Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo sesenta y cuatro:


Bien, sucede que como varios capítulos me quedaron demasiado cortos, los junté en el capítulo anterior, así que les diría que volverán a leerlo, ya que agregué allí la presentación de los luchadores.

...



Sadie miró fijamente a su enemigo, físicamente era muy diferente al Anubis que conocía, pero si la maga descendía su visión a la Duat podía notar cómo era prácticamente igual al dios de su mundo.

—¿Qué tanto miras?—gruñó el dios de cabeza canina.

Sadie retrocedió un poco y alzó su báculo, sin saber muy bien que contestar.

—Nada... solo me preguntaba el porqué de la cara de perro.

El dios gruñó molesto, Sadie sonrió internamente, sabía por experiencia propia que Anubis odiaba que lo llamaran "perro", luego sintió una punzada en el corazón al notar que ese dios se conocía más de lo que creía al de su mundo.

Ares miró el campo de batalla.

—La humana claramente está demasiado asustada para atacar—rió—. ¿Pero porque Lord Anubis no ataca?

Hades se rió sin gracia desde su trono.

—Así no es como Anubis trabaja—dijo—. La muerte nunca toma a alguien solo por capricho, deja que el destino, la suerte y las propias acciones de sus víctimas hagan todo el trabajo. En la batalla, eso se traduce en que espera a que su oponente siempre haga el primer movimiento, le gusta que su enemigo cabe su propia tumba.

Hermes se cruzó de brazos tras la espalda y observó al dios egipcio.

—Buena suerte, amigo mío.

De regreso en la arena, Anubis miraba fríamente a Sadie, enseñando sus dientes de canino y gruñendo ligeramente.

Sadie sacudió la cabeza para despejar sus dudas.

—Bien, Chacalín, veamos que tienes.

La maga manipuló su báculo y liberó una llamarada de luz blanca desde la punta de este. El fuego atravesó el aire a toda velocidad en dirección al dios, pero Anubis lo evitó ágilmente dando un salto hacia la derecha y luego cargando a toda velocidad hacia donde Sadie.

La joven alzó su barita y gritó al aire con fuerza:

—¡N'dah!

PROTECCIÓN

Una serie de jeroglíficos brillaron con luz azul en el aire, y una barrera luminosa rodeó a la joven.

Anubis cargó velozmente y descargó un golpe en la barrera con su propio báculo, la energía azul chisporroteó y vibró antes de soltar una descarga que arrojó al dios varios metros hacia atrás.

Los pies de Anubis se arrastraron por el suelo mientras intentaba recuperar el equilibro. Mientras que la barrera de Sadie se resquebrajaba y llenaba de grietas de luz negra, solo para estallar en mil pedazos.

—Conoces palabras de poder—murmuró Anubis, algo impresionado—. Es... interesante, pero no te será de ayuda.

Sadie hizo girar su báculo antes de atacar una vez más, esta vez con una serie de ráfagas de viento multicolor.

Anubis espero pacientemente, y desapareció en una nube oscura antes de que el ataque lo alcanzara.

Anubis se movió entre las sombras a una velocidad imperceptible al ojo de la mayoría de los espectadores, quienes sólo habían visto como el señor de los funerales se disolvía en el aire.

—¿El ataque... le dio?—preguntó Ares.

—No—dijo Hermes—. Simplemente Anubis entró en un estado de movimiento superior.

Ares ladeó la cabeza confundido.

—¿A... a qué te refieres?

Hades suspiró exasperado.

—Anubis es capaz de moverse a través del tejido mismo de la realidad, la Duat, y de esa manera puede recorrer enormes distancias en milisegundos. Eso lo convierte en uno de los dioses más veloces que existen, además de permitirle cosechar almas en todo el mundo.

Ares tragó saliva.

—Si es tan veloz... ¿por qué la humana no está muerta ya?

Hermes señaló el campo de batalla.

—Al estar en un plano diferente de la realidad, Anubis es incapaz de interactuar con los objetos y personas del plano terrenal. Tiene que volver a nuestra capa de la Duat para volver a ser visible y atacar, lo que significa que debe planear detenidamente sus movimientos.

El dios de la muerte dio varias vueltas alrededor de la arena, apareciendo y desapareciendo periódicamente en varios sitios al azar, tratando de desorientar y confundir a su oponente.

Sin embargo, el dios no contaba con la habilidad de Sadie para ver a través de la Duat, habilidad que agudizaba sus sentidos y le permitía ubicar perfectamente a su oponente.

Anubis apareció a espadas de Sadie para intentar atacar por sorpresa, pero se topó de frente con un golpe del báculo de la maga en el pecho. Sadie apunto a su oponente y descargó una llamarada hacia él.

Anubis solo tuvo tiempo de cruzar los brazos antes de ser impactado por el fuego. El dios fue arrastrado varios metros por el suelo hasta chocarse con el muro de las gradas.

Las llamas de Sadie se extinguieron, y Anubis miró a la joven sorprendido.

—Pagarás por eso.

Anubis apunto su báculo dorado y liberó una descarga de energía negra, Sadie alzó su barita y recibió el ataque con ella. Siendo arrastrada un poco hacia atrás, pero manteniendo el equilibro y mirando desafiante al dios.

La maga volvió a manipular su báculo, esta vez liberando una explosión de luz dorada que bañó el campo de batalla. Anubis golpeó su báculo dorado contra el suelo, dejando que una cúpula de luz negra lo cubriera, desviando el ataque por encima de él.

El dios cargó una ves más a toda velocidad, pero nuevamente Sadie lo repelió estirando su mano hacia él y gritando una palabra de poder:

—¡Heh-sieh!

VOLVER ATRÁS

Anubis salió disparado del cielo, aterrizando violentamente contra el muro de las gradas una vez más, exactamente en el mismo lugar en el que había caído la primera vez.

—Cómo...

La maga golpeó el suelo con su báculo, liberando una onda de poder que hizo temblar el estadio.

—Te seré sincera, Chacalín—dijo Sadie—. Este no es mi primer baile con la muerte.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro