Todo estaba oscuro en un pequeño callejón, no se podía ver nada a excepción de dos ojos rojos como la sangre.

-¡Katsuki! ¡Deberías ser menos violento a la hora de matar!- Gritó furioso una voz masculina.

Solo hubo un gruñido como respuesta.

-No me gruñas imbécil, no ves que después tenemos que comprar nuevas prendas por tu imprudencia y además dejas demasiada evidencia- Le dijo enojado.

-Pelos de mierda, si yo quiero arrancarle y pisarle el corazón lo hago y punto, y ya estámos siendo buscados- Le respondió soltando un gruñido.

-Eijiro, cierra la boca o ¿acaso quieres que te mate?- Dijo otra voz intentando de calmar la situación.

-No te metas Denki, son cosas de adultos- Dijo el tal Eijiro.

-¡Solo nos llevamos por 60 años!- Dijo enojado el tal Denki.

-Vamonos a casa, tengo hambre- Dijo Kastsuki soltando un suspiro.

-Está bien, para lo próxima ¿puedo yo ser quien mate a un Hechicero?- Dijo Denki entusiasmado.

-Ya veremos cargador con patas- Dijo Katsuki serio.

Y así fue como tres seres desaparecieron en la oscuridad de la ciudad dejando a un Hechicero muerto y sin corazón.

Finalmente a lo lejos se escucharon tres aullidos.