Capítulo ochenta y cuatro:
—Nórdico, te presento a Zerofuku, dios de la fortuna—dijo Belcebú con una sonrisa malévola mientras miraba al pequeño dios encadenado que se retorcía salvajemente intentado liberarse.
Loki lo inspeccionó de arriba a abajo con una ceja alzada.
—Me lo imaginaba mucho, en serio mucho, más grande e imponente.
El demonio se encogió de hombros.
—Necesitaba a alguien bueno y puro al cual impregnar con los restos de Hajun—explicó—. Zerofuku encajaba perfectamente en la descripción.
Zero empezó a gritar y a rugir salvajemente, parecía fuera de sí, más similar a un animal que a un dios.
—¿Qué le pasa?—preguntó Loki un tanto intrigado.
Belcebú pareció meditarlo por un minuto.
—Parece ser que... rompí su ya de por sí vulnerable mente con el dolor—explicó el señor de las plagas—. No es más que un ser salvaje y primitivo en este momento, esclavo de sus impulsos e instintos.
Loki ladeó la cabeza.
—Entonces... ¿aún nos sirve?
Belcebú lo pensó un momento.
—Hará las cosas ligeramente más complicadas—reconoció—. Pero complicadas para él, ya que él dolor que le causaré al liberar al Rey Demonio del Sexto Cielo será mucho peor.
Loki se encogió de hombros.
—Y... dime, ¿ese tal Hajun no... ya sabes, se liberará y querrá matarnos en cuanto lo revivas?
El señor de las moscas pasó su mano por una serie de tubos de encallo que tenía en una mesa de laboratorio.
—Tengo planes... para lidiar con él.
Loki se dio media vuelta.
—Bien, lo que digas—dijo sin darle más importancia al asunto—. Voy por más palomitas, ¿quieres?
...
Max Steel se levantó a duras penas del suelo, respirando con dificultad y sujetándose el pecho con dolor.
No hacía falta ser un genio para saber lo que sucedía, finalmente sus nano-cargadores se habían quemado. Necesitaría reemplazarlos pronto o moriría.
Hasta entonces, no podía contar con ningún poder más allá de la fuerza que la valquiria Þrúðr fuera capaz de darle.
—¡Vamos Steel!—gritaban los humanos desde las gradas.
—¡No te rindas ahora!
—¡Sabemos que puedes ganar!
El humano se levantó del suelo con la vista borrosa, dio un par de traspiés hasta finalmente recuperar el equilibrio y miró hacia el otro lado de la arena.
—¡Levántate de una vez Susano'o!—gritaban los dioses.
—¡Deja de hacernos perder nuestro tiempo y pelea!
—¡Idiota, era obvio que no se podía confiar en un traidor exiliado como él!
Dos figuras luminosas se alzaron por sobre las gradas y gritaron al unísono con firmeza:
—¡Silencio!
La atención de todos los dioses se desvió hacia los hermanos de Susano'o no Mikito.
Tsukuyomi-no-kami, dios de la luna y Amaterasu Ō-Mikami, la diosa del sol. Dos hermanos que se odiaban a muerte al grado de jurar no volverse a ver nunca más se habían puesto de pie para detener las palabras de los demás dioses.
—¡Susano'o es el mejor guerrero de todo Japón, y cualquiera que esté en desacuerdo puede ir y probar el filo de su espada!—anunció Tsukuyomi.
—¡Han sido ciegos a su redención y han sido ciegos al poder de los humanos!—acusó Amaterasu—. ¡Mi hermano está allí arriesgando su vida para cumplir un capricho de los dioses y curar su alma herida! ¡¿Y lo único que se les ocurre hacer es insultarlo?!
—¡Ese humano que está de pie en la arena sería perfectamente capaz de vencer a la mayoría de ustedes!—siguió Tsukuyomi—. ¡Y aún con eso, Susano'o está luchando de frente!
Los dos hermanos volvieron a hablar al unísono una vez más:
—¡Cállense de una vez y presencien la victoria de nuestro hermano!
En el suelo, en medio de un cráter de desesperación, las palabras de las deidades llegaron a oídos del señor de la tormenta.
Susano'o no Mikoto, hijo de Izanagi no Mikoto, dios de la tormenta, la batalla, la tierra y el mar, se levantó con sus últimas fuerzas, rugiendo tan salvajemente que los cielos temblaron con terror.
Un rayo de magnitudes nunca antes vistas partió el cielo en dos e iluminó el universo de azul. Susano'o gritó tan fuerte como lo hizo aquella vez que fue desterrado de los cielos, gritó con tanta violencia que el sol y la luna se convirtieron en un solo astro en el cielo.
Y por sólo unos segundos, los tres hijos nobles compartieron su poder y espíritu.
Susano'o se levantó del suelo con su espada en mano, con el rayo de un brillante azul eléctrico cayendo sobre él. Sus ojos chispeaban con poder y sus manos sujetando con fuerza el mango de su espada.
