Capítulo diecinueve:
—Ha recuperado su espada.
—¿Qué le está sucediendo a ese chico?
—Se ve... extraño.
El público no se decidía exactamente por qué era lo que estaban viendo frente a sus ojos.
"Mierda, esto es increíble", pensaron Percy y Hjörþrimul al mismo tiempo y en perfecta sincronía.
UN NUEVO TIPO DE DIVINIDAD HABÍA NACIDO.
Percy y Hjörþrimul, ambos semidioses. Pero mientras que el chico era más humano que dios, la valquiria era más divina que mortal. Al unirse habían ascendido a un nuevo nivel. Eran totalmente dioses al mismo tiempo que totalmente humanos. Un nuevo tipo de equilibro perfecto. La suma máxima de ambas partes.
Perseus: "Vengador"
Hjörþrimul: "Guerrera de la espada"
El chico apuntó a su rival con su hoja mientras lo miraba con sus ojos tormentosos.
—Ahora, padre, enfréntate al Vengador de la Espada.
Desde su sitio en las gradas, Geir empezó a temblar.
—In-increible...—logró decir—. E-es... es algo que...
Brunhild estaba igual de sorprendida.
—No lo puedo creer...—empezó a reírse histéricamente—. Dioses... ¡¡ENFRÉNTENSE A LA UNIÓN PERFECTA DE HUMANO Y DIVINIDAD!!
La valquiria extendió su brazo derecho al aire con emoción.
—¡Ahora, adelante!—gritó Brunhild—. ¡¡Perseus Jackson!!
Percy y Poseidón se miraban fijamente en el campo de batalla. Para el disgusto del dios, se había puesto instintivamente en guardia, alzando su tridente y abandonando su defensa abierta de momentos antes.
—Bien, esto no ha terminado todavía—dijo Percy sonriendo—. ¿Pelearemos hasta morir, eh, padre?
Poseidón guardó un silencio de muerte antes de alzar sus helados ojos de un gris pálido.
—Gusano...
Ambos luchadores alzaron sus armas mientras se miraban fijamente, a pocos metros el uno del otro. Ambos inhalaron y exhalaron profundamente mientras se veían a los ojos.
Más rápido que un parpadeo, Poseidón ya estaba en el aire haciendo llover ataques con su tridente a una velocidad incluso mayor que antes.
Pero Percy ahora era mucho más veloz y habilidoso, alzó su espada y bloqueó los cientos de miles de ataques que le caían, estocada tras estocada, corte tras corte, golpe tras golpes. Las armas echaban chispas sin detenerse mientras el combate se iba haciendo más y más intenso.
La nueva deidad esquivaba y bloqueaba a toda velocidad mientras luchaba por acercarse más y más a Poseidón entre el huracán de ataques. El filo del tridente no cesaba de golpear, pero la Anaklusmos-Hjörr era igual de veloz.
Los espectadores estaban atrapados en un profundo silencio mientras veían con asombro la danza de espadas y los ataques que volaban por el cielo. Una batalla sencillamente hermosa.
El Vengador de la Espada seguía acercándose a su objetivo, mientras que Poseidón se había dejado por completo de juegos. Ya no estaba lanzando ataques al azar por el aire. Cada golpe era letal y con una potencia enorme. El más mínimo error podría ser el fin de cualquiera.
Percy seguía avanzando y avanzando, cada segundo más cerca de Poseidón. Sus movimientos eran veloces, salvajes y fluidos. Como el océano en una tormenta. Agresivo y destructivo, pero natural e imparable.
Poseidón retrocedió hacia atrás, pero ya era tarde. Un fino corte en su mejilla derecha estaba salpicando sangre. Más pequeño que el corte que lo atravesaba por el pecho, pero mucho más profundo.
Los dioses guardaban un silencio sepulcral mientras veían con verdadera preocupación la posibilidad de otra derrota ante los humanos, o lo que fuera ahora ese chico de otro mundo.
