Capítulo cuarenta y dos:
Los dioses estallaron en vítores y alzaron los puños con emoción.
—¡¡COMATE TRAS COMBATE Y VUELTA TRAS VUELTA!!—gritó Heimdall—. AL FINAL DE ESTE FEROZ ENFRENTAMIENTO, EL ÚLTIMO QUE QUEDA EN PIE ES ESTE HOMBRE EL PODEROSO DESTRUCTOR DEL SVARGA ¡¡¡SHIVAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Las llamas que consumían al dios se apagaron, y la piel de éste volvió a su coloración azul. Shiva se mantuvo de pie, con su único puño alzado, en el estaba el corazón de su enemigo.
Sin embargo, no lo alzaba para fanfarronear y presumir, en su lugar era una muestra de respeto. Daniel Rand había tomado el corazón ardiente de Shou-Lao para convertirse en el Puño de Hierro.
Shiva mostraba su respeto al tomar de igual forma el ardiente corazón del joven dragón y alzarlo en alto por una última vez.
El órgano del humano se disolvió en el aire después de unos segundos.
Los dioses estaban emocionados, en especial los dioses de la India. Los que más resaltaban era la familia de Shiva, que gritaba y celebraba con mas felicidad que cualquiera.
Las luces del estadio se apagaron, dejando solamente un reflector apuntando al destructor. Este respiró pesadamente mientras recuperaba el aliento.
Desde su lugar, Ares se hundió en su sofá.
—Fiuu... puede que haya ganado, pero perdió tres brazos en el proceso—suspiró el dios de la guerra—. Y por si fuera poco, al final Shiva pudo haber perdido... estuvo muy cerca...
Ares junto sus manos y apoyó su cabeza en estas mientras analizaba lo que acababa de pasar.
—Ese humano...—murmuró pensativo—... logró algo que pocos han logrado jamás, poner a Shiva contra la pared.
Por su lado, el destructor del Svarga llegó hasta la entrada del túnel de salida, sin bajar el puño en ningún momento.
Los humanos guardaron silencio, por tercera vez, un guerrero de otro mundo había sacrificado su vida para intentar salvar a las personas de un universo al que ni siquiera pertenecía.
La tristeza y la vergüenza eran un sentimiento general, pero principalmente había agradecimiento, si los humanos ganaban esa lucha, tendrían que esforzarse por cambiar, por cambiar y aprender para que los dioses no volvieran jamás a querer destruirlos.
Shiva entró al túnel, saliendo de la arena, finalmente empezó a caminar dando tumbos en dirección a la enfermería mientras reía y sonreía satisfecho.
—Un buen hombre—murmuró mientas oía los lamentos de los humanos.
Entonces, algo llamó la atención del destructor de mundos.
—Hey—saludó Rudra.
Shiva corrió dando tumbos hacia su amigo.
—Rud~
El destructor tropezó y calló de frente, pero su amigo lo sostuvo en brazos.
—Veo que eres imprudente como siempre, jefe—sonrió Rudra.
Shiva so rio débilmente.
—¿Y de quién es la culpa, compañero?—respondió.
El resto de poderosas deidades miró el intercambio a pocos metros de allí.
—Me sorprende que pueda siquiera sonreír cuando se ve tan destrozado—rió Brahma.
—¿No ha sido así siempre?—preguntó Varna.
—Simplemente un tonto—estuvo de acuerdo Agni.
Vishnu se cruzó de brazos.
—Viejo, no es fácil cuidar de un torpe como él.
Indra se sacó el cigarrillo de la boca.
—Es más como un mocoso.
Entonces, unos pasos llamaron al atención de todos los dioses allí presentes.
—Parece que has recibido una buena paliza, ¿no Shiva?—se burló Zeus, quien llegó andando con los brazos cruzados tras la espalda.
Todos los dioses abrieron el paso para que el anciano pudiera hablar de frente con Shiva, el único que se quedó allí fue Rudra, quien ayudaba a su amigo a mantenerse de pie.
—... sí, sí soy honesto contigo—aceptó Shiva—. Fue bastante salvaje. Yo... apenas pude soportarlo.
El dios apretó su último puño y murmuró con la mirada ensombrecida:
—Oye, anciano.
Zeus lo miró con espectáculo.
—¿Hm?
—Los humanos, son ridículamente buenos.
Shiva sonrió alegremente, cosa que hizo reír a Zeus.
—Son bastante fuertes—aceptó—. No sé de qué mundos habrán sacado las valquirias a estos sujetos, pero deben ser lugares muy interesantes.
...
Brunhild y Geir caminaban por los pasillos del Valhalla en total silencio. Caminaron sin decir nada por un largo tiempo hasta que divisaron la figura de Eir, caminando entre sollozos en dirección a ellas.
