Capítulo setenta y uno:
La pequeña valquiria Hlökk caminaba distraídamente por los pasillos del Valhalla, moviéndose por el lado de los dioses y fingiendo estar perdida, buscando llamar la atención de alguna deidad lo suficientemente violenta como para empezar una pelea.
Como era de esperarse, no tuvo que esperar demasiado.
—¡Mira por donde vas, niña!—gritó molesto un dios de dos caras mientras se golpeaba contra el suelo tras haber tropezado con Hlökk.
Este era Jano, el dios romano de los principios y los finales.
La joven valquiria se levantó del suelo y señaló al dios con molestia.
—¿Yo? Tú tienes dos caras, deberías de poder ver mejor a tu alrededor—respondió ella—. ¡Es tu culpa que la hermosa Hlökk se haya caído.
Jano la miró con furia, para pararse erguido y apretar los puños.
—Ahh, ya veo—murmuró su cara izquierda.
—Eres una de esas niñitas valquirias—entendió la cara derecha.
Hlökk se cruzó de brazos molesta.
—Sí, ¿algún problema?
Jano hizo crujir los nudillos.
—No, ningún problema—el dios sonrió con sus dos caras—. Es solo que voy a disfrutar hacerlas pagar por su estupido intento de rebelión.
Hlökk miró al dios de manera desafiante.
—Inténtalo si te crees tan hombre.
Jano alzó el puño y se dispuso a golpear a la valquiria, pero en ese mismo momento el poderoso agarre del murciélago paralizó su brazo en seco.
—¿Algún problema?—preguntó el caballero de la noche fríamente.
Jano se soltó de su agarre y retrocedió momentáneamente intimidado, luego se puso en guardia otra vez.
—Apártate de mi camino, estupido human...
Una patada en el pecho lo mando al suelo.
Jano se volvió a poner de pie extremadamente molesto.
—¡Ahora sí vas a pagar por eso!
Batman miró al dios con sus fríos ojos blancos y tendió una mano a su costado, Hlökk estiró su brazo hacia el del murciélago y un resplandor verde iluminó la arena.
VOLUNDR
Nuevamente equipado para la batalla, el caballero oscuro se puso en guardia.
Jano lanzó un golpe a su cara, el murciélago respondió atrapando su brazo en pleno vuelo, torciéndolo, pateando a Jano en el estomago y luego dandole la vuelta al dios para manarlo al suelo de una patada en la espalda.
El fuerte sonido del golpe del rostro de Jano contra el suelo llamó la atención de más dioses que pasaban por la zona.
Varias deidades menores de todos panteones, junto con algún que otro dios de mayor rango se asomaron por el pasillo para intentar ver que estaba sucediendo.
—¡¿Qué esta sucediendo aquí?!—gruñó el dios cocodrilo Sobek, señor egipcio de las aguas.
El murciélago de Gotham miró a los recién llegados fijamente con sus ojos blancos mientras se armaba con varios batarangs de su cinturón.
El dios egipcio siseó y alzó su báculo.
—Humanos, tenían que ser.
Sobek cargó a la batalla, y al ver como una de las deidades importantes de Egipto atacaba, el resto de dioses se lanzó también al combate.
El caballero de la noche evitó un golpe del báculo de su enemigo de un salto y aterrizo de nuevo, asestando una poderosa parada en la mandíbula del cocodrilo.
De inmediato se volvió hacia detrás de sí para detener un nuevo golpe de Jano, jalarlo del brazo y arrojarlo contra Sobek, mandando a ambos dioses al suelo.
Varios dioses menores sacaron sus armas y se abalanzaron sobre él, pero Batman los evadía y contrataba con una técnica impecable. El murciélago sacó de su cinturón una pequeña arma de cargas eléctricas, con la cual abrió fuego y derribó al menos una decena de deidades.
El caballero oscuro saltó sobre un atacante para luego disparar su batigarra y atrapar la cara de otro dios, acto seguido dio un tirón y derribó al dios sobre otro conjunto de atacantes.
Sobek se volvió a lanzar al ataque, descargando una lluvia de veloces estocadas con su báculo. El murciélago lo evadió hábilmente y bloqueó los golpes con las cuchillas de sus antebrazos. Logrando acercarse lo suficiente al dios para darle un codazo en el costado del rostro.
Sobek gruñó y arrojó al murciélago al suelo, antes de intentar arrancarle el craneo de un mordisco.
Batman logró sujetar las mandíbulas del dios y las mantuvo abiertas a duras penas para evitar que le aplastaran la cabeza.
Entonces, una flecha dorada atravesó el aire y golpeo a Sobek en el cuerpo, mandándolo a volar lejos.
Apolo bajó su arco y sonrió.
—¿Quién hizo una fiesta y no me invitó?