Poseidón bloqueó los siguientes veinte ataques de su hijo con su arma, y luego se deslizó sobre el cemento mojado hacia atrás. Alzó su tridente y lo balanceó, preparando su pose de batalla con el arma a un lado y detrás de su espalda.
Entonces, un nuevo corte, más profundo que los anteriores apareció en su hombro izquierdo.
Poseidón está a furioso, su mirada cubierta de sombras se despejó para dejar ver un huracán en su mirada.
El dios siguió intentando bloquear más cortes, pero la lluvia de espadazos de Percy era abrumadora. Un corte en su mano derecha, y luego otros dos cortes en el pecho.
Poseidón retrocedió de un salto evitando un gran ataque ascendente de la nueva divinidad, y aprovechando que su guardia estaba momentáneamente abierta, el Tirano de los Mares apuntó su tridente y lanzó un veloz ataque directo al pecho de Percy.
Éste logró corregir su postura y guardia, plantó los pies firmemente en el suelo e interceptó el golpe.
La fuerza fue suficiente para arrastrar los pies de Percy por el suelo mientras Poseidón seguía con su envestida.
Percy se agachó y dejó que el tridente pasara sobre su espalda, antes de levantar su hoja de bronce celestial y lanzar un nuevo ataque. Poseidón lo evitó con un rápido quiebro a la izquierda y se separó de su enemigo.
El Vengador de la Espada y el Tirano de los Mares se quedaron nuevamente a metros de separación mientras se veían fijamente.
La sangre corría de una multitud de cortes en el cuerpo de Poseidón.
Heimdall estaba realmente intimidado.
—¡¡Nu-NUNCA HABÍA VISTO ALGO ASÍ!!—anunció—. EL PODEROSO DIOS DE LOS MARES... EL ZEUS DEL MAR... POSEIDÓN ESTÁ... ¡¡CUBIERTO DE HERIDAS!!
Poseidón miró fijamente a Percy, sosteniendo su mirada. Ambos pares de ojos se debatían entre ellos con huracanes embravecidos en sus iris.
—Es-estas bromeando—decían los dioses.
—P-Poseidón está... por ese chico...
—¿Qué demonios es esa cosa?
Y COMO EN CADA BATALLA, LA ESPERANZA CRECÍA DENTRO DE LOS CORAZONES HUMANOS.
—Increíble...
—Creí que ya se había acabado...
—Vamos, ¡¡tomemos la delantera!!
Los humanos miraban la arena con esperanza y deseos de victoria.
—¡¡VAMOS, PERCY JACKSON!!
—¡¡CONTAMOS CONTIGO!!
—¡¡NUESTRAS VIDAS, NUESTRO UNIVERSO ESTÁ EN TUS MANOS!!
¡¡TERROR DE DIOSES Y TITANES!!
Poseidón se tocó sus heridas sangrientas, las palpó con sus dedos y se llevó la mano a la altura de los ojos para poder contemplar su propia sangre.
—Hmm.
Percy miró al dios fijamente, mientras se volvía a poner en guardia.
Poseidón hizo algo que nadie se separaba, empezó a tararear una melodía, el Silbido de Poseidón, mientras sonreía como un desquiciado y se tallaba la mano sobre las heridas, juntando toda su sangre derramada en la mano.
Dioses, humanos y valquirias. Nadie sabía que estaba haciendo Poseidón. Pero todos estaban de acuerdo en que era perturbador y aterrador.
Percy alzó aún más su guardia y miró con nerviosismo al tirano de los mares.
Este, por su lado, se estampó su palma ensangrentada en el rostro sin dejar de tararear su canción y sonreír maniaticamente.
Poseidón se hizo hacia atrás el cabello, usando su propia sangre para mantenerlo en su lugar. Miró con locura a su enemigo y sonrió de manera aterradora.
Percy no pudo evitar sentirse algo atemorizado por la locura en los ojos de su padre.
Poseidón salpicó la sangre que le quedó en la mano con un movimiento de su brazo.
