Dos vehículos se elevaron por el cielo a toda velocidad.

Helios se veía mucho más confiado que en un inicio mientras observaba al TIE Advanced de Vader dar una amplia vuelta, trazando un círculo en el aire a su alrededor.

—¿Cómo es posible que Helios haya salido ileso de ese encuentro?—preguntó Geir nerviosa.

Apolo miró más de cerca una de las muchas pantallas, viendo una repetición en cámara lenta de lo recién ocurrido.

Los disparos de la nave de Vader parecían fundirse en el aire mientras se acercaban a Helios, desviándose alrededor del titán como si éste tuviera una burbuja protectora.

—Will... dijiste que esos disparos son láser, ¿no?

El chico asintió con la cabeza.

—Sí... gas tibana refinado. Al apretar el gatillo, se libera un gas explosivo (bláster) a la cámara de conversión, donde es excitado por la fuente de energía del arma. El gas, ionizado y en estado de plasma, es conducido a través de un módulo, donde es procesado con un nuevo proceso de excitación para obtener un rayo de partículas polarizado y uniforme (análogo a un rayo láser, pero hecho de partículas más pesadas que los fotones). El rayo de partículas es finalmente focalizado gracias a un cristal prismático, y llevado a una nueva cámara de refinado, donde es convertido en la descarga final del arma (todo el proceso se realiza en una milésima de segundo).

Apolo tenía un tic en el ojo.

—Pudiste haber dicho "sí" o "no"

Will bufó.

—Cómo sea, ¿en qué es importante?

Apolo miró a Brunhild, y la valquiria asintió con la cabeza.

—Que, por muy complicado que sea el proceso de disparo, un láser siempre sigue siendo luz y calor concentrados. Cosa que no es muy efectiva contra el sol.

Brunhild se cruzó de brazos.

—Así es—confirmó—. Eso es precisamente lo que me temía, el escudo de calor del carro solar bloquea los disparos de Vader.

Geir ladeó la cabeza y miró a su hermana.

—¿Escudo de calor?

Reginleif señaló una de las pantallas.

—El carro solar de Helios traía luz y calor al mundo, esto mismo significa tener una temperatura extremadamente alta. Y como tal, para evitar que cualquier pasajero se convierta en carbón, cuenta con este escudo de calor. Se trata de una burbuja protectora que envuelve el carro y sus corceles. Todo el poder del sol se genera por fuera de esta burbuja de energía, manteniendo una temperatura estable en el interior de la cuadriga.

—Y evita que el calor entre... incluyendo los disparos—terminó de entender Geir—. Entonces... ¿existe alguna manera de que Vader gane si no puede ni siquiera tocar a Lord Helios?

Brunhild entrecerró los ojos mientras levantaba la vista al cielo.

—Nada es indestructible, hermana—dijo la mayor de las valquirias—. Y para todo escudo, hay algo con que atravesarlo.

Geir tragó saliva.

—Pero... no me digas que ella está sola allí arriba con ese monstruo.

Brunhild miró tristemente las alturas.

—Eso me temo, Geir—murmuró—. Tampoco me agrada, pero ella conoce los riesgos, y es la que tiene el talento más adecuado para esta situación.

Will miró a su padre en busca de explicación.

—Ya lo verás—fue la única respuesta del antiguo dios.

https://youtu.be/XHxOg6zNg9Q

El caza de Vader se posicionó a las 6:00 de la cuadriga de Helios y descargó una ráfaga de disparos láser, los cuales simplemente desaparecieron en el escudo de calor de Helios sin causar ningún daño.

El titán sonrió confiado y apuntó el filo de su espada en dirección de la nave enemiga.

—¡Hasta la vista, monstruo mecánico!—dijo el señor del sol—. ¡No puedes tocarme, pero yo sí puedo tocarte a ti! ¡No tienes nada que hacer!

Una profunda voz habló, con un tono firme pero severo.

—Su falta de fe me resulta molesta.

Helios disparó una llamarada solar.

El TIE Advanced giró en el aire y evitó el fuego antes de empezar a volar a toda velocidad. Helios incitó a sus corceles a perseguir a su enemigo, y una persecución se llevó en los cielos a toda velocidad.

La cuadriga de Helios dejaba un rastro de llamas por donde pasaba, siguiendo de cerca la nave del señor oscuro, disparando constantes llamaradas y proyectiles ígneos que el sith esquivaba hábilmente, pero aún así con dificultad.

La nave de Vader giró sobre si misma para volverse a ver cara a cara al titán.

Los motores del caza rugieron a toda potencia antes de lanzarse de frente contra Helios.

