❰18❱─•❥
┌─────── ∘°◈°∘ ───────┐
SENTIMIENTOS PROBLEMÁTICOS
└─────── °∘◈∘° ───────┘
Elsa Menzel Pov
—¿Y se fue?
—Sí... —contesté sin ánimos.
—¿Y está bien?
—No lo sé...
—¿Te ha respondido?
—No... —volví a responder sin muchos ánimos.
—Te has metido en un gran problema.
—Lo sé... —dije con queja mientras sujetaba mi cabeza—. ¿Qué debo hacer, Tiana?
—Primero, déjame regañarte por actuar por tu propia cuenta en algo que estábamos involucradas todas. No sólo te afecto a ti, sino a las demás también. Segundo: sé que es casi imposible controlar los sentimientos y más cuando tuviste en contacto con alguien de esa manera, pero... ¿Debiste ponerte un límite? ¿no? Decirte algo como: "heteros no".
Elevé una ceja.
—¿Y cómo iba a saber que me gustaría? Tiana, me sentía segura de que Anna no me atraería, simplemente por el hecho de que estaba cumpliendo una apuesta que perdí estando ebria.
Tiana sonrió y dio un sorbo a su bebida.
—¿Te arrepientes de tomar aquel día?
—¡Por supuesto que sí!
Ella arqueó una ceja.
—¿Qué? —dije confusa.
—Bueno, Elsa, conociste a alguien que ha hecho latir tu corazón de esa manera. ¿En verdad te arrepientes? —preguntó y volvió a sonreírme.
Bajé la cabeza y me tomó unos minutos asimilar sus palabras. Mi mente viajó al pasado recordando esos encuentros de "citas" que había tenido con Anna. Me ruboricé cuando recordé como nuestros labios se probaron por unos cortos segundos. El beso hubiera sido mejor si el sentimiento de culpabilidad no hubiera aparecido, pero lo había hecho.
Volví más atrás rememorando aquellos momentos donde su sonrisa era lo único que llenaba permanentemente ese vacío que sentía, sin embargo ese "vacío" regresó y más intenso. Me sentía bastante mal por haber "jugado" con el corazón de una persona, pero así no era como había ocurrido.
Estaba segura de que mis intenciones no eran lastimarla, y por eso, le había soltado la verdad con el miedo que me comía por dentro y se demostraba por fuera. «Fui débil...», me dije. Pero... «Sí decir la verdad es ser débil, entonces... estoy dispuesta a hacerlo una y otra vez.»
La verdad había salido a la luz. Me sorprendí por no haber recibido mensajes al día siguiente de lo sucedido, pero no tardaron en hablar por el grupo, unas dos semanas después, de lo que Anna le había soltado con molestia a Jazmín. Era la verdad; y la verdad tuvo su costo. Ahora todas deseaban hablar conmigo de lo que pasó; sin embargo acudí a hablar con Tiana primero antes de tocar ese tema.
—En otras noticias, el empresario Agnarr Arendelle ha anunciado...
«Debes estar bromeando...», pensé con molestia al escuchar la televisión del restaurante. «No es el momento.» Y no lo era. Mi mente se encontraba ocupada pensando en algo más importante que lo que planeaba hacer el señor que aun odiaba.
Quería deshacerme de ese odio y vivir en plenitud, pero... me estaba resultando imposible. En mis sueños él se aparecía sonriéndome como siempre cada vez que venía a visitarme y me veía centrada en uno de los libros de la biblioteca.
—Va au diable —murmuré, ganándome una mirada de sorpresa de mi amiga.
—¿Qué fue eso? ¿Acabo de escuchar una buena pronunciación del francés o mis oídos me están fallando y ni en cuenta me he enterado hasta ahora?
Hice un chasquido con mi boca ignorando sus palabras y miré con enojo la televisión. «¿Cuándo saldrás de mis pensamientos?», me pregunté con molestia.
—¿Estás bien?
—Él no es un buen empresario.
Tiana levantó una ceja.
