Elsa Menzel Pov

«Anna...» Su nombre apareció como un destello en mi mente.

—¿Anna no viene con ustedes? —pregunté repentinamente tomándolas por sorpresa otra vez.

Rapunzel, Mérida, Ariel y Bella, levantaron una ceja. Tiana exhaló con suavidad.

Tiana: ¿Crees que venga?

Arrugué mi entrecejo.

—No lo creo. Estoy segura.

Aladdín: ¿Y si no es así?

—Entonces, no tendré otra alternativa que escoger a unas de las candidatas que Agnarr ha conseguido para mí.

Bella: ¿En serio quieres hacer eso? Quiero decir: eres muy joven aún.

Ariel: Bella tiene razón. No te veo con las capacidades de criar a un niño o niña, Elsa.

Suspiré sutilmente.

—Yo tampoco, pero estoy segura de que seré mejor que Agnarr en ese sentido. Es repentino —recordé—, pero aun así... quiero cumplirlo. Quiero cumplir con la última petición de mi padre —dije con seguridad.

Ellas me miraron inseguras. También estaba insegura de la decisión que tomaría Anna. Probablemente había deducido mal sus acciones y en realidad estaba totalmente equivocada.

«¿Anna vendrá?», me pregunté sintiendo mi pecho aprisionado por la sensación de angustia que empecé a sentir. La semana le faltaba tres días para que finalizara y deseaba... Deseaba esperarla.

Sin embargo... ¿Haría lo que dije si no apareciera? Sí. Sin duda alguna tendría que escoger a otra candidata apta para dicho proceso. Me encontraba segura de que muchas mujeres querrían tener mi mano; no obstante yo deseaba la mano de una mujer en especifica.

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Dia 5

"Anna no ha venido aun, pero sigo con las esperanzas de que lo haga. El tema relacionado con el embarazo hizo que muchos se sorprendiesen y preguntaran quien sería la pareja. Al decir que fuera probable una mujer, todos asintieron con la cabeza. Eso me sorprendió, no creí que los trabajadores de Agnarr fueran tan comprensivos, pero lo agradecía. Agradecía de que fueran de mente abierta."

—Señorita Elsa, la esperan en el vestíbulo.

Elevé una ceja imaginando quien sería la persona. Mi corazón palpito con ansias. «Anna...» Debía ser ella. No obstante no le di muchas vueltas y accedí a verla. Al llegar me sorprendió ver a Agnarr sentado en uno de los sillones con un libro en mano.

—¿Necesitas algo? —le pregunté encontrándome frente a él.

—Hablemos, Elsa.

—¿Es un asunto de la empresa?

Agnarr negó con la cabeza.

—Es sobre Anna.

«¿Anna...?»

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Sencillamente sólo quería caminar un poco. Y honestamente me daba un poco de lastima al imaginar que no podría hacerlo como antes. «Los medios son un asco», dije con molestia.

Llegué al parque donde normalmente le pedía a Oaken un helado de chocolate con chispas de chocolate. Sonreí tenuemente y unas ganas de pedirlo nuevamente me llegaron repentinamente.

Me acerqué e hice la fila. Al estar de segunda un niño no dejaba de mirar mi peculiar vestimenta. Sin embargo lo ignoré y fui atendida enseguida.

—¡Muy buenas tardes! ¿Qué puedo ofrecerle en el día de hoy? Tengo de todos los sabores —dijo con el tono de siempre que daban ganas de volver. Él tenia un don para hacer reflejar y trasmitir esa amabilidad que poseía.

—Un helado de chocolate con chispas de chocolate.

La sonrisa de su rostro no desapareció y de inmediato tomó un cono.

—Es bueno ver que estés bien —soltó mientras preparaba mi pedido—. No hubo noticias tuyas por un largo tiempo.

Sonreí y lo miré con cariño.

—Necesitaba un respiro.

—Todos necesitamos un respiro de vez en cuando —dijo sin desaparecer esa aura de gentileza.

—¿Puedo preguntar cómo me reconociste?

—Recuerdo tu voz y la manera en la que pides tu helado de chocolate con chispas de chocolate —concluyó extendiéndome lo ordenado.

Lo tomé agradecida y le pagué lo correspondiente.

—La vida es muy corta, mi querida Elsa. Disfrútala cuanto puedas con las personas correctas.

Asentí y me di la vuelta con motivos de buscar un lugar despejado de las personas para relajarme. No obstante antes de darle la primera lamida a mi lado una persona que reconocí al instante se cruzó ante mis ojos.

«¿Honeymaren...?»

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Continuara... 

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