Nota: este es uno de los capítulos que más quería terminar, espero que les guste.

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Pasado:

Lucy desde muy pequeña entendió que ella era muy fácil olvidarla, pero pensó que era normal, ya que con nueve hermanas tan diferentes y muy llamativas, era normal no destacar.

O eso pensó.

Siempre hubo alguien que la recordaba, alguien que siempre sabía dónde estaba, que por más que todas sus hermanas usarán su ayuda, ese alguien siempre tenía tiempo para ella.

Su hermana mayor siempre fue así, todas sus hermanas dependieron de ella para todo, y aun así ella pasaba tiempo ayudándola con sus poemas.

Pero algo había cambiado.

Era algo más allá de lo físico, algo que solo ella en la familia podía ver, algo que solo su talento le podía mostrar.

Algo que descubrió gracias a la curiosidad.

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Cuando encontró el diario de su bisabuela harriet, pudo ver una parte del mundo que muy pocos conocían.

Y con la ayuda de una amiga que venía de una familia de videntes y espiritistas, pudo comprender aún mejor ese otro mundo.

Ella pudo ver el bien y el mal en este otro mundo, pudo ver las sombras y bestias malvadas vagan por todos lados, y pudo ver a los seres de luz y bien que cuidan al mundo y a ciertas personas especiales.

También conoció a la naturaleza, era una como una madre que amaba a todos los seres vivos, y si eras adecuado te podría decir uno de sus infinitos secretos.

Otro de sus descubrimientos fue la vida y la muerte, y ellos a su manera le mostraron que la muerte no siempre es mala, y que la vida no siempre buena, ambos son fuerzas de la naturaleza que siempre están en equilibrio.

Lucy quedó fascinada con todos estos secretos revelados ante ella.

Y con ayuda de su amiga logro poder ver todo esto en el mundo real.

Con un ritual especial que la familia de su amiga hizo, pudo cambiar su literal manera de ver las cosas.

Pudo ver el aura de las personas, pudo ver los espíritus tanto de las personas como los de la madre naturaleza sin necesidad de ir al mundo espiritual.

Pero también vio a los terribles seres que rondan el mundo.

La maestra de conocimientos de la familia de su amiga le dijo que no temiera de ellos, ya que ellos no le podían hacer nada, y ella tampoco a ellos.

Y gracias al ritual, uno de sus ojos azules cambió de color a uno verde, como muestra del camino espiritual que recorre.

Maestra: no todos los que asen el ritual pueden ver algo, y no todos los que logran ver cambian el color de sus ojos, y es aún más extraño que cambien sus dos ojos.

Haiku: entonces lucy es igual que yo?

Lucy: igual que tu?

Haiku no contestó, solo se limitó a mover flequillo para mostrar que el ojo que siempre cubría era uno verde como el de ella.

Maestra: son casi igual de bendecidas.

Lucy: pero no toda la gente que tenga los ojos verdes estaría bendecida? ¿Y por qué solo un ojo? ¿Y qué significa que sea verde?

La pequeña gótica tenía muchas preguntas, y su maestra le respondió amablemente.

Maestra: al cambiar de color los ojos ganan un brillo un tanto artificial, que solo si le prestas mucha atención notarás, y eso solo le pasa a las personas que han pasado por este ritual.

La maestra le encantaba contestar, transmitir su conocimiento, sobre todo a la generación más joven.

Maestra: el que solo un ojo cambiará de color significa que te falta algo como médium espiritual, tal vez conocimiento, tal vez experiencia y cuando estés lista cambiará, o tal vez nunca lo haga, todo depende de ti.

Lucy: no entiendo?

Haiku: quiere dar a entender que eres todavía muy joven.

Lucy: entiendo y que significa el color?

La maestra no contestó por un par de minutos, como si reflexionara sobre como contestar.

Maestra: el color de los ojos te dice que bendición te dio el mundo astral, en tu caso sería que la naturaleza de ese mundo se mostrará ante ti.

La más grande de la habitación se detuvo por unos segundos, reflexionado su repuesta, y agregó

Maestra: pero ese sería el significado más simple, realmente nadie sabe todavía la verdad de cada color de bendición, porque todos los colores desarrollaron la bendición de diferente manera.

Lucy: ¿Como sus ojos cafés?

Maestra: si mis ojos cafés son una bendición diferente a la tuya, la mía viene de la tierra misma, todas las plantas me cuidan y yo las cuido a ellas.

La pequeña gótica tenía más preguntas ese día y la maestra felizmente le respondió.

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Al principio su ojo solo le mostraba es aura de la gente, y podía ver una que otra silueta de algún espíritu de vez en cuando.

Pero con el tiempo y mucha práctica pudo ver claramente el aura de la gente y su color.

También pudo ver espíritus menores deambular aquí y haya, según haiku con el tiempo esto irá aumentando.

¿Pero qué tiene esto que ver con el cambio en su familia?

Pues que gracias a este noto cosas muy diferentes en su familia.

El primero.

Su casa se sentía más grande como si algo faltara, pero por más que reviso todo estaba en su lugar.

Segundo.

Todas sus hermanas parecían tristes, ya que algo les falta.

Y tercero.

La luz que iluminaba su camino, se avía apagado.

