capítulo 7
—Hola, cariño —me saludó la mujer a la que yo consideraba mi madre. Me rodeó con sus brazos—. ¿Cómo estás, mi niño?
—No lo sé, Yenny —mis lágrimas comenzaron a caer y ella tampoco tardó en llorar. La abracé con fuerza queriendo cerrar todas mis heridas, la abracé sintiendo a mi cuerpo débil y con la idea de que ella podría cuidarme tal y como lo hizo su hijo, el amor de mi vida.
. . .
—Oye, lindo —sentí su mano en mi cabello y cómo comenzó a acariciarlo—, me gustaría que conozcas a mi mamá.
—¿Tu mamá? —me giré a verlo. Él me veía con mucho cariño, llegaba a avergonzarme.
—Ajá. Es buena. Le hablé de ti y dijo que le agradas, quiere conocerte —dejó un beso en mi mejilla y una pequeña risita se escapó de mis labios.
—Claro. Entonces... ¿cuándo? —ese brillo que tanto me encantaba volvió a hacer presencia en sus bonitos ojos que me veían con detalle.
. . .
—Relájate, lindo —acarició el dorso de mi mano—. Ella es muy bonita, es buena, cocina muy bien... y por sobre todo —se acercó a mi oreja—... no muerde —susurró.
—Tonto —reí y poco después un besito fue a parar en mi mejilla izquierda. Tocó el timbre y la puerta no tardó en ser abierta, dejando ver a una mujer adulta con rasgos similares a los de Christopher.
—¡Cielo! —abrazó a Chris y luego de soltarse me miró sonriente—. ¿Erick, no es así? —asentí—, ¡ufff!, no sabes lo mucho que me ha hablado Chris de ti, eres un fabuloso tema de charla para él, y al parecer su favorito —comentó y me giré a ver a Christopher quien miraba hacia otro lado avergonzado, con sus mejillas teñidas de carmesí por su sonrojo. Sonreí ante su ternura—. Bienvenido, hijo —depositó un beso en mi mejilla—. Pasen.
—Ma... no era necesario mencionar sobre el tema de conversación —dijo Chris en tono bajo cuando entramos.
—Eres... eres un tierno —solté y acaricié su mejilla.
. . .
—Amor, no es fácil —acariciaba mi cabello mientras yo continuaba aferrado a ella.
—L-Lo extraño muchísimo, Yenny.
—Yo también, no tienes idea de cuánto lo extraño, amor —poco a poco ella comenzó a llorar y se alejó de mí tímidamente para intentar calmar su llanto—. ¿Me permites pasar al baño?
—Claro, adelante —ella se encerró ahí dentro y desde el living podías oír sus llantos. El alma se me quebraba poco a poco.
Sólo quería que Chris llegara y me haga olvidar el mundo.
Sólo quería que Chris llegara y me dijera lo mucho que me amaba.
Quería que esté, no quería nada más que no fuera él.
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