Batalla alternativa: hijos de Odín
Arena del Valhalla
Nos encontramos en la arena del Valhalla: un gigantesco estadio repleto a reventar por dioses y humanos de todas las culturas y épocas.
Los dioses lanzaban insultos y celebraban por lo que sería una victoria fácil para ellos. Mientras que los humanos gritaban palabras de animo hacia los suyos y amenazas a los dioses.
Solamente los dioses mayores, los mas poderosos se mantenían en silencio, expectantes ante lo que habría de pasar.
Una figura se encontraba en el centro del estadio, siendo enfocado por un potente reflector.
—¡Éste es el momento que he estado esperando durante mucho tiempo!—dijo el hombre con emoción—. ¡¡El momento de soplar el Gjallarhorn!!
Este hombre no era otro que Heimdal, el vigilante del Apocalipsis entre los dioses nórdicos.
Era pequeño y de piel gris oscuro, cubierto por una capa morada, su cara estaba conformada por una mandíbula de aspecto metálico y un par de redondos lentes protectores, un mechón de cabello negro asomaba de entre sus lentes y se ocultaba rápidamente en su capucha.
—¡¡¡EL MOMENTO DE LEVANTAR EL TELÓN DEL RAGNAROK SE ACERCA!!!—siguió Heimdall, alzando los brazos y dirigiéndose a los espectadores—. ¡¿Están listos para eso?!
El rugido de la multitud era un indicador claro, las dos hermanas valquirias observaban todo atentamente con sus ojos verdes, Brunhild con su clásica expresión seria, aunque con algo de nerviosismo, mientras que Geir no lograba ocultar el miedo en su expresión, por más que lo intentara.
—¡Las reglas son simples!—continuó el Vigilante del Apocalipsis—. Luchar a "MUERTE" ¡Eso es todo! ¡El ganador se decide con la completa aniquilación del otro lado!
"Es cuestión de tiempo...", pensó Geir—. "Hermana Brunhild"
La mayor de las valquirias observaba en silencio la arena, una gota de sudor se deslizó por su mejilla.
—¡El primer combate!—seguía Heimdall—. ¡Presentando al luchador del lado de los DIOSES!
Al final de un oscuro pasillo, el dios del trueno estaba sentado en su trono, con su enorme martillo incrustado en el suelo frente a él. Se veía intensamente concentrado, como sumido en un profundo sueño, sin embargo, al escuchar el llamado de Heimdall abrió de golpe su ojo izquierdo, dejando ver su color negro y brillante iris amarillo.
—¡ESTE HOMBRE!—siguió el presentador—. TODO EL MUNDO CONOCE A ESTE DIOS. ¡TODO EL MUNDO QUIERE VER SU MÁXIMO PODER! ¡¡SU MJÖLNIR PUEDE INCLUSO PULVERIZAR LOS MARES Y LA TIERRA!!
El dios se levantó de su asiento, y echándose su martillo al hombro empezó su camino por el largo pasillo, con cada uno de sus pasos resonando como poderosos truenos.
—SI ÉL NO LUCHA, ¿QUIÉN LO HARÁ?—decía Heimdall—. VIVIR LUCHANDO. MORIR LUCHANDO. ¡EL NÓRDICO MÁS PODEROSO! ¡¡EL BERSERKER DEL TRUENO!!
¡¡¡EL DIOS THOR!!!
Cuando Thor llegó a la arena, los dioses estallaron en vítores. Incluso el frío y calculador Odín, quien miraba fijamente a su hijo con su brillante ojo amarillo, abrió la boca para hablar:
—Aplástalos... Y ANIQUÍLALOS.
Entre el rugido y euforia del público, Geir se cubrió la boca con las manos mientras se dirigía hacia su hermana.
—¡Qué miedo!
Brunhild se mantenía mirando con atención al estadio, a pesar de su seriedad, el nerviosismo era visible en su rostro.
"Como pensaba, Lord Thor es su primer luchador"—decía para sí la valquiria.
—¡¡Y AHORA SU OPONENTE!!—anunció Heimdall.
La mirada de Thor era fría y profunda, esperando con impaciencia a su contrincante.
—¡¡EL LUCHADOR DEL LADO DE LOS HUMANOS ES ESTE HOMBRE...!!
Un atronador rugido partió los cielos mientras cientos de rayos caían sobre la tierra, con una potencia tal que dejó mudos a dioses y hombres por igual. Las nubes negras de tormenta que se arremolinaban en las alturas sirvieron como amplificador de la potente voz que se anunciaba como representante de los mortales.
Shiva, Afrodita, Zeus y demás dioses de alto rango miraron a los cielos en sorpresa, y el mismo Thor no pudo hacer otra cosa más que sentir el inconmensurable poder que se cernía sobre él.
—¡¡ESCÚCHENME, DIOSES DE ÉSTE RETORCIDO MUNDO!!—rugió la voz del hombre de cabellos dorados que hablaba desde las alturas envuelto en relámpagos, con una capa roja hondeando a su espalda y una vistosa armadura sobre su musculoso cuerpo—. ¡¡YO SOY THOR, HIJO DE ODÍN, PRINCIPE DE ASGARD!! Pero hoy... más que otra cosa, ¡¡SOY EL PROTECTOR DE LA HUMANIDAD, Y ÉSTE MUNDO ESTÁ BAJO MI CUIDADO!!