—Yo veo que hace bien su trabajo. ¿Por qué te molesta?
La miré e igualmente elevé una ceja. Ella hizo una ligera mueca.
—¿Crees que no he notado como te pones cuando hablas de él?
Calmé mi expresión ante esa declaración.
—E-es porque...
—¿Estás celosa? —soltó y luego bebió nuevamente de su vaso.
—¡Sí! —exclamé—. ¡Él es grande y tiene mucho dinero! Desearía llegar a donde esta, pero con una personalidad... diferente —comenté nerviosa.
—Bien, no discutiremos de eso ahora. Volvamos al tema principal, Elsa. Sé que tienes la cabeza hecha un enrollo en este instante y deseas uno de mis maravillosos consejos para que puedas dormir un poco mejor. —Abrí mis labios para contestar y Tiana me detuvo— He notado esas pequeñas bolsas que intentas ocultar. No puedes mentirme —concluyó con una sonrisa.
Me reí y agradecí internamente que estuviera conmigo teniendo esa conversación.
—Entonces, haremos una reunión donde le explicaras a todas lo que sucedió y lo que sientes y, posiblemente dejaras de sentir. Por lo escuchado, Anna es una persona heterosexual, y en eso, no vas a sacar nada bueno. Pero, ¿Has visto que tenga alguna actitud o reacción con las chicas? Quiero decir: puede ser posible que le gusten y no este consciente de eso, pero en todo caso trata de no ilusionarte con pequeñas cosas y evita imaginar diferentes situaciones con ella, aunque parezca imposible, sé que lo lograras.
Asentí ligeramente.
—Y Elsa, no digo que lo que hiciste de pasarte por hombre sin nuestro consentimiento estuvo bien. Entiendo lo que intentaste de sacar de Anna, pero aun así... yo veo... que tuviste otras opciones.
—¿Cuales? —le pregunté sutilmente y curiosamente.
—Anna conocía a Elson, pero no a Elsa. Pudiste acercarte a ella e intentar conquistarla ahora con tu apariencia de mujer, sin embargo optaste por seguir pasándote por un hombre y las cosas no resultaron... bien. Tal vez si la hubieras conocido como Elsa, lograrías ver de poco a poco si Anna esconde un pequeño interés por las mujeres.
—Pero ella gustaba de Elson.
—Buen punto, pero, ¿No valía la pena intentarlo? Así quizás las cosas hubieran resultado diferentes. La vida puede sorprenderte cuando menos te lo esperes o creas, Elsa.
Sonreí ligeramente y bajé la mirada. «Tiene razón.»
—Bienvenida al mundo.
Me reí de nuevo por ese comentario y levanté mi vaso de agua.
—Bienvenida al mundo —dije, y choqué mi vaso de vidrio con el de ella.
Hablar con Tiana... me había liberado un poco.
.
.
.
Estaba agotada físicamente y mentalmente. El trabajo siempre me dejaba de esa manera, aunque en algunos días no tanto. Sin embargo me encontraba consciente de por qué mi mente se hallaba más cansada de lo habitual. No había dejado de pensar en Anna; no había podido hacerlo.
Cada hora que terminaba una de mis responsabilidades y tenía ese poco tiempo para revisar mi celular, lo hacía con tal de ver un mensaje suyo, pero parecía que en verdad... no deseaba verme más. Eso causaba que una sonrisa triste se dibujara en mis labios y mis pensamientos viajaran a ciertas posibilidades.
Anna... no quería saber nada de mí. Ya... no le interesaba.
Suspiré profundamente, e internamente me propuse a tratar de dormir mejor en esa noche, aunque sabía que sería un reto, al menos trataría. Quité mis tacones una vez dentro y cerca de la puerta, y los dejé a un lado. Al levantar la mirada y observar la luz encendida que alumbraba el salón, la entrada y parte de la cocina. Mi mente se perdió otra vez en esos recuerdos que no volvería a vivirlos; en esos momentos que deseaba revivir.
