La sangre del dios goteaba de sus heridas y caía al suelo, manchando las calles de rojo.

Ambos oponentes se miraban fijamente, uno frente al otro.

Los dioses rezaban, los antiguos ciudadanos de Tebas miraban preocupados al Héroe, y los niños lloraban desesperados.

LA VERDAD SOBRE SU HABILIDAD ESPARCE LA INQUIETUD ENTRE LA MULTITUD.

—Alcides...—murmuró Cástor.

—¡¡Puedes hacerlo!!—apoyaban los niños.

—¡¡No te rindas Hércules!!

Hércules tomó firmemente su garrote y se alzó imponente frente a su enemigo.

ENCARANDO EL PELIGRO QUE SE ENCUENTRA ANTE ÉL, EL DIOS DE LA FORTALEZA SE LEVANTA BAÑADO EN SANGRE.

La capa negra del caballero de la noche hondeo a su espalda.

—Puedo escucharlos—dijo fríamente—. El llanto del público, conozco ese sonido, es el sonido de un héroe enfrentándose al fin del mundo.

Por la mente del murciélago cruzaron breves imágenes, un monstruo venido desde otro mundo y un alienígena más humano que cualquiera, ambos enfrascados en una lucha final que terminaría sin un vencedor.

—Acabemos con esto de una vez—sentenció Batman.

Heimdall se inclinó sobre su asiento.

—¿QUÉ ESTÁ PASANDO...?—dijo—. ¡¡TODO LO QUE EL CABALLERO DE LA NOCHE HA TOCADO SE CONVERTIRÁ EN UN ARMA CAPAZ DE HERIR A HÉRCULES!! ¡¡EL DIOS DE LA FORTALEZA, HÉRCULES, FUE PUESTO CONTRA LAS CUERDAS POR LAS ALAS NEGRAS DEL MURCIÉLAGO!!

Desde su asiento, Ares apretó los puños y golpeó su asiento.

—Hércules...

Un veloz y poderoso puñetazo impactó en la cara del dios de la guerra, mandándolo a volar contra el muro.

Loki, Hermes y Ares se volvieron para ver al agresor, frente a ellos se mostraba la pequeña y senil figura del anciano Zeus.

—¿Cómo puedes dudar del hombre más grande de todos?—recriminó el dios padre del cosmos—. ¡¡Eres un tonto, hijo mío!!

Ares tembló desde su lugar en la pared.

—Z-Zeus... P... Pero...—empezó el dios de la guerra—. Su brazo izquierdo...

Zeus se cruzó de brazos tras la espalda.

—Ah, sí. ¿De verdad crees que eso es una excusa para que él pierda?—preguntó el viejo, antes de darse un leve puñetazo a sí mismo en la mandíbula—. Él no perderá. Hércules no es ese tipo de hombre.

Ares miró con los ojos muy abiertos a su padre antes de levantarse del suelo. Con su casco caído, el cabello rubio del dios hondeo al viento.

"Cierto... tienes razón", pensó Ares mientras levantaba su vista y apretaba el puño derecho contra su pecho. "Él es Hércules. ¡¡El increíble hombre que superó las pruebas de Zeus!! ¡¡Y el hombre al que yo llamo mi mejor amigo!!"

En el campo de batalla, ambos oponentes se miraron fijamente.

Hércules tiró de las correas de su hombrera y se retiró la armadura, dejándola caer pesadamente en el suelo.

Batman observó fijamente como el dios usaba las corres de cuero de la hombrera para aplicarse un torniquete usando los dientes, y detener la hemorragia de su brazo cercenado.

—No deberías presionarte tanto—sugirió el murciélago—. La técnica que usaste antes, somete a tu cuerpo a una gran presión, ¿cierto?

El dios de la fortaleza lo miró fijamente.

—No te preocupes por eso.

Hércules apuntó a su oponente con su garrote, Batman se puso en guardia. Ambos se observaron en silencio por unos instantes.

—No volverás a sembrar el miedo nunca más—sentenció Hércules.

Batman frunció el ceño.

—El miedo es mi aliado, y la noche mi escondite—dijo el justiciero—. Todos tienen un miedo a la oscuridad, impreso en lo más profundo de su ADN, te lo demostraré.

La mirada de Hércules era sombría.

—... ya veo—dijo con seriedad—. Tú no me has escuchado, si no hay una luz que ilumine mi camino, yo mismo lo iluminaré, y compartiré mi brillo con todos a mi alrededor. No permitiré que los monstruos que aguardan en las sombras le hagan ningún daño a nadie.

El caballero oscuro alzó su mano, un pequeño dispositivo se mostró en su palma.

—Es una apuesta, entonces.

Activando su artefacto, un pulso electromagnético se expandió por toda la ciudad, apagando todas las luces y dejando Gotham en las tinieblas.

Entre las sombras, la voz de Hércules se escuchó fuerte y clara.

—Te convertiste en este monstruo, cazando criminales tras la muerte de alguien, ¿no es así?

Solo el silencio le contestó.

—Te juraste que nadie tendría que vivir lo que tu, es una herida abierta que eres incapaz de cerrar. Te dejaste arrastrar a este ciclo de luchas interminables por el dolor que sentiste. Pero te demostraré algo, no eres especial por eso.

Una voz profunda hizo estremecerse a todos los espectadores.

—Sí ya acabaste de intentar psicoanalizarme, tenemos un combate que acabar—dijo el murciélago—. Quieres una verdad, entonces yo te la daré:

"SI ME ESCUHAS, ESCUCHARAS. SI NO, NO LO HARÁS. PERO BATMAN NO ES ESPECIAL, ES UNO ENTRE MUCHOS, PERO AL MISMO TIEMPO ESO ES LO QUE HACE A BATMAN ESPECIAL, Y LO QUE SIEMPRE LO HARÁ"

Parafraseado de: Batman Last Knight on Earth