capítulo 8
Tuvimos una segunda cita y sólo porque mi chico de cabello castaño que tanto quería insistió alrededor de unas 14 veces, incluso siguió insistiendo por más de que ya le había respondido que sí.
. . .
—Vamos, bonito, di que sí —dejó un besito en mi mejilla. Reí.
—Ya te dije que sí, Chris.
—¿En verdad? —me volteé para así poder mirar esos hermosos ojos avellanas que me veían con brillo, cariño, detalle, muchas cosas.
—Sí —por primera vez desde que lo conocí hace 6 meses, planteé un besito en su mejilla. Admito que cuando pensé en hacerlo hace 2 semanas no creí que se sentiría tan bien.
—¿Besaste mi mejilla? —consultó emocionado y sorprendido al mismo tiempo.
—Sí, ¿Por qué? —temí por un momento, mas cuando sonrió y tomó mi rostro entre sus manos para así comenzar a repartir besos por mi rostro solo pude llenarme de felicidad, Christopher me hacía extremadamente feliz y me encantaba, aunque a la vez me asustaba que tuviera tan grande efecto en mí. Sin embargo, confiaba mucho en él, sabía que nunca me haría daño con intención.
. . .
Tú siempre llamaste a esa cantidad de besos a la vez "Ataque de amor".
Cuando lo denominaste de esa manera solo reí, para mí era algo tonto.
—Pensar que después yo comencé a tener "Ataques de amor" por ti, amor —miré a mi costado en la cama. Llevé mi mano a la almohada a mi lado, pasando mi mano suavemente por esta. Mis ojos se critalizaron, tomé uno de los cuatro extremos de esta para tomarla con ambas manos y apretarla contra mi pecho dejando que las lágrimas comenzaran a salir—. Quiero que estés aquí, Christopher, no sabes cuánto te necesito. Amo todo de ti. Eres el chico más hermoso del mundo para mí. Fuíste el único a quien dejé que pase mi fortaleza dejándote conocerme, la única persona que logró ingresar en mi corazón. Cuando comenzaste a venir al departamento siempre tuve el miedo de aferrarme a ti. Por más que te mostraba mi expresión fría y sin nada de sentimientos para transmitir, cada noche solo pensaba en lo bonito que eras. Agradecía al cielo el hecho de que venías a verme solo porque no querías dejarme en la soledad nuevamente. Todos los días te pedí que te fueras si sólo lo hacías por lástima, nunca te dije que a mí me dolía mucho pronunciar esas palabras para perdirte ese favor, nunca me hiciste caso y lo agradezco —a medida que hablaba al aire esperando que de algún modo él me escuche, las lágrimas recorrían mis mejillas y debía hacer pausas en mis palabras por algún sollozo. Odiaba llorar, y más si eran lágrimas por ti, porque la idea de que eran dedicadas a ti porque ya no estás en este mundo destrozaba mi alma en las mayores partes posibles —. Tú fuíste, eres y serás el único ser humano que logre romperme de tal manera. Christopher, fuíste el primero en muchas experiencias de mi vida, eres el amor de mi vida y lo seguirás siendo, nadie va a cambiar eso, lo prometo —mi llanto aumentó—. Sé que si pudieras cumplirías todas tus promesas, sé que si siguieras aquí ahora mismo estarías abrazandome repitiendo las mismas promesas que ahora quedarán en el aire por la imposibilidad de que puedan llevarse a cabo. Yo voy a cumplir mis promesas, todas y cada una de ellas. Te agradezco por cumplír una de ellas y la más importante para mí —cerré mis ojos para recordar esas palabras salír de sus labios.
—Erick, voy a amarte hasta el final de mis días, sin importar nada, ¿ok?
Lo hiciste amor, lo hiciste.
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