Terminó aquél día, y para mi alivio Dominik no me pidió nada, y por tanto no tuve que seguir las ordenes del tal Edek. Que por cierto, no encontraba razonables.

Le llevé sus papeles tal como pidió, y estuve el resto de la tarde clasificando sus documentos al igual que hice con Dominik.

Al día siguiente, llegué un poco antes de la hora de entrada. Era una costumbre que había tomado con el tiempo en todo lo que hacía; apresurarme y adelantarme demasiado.

Me quedé en un café de por ahí cerca mientras pasaban los veinte minutos que quedaban para la hora de entrada. No quería parecer tan apresurada.

Para mi desgracia, Edek, apareció por arte de magia precisamente a ese café.

-Vaya, pero que coincidencia-me sonrió acercándose a la mesa en dónde me encontraba-. ¿Qué haces? ¿Compras café para llevarme, cierto?

Lo miré con pánico. No sabía que tenía que hacer eso a menos que me lo pidieran...

Comenzó a reírse

-Estoy bromeando, tranquila -siguió riendo-. No creo que te molestes si te acompaño con un café

Levanto la mano, y pidió un café americano al camarero del lugar. Pero al momento en que llegó el pedido, ya habían pasado unos treinta minutos.

-Agh, como es posible que se tardaran tanto por un misero café-se dirigió al chico

-Lo siento señor, los otros dos camareros que debían venir a trabajar no están, y soy el único atendiendo a todo el lugar-se intentó disculpar

Me dio un poco de compasión

-No me interesa, quería mi café en menos de dos segundos, así que ahora no lo quiero -alzó ambas cejas-. Vacía el café a un vaso de cartón o algo, porque me lo tengo que llevar

-Pero...

-Pero nada, y por favor no te demores media hora más, lo necesito para ahora mismo-torció el gesto-Qué incompetente-murmuró mirando al ventanal que daba a la calle

Lo observé sin decir palabra.

-¿Sabes? Me aburrí-se levantó, sacó algo de su bolsillo, y lo dejó en la mesa-Katine, vamos

-Pero no he pagado mi café...

-Les dejé más que suficiente, vamos-me miró severo

Creo que su café era demasiado importante.

Llegamos al despacho, y el señor Jacow como todas las otras veces nos recibió con un saludo amable.

-Quiero un café americano en cinco minutos máximo, estoy de malas-dijo al aire Edek, y se marchó a su oficina sin decir nada más.

Creo que yo tenía que cumplir la orden.

El señor Jacow me miró con rostro de espanto. Sólo sonreí, no tenía más que hacer en todo caso.

Fui en busca del dichoso café, obviamente en otro local por vergüenza, y volví en dos minutos. Cuando venía entrando, Dominik venía en compañía de alguien. En principio pensé que era otra abogada, luego cambié de opinión en que podría ser una clienta....pero cuando vi el rostro de la mujer, supe que era su esposa.

Entramos a la par, y Dominik me observó un momento, y me sonrió saludando. La mujer sólo me examinó de pies a cabeza.

-Do... -me aclaré la garganta-. Señor Santorski, le traje un café expreso.

Le tendí uno de los cafés que había comprado. Nadie me lo pidió, pero supongo que no se negaría. Tomó el vaso sorprendido.

-Vaya, gracias-sonrió mirando el logo-. Wow, amo los de ese local-sonrió

No era el mismo del local del día anterior.

-Pensé que tus favoritos eran los de Starbucks-replicó la mujer a su lado

Dominik la observó un momento

-Pensaste mal-alzó una ceja-. Adiós, tengo mucho trabajo.

Comenzó a alejarse, sin siquiera despedirse de su esposa de forma cariñosa.

-No, espera-lo tomó de la chaqueta-. Tengo algo que hablar contigo.

-Tengo mucho trabajo-repitió

-Pero es urgente-lo miró abriendo los ojos

-Mis casos también Agatha, adiós, después hablamos-sonrió incómodo a la vez que se alejaba por el pasillo camino a su oficina-. Katine, ven por favor.

Miré a la chica, y al señor Jacow, y me alejé siguiendo los pasos de Dominik.

-Espera-sentí la voz femenina

No pensé que me estuviera hablando a mi, pero volteé de todos modos

-¿Eres asistente de aquí?-alzó una ceja

Asentí

Quedó perpleja, observándome algo molesta

Pero al no decir nada más, me alejé hacia la oficina de Dominik.

Pasé, ya que estaba la puerta entre abierta.

-Cierra, por favor -me dijo mientras estaba absorto en papeles de su escritorio

Hice lo que me pidió, y esperé atenta de pie frente a su escritorio.

