Capítulo setenta:
Los humanos guardaron una vez más un silencio de muerte, la esperanza y la confianza que habían acumulado tras dos victorias seguidas se derrumbó de un golpe.
Los dioses empezaron con sus vítores y celebraciones.
—Sabía que el chico lo haría—dijo Hades satisfecho—. La muerte es simplemente invencible, todos quienes la ven se tienen que rendir ante ella o ser derribados, es la ley natural.
Zeus se rascó la barba.
—Admito que tuviste una excelente idea, Rey de Helheim—dijo el anciano—. Lo reconozco... ahora, hemos vuelto a un punto muerto, y tenemos que recuperar la delantera Rápido.
Hermes miró la arena con los brazos cruzados tras la espalda.
—Sí... rápido.
...
Apolo bajó la mirada mientras veía el combate.
—Ella... ella era de mi mundo—murmuró.
Leto se volvió hacia él.
—¿La conocías?
El joven negó con la cabeza.
—No, ni siquiera sabía de ella hasta antes de esto—reconoció—. Pero... igualmente, era de mi mundo, o algo así.
Reginleif miró con tristeza el campo de batalla, pero también con alivio el cuerpo inconsciente de su hermana Herja en el suelo. Herida, pero viva.
—¿A qué te refieres con "más o menos"?—preguntó la valquiria.
Apolo ladeó la cabeza.
—Pues... ella y el chico de la tercera ronda, Percy, eran de mi mismo universo, pero eran de más o menos un año en el futuro desde donde yo vengo, al reclutarme Brunhild creó una nueva línea temporal, pero eso da igual ahora.
Artemis escuchó en silencio, recargada contra una pared en la esquina de la habitación.
—Entonces, dinos... Apolo—pidió la diosa—. ¿Cómo es el mundo del que bienes?
El joven suspiró.
—Es... una larga historia...
...
De regreso en la arena, Anubis observaba en silencio el cuerpo de la maga frente a él.
Rápidamente se empezó a disolver en luz verde, pero Anubis no iba a permitir eso.
Con un golpe de su puño contra el suelo, una poderosa luz azul iluminó la arena y el cuerpo de Sadie dejó de deshacerse.
Los espectadores guardaron silencio mientras se preguntaba que estaba haciendo.
Anubis tomó el cuerpo sin vida de la joven en brazos y se empezó a dirigir al túnel de salida, no sin antes decir:
—Merece un funeral digno, igual que todos los caídos—dijo con firmeza—. Aquellos que quieran una despedida en condiciones para los guerreros caídos en las rondas pasadas, vengan a buscarme cuando termine con ella.
Y sin decir más, el dios salió de la arena.
...
Brunhild de volvió hacia su hermana.
—Geir, ve a buscar a Herja y llévala a la enfermería—pidió—. Yo tengo que seleccionar a nuestro siguiente luchador.
La valquiria se empezó a alejar de la zona a través de los pasillos del Valhalla.
Geir suspiró con tristeza y se dirigió hacia la arena para sacar a Herja de allí.
Por su lado, la mayor de las trece hermanas empezaba a desesperar, el no tener información sobre los luchadores le había costado una derrota. De haber sabido quién iba a luchar no habría elegido a Sadie Kane para la batalla, un error que le salió muy caro.
Mientras caminaba vio a un niño humano, no parecía tener más de doce años, pero se movía por los pasillos del Valhalla como si estuviera buscando a alguien. Brunhild decidió que seguramente solo se había perdido, y tenía cosas más importantes de las cuales ocuparse.
Finalmente llegó con la persona que necesitaba.
Un una habitación, mirando el último combate a través de una pantalla, Hércules, en su silla de ruedas, la joven valquiria Hlökk, y el caballero de la noche se encontraban.
—Bruce—dijo Brunhild seriamente.
El murciélago se volvió hacia ella, mirándola fríamente.
—Otra ronda pérdida—dijo Batman—. ¿Qué es lo que sucede?
Brunhild se aseguró que no hubiera nadie más en el pasillo antes de entrar en la habitación.
—Sin información sobre los luchadores del lado divino estamos en una gran desventaja—dijo la valquiria—. Eres el mejor detective de tu mundo, necesito que descubras quienes serán los siguientes en luchar.
Batman miró a la valquiria.
—Me preguntaba cuando me pedirías hacer algo así—dijo mientras se ponía de pie—. Hlökk, puede que te necesite para algo.
La joven valquiria lo miró alzando una ceja.
—Más te vale que no se trate de más baños de sangre.
El murciélago la miró fríamente con sus ojos en blanco.
—No, solo necesito una razón para empezar una pelea.
...
En una oscura habitación decorada al estilo egipcio, Anubis colocó el cuerpo de Sadie sobre una mesa en el centro y tocó su frente con delicadeza, su mano empezó a emitir un brillo azulado por unos segundos.
El dios se cruzó de brazos.
—Ya puedes abrir los ojos—dijo.
La maga se levantó muy confundida.
—Bien, porque me gustaría saber que acaba de pasar.
Anubis señaló una pantalla, en la que se reproducía una repetición de la batalla.
—Tomé tu alma y la separe de tu cuerpo—explicó—. Te maté en resumidas cuentas, pero también me asegure que ni tu alma ni tu cuerpo se destruyeran para poder reanimarte.
La joven asintió algo confundida.
—Okey... gracias, supongo—dijo—. Pero... ¿por qué?
Anubis señaló una esquina de la habitación, en la que una puerta negra se abrió, y de ella salió una persona que Sadie conocía bastante bien.
—¿Walt?—preguntó ella—. ¿Cómo...?
—La muerte está en todos lados y todos los mundos por igual, solo necesitaba algo de ayuda para venir—dijo Anubis—. Yo jamás he sabido lo que sígnica amar a alguien, si una variante mía de otro universo lo hizo, no soy nadie para quitárselo.
Walt se acercó al dios.
—Así que tú eres yo—murmuro el joven—. Gracias.
Anubis le estrechó la mano.
—No sé cómo haces para aguantarla, no para de hablar nunca...
—Y que lo digas—asintió el joven.
Sadie lo golpeó en el estómago.
—Como sea, tienen que irse de este mundo—dijo Anubis—. Fue un honor luchar contra ti, Sadie Kane, ahora vayan en paz.
Walt volvió a asentir con la cabeza.
—Gracias otra vez, otro yo.
Anubis lo miró a los ojos y asintió seriamente antes de darse la vuelta y desaparecer en la oscuridad.
—Bueno... ¿ya aprendiste tu lección?—preguntó Walt.
Sadie alzó una ceja.
—¿No abandonar tu universo para enfrentar a una versión retorcida de tu novio?
Walt se palmeó la cara.
—No es precisamente lo que yo estaba pensando, pero me sirve por ahora, vamos a casa.
La pareja cruzó la puerta de oscuridad, volviendo a su mundo de origen y dejando atrás aquel retorcido mundo del Ragnarok.
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