Todo... se había ido. Eran aproximadamente las ocho de la noche y antes de acostarme debía alimentar mi estomago con un poco de cereal y leche; eso sería suficiente, puesto que no tenía las ganas de prepararme algo más culinario y tampoco tenía las ganas de comer tanto.
Miré las escaleras que conducen a mi habitación y sin dudar subí dispuesta a cambiarme de ropa y ponerme una más cómoda para realizar la siguiente actividad que era: comer.
Al terminar de ponerme un pantalón largo y una camisa de color negro con un diseño de un cuadro de pintura, proseguí a bajar a la cocina, tomar un plato hondo y servirme un poco de cereal con leche.
Permanecí en ese lugar unos minutos perdiéndome otra vez en mis pensamientos mientras masticaba con lentitud. «¿Y si veo una película animada?», me pregunté de repente, y esa idea me gustó demasiado porque mi mente se entretendría.
Antes de ir a mi salón me serví un poco más de cereal con un poco más de ánimos. Al final iba a distraerme y dedicar ese tiempo que necesitaba para ver dichas películas que me encantaban mucho. Sin embargo, me congelé al instante cuando mis ojos se toparon con los de mis amigas e incluyendo las amistades de Anna, ¡e incluso la misma Anna que no había abandonado mi cabeza en dos semanas!
¡Anna estaba presente! Y yo me hallaba en pijama con mi cabello amarrado ligeramente en una coleta baja, mirándolas a todas con total impresión y con la cuchara en mi boca.
Rapunzel: Si que eres distraída.
Aladdín: Alguien más podría entrar a robarte y no te das cuenta —dijo con preocupación.
Tiana se rio y me observó con atención.
Tiana: ¿Dónde está tu celular?
Despojé el utensilio de mi boca y mastiqué e ingerí antes de contestar.
—Yo... lo tenía en... No. —Parpadeé desconcertada y me recompuse señalándolas con mi utensilio— ¿Qué están haciendo en mi hogar? —pregunté interrogativamente.
Mérida: Bueno, tenemos un tema de que hablar y estábamos... esperándote.
Bella: Tiana pidió que no hiciéramos ningún ruido cuando entraras. Ella quería comprobar lo perdida que estabas últimamente.
Ariel: Apreciarte mirando el foco... fue interesante.
Me ruboricé y solté una queja a la vez que coloqué una de mis manos en mi rostro en un intento de ocultar mi vergüenza.
—¿Avisaron? —pregunté sin verlas.
Moana: Dejamos muchos mensajes en el grupo —dijo con un poco de molestia.
Mulán: Te gusto mucho ignorarlos.
Jazmín: Te gusto aún más hacerte pasar otra vez por hombre, pero sin nuestro consentimiento —atacó.
Fruncí el ceño y tomé la chaqueta blanca que se encontraba en una de las sillas del comedor. Abandoné el plato en la mesa para ponérmela con más facilidad.
—¿Vienes a acusarme de eso?
Jazmín: Estoy molesta.
—Lo noto, Jazmín —dije dándome la vuelta con mi plato—. No pude ocultarlo —hablé sintiendo mi corazón empezar a latir con prisa al recordar ese momento donde dije aquellas palabras—. Y lo saben. Está claro que lo saben.
Anna: Bueno, hay algunas cosas que aún no saben —dijo y mi corazón dio un vuelco.
«Cierto. Anna está aquí», me dije e inconscientemente llevé una de mis manos a mi pecho. La giré a ver y sus ojos enseguida hicieron contacto con los míos. Mis mejillas se ruborizaron nuevamente y su ceño se frunció aún más. Desvié la mirada un poco decaída ante esa reacción de su parte.
Bella: Creo que veo lo que está pasando aquí.
Hice una mueca y nuevamente empecé a comer.
Tiana: Elsa —llamó e hizo una seña para que me acercara. Enseguida accedí y tomé asiento a su lado con una pequeña mueca en mi rostro mientras masticaba—. Aquí estas —dijo pasando su brazo por detrás de mi espalda regalándome un leve abrazo—. ¿Cómo estuvo tu día?
