo el lugar –. Es increíble.

–Mau ha hecho una reserva, están arriba. Si quieres podemos ir – propone ella.

–Primero bailamos aquí abajo, que menudo ambiente.

Pasamos gran parte de la noche ahí, bailando canciones de Daddy Yankee como locos. Saltando cuando había una canción de trap o bailando pegados si había una lenta. Todo iba bien, hasta que alguien, como no, reconoció a Cami. Tras las insistencias de todos los presentes, acabó subiéndose a la tarima junto al DJ.

–Si no quieres no tienes porque hacerlo Cami – digo, tomando su mano antes de que suba al pequeño escenario.

–No pasa nada, canto dos canciones y bajo. Luego si eso subimos arriba y nadie nos molesta – esboza una leve sonrisa y correspondo.

Me da un pico y sube al escenario haciendo que la gente grite. Canta "Recuerdos de Anoche" la canción que le da el título al álbum, y "Sola" la que tiene con Quevedo.

...

Tomo un trago de mi Fanta mientras rodeo a Cami con mi brazo.

–Entonces, ¿te vas mañana? – pregunta Cami.

Asiento levemente.

–Sí, cojo el vuelo a las tres.

Ella sonríe.

–Bueno – suspira –. Estaré allí en noviembre, tengo la gala de Los 40.

–¿Dónde es? – pregunto, para ir reservando el vuelo para verla.

–En el Wizink de Madrid.

Perfecto. Ya estaba pensando cuando ir.

–Pues me tendrás en primera fila viéndote, como siempre.

–No es necesario que vengas a todos mis conciertos. Si a uno no puedes venir lo entiendo.

Claro que era necesario que fuese a todos sus conciertos. Que quedan cerca mío, claro. Exceptuando este concierto en Argentina.

–Iré a todos los que pueda.

Ella sonríe.

–¿Irías a uno en Qatar? – pregunta, emocionada y sonriente.

Espera. ¿Va a...?

–¿Vas a cantar en Qatar? – exclamo, sorprendido.

Ella, nerviosa, asiente.

–Es, bueno, no debía decirlo, pero no creo que tu lo filtres – suelto una leve carcajada –. Mi canción para la selección argentina ha llegado bastante lejos y bueno, voy a cantar en el partido debut. Antes de empezar.

–Increíble – todavía alucino.

–Mucho.

Se le ve emocionada. Le abrazo con una sonrisa.

–Me alegra que cumplas tus sueños.

Sonríe.

–Gracias Pablito. Y bueno, hay otra cosita.

Lo miro, sin entender nada.

–Voy a quedarme en Barcelona un mes y medio.