El murciélago se levantó del suelo y se lanzó sobre Sobek, apretando sus mandíbulas cerradas con fuerza al tiempo que se subía sobre su espalda y plantaba una serie de explosivos sobre su piel escamosa.
Batman se bajó de un salto, al tiempo que los explosivos estallaban y lanzaban al dios egipcio contra el suelo.
Más dioses llegaron al lugar, atraídos por el ruido y el caos.
Apolo miró a Reginleif, quien estaba parada junto a él mirando la escena.
—¿Crees poder volver a hacer el Volundr, pero esta vez te puede hacer algo un tanto más metálico que un ukelele?
La valquiria rodó los ojos, pero aun así hizo lo que le pidieron. Un nuevo destello verde iluminó los pasillos del Valhalla.
VOLUNDR
Apolo sostuvo entre sus manos una reluciente guitarra eléctrica.
—Ohh sí, esto me gusta—sonrió—. ¡Dales con todo Bats!
El murciélago evitó un nuevo ataque y derribó otro enemigo antes de mirar al joven con sus fríos ojos en blanco.
—¿No vas a ayudar?
Apolo sonrió.
—Lo tienes controlado—aseguró—. Ademas, todos necesitan musica de batalla.
—Yo no necesito...
Apolo empezó a tocar emocionado su guitarra, y al murciélago no le quedó más opción que seguir luchando.
https://youtu.be/HgUBCrY7fq0
Sobek se levantó una vez más del suelo, al tiempo que Jano volvía una vez más a la batalla.
El murciélago arrojó dos batarangs, uno dio entre los ojos e Sobek y lo derribó aturdiéndolo momentáneamente. El segundo dio a Jano en el estomago, para que luego el murciélago lo rematara de un golpe en el rostro.
Sobek cargó a toda velocidad, Batman dio un gran salto y evitó el ataque, para responder con tres batarangs con explosivos más, golpeando a Sobek en la espalda.
El dios cayó al suelo, solo para ser pisoteado con fuerza en el rostro por el caballero de la noche.
Batman retrocedió varios pasos mientras esquivaba varios veloces ataques de los cuchillos de la diosa egipcia Bastet. El murciélago logró colarse por debajo de la guardia de la diosa y darle un poderoso puñetazo en la parte inferior de la mandíbula, para proceder rápidamente a golpearla en el cuello y terminarla con una patada en el rostro.
Los siguientes fueron cinco dioses menores a los cuales el murciélago derribó fácilmente tras soltar una bomba de humo y atacar velozmente entre las sombras, golpeando, pateando y derribando. Lo único que se podía distinguir del murciélago era una oscura silueta monstruosa que se abalanzaba sobre sus enemigos desde el aire y los atrapaba entre sus alas negras.
Poco a poco nuevos dioses se iban uniendo a la disputa, entorpeciéndose a unos a otros y dificultándose el atrapar al escurridizo murciélago.
El caballero de la noche evitó derribó con una patada a Quione, diosa griega de la nieve y se dispuso a noquearla de un golpe. La diosa alzó sus brazos para pedir un tiempo muerto.
—No golpearías a una mujer, ¿verdad?
El murciélago la miro con sus fríos ojos en blanco.
—El dedo del martillo de la justicia es unisex.
Y procedió a romperle el cráneo contra el suelo.
Entonces, el caballero oscuro fue golpeado con fuerza en la espalda y fue mandado con dureza contra una pared.
Su atacante era un joven de cabello negro que cargaba un largo bastón con una piña en la punta.
—¡Amigo, que buena fiesta armaste por aquí!—dijo Dioniso, el dios griego del vino y la locura, y uno de los doce dioses del Olimpo—. ¡Estas muy loco, humano!
El dios volvió a atacar a una velocidad casi imperceptible, sin embargo el murciélago se las arregló para desviar el golpe por sobre su cabeza con su brazo derecho y asestando un poderoso golpe en el pecho del dios con el codo.
Por su lado, Apolo seguía bastante motivado con su canción, per fue interrumpido cuando una guadaña se abalanzó sobre él.
—¡Ya cállate maldito traidor a los dioses!—gritó Deméter, diosa griega de la agricultura y una de los doce dioses del Olimpo.
Sin embargo, la hoja de su guadaña fue detenida en el aire por un par de cimitarras doradas.
—No des un paso más—ordenó Meg mientras chocaba hojas con la diosa.
Deméter retrocedió momentáneamente, sin embargo se le pasó rápido la sorpresa y se dispuso a volver a atacar, solo para recibir un poderoso golpe en el rostro por parte de la guitarra de Apolo.
El caballero de Gotham evadió un ataque más de Dioniso e intercambio una serie de golpes con el dios, al tiempo que Apolo y Meg empezaban una danza mortal de espadas con Deméter.