—Así que, aclamas haber ascendido más allá que los dioses y humanos...—dijo Poseidón—. Ya veo...
El agarre sobre el tridente se volvió aún más poderoso, su brazo aumentó su tamaño por el crecimiento repentino de sus músculos. Las venas se le hincharon y la sangre salía a borbotones.
—Conoce tu lugar, pececillo...
Y tan pronto como ese pensamiento cruzó sus mentes, la esperanza otra vez fue robada de la humanidad ¡¡¡por los dioses!!!
Poseidón preparó su poción de batalla, con su brazo flexionado sosteniendo su tridente a su costado.
Entonces, el dios se lanzó a una velocidad ridícula, la velocidad fue tal que Percy apenas fue capaz de desviar el golpe desde su cabeza hasta su hombro izquierdo.
Una profunda y sangrante herida surgió en el hombro del chico.
"¿Tan rápido? ¡¿Qué fue eso?!", pensaron Percy y Hjörþrimul a la vez.
Poseidón estaba frente a ellos, a una enorme distancia de separación, con su tridente extendido frente a él y las puntas de su arma ensangrentadas.
—¡¡PERCY FUE ATRAVESADO POR EL TRIDENTE UNA VEZ MÁS!!
"Para enfrentar nuestra habilidad, Poseidón está decidido a convertir la pelea a una basada en la fuerza pura", pensó Hjörþrimul.
Un nuevo ataque del dios que Percy no pudo bloquear del todo, se movió a la izquierda todo lo rápido que pudo, pero aún así un corte se hizo presente en el costado derecho de su cabeza.
"No podemos competir contra la fuerza de mi padre", pensó Percy. "Pero Annabeth siempre ha dicho que la inteligencia vence a la fuerza, peleemos con inteligencia y habilidad y aplástenos a su fuerza bruta"
La valquiria y el chico asintieron a la vez internamente.
Entonces, llegó la lluvia de ataques otra vez. La potencia de los golpes era abrumadora, incluso para la nueva divinidad.
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La fuerza y el poder eran palpables en el aire, Percy no podía pensar en nada que no fuera bloquear y esquivar. Poseidón se había dejado de juegos y estaba yendo de todas a por todas.
Percy apenas tenía nano-segundos para reaccionar a los ataques. Su cuerpo se empezó a llenar de heridas sangrantes de la misma forma que el de Poseidón.
El dios sonreía desquiciado con cada ataque que daba, la cordura parecía haberlo abandonado y solo había dejado ese cascarón salvaje lleno de furia.
Los ataques del dios eran brutales, de absolutamente todos los ángulos posibles a la vez, con Percy justo en el centro de dicho ataque.
¡¡¡MEDUSA-ALOPER-DEMTER!!!
LA INUNDACIÓN DE LOS CUARENTA DÍAS Y LAS CUARENTA NOCHES
—¡¡¡AHÍ ESTÁ!!—gritó Heimdall—. ¡LA LLUVIA DE GOLPES DE POSEIDÓN QUE TIENE COMO OBJETIVO ENVOLVER INCLUSO LA TIERRA COMO SI DE UNA INUNDACIÓN SE TRATASE! ¡¡HA INVERTIDO LA SITUACIÓN AL INSTANTE!!
Ares se inclinó hacia adelante con los ojos muy abiertos.
—Los movimientos de Poseidón son muy rápidos...—dijo—. Sus reflejos han formado una cúpula...
Hermes asintió con los brazos cruzados tras la espalda.
—En efecto—confirmó—. Y con ella, un torrente de golpes. No puedo tener suficiente de ella.
Percy rugía mientras empezaba a desesperarse dentro del océano embravecido de ataques. Eran muchos más y mucho más veloces de lo que jamás hubiera podido imaginar. Pero aún así, su espada era la Contracorriente, no se dejaría arrastrar por la marea.
El Vengador de la Espada logró evadir decenas de golpes antes de acercarse lo suficiente a Poseidón. Lanzó un veloz golpe lateral con su hoja... y no dio a nada.