—¿Qué está haciendo?

—Está loco.

—Ya se dio cuenta de que no puede ganar y se está suicidando.

Ninguna de las teorías de los espectadores era correcta.

Helios y sus corceles descargaron una poderosa carga ígnea.

Una nueva explosión sacudió los cielos y el humo negro bloqueó la visión de los espectadores, pero solo momentáneamente.

"Escudos perdidos"

El TIE Advanced de Vader salió de entre el humo, encendido en llamas, hechando humo y chispas. La nave subió en línea recta hacia las alturas.

El humo se despejó, y Helios y su carro en perfecto estado miraron hacia donde la nave enemiga, que no paraba de subir en línea recta justo por sobre su cabeza.

Entonces, la compuerta superior de la nave se abrió y la negra figura mecánica del señor oscuro de los sith se precipitó desde las alturas en dirección al carro de Helios.

El titán miró a su oponente fijamente y sonrió.

—Estupido.

El titán apuntó su espada y una llamarada dorada subió por los cielos y se tragó al humano.

—Se acabó—dijo el señor del sol.

Pero entonces, su sensación de frío se incrementó.

Las llamas doradas se partieron en dos, separadas en el aire como por arte de magia. La figura negra de Darth Vader se abalanzó sobre el carro solar a toda velocidad.

Ya era demasiado tarde como para moverse.

El sith tomó un extraño dispositivo metálico de su cinturón y lo accionó.

Con un sonido vibrante de poder, Vader esgrimió su sable de luz de un bello rojo carmesí, lanzando un golpe directo con él.

El escudo de calor del carro solar se hizo presente, interceptando el avance del sable.

Y entonces, por solo unos segundos, la hoja del sable se tiñó de un poderoso verde esmeralda.

CUARTA DE LAS HERMANAS VALQUIRIAS

RANDGRIZ: ROMPE-ESCUDOS

Geir abrió mucho los ojos.

—Allí está la hermana Griz...—murmuró—. ¿Ella está...?

—Estará bien—dijo Brunhild, esperando tener razón.

La hoja luminosa atravesó el escudo de calor, el cual se resquebrajó y estalló. Liberando una explosión ígnea que mandó a Vader a volar por el cielo.

Helios hizo una mueca de disgusto. El calor dentro de la cuadriga se elevó hasta niveles extremos. A él no le molestaba en lo absoluto el calor, pero no le gustaba lo que la pérdida de su escudo podría representar.

Vader calló por los cielos con su capa y armaduras encendidas en llamas. Sin embargo todo su movimiento había sido fríamente calculado.

Su caza había dejado de subir y empezó a bajar trazando un cerrado arco por el cielo. Bajó a toda velocidad y quedó a la par del sith, quien se sujetó a la superficie metálica del vehículo y volvió a entrar a la cabina.

El TIE Advanced recuperó su estabilidad y subió por el cielo a toda velocidad.

—Eso fue increíble...—murmuró Geir mientras veía cómo los dos oponentes se ponían a la misma altura.

Darth Vader y Helios empezaron a dar vueltas en círculos uno alrededor del otro en un amplio perímetro en el cielo. No estaban a distancia de tiro del otro, solamente podían vigilarse a la distancia.

—Vas a pagar por eso, monstruo mecánico—gruñó el titán—. No eres rival para el poder de la luz del sol.

Vader no respondió.

Helios siguió hablando.

—Incluso parado en el mismo sol puedo sentirte, con miedo, abrumado, furioso y afligido. Eres esclavo de tus emociones. No eres nada.

La sonora y macabra respiración de Vader se proyectó por el cielo.

—El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio al sufrimiento, el sufrimiento al lado oscuro—recitó Vader—. Y el lado oscuro al poder absoluto.

Helios tomó su espada con fuerza y asió las riendas de sus corceles con firmeza.

—Eres débil—dijo el dios—. No entiendes nada del poder.

—Pruébalo.

Helios miró a través de la cabina del caza estelar de su rival, mirando fijamente los ojos mecánicos de la armadura negra del señor oscuro.

La mirada del titán estaba encendida en llamas doradas.

—La lealtad y la devoción conducen a la valentía. La valentía conduce al espíritu de abnegación. Y el espíritu de abnegación crea confianza en el poder del amor.

El motor del TIE Advanced rugió listo para un nuevo asalto.

—Eres solo un tonto que se hace llamar dios—respondió la voz oscura de Vader—. Solo un insecto más que aplastare bajo mi bota.

El caza de Vader salió disparado por los aires, y la cuadriga de Helios se lanzó tras él.

Geir se abrazó a si misma.