—Pésimo. Edna se molestó con la persona que busqué para que se encargara de investigar los productos del empresario Arendelle. Y ahora me toca buscar a otro, pero eso no importa ahora. Vinieron a hablar del tema de Anna, ¿cierto?
Rapunzel: En verdad ya lo hicimos.
Ariel: Le explicamos lo que habíamos hecho y con que intenciones.
«¿Qué? Entonces, ¿Por qué...?». Fruncí mi ceño y las miré a todas nuevamente con interrogación.
—¿Qué está sucediendo?
Aladdín: Bueno, Elsa, aprovechamos que no estabas para hablarlo. Y solamente estábamos esperando a que llegaras para que dijeras los motivos que Tiana no quiere decirnos.
—¿Cuáles motivos?
Anna: ¿Por qué continuaste pasándote por un hombre?
La miré sorprendida. «¿No lo recuerda?», pensé.
—Lo sabes.
Anna: No. No lo se.
Mi expresión cambió a una de incredulidad. «¿Cómo es posible que no lo sepa?». Se lo había dicho la primera vez que estuvo en mi hogar, y después me había "declarado" la segunda vez.
—Quería conocerte un poco más. Descubrir que era eso que... sentía.
Moana giró un poco su cabeza y me miró curiosa.
Bella: Oh no, Elsa, ¿Dónde te sentaste?
—En mi defensa desde un comienzo no quise involucrarme en esto. Sabía que era mala idea y aun así... las seguí y cumplí con mi parte.
Anna: Entonces no mentías.
La volteé a ver mirándola con un poco de tristeza. «¿Creé que todo fue mentira?». Era obvio si lo pensaba bien, sin embargo no había necesidad de hacerlo, ya que Anna lo aseguró con sus palabras. Mentiría si dijera que no me lastimó.
—La mayor parte no mentí —le contesté reprimiendo esa punzada en mi corazón—. Lo que sabes de mi vida. Lo que sabes de Elson, en gran parte es verdad.
Anna: ¿No sabes nadar? —preguntó levantando una ceja.
—Bueno, eso sí fue una mentira. Sé nadar, pero no podía acompañarte a eso por... lo que implicaba hacer. No podía quitarme la camisa —le aclaré.
Anna nuevamente arrugó su entrecejo.
Anna: Hablemos mejor de esto después y en privado —pidió en un tono más calmado.
«¿Privado?». La observé con sorpresa no esperando esa respuesta. Ella suspiró y cruzo sus brazos.
Anna: Admito que me es extraño verte así. —Hizo una pequeña pausa y me miró de arriba a abajo— No puedo asimilarlo —declaró.
Y otra vez... mi corazón resultó lastimado. Y mi mente pensaba en lo peor. «Me rechazara.» Era lo más seguro.
Anna: ¿No ocultas algo más?
Esa pregunta me hizo rememorar las conversaciones que habíamos tenido. Simplemente la miré con atención cambiando mi expresión poco triste a una de seriedad.
—No —respondí segura.
Al instante de haber contestado el timbre de mi hogar sonó. Observé enseguida a los demás.
—¿Esperamos a alguien?
Tiana: No lo creo.
Rapunzel, Mérida, Bella y Ariel levantaron sus hombros. Y Aladdín, Moana, Mulán, Anna y Jazmín negaron con la cabeza. Me levanté dejando mi plato en la mesa de al frente donde la mayoría de las veces tenía pizza por parte de mis amigas.
Seguidamente me aproximé hacia la puerta y la abrí curiosamente, sin embargo la persona que menos esperaba ver, se encontraba frente a mis ojos.
Mi corazón dio de nuevo se sobresaltó y mi expresión de asombro no se hizo esperar.
«¿Agnarr...?»
----------
Fin del Cap. 18 (Sentimientos inesperados)
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro