No vengas, Te espero
- Tengo miedo, miedo de estar sola- dijo una vez. No recuerdo de que hablábamos, pero la atrape entre mis brazos, mi remera se mojó de sus lágrimas.
- Yo siempre estaré para ti, nunca me iré- le asegure, vi sus ojos cristalinos cuando solto una leve sonrisa, que iluminó mi corazón.
-¿Nunca?- inquirió como una niña pequeña.
-Jamás- y sin perder un solo segundo la bese como sino hubiera un mañana y en realidad no lo había, sabía que tenía cáncer, que moriría muy pronto y que literalmente la dejaría sola, fue la primera vez que le mentí y también la última- Te amo.
Poco después empecé la quimio, siempre estuvo para mi cada vez que la veía temia rendirme, aunqu era más difícil a cada segundo. Todo era doloroso y me debilitaba cada vez más, mi única fuerza era ella, mi único pie en el mundo.
Y cuando finalmente me rendi, estaba dormida y tuve que decirle adiós, fue tan difícil hacerlo, tenía mucho miedo y culpa. Dejarla sola contra el mundo, no estaba en mis planes.
Lo escucho y se fue, que irónica que es la vida, tuve una recaída cuando no lo deseaba, porque sabía que iba a volver y yo deseaba que fuera lo último que viera en esta vida, lo último que tocará y que mis últimas palabras fueran un "Te amo" para ella, pero no fue lo que pasó.
Morí en un quirófano lejos de sus ojos, de su calor, de su perfume, de toda ella. En un lugar tan frío como la misma muerte.
Llego a mi lado un lunes de septiembre dos años después de mi muerte. Lo único que pude hacer ese día fue abrazarla. La había extrañado cada segundo y sus lágrimas me decían que también me habías extrañado.
- Te amo y no soportaba más estar lejos de ti- me explico.
- Yo también te amo pero, porque mo seguiste te iba a esperar- regañe con mis ojos llorosos; porque verla morir aquel día fue lo más difícil de toda mi vida y mi muerte.
- No podía- soltó antes de besarme sin darme tiempo a contradecirle. Le correspondi con la misma intensidad.
Ahora estamos feliz y juntos, nos amos demasiado para poder estar separados por eso mamá, papá, cuñado, suegro, y todas aquellas personas que sufrieron nuestra partida del mundo terrenal, les pedimos perdón y les rogamos que ya no sufran por nosotros. Aquí toda esta bien.
Con todo el cariño del mundo.
Daiana y Eliot.
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