Steel lo supo de inmediato, no había ninguna forma de que ganara ese encuentro.
Y aún así, no dio marcha atrás.
El humano tomó su última cápsula de nano-equipo, de la cual una espada larga y delgada de un solo filo surgió.
Ambos oponentes se miraron a los ojos, Susano'o refulgía de un brillante azul eléctrico, mientras que la mirada de Max se tornó de un verde esmeralda.
Þrúðr asumió el papel de los nano-cargadores de Max dentro de su cuerpo, suministrándole poder y también manteniendo su vida.
Los dos guerreros corrieron a toda velocidad contra él otro con sus espadas en alto y chocaron en el centro de la arena.
—¡EL COMBATE ENTRE EL HUMANO MAX STEEL Y EL DIOS SUSANOO NO MIKOTO ESTÁ LLEGANDO A SU FINAL!—anunció Heimdall—. ¡ESTOS DOS VALIENTES HOMBRES ALZAN SUS ESPADAS EN ALTO Y SE DISPONEN A ACABAR CON TODO EN UN ÚLTIMO CHOQUE DE SUS OJAS!
Steel lanzó un golpe descendente que Susano'o bloqueó hábilmente, el dios lanzó varios ataques que el humano bloqueó a duras penas y viceversa.
Ambos estaban cansados, exhaustos, agotados. Y aún así el poder corría por sus venas mientras sus espadas sacaban chispas en el aire.
Steel se lanzó de frente en un ataque que Susano'o evitó y lanzó un corte lateral a la espada del humano. La armadura de Max echó chispas y el héroe fue golpeado duramente contra el suelo.
Steel se dio la vuelta y lanzó un golpe justo a tiempo para evitar ser rematado por el dios.
Susano'o retrocedió momentáneamente y luego se lanzó de frente, Max logró desviar su espada y luego lanzó una patada giratoria que dio de lleno en la cara del dios.
Éste retrocedió torpemente y quedó expuesto, Steel lanzó un golpe de frente, Susano'o se hizo a la izquierda en el último segundo, pero no fue suficiente.
La sangre del dios bañó el suelo mientras la hoja del humano atravesaba de extremo a extremo el costado derecho de su abdomen.
El dios rugió de dolor, se lanzó hacia un costado y se sujetó la herida sangrante.
Steel atacó una última vez, esta vez apuntando al cuello.
Susano'o maniobró con su espada magistralmente, con un movimiento ascendente desvió la hoja del humano, arrancándola de sus manos y mandándola a volar por los aires. Y con un movimiento simple y fluido como el agua, cortó el cuello de Steel de lado a lado.
嵐の神
ARASHI NO KAMI
(Dios de la Tormenta)
La cabeza y la espada del humano cayeron al suelo al mismo tiempo.
Un silencio de muerte invadió la arena ante un cambio de eventos tan repentino.
Geir se llevó las manos a la boca y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Hermana Þrúðr...
Brunhild bajó la mirada y apretó los puños.
Los humanos se quedaron en shock.
La cabeza sin vida de Max Steel rodó por el suelo.
Los gritos de celebración de los dioses resonaron por todos los cielos.
Y Heimdall dio su veredicto final:
—¡¡TRAS UNA LARGA BATALLA DE COMBATE CUERPO A CUERPO, EN UN RÁPIDO GIRO DE EVENTOS, EL DIOS SUSANOO NO MIKOTO ALZÓ SU ESPADA UNA ÚLTIMA VEZ Y TERMINÓ DÁNDOLE A LOS DIOSES LA DELANTERA EN EL RAGNAROK!!
Susano'o tomó su espada bañada de sangre y la alzó en alto mientras los rayos azules caían al suelo y miró fijamente a sus hermanas en las gradas, quienes le respondieron sonriéndole y felicitándolo por su gran victoria.
Susano'o no Mikoto vs Max Steel
Duración de la batalla: 11 minutos, 15 segundos
Técnica que decidió el combate: Arashi no Kami
Ganador: Susano'o no Mikoto
...
Esta... sin duda fue mi batalla MENOS favorita.
Siento que no logré ni de cerca hacerla memorable o especial, no fue tensa y creo que fue un tanto tediosa de leer para ustedes.
Fue demasiado cuerpo a cuerpo y menos espectacular, los luchadores no tenían verdaderos motivos para pelear entre sí más allá de ganar y no hubo nada que pudiera resaltar para bien.
Y todo eso sin mencionar el final anti-climático
Max Steel es sin duda uno de mis personajes favoritos y no le hice para nada justicia con esto.
La verdad siento que después de Apolo vs Lester (La cual hasta ahora ha sido mi batalla favorita de escribir y la que creo que me salió mejor) tuve un gran bajón de calidad.
Tengo la intención de redimirme un poco con la siguiente batalla, la cual espero alguno de ustedes adivine, considerando que ya sólo quedan tres luchadores por bando.
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