Capítulo sesenta y uno:
Cuando sus golpes chocaron por primera vez, Apolo cayó en cuenta de una verdad desagradable:
Su profecía era totalmente inútil.
"La victoria del dios Apolo es un echo asegurado"
Gracias, al menos pudieron haberle dicho cuál de los dos, ¿verdad?
Los puños de ambos dioses desprendieron una cegadora luz al momento de impactar contra el otro.
Apolo retrocedió un poco, sorprendido por la fuerza de su oponente, solo para ser sorprendido por un gran puñetazo en el rostro, siendo mandado al suelo de golpe.
Febo no se detuvo, tomó a su oponente por el cuello y lo golpeó contra el suelo en repetidas ocasiones. Apolo gruñó y aporreó los brazos de su oponente para obligarlo a saltarlo.
Apolo extendió los brazos y disparó dos pilares de fuego dorado, que mandaron a su oponente a volar hasta el otro lado de la arena.
Febo tosió mientras se levantaba aturdido.
—Eso no debería de haber dolido tanto...—murmuró.
Reginleif habló en su mente.
"Supongo que es posible que tus poderes se hayan ajustado a este universo", propuso. "O tal vez tu cuerpo aún no está acostumbrado a tanto poder. Sea como sea, no tenemos tiempo para descubrirlo"
Febo suspiró.
—Bien... aquí vamos.
El dios volvió a cargar a toda velocidad, Apolo alzó sus brazos para intentar cubrirse, pero Febo fue más rápido. Golpeó a Apolo en el estómago y luego conectó otro puñetazo en su rostro.
Apolo estiró la mano y jaló a su contraparte por el cabello, para luego asestarle un rodillazo la cara. Febo golpeó el cuello de su oponente con velocidad, lo que dejó a Apolo sin aire.
Ambos dioses empezaron a rodar por el suelo, intentando ahorcarse mutuamente. Siendo una pelea demasiado confusa para los espectadores, quienes sólo venían a dos rubios muy parecidos girando por el suelo, en medio de muchos brillitos dorados.
—No entiendo nada—murmuró Geir—. Todo está muy confuso.
Brunhild frunció el ceño.
—La verdad, yo tampoco veo gran cosa—dijo—. Pero esperemos que sea nuestro Apolo el que se alce ganador.
De regreso en el combate, los dos Apolos seguían tratando de estrangularse mutuamente, rondando por el suelo y dándose patadas a la desesperada. Sus fuerzas estaban más o menos igualadas. Pero Febo sentía que su poder estaba volviendo a diminuir, Reginleif no podría seguir dándole tanta energía y volvería a ser simplemente Lester en poco tiempo.
Tenía que darse prisa.
Febo logró inmovilizar a su contraparte debajo de él, y... ¿lo besó?
Artemis hizo una mueca.
—Apolo sigue siendo Apolo, sin importar de donde venga.
Febo sonrió con descaro.
—Perdón, no me pude resistir.
Apolo lo pateo con fuerza en el estómago y se lo sacó de encima. Febo cayó en el suelo, y su cabeza rebotó contra la dura plataforma de batalla.
Apolo se levantó rápidamente y empezó a golpearlo furiosamente con sus puños en llamas.
"¡¿Por qué mierda hiciste eso?!", gritó mentalmente Reginleif.
"Emmm, ¿para el autoestima?"
"Eres un idiota"
"Lo sé"
Febo atrapó los puños de su contraparte sin demasiados problemas, con un apretón le arrancó a su otro yo un terrible grito de dolor y lo obligó a arrodillarse. Mientras que él se levantaba y se ponía de pie, mostrándose imponente.
—Bien, se acabó el juego—dijo—. Preferiría no tener que matarte, así que...
Apolo brillo tan intensamente que obligó a Febo a soltarlo mientras se apretaba los ojos con fuerza por el dolor. El dios se levantó del suelo molesto y descargó una lluvia de puñetazos sobre el cuerpo de su contraparte. Mandándolo a volar.
Luego, corrió hacia donde su arco y lo tomó en brazos para disparar.
Apolo disparó, solo para ver como si flecha era destruida en el aire por el proyectil de su oponente, quien le sonreía alegremente.
