Capítulo ochenta y tres:
Cuando los rayos cayeron del cielo, los dioses supieron que Susanoo no Mikoto había acabado de jugar.
Conocido como uno de los mejores guerreros del cielo, el señor del mar y el rayo emergió de la pared junto con el rugido del trueno.
El dios tomó con fuerza el mango de su espada y la apuntó en dirección a su rival.
Arcos de electricidad envolvieron la arena. Formando una red de contención alrededor del estadio. Los cielos se tiñeron de azul eléctrico y los vientos empezaron a soplar con furia al tiempo que las oscuras nubes de tormenta se cerraban en las alturas.
Steel miró a sus alrededores y luego a su oponente.
—Así que... ¿ejerciendo el dominio de los elementos, eh?
Susano'o lo miró con sus ojos soltando chispas.
—Absolutamente, humano—confirmó—. Es momento de que finalmente conozcas la verdadera fuerza del soberano del rayo, el mar y la tierra.
Steel retrocedió ligeramente para tomar impulso, el humano se puso en posición de carrera y se preparó para el embate de su rival.
Un campo eléctrico empezó a dar vueltas a toda velocidad alrededor de Susanoo, mientras que el dios se elevaba en el aire y entre rayos señaló a su rival.
—Se acabó el juego.
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El dios empezó a lazar tajos y estocadas al aire con su espada, la cual formaba arcos de electricidad en el aire, los cuales cruzaron los cielos en dirección a Steel.
El humano saltó a un costado y rodó por el suelo evadiendo el primer ataque.
Susanoo se posicionó en el centro de la arena, lanzando ataques sin detenerse. Por su lado, Steel seguía corriendo en círculos alrededor del dios, saltando y agachándose para evitar sus ataques.
El humano tomó una nueva cápsula de nano-equipo, consiguiendo así un arma de fuego alimentada por energía turbo.
Steel disparó varias rondas de disparos al mismo tiempo que seguía evadiendo los golpes del dios. Los disparos de arma volaron hasta Susanoo, pero fueron incapaces de penetrar en su campo eléctrico.
—Están en un punto muerto...—murmuró Geir—. Ninguno puede herir al otro, si la cosa sigue así la batalla podría extenderse demasiado.
Brunhild se cruzó de brazos.
—Eso no es de todo cierto—aseguró la mayor de las valquirias—. Mientras que...
—Sé lo que vas a decir—la detuvo Geir—. Lord Susanoo simplemente tiene que mantenerse atacando, mientras que Max está moviéndose para evitar los rayos, eventualmente se cansará y será atrapado.
Brunhild alzó una ceja algo intrigada.
—Entonces, ¿por qué has dicho antes lo del punto muerto?
Geir señaló a Steel, quien sí veían detenidamente no estaba consiguiendo evitar todos los ataques, sin embargo la electricidad no parecía dañarlo.
—Son sus nano-cargadores, ¿no es así?—preguntó Geir—. Ellos están conduciendo la electricidad por el cuerpo de Max y la liberan sin que él sufra algún daño.
Brunhild asintió muy impresionada por la perspicacia de su hermana menor, sin embargo había algo que la joven había pasado por alto.
—Tienes mucha razón, hermana—felicitó Brunhild—. Pero presta más atención al rostro de Steel. Aunque no esté sufriendo daños si está sítienlo dolor.
De regreso en el combate, Max vació el cargador de su arma y simplemente la arrojó al suelo.
Steel miró a su enemigo atentamente y suspiró en derrota.
—Sabes... quería ahorrarme tener que hacer esto, pero ya que...
El humano cargó hacia Susanoo, corriendo a toda velocidad hacia donde los rayos. Las poderosas descargas partieron los cielos e impactaron en el cuerpo de Steel, pero este siguió corriendo sin detenerse, gritando de dolor mientras la electricidad recorría su sistema.
—¡Acción Turbo! ¡Diez veces más fuerte!
El fulgor verde del cuerpo del humano se incrementó más y más.
Steel entró en el campo eléctrico de Susano'o y saltó con fuerza, elevándose por los aires a toda velocidad para así atrapar el brazo y el cuello de Susanoo entre sus manos.
Ambos enemigos cayeron contra el duro suelo y rodaron sin control hasta que Steel quedó por encima del dios y empezó a descargar una dura lluvia de golpes contra él.
Susano'o simplemente lanzó un golpe con su espada que mandó a volar al humano por los aires.
Steel se elevó por los aires y se chocó contra la red eléctrica de contención que Susanoo había creado.
El humano gritó de dolor antes de precipitarse nuevamente contra el suelo y estrellarse contra la arena de batalla.
...
