◈Especial◈
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¿QUÉ HUBIERA PASADO SÍ...?
¿EN EL CAPITULO 15 ELSA HUBIERA CEDIDO?
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Elsa Menzel Pov
—¿De qué manera te intereso, Elson? —consultó tranquilamente.
Parpadeé confundida observándola con mi ceño entre fruncido. «¿Dije algo mal?», me pregunté. No entendía su pregunta. ¿De qué manera me interesaba? ¿A qué se refería con eso?
—Yo... Bueno... —«¿Por qué se está acercando?». Eso hizo que mis nervios se hicieran presentes— Anna... —murmuré retrocediendo.
Mi cuerpo chocó contra el brazo del mueble no permitiéndome alejarme más. Anna me miraba con curiosidad y un poco de extrañes. Su mano se colocó en mi pecho. Me sonrojé abruptamente al sentir que parte estaba tocando. «¡Maldita sea, cálmate! ¡Ella cree que no tienes senos!».
—Tu corazón late muy rápido.
«¿Por qué será?», pensé con ironía. Cerré mis ojos en un intento de tranquilizarme. Empecé a buscar en mi mente soluciones para eso, pero mi nerviosismo se disparó una vez más al sentir sus labios depositarme un pequeño beso en mi mejilla izquierda.
Abrí mis parpados y lo primero que observé fue el rostro de Anna aun cerca del mío. Exhalé sintiendo también la cercanía de su cuerpo y como estábamos posicionadas. ¿Cómo habíamos quedado en esa situación? Honestamente aun no lo sabía y, extrañamente tampoco quería saberlo; sin embargo necesitaba que se alejara y urgente. Lo que tenía en mis pantalones no soportaría más tiempo escondido y se dejaría relucir en un bulto que quería evitar.
—Anna... —murmuré sintiéndome cada vez más sofocada.
Lentamente sentí su mano deslizarse por mi pecho hasta llegar a mi vientre. Tensé la mandíbula y apreté con fuerza mis ojos intentando evitar que se levantara. Poco a poco mi fuerza de voluntad estaba siendo disminuida.
Cuando sus labios nuevamente besaron mi mejilla y sus dedos dibujaron varios círculos cerca de mi pelvis con intenciones de tocar lo que trataba de mantener oculto, no pude contenerlo más.
—¿Qué tenemos aquí? —dijo con lujuria.
Nuevamente su mano se movió con lentitud tomando con poca fuerza el bulto de mis pantalones. Mi cabeza se inclinó un poco hacia atrás y mi ceño se frunció. «Que suave...» Sus manos se sentían cálidas y suaves.
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—No. Lo siento.
Anna se dio media vuelta sin bajar de mis piernas y se estiró para tomar de la mesa cercana posicionada a mi costado derecho el pequeño bolso que había traído. La tomé nuevamente de la cintura por miedo a que se callera, pero luego de que retomara su posición y sacara un paquete negro me sorprendí.
—Siempre preparada —dijo con orgullo—. Es extraño que no tengas al menos uno.
—¿Por qué es extraño? —consulté tomando el paquetito.
Ella elevó una ceja.
—¿Acaso no tienes sexo?
—No —dije mirándola con confusión.
—¿Eres virgen? —me preguntó con total sorpresa.
Arqueé una ceja y abrí el preservativo sin tener intenciones de responderle, pero con mi silencio tuvo la respuesta que posiblemente no esperaba.
—Wow... Lo siento si me sorprendo tanto, es que... eres lindo. Es increíble que no hayas experimentado algo como eso y menos con la edad que tienes.
—Bueno, Anna, no estaba interesado en todo este tiempo, hasta que te conocí y ahora nos encontramos en este estado. ¿Estás segura de querer hacerlo con un inexperto como yo?
Ella sonrió confiada y se acercó para depositar un beso en mis labios.
—Estoy segura... —susurró sin tomar distancia aun—. Voy a hacer que tengas buen sexo.
Tragué difícilmente saliva ante esa aseguración.
—¿Quieres ayuda? —consultó refiriéndose al preservativo.
Negué la cabeza.
—Creo poder hacerlo por mi cuenta.
—Bien.
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Continuara...
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