El dios no era veloz, era lo que le seguía, se movía por todo el campo de batalla a la vez. No deteniéndose en ningún lugar por más de un nano-segundo, solamente lanzaba un ataque y cambiaba de posición.
Demasiados ataques, demasiado veloces. Percy solo sentía cómo se hundía más y más en la desesperación. Recordaba estarse ahogando en la ciénaga en Alaska. Recordaba el peso del agua en el acuario de Atalanta, y recordaba cómo se ahogaba entre el agua maldita del nifeo en Roma.
Un hijo de Poseidón jamás debería tener miedo a ahogarse, en especial en el mar. Pero Percy estaba empezando a sentir un terror absoluto mientras se hundía más y más bajo el peso de esos ataques.
Sentía que jamás llegaría a lo más profundo, que moriría ahogado de una vez por todas.
"Sigo, y sigo, y sigo bajando", pensó el chico. "Jamás tocaré fondo..."
"Cállate", le ordenó Hjörþrimul en su mente. "Has cargado el maldito cielo sobre tus hombros, ahora has lo mismo con el mar"
"¿Car-cargar el mar?"
"¡Es metafórico!", le gritó la joven valquiria. "Tú solo pela y gana, ¡esto aún no se acaba! ¿Desde cuando dejas que los dioses te pisoteen de esa manera? ¡Siempre que debes hacer algo por ellos, lo haces a tu manera!"
"Bien... si vamos a matarnos, lo haremos a mi modo", pensó Percy.
PILAR DEL CIELO SOBRE LA TIERRA
Al rededor de Percy, un enorme huracán se levantó nuevamente, tan poderoso que derribó a Poseidón y lo mandó a rodar por el suelo, después de rebotar contra el cemento y caer.
Los vientos se disiparon, y Percy respiró entrecortadamente.
Poseidón se levantó furioso del suelo y se lanzó de frente nuevamente con su tridente, una nueva tormenta de ataques empezó a caer. Pero en lugar de chocar contra Percy, lo hizo contra otra tormenta.
En lugar de defender, ambos luchadores estaban atacando al mismo tiempo, una inundación contra otra, una tormenta contra otra, un huracán contra otro. El mar se enfrentaba contra si mismo.
Ambos luchadores estaban más y más y más cerca uno del otro. La espada de Percy trazó un arco que interceptó una puñalada del tridente de Poseidón. Ambas Armas echaron chispas y la tormenta de ataques se detuvo con ambos frente a frente y con las armas en movimiento.
—¡¡JAMÁS VOLVERÁS A ATORMENTAR ESTOS MARES!!—gritó Percy mientras su espada se movía a toda velocidad hacia Poseidón.
En una fracción de segundo, el dios evitó el golpe y lanzó una nueva lluvia de ataques. Pero los instintos de Percy estaban a todo dar. Detuvo un golpe, y otro, y otro más.
Poseidón saltó sobre el aire, y su tridente se chocó nuevamente con Contracorriente. Luego otro golpe que Percy evitó haciéndose a un costado, un quiebro a la derecha con la espada en alto.
—¡¡¿QUÉ ES ESTO?!! AUNQUE SUS CUERPOS ESTÁN CUBIERTOS DE HERIDAS, ¡¡¿AMBOS LUCHADORES SIGUEN ATACANDO, BLOQUEANDO Y EVADIENDO SIN PARAR?!!
La presión era demasiada. La sangre salía a chorros y los cortes separaban la piel y la ropa. Tanto Poseidón como Percy seguían acumulando más y más heridas sangrientas en sus cuerpos por igual.
El combate estaba igualado a más no poder, EL DIOS MÁS TENIDO Y EL HÉROE DEL OLIMPO. EL TIRANO DE LOS MARES Y EL VENGADOR DE LA ESPADA.
Ares temblaba con horror sin poder contenerse.
—Ese chico es capaz de luchar en igualdad con Poseidón... ¿¡Cómo puede ser tan poderoso!?