Apolo se hizo a un lado, evitando por poco ser atravesado por la flecha. Sin embargo, el proyectil de Febo simplemente giró en el aire y volvió a atacar desde atrás.
La flecha se enterró profundamente en el hombro izquierdo de Apolo, arrancándole un grito de dolor. Entonces, dos pilares de fuego dorado barrieron la arena y lo derribaron.
Febo se veía cansado, aunque solamente había usado una parte minúscula de su poder.
—¿Leif... qué está... pasando...?
"Mientras más poder divino utilices, más rápido se agotará", explicó la valquiria. "Tendrás que medirte para no quedarte sin energía"
Febo miró sus brazos, que hachaban humo por el poder que acababan de liberar.
—Está bien... puedo con esto.
Apolo se levantó otra vez, no estaba muy feliz que digamos.
—¿Te crees muy gracioso?—gruñó—. ¡Te crees que solo por venir a mi mundo puedes querer matarme y creerte mejor que yo!
Febo lo miró fijamente.
—No, solo creo que estoy haciendo lo que siempre debí hacer—murmuró—. Matando a mi antiguo yo.
Apolo frunció el ceño.
—¿Qué estás diciendo?
Febo suspiró.
—Me recuerdas a mí, demasiado—dijo—. Haces lo que quieres sin preocuparte por a quien lastimas en el proceso. Molesto, arrogante e ignorante. No comprendes que el mundo no gira alrededor de ti... y eso te hace como yo... me doy asco.
Los dioses guardaron silencio, una cosa era ver a los humanos quejarse sobre ellos. Y una muy diferente era ver a un dios hablar así, listando defectos que la gran mayoría de deidades tenía en mayor o menor medida.
Apolo gruñó.
—Habla el estupido que se cree humano—respondió—. Creo que ya ha quedado bastante claro que la humanidad es una plaga de insectos que debe de ser exterminada. Solo son seres frágiles, estúpidos y débiles.
Febo miró a su contraparte con tristeza.
—Ser un humano significa muchas cosas—aseguró—. Significa tener un empuje y determinación del que los dioses carecen. Significa luchar en aparentes causas perdidas para crear milagros. Significa tener una voluntad y deseo de seguir tan grande que ni siquiera los dioses pueden aplastar. Significa evolucionar y cambiar para mejor, aprender de sus errores y no dejar que el dolor y los sacrificios sean en vano.
El dios del otro universo se encendió en llamas doradas.
—A mí me costo cuatro meses como humano entender eso—dijo—. Y aún me falta mucho más por entender.
Febo extendió sus brazos hacia en frente, y la gigantesca barrera de fuego salió disparada en dirección a su enemigo.
—Y espero que tú también lo entiendas antes de que termine esta batalla.
Y con esa frase, todo el poder del dios del sol impactó en Apolo, arrastrándolo por el campo de batalla y elevándolo por el cielo en medio de una tormenta dorada.
...
UNA DE MUCHAS TIERRAS DEL MULTIVERSO:
—Así que... en resumen, los dioses de tu mundo quieren extinguir a la humanidad y las valquirias intentan salvarla, ¿no?—preguntó el joven Billie Batson al extraño que se le había aparecido.
—Así es—asintió Belcebú.
—¿Y tú quieres crear un arma capaz de derrotar a los dioses?
El demonio volvió a asentir.
—¿Y necesitas una distracción para que Zeus no se entrometa porque tu plan es ultra secreto?
Belcebú asintió una vez más, aparentando no ser más que un débil que pequeño científico perdido y desesperado.
El joven héroe le sonrió.
—Tal vez deberíamos decirle a la liga, ellos deben de poder ayudar...
—¡No!... quiero decir, no—dijo Belcebú—. Tú eres el mortal más poderoso que existe, llamar a otros miembros de la liga solo los pondría en peligro. Solamente tú tienes el poder para enfrentar a los dioses.
Tal vez si el joven hubiera tomado su decisión con la sabiduría de Solomon hubiera notado que algo no iba bien en el asunto.
Pero como el joven e impulsivo Billie Batson, actuó guiado por su corazón, y si ese otro mundo necesitaba un héroe, el iría sin dudarlo.
...
Bueno, hace poco empecé a subir una historia de zombis en el universo de Percy Jackson, así que si les interesa espero puedan ir a echarle un ojo.
Disfruten.
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