—Entonces, si entendí bien, quieres que vaya contigo a un mundo paralelo y me enfrente a un dios en una batalla que decidirá el destino de la humanidad, ¿no?
Brunhild asintió con la cabeza mientras que veía como Max Steel se enfrentaba él solo y sin ningún problema con varias decenas de androides de Psycho en una de sus bases abandonadas.
—Básicamente sí—dijo la valquiria—. Buscó a los humanos que hayan sido llevados lo más allá que cualquier otro, y definitivamente tu encajas en esa descripción.
Steel barrió con los androides que le quedaban y miró a Brunhild.
—Por mi no hay problema—dijo limpiándose el polvo de las manos—. Las cosas han estado demasiado calmadas y aburridas. Sabes, con Toxon y Troy curados, Machino y Elementor en custodia, lo único interesante por hacer son estos androides de Psycho.
Brunhild tomó la cabeza de uno de las maquinas y la examinó.
—Son como cucarachas—siguió Steel—. Siempre vuelven pero... la verdad no es lo mismo que antes. Nunca creí decir esto, pero extraño un poco los peligros y la aventura.
Brunhild lo miró fijamente.
—Y yo te prometo todo eso y más en el Ragnarok—aseguró—. Así que... ¿estás conmigo?
Steel sonrió.
—Sin duda alguna.
...
El humano se reincorporó del suelo extremadamente adolorido y respirando con dificultad.
—Un golpe en el lugar incorrecto con esa espada y se acabó—murmuró—. Bien, veamos que tenemos aquí.
Susanoo se volvió a poner en guardia.
—¿Finalmente comprendiste que no puedes vencer a una fuerza de la naturaleza?
Steel sonrió con descaro.
—He vencido a bastantes ya—aseguró—. Da tu mejor golpe.
Susanoo sonrió divertido.
—Vas a lamentar haber pedido eso.
El viento empezó a arremolinarse a toda velocidad alrededor de Susanoo, girando cada vez más violentamente.
—¡¿Q-qué está haciendo Lord Susanoo?!—preguntó Ares—. Siento como si el cielo se estuviera cayendo sobre la arena.
Shiva estiró los tres muñones que antes habían sido brazos.
—Bueno, no estoy muy al pendiente de los dioses sintoístas, pero conozco bastante sobre dioses de la tormenta. Creó que simplemente planea aplastar al humano, absorbiéndolo dentro de ese torbellino.
Una técnica relativamente simple pero letal, el dios Susanoo no Mikoto empezaba a hacer girar los vientos a su alrededor, absorbiendo las negras nubes de tormenta cargadas de electricidad. Tras esto, los vientos y nubes eléctricas formaban un poderoso vórtice que se tragaba todo lo que se acercaba a él, la electricidad reducía a cenizas todo lo que entraba en los vientos, y si eso no era suficiente, los vientos aplastaban completamente a todo lo que sobreviviera a los rayos.
Era como un agujero negro cargado de rayos azules.
Conocido simplemente como:
ARASHI
(Tempestad)
Los feroces vientos empezaron a arranca el suelo de la arena de batalla. Steel miró el torbellino fijamente y no dio marcha atrás.
El humano tomó una cápsula más de nano-equipo, la cual contenía un deslizador de arena. Siendo similar a un monopatín pero pensado para surfear en las dunas del desierto.
A pesar de que no había arena en el estadio sobre la cual desplazarse, Steel se sujetó al patín con fuerzas y se dejó absorber por la tempestad.
Rápidamente el humano fue engullido por los vientos, siendo arrastrado por el aire a toda velocidad, dando vueltas en círculos sin parar.
Sin embargo, Max no perdió el control. Usando todas sus fuerzas se logró mantener estable en el aire al tempo que era absorbido de poco en poco hacia abajo de la tempestad.
—¡Acción Turbo! ¡Una ultima vez!
El héroe estaba girando de pie en su deslizador casi totalmente vertical, acercándose más y más al fondo del vórtice. Y esto era justo lo que Steel quería.
OJO DE LA TORMENTA
El humano llegó al fondo del torbellino mientras giraba incontrolablemente, se posicionó en el ojo de la tormenta y salió disparado por el aire, hasta finalmente alcanzar el rostro de Susanoo y despejar la tempestad con un puñetazo que estalló en una explosión verde esmeralda.
Ambos oponentes salieron disparados en direcciones contrarias, cayendo al suelo con fuerza y dejando cráteres en donde aterrizaban.
Los dos enemigos se quedaron en el suelo, respirando con dificultad, la electricidad crepitaba en el aire mientas se despejaba poco a poco. El brillo verde de Steel se estaba desvaneciendo.
Y es cuando ambos luchadores tocaro fondo, que empezaría la carrera por alzarse una vez más.
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