Hermes estaba estupefacto.
—No... no lo sé, debería ser imposible—dijo—. De alguna manera logró empujar a Poseidón a usar todo su poder...
Ambos luchadores se miraban a los ojos mientras sus ataques seguían y seguían lloviendo a partes iguales.
Finalmente, ambos quedaron frente a frente, Percy sostenía su espada mientras Poseidón se alzaba frente a él imponente.
—Adiós, padre...
SUPERVIVENCIA DEL TÁRTARO:
¡TIERRA MÁS ALLÁ DE CUALQUIER DIOS!
Poseidón se lanzó y apuntó su tridente. Percy movió velozmente su espada y golpeo el arma en el mango.
El tridente de Poseidón se partió en dos, y junto a él, el brazo derecho del dios.
La mirada de Poseidón llena de ira y sorpresa se convirtió en determinación.
Todos los espectadores veían la punta del tridente del dios volar por el aire, aún con un pedazo de brazo aferrado a ella.
Aún así, Poseidón atrapó el fragmento del arma, y lanzó un único golpe con toda su fuerza. No dirigido a Percy, sino a su espada.
La legendaria Anaklusmos se partió en mil pedazos cuando Poseidón la golpeó justo en la parte plana de la hoja.
Percy dio un quiebro a la derecha y evitó ser ensartado por Poseidón.
"Lo siento, Zoë", pensó. "Debí cuidar mejor de tu espada"
Percy se lanzó a un costado, y cortándose la palma de la mano, tomó la punta del filo ensangrentado de Contracorriente.
Poseidón y Percy se miraron a los ojos una última vez antes de que ambos atacaran a la vez. Poseidón desde arriba y Percy desde abajo.
—¡¡MUÉRETE DE UNA VEZ!!—gritaron ambos luchadores.
Ambos golpes aterrizaron a la vez. Ambas puñaladas hicieron brotar sangre a chorros, y ambos luchadores cayeron al suelo con fuerza al mismo tiempo.
El estadio se quedó en un total silencio.
Los dioses no movían ni un músculo.
Los humanos no decían ninguna palabra.
Todos observaban los cuerpos de ambos luchadores en medio de la arena, tirados y sin moverse, cubiertos de sangre y trozos de metal divino.
El cuerpo de Percy se empezó a mover, solo para ser echado a un lado y revelar a Poseidón debajo de él, levantándose a duras penas. Tenía la punta de contracorriente enterrada profundamente en el cuello, respiraba con dificultad y había perdido demasiada sangre. Pero estaba vivo.
Los humanos guardaron silencio.
—Levántate, levántate, levántate—pedia Geir.
Brunhild apretaba los puños con fuerza.
Y entonces...
El cuerpo de Perseus Jackson, atravesado por la punta del tridente de su padre, justo a la altura de su corazón, se resquebrajó, con una luz verde saliendo de las grietas en su cuerpo.
El silencio invadió el estadio, antes de que los gritos de victoria de los dioses se hiciera presente nuevamente.
—El... EL GANADOR DEL TERCER COMBATE DEL RAGNAROK ES POSEIDÓN. ¡LOS DIOSES TOMAN LA DELANTERA!
Poseidón vs Perseus Jackson
Duración: 13 minutos y siete segundos
Movimiento decisivo: Medusa-Aloper-Deméter
Ganador: Poseidón
Nuevamente, los dioses se alzaban con la victoria, y tomaban la delantera para llevar a los humanos a su total extinción.
...
¡No me maten por favor!
Ya se que todos queríamos que ganara Percy, pero tenía que ser objetivo, por más que nos duela, la lógica de anime es demasiado para un personaje de libros.
Todo es demasiado exagerado, y las velocidades son altísimas, más rápido que la luz en varios casos. Intenté equilibrar la situación para que la pelea fuera interesante, pero el resultado fue el que fue.
No se preocupen, les tengo una pequeña sorpresa en el siguiente capítulo para hacer la cosa menos agria.
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