—Cuanto... odio en una sola persona—murmuró—. ¿Cómo puede alguien quedar tan trastornado?

—Lord Vader no siempre fue así—dijo Will—. Fue un proceso lento de conversión al lado oscuro el que lo orilló a esto. Antes era conocido como el general jadi Anakin Skywalker. Podría decirse que era el más bueno de los buenos.

—Y... ¿qué le pasó?—preguntó Geir.

—Amor—respondió Brunhild con simpleza—. Los apegos son peligrosos para un ser tan poderoso. El miedo y la desesperación poco a poco se apoderaron de él, hasta que su odio lo consumió y se volvió la máquina de matar que ahora estas viendo.

Geir bajó la mirada.

—Pero... hermana Hilde. Si podías haber traído a Vader desde cualquier punto de su historia. ¿Por qué trajiste a este monstruo mecánico y no a su versión buena?

Brunhild miró fríamente las alturas.

—Geir, debes saber que no hay nadie más peligroso que aquel que no tiene nada que perder—explicó—. No solo busque a Vader en el momento en su momento más oscuro, peligroso y agresivo para que fuera mejor luchando. También traje a uno que lo tenía todo por ganar, él no perderá esta batalla.

—Eso... aún está por verse—murmuró Apolo.

El caza del señor oscuro viró en el cielo y se dirigió en línea recta hacia la cuadriga de Helios. El titán descargó una nueva ola de poder, pero el piloto imperial evitó el ataque bajando súbitamente.

Después, el TIE Advanced dio una subida igual de súbita y liberó una poderosa descarga de sus cañones láser L-S9.3.

Helios tiró de las riendas de sus corceles con violencia en un intento desesperado por evitar el golpe.

Los disparos verde esmeralda impactaron de lleno en uno de los corceles de Helios.

El animal soltó un sonido agónico antes de caer sin vida. Por el peso de la bestia divina, el carro solar entero se desplomó y perdió altitud rápidamente.

Helios tardó demasiado en reaccionar. Solo podía mirar con horror el cuerpo de uno de sus sagrados animales mientras se precipitaba desde las alturas a toda velocidad.

Ese tiempo fue bien aprovechado por Vader, quien cargó una vez más desde las alturas. Sus motores rugieron haciendo temblar los cielos, y una nueva ráfaga de disparos cayó sobre el titán.

Los láseres golpearon la cuadriga en múltiples puntos, no lo suficiente para destruirla, pero si para causar un gran daño en su estabilidad.

La nave de Vader pasó zumbando al lado del carro de Helios mientras bajaba, solo para volver a subir por el otro lado y prepararse para un nuevo embate.

—Tú...—murmuró Helios—. Tú... Tú...

El titán finalmente se armó de valor, tomó su espada y cortó las riendas de su querido corcel ya muerto.

—¡¡ERES UN MALDITO!!—rugió el titán.

Una explosión solar iluminó las alturas, cegando a todos los espectadores en la arena por unos segundos.

Cuando la luz y el fuego se despejaron, Helios miraba con una ira asesina a Vader. Su carro aún dañado ya no estaba siendo tirado por cuatro corceles, sino por tres bueyes solares, enormes y vigorosos.

—L-los caballos...—murmuró Geir—. ¿Qué pasó con los caballos?

—Siguen ahí—respondió Apolo sombríamente—. Para compensar la pérdida de uno de ellos, los corceles solares se han transformado en bueyes. Helios realmente está furioso, y tiene razón para estarlo.

En las gradas, Roda se llevó una mano a la boca mientras miraba la escena con horror.

Sin importar su resentimiento hacia el titán, ella sabía a la perfección lo que esos corceles significaban para su esposo, ver como el cuerpo sin vida de uno de ellos caía del cielo para estrellarse contra la arena de batalla era algo sencillamente espantoso.

Helios miró el caza TIE Advanced de Vader con los ojos en llamas.

—¡VOY A ANIQUILARTE, MONSTRUO! ¡¡VOY A HACERTE PAGAR POR TODO LO QUE HAS ECHO!!

La oscura y fría voz de Vader respondió secamente:

—Puedes intentar.

Llamas doradas eran despedidas en todas direcciones por el carro solar, los bueyes gruñían y apuntaban sus cuernos con furia hacia su enemigo.

—¡¡SUBESTIMAS MI PODER, HUMANO ASQUEROSO!!

Vader miró a Helios de frente, con su caza posicionado unos a 45º por encima de la cuadriga de Helios.

—No lo creo—dijo la macabra vos del sith—.  Soy yo quien tiene el terreno alto.