Nicolette.

Cuando la vida te golpea siempre es inesperado, vas por ahí, felíz, en paz, porque nadie puede hacerte caer, y de pronto, sin siquiera esperarlo estás en el suelo siendo incapaz de levantarte, aturdido pues no tienes idea de como llegaste ahí, en mi caso, tal vez siempre lo esperé, estaba ahí anhelante esperando un poco de atención de mi parte, pero nunca cedí, nunca escuché lo que mi cerebro susurraba, y eso fué lo que me hizo caer, hundirme en un abismo llenó de memorias pérdidas.

Éso fué lo que casi me mata.

—Buenos días Colette —dice mi madre, señala con su cabeza el plato en la mesa—. Te hice el desayuno, se que normalmente no desayunas, pero no sé, tal vez te vendría bien un cambió, ¿No lo creés cariñ...?

Me siento de golpe causando un fuerte sonido que hace que mi madre dejé de hablar, me irrita cuándo comienza a hablar así, tan rápido como si de un momento a otro fuera a olvidar lo qué dice.

—Mamá, relajate ¿Sí?— le digo con voz pausada y me meto un trozo de pan en la boca.

Hmn, delicioso.

—Sí, lo siento querida —tartamude—. Que vayas a una nueva preparatoria a mitad de curso me pone de los nervios.

Se sienta frente a mi donde se encuentra su desayuno igual al mio, pan, huevo, mortadela y un trocito de queso. Deberia ser yo la que está de los nervios, y en su lugar me siento de lo más normal, suspiró tuve que cambiar de preparatoria por un pequeño problema, por lo que termine con mi madre inscribiendo me en una privada.

—Todo va ir bien, debería ir llendome— miró el reloj en mi muñeca 7:40 AM.—, ¿Me llevás?

Ella asiente, y se levanta recoge los platos y los mete en la lavavajillas, y yo me dirijo a tomar mi bolso y revisó que estén todo lo qué necesito

—¡Te esperó en el auto!—le gritó y salgo al garaje, abro la puerta del acompañante y entró al auto, para luego cerrar la puerta.

suspiro,esperando que esté no sea el comienzo de todo un infierno personal.

Bajó del auto, dándole una breve despedida a mamá, y luego siento el rugir del auto alejándose, y acá estoy parado como una tonta en la vereda viendo fijamente la estructura que yace frente a mí, no la detalló pues lo único que puedo ver es ese gigante reloj en el medio del campus, y dónde dice, "Sant Thomas High School"

Suspiró, y comienzo a caminar hacia la puerta de entrada igual que la mayoría, ya dentro miró las paredes esperando encontrar una cartelera informativa, pues aún no conozco el establecimiento, no me preocupo por el horario pues mamá vino antes a retirarlo por anticipación, encuentro en una de las paredes más adelante el cuadro de corcho con un montón de papeles de colores, cursos, información de exámenes, clases extracurriculares, y aun lado en un vidriera un mapa gigante de las instalaciones.

Demonios... Este lugar es enorme, me tardará un poco lograr adaptarme, a primera hora me toca historia en el salon 117 B, y según el mapa queda en el segundo piso, haci que me dirijo a las escaleras que se encuentran al fondo del pasillo, repleto de estudiantes conversando, con ese característico uniforme de navidad, bueno, ¿A quien se le ocurre usar colores como verde y rojo? Parecen un maldito arbol de navidad, incluyendo me, a medida que caminó observo las diferentes miradas que me dirigen, la mayoría con inferioridad en sus -para mi desgracia- bellos rostros.

Mi pequeña voz interna susurra:"al parecer nunca habían visto un rostro tan exótico como el nuestro..."

Subo, las escaleras a pasó lento, es una ventaja de llegar temprano, esquivó a los estudiantes en el pasillo, que a diferencia del anterior es más extenso y se divide en varios pasillos que, imaginó llevan a diferentes aulas y ambientes, fijo mi mirada en las placas de las puertas; 111, 112...117 B.
Miró la puerta entre abierta y me asomó por ella, el que supongo es el profesor se encuentra arreglando algunos papeles en un lindo escritorio de madera oscura, entró murmurando un "con permiso" no esperó su reacción, y me ubicó en una mesa compartida cerca de la ventana y a mitad del aula.
suspiró profundamente, miró la ventana, está da a un pasillo diferente por el que llegué, veo cómo algunos entran a el aula y otros simplemente se detienen a hablar, enredo mi dedo en un mechon de mi cabello negro cuándo notó a una niña, no debe tener más de 14, qué literalmente se encuentra acorralada contra la pared por un chico que es más que obvio mayor qué ella, por lo visto el chico le reclama algo, pero no logró entender más allá de ciertas palabras inconexas, me levanto del asiento abruptamente, y me dirijo casi corriendo a la puerta que da a ese pasillo, sujetó al tipo por el hombro y lo jaló haci atrás.

—¿Qué pasá aquí? —demando, cruzandome de brazos —¿Estás bien?

Eso último lo digo mirando la a ella, y solo recibo un cortó asentimiento

—No es de tú incumbencia, ¿Porqué no vas a otro lado?—mando el chico, mirándome con superioridad.

Levantó una ceja, ¿Esté se cree que salió del mejor pene?

—¿Porque no lo haces tú? Estoy segura de que al director no le gustaría saber que se realiza el acoso en su institución...-—miro mis uñas cortas, esperando una reacción de su parte

Él solo retrocede y se va, pero mira nada mas, resulta que no era tan "macho"

—G-gracias...—balbuceo.

La voz de la niña me hace mirarla, sus ojos siguen algo rojos y sus manos tiemblan un poco, las oculta entré los pliegues de su falda al notar mi mirada.

—De nada cariño, no dejes que haga contigo lo qué quiera, eres una chica, tienes tanto poder como él—le digo, y le guiñó el ojo.

Y comienzó a alejarme para volver al salón de clases, que se encuentra más llenó, ya en mi asiento miró al pasillo y veo de nuevo a la niña, a diferencia que está vez una sonrisa cruza su inocente rostro.

—Buenos días, cómo todos saben la semana pasada quedamos...

El profesor levanta la vista de la carpeta que tiene en las manos, y recorre con la mirada a cada estudiante, hasta que sus ojos se posan en mí.

—oh, usted debe ser la señorita Duvalier, ¿Estoy en lo correcto?

—Si, soy yo—acompaño mis palabras con un moviento afirmativo de mi cabeza, le regaló una sonrisa.

El profesor asiente.

—Me presentaré, como todos ustedes saben, soy el profesor de historia de este grupo, el Sr. Darrow.

La mayoría de los estudiantes ignoran sus palabras, el profesor levanta una mano, señalando que es mi turno de presentarme

—si no le molesta señorita Duvalier, ¿Podría presentarse a sus nuevos compañeros? —cuestina con voz monótona.

Asiento y me levantó, hechando la silla hacía a trás. Es hora de las absurdas presentaciones.

—Yo soy Nicolette Duvalier, no lo olviden —Declaro, me vuelvo a sentar, el profesor solo da un leve asentimiento y retoma su tema.

Ignoró las reacciones de mis "nuevos" compañeros, pues no hay cosa que me  pueda importar menos.

"Nunca nadie te olvidó pequeña Nicolette, ¿Como podrían?"

¡Hola; y acá está la bellisima y carismática Nicolette, esperó qué les haya gustado, y hayan dejadi su estrellita. Estaré actualizando todos los viernes, besitos.