Unos pesados pasos se escucharon a toda prisa por el pasillo, y Ares el dios de la guerra llegó a la batalla.
—¿Pero que rayos esta pasand...?
El murciélago tomó con fuerza el rostro del dios y de un barrido lo mandó al suelo, golpeando su cara contra el frió piso del pasillo.
Ares intentó volver a levantar la cabeza, pero Batman lo devolvió al suelo de una patada.
Dioniso volvió a atacar, esta ves con una enredadera de vides que se envolvieron en las extremidades del caballero oscuro y lo inmovilizaron.
Aun así, Batman se liberó con un explosivo incendiario y derribó a Dioniso de una serie de veloces golpes en el rostro.
Apolo golpeo una vez más a Deméter, esta vez en el estomago, y Meg aprovechó para apuñalarla en un costado.
Batman se dispuso a noquear a Dioniso, pero entonces Ares lo agarró con fuerza de la pierna. El murciélago le asestó un puñetazo en el rostro y lo dejó inconsciente.
Finamente, el caballero de la noche proyecto su oscura figura sobre el dios de la locura y se abalanzó sobre él.
Solo para ser mandado a volar violentamente por la energía liberada cuando Zeus entró al pasillo.
El anciano parecía más irritado que molesto.
—Creí que había dicho que NO MÁS PELEAS SIN SENTIDO
Solo su voz bastó para detener en seco a todos los presentes.
Apolo retrocedió instintivamente, tratando de desaparecer entre la multitud. Pero el caballero de la noche tenía otro plan.
Batman atacó con un veloz e inesperado movimiento, pero el pequeño anciano de Zeus simplemente atrapó su puño con su mano y con un leve movimiento le rompió el brazo al murciélago.
Batman cayó al suelo al instante.
Zeus miró a la multitud.
—¿ALGUIEN MÁS?
Obviamente no hubieran más objeciones y todos despejaron rápidamente el área.
Zeus se volvió hacia donde Apolo.
—No creas que no te vi, niño—dijo fríamente—. Que no te encuentre causando problemas otra vez, o te juro que no seré tan indulgente como el yo de tu mundo—y sin decir otra palabra, el anciano abandonó la zona.
Apolo se acercó hacia donde el murciélago.
—Oye, ¿estás bien?
El caballero de la noche se levantó adolorido.
—Lo estaré—aseguró.
Apolo se rascó la cabeza.
—Atacar a Zeus... mierda, sí que estas loco.
Meg se cruzó de brazos.
—¿Al menos lograste completar el plan?
El murciélago mostró su antebrazo derecho y activó una señal de intercomunicador, a través del dispositivo se escuchaba la molesta voz de Zeus quejándose sobre los jóvenes y las peleas sin sentido durante un evento tan importante.
—Le planté un comunicador mientras me rompía el brazo—explicó Batman—. Ahora escucharemos todo lo que diga, incluyendo el orden de los representantes de los dioses.
Dos brillantes destellos verdes iluminaron el pasillo.
—Entonces vámonos—dijo Reginleif—. Tenemos que darle esta información a la hermana Brunhild y descubrir quien será nuestro siguiente oponente.
Apolo asintió con la cabeza.
—Bien, pero por ahora, tengo un funeral al cual asistir.
...
Anubis cumplió con su promesa, todos los caídos recibieron una despedida digna.
Primero Thor y Odín tuvieron una ceremonia en la que, al no quedar cuerpo que incinerar, se quemaron las reliquias divinas de ambos dioses en un par de barcos.
Asistieron varios dioses nórdicos, principalmente la extensa familia de ambos fallecidos
La siguiente fue Sadie Kane, que si bien no estaba muerta, Anubis creó un cuerpo sustituto para evitar levantar sospechas.
Ademas del propio Anubis, varios faraones antiguos asistieron a la ceremonia, incluyendo al mismo Atem, después de todo, de alguna bizarra y enrevesada manera, eran familia muy lejana.
Jotaro Kujo y Daniel Rand recibieron un trato más modesto, al no tener algún tipo de conexión especial con los habitantes de ese universo.
Poseidón y Perseus Jackson tuvieron una despedida simultanea a un estilo griego. Fueron pocos los que asistieron a despedirse del tirano de los mares, siendo principalmente miembros de su corte, sirvientes y su familia, tres de sus hijos, su esposa y desde luego su hermano mayor Hades.
No hubo rastro de Zeus en ninguna parte.
Apolo y Meg también asistieron, pero para despedirse de Percy, y esperando que la teoría de Brunhild fuera acertada y algún día se reformara en su mundo.
Finalmente, Apolo.
Probablemente la más vacía de las ceremonias, únicamente asistieron Leto, Artemis y Apolo Febo.
No había mucho más que decir, y había que darse prisa.
A pesar de las emociones, el respeto y el dolor, el Ragnarok debía continuar.
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