Su hermana mayor ya no era la que recordaba, su aura era diferente.

Todos en este mundo tenían un aura diferente, algunos más brillantes, otros más apagados, pero nunca encontrarías dos iguales.

Y la de su hermana mayor era la más brillante que había visto en su vida.

Pero algo en ella cambio, ya no era la luz blanca que lucy reconocería en cualquier parte del mundo, ahora era una luz azul pálida totalmente distinta a la que ella recordaba.

Pero el aura de una persona no cambia de la noche ala mañana, solo cambia con la edad y cuando algo grande le pasa la persona.

Y eso, extraño a lucy.

Su hermana ya no era lo que recordaba, al ayudar a sus hermanas era torpe, como si todas esas veces que las ayudo se le hubieran olvidado.

Ella se cansaba más rápido y muchas veces simplemente no podía hacer nada para ayudar.

También ya no se acordaba de ella, muchas veces la pasaba de largo, ya no la encontraba. Y esto a lucy la deprimido un poco.

Y un día su hermana simplemente decidió ya no ayudar a nadie, con el motivo de que tenía que concentrarse en su ingreso a la universidad.

Esto para lucy fue otro cambio difícil. Pero no el último.

Hubo uno más bien raro, en su casa empezó a aparecer un espíritu de un conejo blanco. Venía, se paseaba por toda su casa. A veces solo se sentaba junto a ella por horas y horas, a veces lo veía junto a alguna de sus hermanas cuidándolas.

Pero eso era raro, ninguno espíritu se quedaba con un humano por mucho tiempo. Al menos que fuera su guardián, lo cual este conejo no lo era, pues un guardián solo cuida a una sola persona, no a diez.

A sí siguió pasando el tiempo.

Su hermana se fue a la universidad y todas las mayores se preparaban para seguir su pasión.

Asta que un día paso,

Haiku:[necesito que vengas a mi espacio mental, encontré algo que tienes que ver.]

Decía el mensaje que su amiga le envió.

Esa misma noche lucy preparo todo para ir al espacio mental de su gótica amiga.

...

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...

...

Cuando llego al espacio mental de haiku, la encontró en una mesa tomando el té.

Tono sería normal si el colosal castillo no estuviera, pero el espacio mental de alguien que puede entrar y salir libremente, puede tomar la forma que el dueño quiera.

Haiku: bienvenida, lucy, siéntate y acompáñame, que esta conversación será de todo menos buena.

Lucy tomó asiento frente de su amiga, poco después un maniquí vestido de mayordomo se acercó para servir el té de lucy.

Lucy: bien? Que era tan importante como para que me llamaras para esta reunión de emergencia.

La pequeña tomo un sorbo de su té, en espera de que su amiga le respondiera.

Haiku: bien lucy iré directo al grano, en tu familia falta alguien y por lo que llegue a ver nadie de tu familia se dio cuenta.

Lucy: umm... no creo que falte nadie, amenos que te refieras a mi hermana lori?

Un ceño de duda apareció en el rostro de haiku, pero tal como apareció, desapareció.

Haiku: creo que es peor de lo que me imaginaba.

Haiku se levantó de su silla y se acercó a una puerta de donde saco algo blanco. La gótica loud lo reconoció al instante, era el guardián de su familia.

Lucy: así que aquí estabas pequeño.

Haiku: lo conoces?

Lucy asintió.

Haiku: sabes de quién es?

Lucy: no, solo apareció en mi casa y cuida a todos en mi familia.

Las dos guardaron silencio durante un tiempo, la gótica mayor en ningún momento dejó de acariciar al esponjoso ser que tenía en las manos.

Lucy: por qué está aquí contigo?

Lucy tenía dudas sobre este conejo, y que estuviera con su amiga solo creaba más dudas.

Lucy: crees que es de la maestra?

Haiku: no lo es, la maestra tiene gorriones como espíritu guardián, y claramente no es mío.

La menor sabía que su amiga decía la verdad, ya el guardián de haiku eran los cuervos y el de ella eran los murciélagos.

Haiku: y está conmigo porque ayer cuando iba a ir a visitarte en tu espacio mental lo vi salir de ahí, y por pura curiosidad lo seguí.

Lucy: y viste de donde salió?

La duda en el rostro de haiku se notaba lo cual era muy raro, ya que lucy sabía lo inexpresiva que podía llegar a ser.

Haiku: digamos que caí en el agujero del conejo, y lo que encontré no se suponía que debía verlo, más bien era algo que tu deberías ver en persona.

Lucy: que encontraste?

Haiku: encontré algo que perdiste, y algo lo está cuidando, asta que tu vayas a recuperar lo que perdiste.

Haiku empezó a caminar a otra puerta, a la más grande de todas, aun con el conejo en las manos, y lucy no necesitaba palabras para saber lo que quería su amiga.

Lucy: adonde vamos.

Haiku: a la madriguera de este amiguito.

Dijo haiku para soltar al conejo. Y el pequeño animal empezó a correr seguido por las dos chicas.

Lucy: que vamos a encontrar?

Haiku: la verdad.

Lucy: de qué?

Haiku: de tu familia.

Las dos continuaron siguiendo al conejo en una dirección desconocida.

CONTINUARA....

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Nota: este capítulo fue dividido por el bien del hype jajajaja.