Miro a través de la ventana al cielo nublado, haciendo que el día se torne oscuro, triste de cierta manera, tal vez sea solo yo la que esta triste, suspiró cierro los ojos y los abro lentamente, volviendo de nuevo a ese triste consultorio.

—Y eso es todo, ya pueden irse —Veo a mi madre asentir y levantarse, hago lo mismo.

Llevaba mucho tiempo sentada en la misma posición, mi trasero comenzaba ha entumecerce. Mi madre estira un brazo para darle un apretón de manos a la Doctora, y está corresponde de la misma manera, a diferencia que agrega una sonrisa amable, me cruzó de brazos espectante.

—Muchas gracias, Doctora
—Ellacorresponde el gesto con una sonrisa salida de Colgate.

—No hay problema —Mirá el monton de papeles esparcidos por su escritorio y comienza a ordenarlos— Para mi siempre será un placer recibir a Nicolett en mi consultorio, por cualquier duda que tengan pueden contactarme.

Ella me mirá, esperando una respuesta que no lo pienso dar, por lo tanto solo le regaló una sonrisa, demostrando mi agradecimiento, miro a mi mamá.

—Creo que ya es hora de irnos.

Y sin decir más, me dirijo a la puerta esperando que me siga.

Abro la puerta y salgo junto a mi madre, y al fin, en lo que fueron cuatro horas, puedo respirar en paz.

Entró a mi habitación, después de lo que fue un largó viajé con preguntas a tocigadoras lo único que quiero es tomar una ducha y ir a dormír.

no se si se debía a la charla en el consultorio, o a mi madre, pero de repente todo se sentía tan real...

Por primera vez, notaba los diverso post-it pegados en mis paredes, junto al interruptor, junto a la cama en la puerta del baño, en todos lados, sabía qué yo los había puesto con ayuda de mamá, pero nisiquiera era capaz de recordarlo, ¡Ni siquiera sabía si era la primera vez, o ya habia sentido esto antes!

Cuando comenzó solo olvidaba pequeñas cosas, la ubicación de mi celular, mi número, el casillero, algunas tareas, pero juraba que era normal en la vida de un adolescente, olvidar cierta cosas, y ahora... Apenas y era capaz de recordar quien era, no se que abre hecho en mi anterior vida, pero debió haber sido lo suficientemente malo, como para vivir en carne propia lo qué es el olvido, miró mis huesudas manos, como si con ellas pudiera sujetar los recuerdos que se van volando lejos de mí, perdiéndose en un océano en el cuál no puedo nadar

Sin darme cuenta mi cara se encuentra mojada, por lágrimas que han recorrido mis mejillas, las limpió con mi antebrazo con rabia, odió saber qué no puedo hacer nada, simplemente esperar a que acabé conmigo lentamente, me lanzó a la cama y con la vista aún nublada observó el techo con esas pequeñas estrellas luminiscentes que imitan el cielo nocturno pidiendo un silencioso deseó al universo o a cualquier ser que escuché.

"Devuélveme lo que me robaste..."