Revisó unos papeles, antes de hablarme;

-¿Sabes de algo para el dolor de cabeza? -me miró con la mano apoyada en su cabello-. Y bueno, me duele la espalda también

-¿Tienes fiebre?-le pregunté

Cerró un ojo, como confuso

-No sé-torció el gesto

Me acerqué a su lado, mientras me observaba curioso. Le puse la mano en la frente.

Me sentí extraña. No lo había tocado... en años.

-Estás bastante caliente-lo miré-. Pero no estás pálido lo que es bueno

-Había olvidado que eres enfermera-sonrió

-Espera, iré por un termómetro que traigo siempre conmigo

Iba a irme, pero me tomó de la muñeca

Me sobresalté

-No, tranquila. Sólo compra unas pastillas por aquí cerca y me traes, por favor -me miró relajado

-Está bien-miré a mi muñeca, que aún sostenía, y la soltó en seguida

Salí a la sala de estar, y la rubia aún estaba ahí.

-El café-me recordó el señor Jacow

-Cierto-me asusté, tomé el vaso de cartón y fui casi corriendo hasta la oficina de Edek

Toqué la puerta, pero no oí respuesta.

Volví a hacerlo, y llamé por su nombre

-¿Señor Górka?-pregunté

-No debería decirte nada, ya sabes que hacer-respondió alzando la voz

Entré, y dejé el café en su mesón

-Disculpe la demora, es que el señor Santorski me llamó y...

-Santorski-puso cara de enfado-. Ok. No quiero que vuelvas a posponer mis cosas por él. Por favor, si te pedí algo antes que él, debes atender mis asuntos antes. ¿No crees que es justo?

Asentí

-Si, señor

Asintió y me indicó la puerta

-Con permiso-salí de su oficina

Al llegar al mesón central, aquella mujer seguía allí.

-Voy a salir un momento-le avisé al señor Jacow

-¿Pasó algo? -preguntó

-No, sólo le compraré unas pastillas al señor Santorski, dice que se siente mal-le respondí

La rubia alta se levantó de donde estaba, y se acercó a mi

-¿Qué tiene mi esposo?-frunció el cejo

Sólo la miré

-Mhhh, sólo le duele la cabeza

-Yo iré por pastillas, no vayas tú-me miró con un poco de desdén

-Pero...-iba a insistir

-Es mi esposo, yo voy-insistió ella, y salió del despacho sin despedirse

Miré al señor Jacow

-¿Y ahora?-lo miré

Se alzó de hombros divertido.

(• • • )

Pasó un buen rato en que nadie me llamaba para nada. Hasta que sonó el teléfono del mesón principal.

-Contesta tú-me dijo el señor Jacow, mientras seguía revisando algo en el libro de sugerencias

Sin más, descolgué el teléfono

Antes de que dijera nada, oí la voz de Dominik;

-Jacow, dile a Katine que venga a mi oficina. Dios, cómo me duele...-colgó el teléfono de súbito

Me acerqué de inmediato a la oficina de Dominik. Toqué a la puerta tres veces, y oí el ya frecuente ''Pase'' de Dominik.

-Katine, que rápida-sonrió fugaz, pero luego su rostro se torno de angustia-. ¿Tienes las pastillas?

Suspiré

-Algo así-respondí

Frunció el ceño, confundido.

-¿Cómo que algo así?-inquirió

-Tú esposa, insistió en comprar ella las píldora, que porque era tu esposa... y eso-sonreí, evitando que se notara que estaba algo molesta

Por que si, me molestó la actitud de la rubia.

Lanzó un suspiro, y se pasó la mano por la cabeza.

-Diablos, porque tiene que estar metiéndose en cosas que... en fin-alzó ambas cejas-. ¿Me ayudas? No soporto el dolor de cabeza, y te juro que ya no puedo leer nada

-¿No ves bien? -me levanté asustada-. ¿Ves borroso?

-Tranquila-sonrió quitándole importancia-. Me refiero a que no puedo esforzar la vista, porque no soporto el dolor de cabeza

Tenía de hecho los ojos entrecerrados cada ciertos segundos.

De pronto la puerta se abrió escandalosamente.

-Terroncito, te compré estas pastillas, creo que sirven para...-paró en seco cuando notó mi presencia-. Perdón, no sabía que estaba la secretaria aquí-me miró, y se dirigió a mi-. Puedes irte

La miré estupefacta.

¿Desde cuando esta chica era mi jefa?

-Yo sé cuando puede o no retirarse, no es tu asistente. Es mi asistente-oí la voz de Dominik justo antes de levantarme del asiento

-No se preocupe señor Santorski-le sonreí-. De todos modos tengo que ir a ver los asuntos de los otros abogados. Los dejo

Me fui en dirección a la puerta, y una vez salí oí la voz chillona de esa mujer comenzar a hablar quizás qué.

......

N/a: Katine de estos años en multimedia xd