Geir abrazó a su hermana mayor, quien la recibió en brazos, agradecida de que la única de sus hermanas que era menor que ella estuviera para reconfortarla.
—No lo logré...—sollozó—. No hice lo suficiente... yo...
Geir no sabía cómo confortar a su hermana, solo la dejó abrazarla, sintiéndose agradecida de al menos no haberla perdido a ella.
La mano de Brunhild se posó en el hombro de Eir.
—Hiciste todo lo que estaba en tu poder—le aseguró—. Danny quería que te salvaras, hermana. Él mismo dijo que la deshonrá no se encuentra en tus habilidades, tu magia curativa era solo una herramienta, tu eres más.
Eir siguió llorando, un momento más.
Entonces, nuevos pasos llamaron la atención de los presentes.
—¡Escuchen!—gritó Lester Papadopoulos mientras llegaba corriendo por el pasillo—. ¡Tengo noticias! ¡El...! Oh...
El chico paró en seco al ver la escena, la pequeña valquiria Eir llorando desconsolada tras el combate.
—Lo ciento...—murmuró el humano.
Meg llegó caminando detrás de él.
—¿Por qué siempre te las arreglas para llegar en el momento menos oportuno?
Brunhild miró a los dos recién llegados.
—Está bien, ¿qué es lo que tienes que decir?
Lester asintió.
—Escuché una conversación entre Zeus y Odín hace un momento—dijo.
Esto llamó la atención de las tres valquirias presentes.
—¿Y qué dijeron, exactamente?—preguntó Brunhild fríamente.
—Zeus mencionó algo sobre que Odín había estado esperando el Ragnarok por mucho tiempo—aseguró Lester—. Pero también descubrí quién será el siguiente dios en luchar.
Brunhild miró al chico.
—¿Cómo fue que escuchaste todo eso?—preguntó.
Lester se rascó el cuello.
—Bueno, estábamos esperando a que empezara la batalla cuando decidimos salir un momento por aire y...
—Un montón de dioses querían atacar a ese sujeto, Buda. Así que Lester y yo llegamos a ayudar, Hulk estaba allí también, Zeus y Odín detuvieron la pelea y Buda me dio una paleta—resumió Meg.
Geir miró confundida a los dos jóvenes que habían llegado y luego a Brunhild.
—¿Hermana?
La mayor de las valquirias miró atentamente a Lester.
—¿Quién será el siguiente en luchar?
—Odín...
Lo siguiente que se escuchó fueron los huesos del puño de Brunhild romperse contra una pared.
—¡Maldición!—gritó— ¡Siguen mandando a los pesos pesados en las primeras rondas!
Lester, Meg y las dos valquirias más jóvenes retrocedieron.
Geir empezó a temblar.
—P-pero, ¿Lord Odín? ¿Cómo...?
Brunhild tranquilizó su respiración.
—Tengo algo planeado—murmuró, aunque con un nerviosismo pobremente disimulado—. Déjenme sola un minuto.
Lester señaló algo temeroso la mano rota de la valquiria.
—¿No quieres que lo revise primero?
—No.
Y con esas palabras, Brunhild entró en una habitación, cerrando las puertas tras de sí.
...
La mayor de las valquirias estaba sola en esa habitación sellada, parada frente a un altar luminoso.
En este sitio tenía en diferentes pedestales imágenes de los distintos luchadores que habían caído.
En uno, se veía una foto de Percy Jackson, sonriendo junto con su pareja, Annabeth Chase, sentados ambos a la orilla de un lago. Frente a la foto, los pedazos rotos de la legendaria Anaklusmos yacían descansando.
En otro pedestal, una imagen de cinco hombres y un perro en Egipto, los seis cruzados de polvo estelar. Frente a la imagen, las cadenas doradas que Jotaro Kujo solía portar en su uniforme.
Y en la última y más reciente de las imágenes, Daniel Rand junto con Luke Cage y más héroes, frente a la foto, la máscara a medio quemar del Puño de Hierro era lo único que quedaba del humano.
—Así que con esto tenemos 2 victorias y 3 derrotas—murmuró para sí—. Sé lo que juré en ese momento... sé que juré que nunca me sentiría conmocionada... hasta el último momento...
La valquiria calló de rodillas y miró al techo con los ojos lagrimeando.
—Pero parece que soy mucho mucho más débil de lo que creí...—dijo con tristeza—. Aún así, sin importar el costo, debo salvarlos, por ti...
SIEGFRIED
...
Bien, a partir de aquí me separo totalmente del manga, así que como no tenemos ni la menor idea sobre cuáles son las motivaciones de Brunhilde y los distintos dioses, básicamente inventaré algo mezclando mitología con los datos de la guía oficial de Shuumatsu no Valkyrie.
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