Los dioses miraron con un asombro absuelto, con ojos blancos de terror y la lluvia cayendo sobre sus cuerpos. Nadie daba crédito a lo que veían, y bajo esa incertidumbre fue que Heimdall dio su presentación:
—¡YA LO HAN ESCUCHADO!—exclamó—. ¡¡THOR, UN DIOS VENIDO DE OTRO MUNDO QUE HA ARRIBADO A NUESTRO UNIVERSO PARA PROTEGER A LA HUMANIDAD, SE ENFRENTARÁ A ÉL MISMO CON TAL DE ASEGURAR LA VICTORIA EN EL RAGNAROK!!
El dios del trueno venido de otro mundo descendió hasta la tierra, mostrándose imponente frente a su yo alternativo, quien lo miraba desafiantemente a los ojos con curiosidad.
El luchador de los dioses: Thor
El luchador de la humanidad: Thor (Odinson)
Entre la multitud de humanos que gritaban y ovacionaban, un hombre cerraba los ojos con fuerza y rezaba desesperadamente mientras permanecía de rodillas:
—Na Mu Ami Da Bu Tsu, Na Mu Ami Da Bu Tsu.
—Será mejor que dejes de rezar, humano—dijo fríamente Brunhild desde no muy lejos—. Ya que el único dios con el que podemos contar ahora está luchando ahora mismo en la arena.
¡¡LA PRIMERA RONDA DEL RAGNAROK EMPIEZA!!
...
¡¡LA BATALLA POR LA SUPREMACÍA EMPIEZA!!
—¡¡Y AHORA, EMPECEMOS EL TORNEO QUE DECIDIRÁ EL DESTINO DE LA HUMANIDAD!!
RAGNAROK
—¡Y PARA EMPEZAR, TENEMOS UN TREMENDO COMBATE! ¡¡"EL BERSERKER DEL TRUENO" THOR!! Y SU OPONENTE, LUCHANDO EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD, ¡¡"EL PRÍNCIPE DEL TRUENO" THOR!!
Con un ademán de su mano, el martillo Mjölnir bajó de los cielos, rompiendo las nubes entre ráfagas de vientos huracanados, y llegó a manos de Odinson.
Ambos dioses del trueno miraron detenidamente el arma de su adversario, percatándose de la enorme diferencia de tamaños. Sin embargo, eso no acobardo ni por un segundo al dios del otro universo, quien se mostró emocionado ante la perspectiva de la batalla.
—¡¡ESTO ES REALMENTE LA PELEA DE LOS MÁS FUERTES!!—gritó Heimdall—. ¡¡EL AMBIENTE DE LA ARENA ESTÁ MUY TENSO!!
En las gradas, Forseti, el dios nórdico de la justicia, se removía nervioso.
—Lord Thor puede vencer a quien sea...—murmuraba—. Pero... su oponente también es Lord Thor...
Los humanos no tenían ningún punto de referencia sobre el poder de su luchador más allá de su impresionante presentación.
Odín guardaba un silencio absoluto, sin saber exactamente qué pensar de la intervención de su hijo de otro mundo y únicamente con una duda en su mente, ¿cuál dios del trueno prevalecería?
Desde su lugar en las gradas, Geir se volvió hacia Brunhild.
—Hermana Hilde... ¿Nuestro Thor tiene alguna posibilidad contra el otro Thor?
La mayor de las valquirias permaneció tranquila, con una seguridad reemplazando su anterior nerviosismo.
—Sin duda alguna, Geir—aseguró—. Thor Odinson ayudará a la humanidad a joder a los dioses que se cagaban en ellos desde arriba.
Geir miró con los ojos muy abiertos a Brunhild.
—¿Dioses que se cagaban en ellos?
—Dioses que se cagaban en ellos.
—¿Joderlos?
—Joderlos.
"A veces su forma de hablar se vuelve muy vulgar..."—pensó Geir para sí.
En el centro de la arena, Heimdall extendió ambos brazos y respiró profundamente mientras los reflectores se centraban en él. Ambos Thor se miraban fijamente a los ojos.
Aquel originario de ese mundo sostenía su titánico martillo, sosteniéndolo relajadamente sobre su hombro. Y aquel que procedía de otro universo sonreía mientras daba vueltas distraídamente a su más pequeña arma por medio de la agarradera de cuero que tenía en el mango.
"¿Durante cuánto tiempo he estado esperando este día?"—se preguntó Heimdall a sí mismo—. "¡¡Esperando la oportunidad de poder usar finalmente este cuerno!!"
El dios sopló por el Gjallarhorn, haciendo resonar su eco por todos los rincones del planeta.
"Cuando el mensajero del Apocalipsis Heimdall haga sonar el Gjallarhorn, será la señal del comienzo del Ragnarok"
—De la Prose Edda—
Geir abrió mucho los ojos antes de adoptar una expresión seria y llevarse el puño a la barbilla.
—¡¡¡Finalmente empiezan los duelos... ENTRE LOS DIOSES Y LOS HUMANOS!!!—gritó Heimdall—. ¡Ahora! Finalmente la pelea entre los más fuertes de sus respectivos mundos... ¡EMPIEZA!
El berserker del trueno bajó su arma, apoyándola contra el suelo, dejando expuesto su cuerpo. Y Thor Odinson vio aquello como una provocación, provocación en la que cayó gustosamente.
El viento sopló y se arremolinó furiosamente a su alrededor mientras se ponía en posición de carrera, flexionando las piernas, y hacía girar su martillo aún más velozmente.
Entonces, más rápido de lo que el ojo podía ver, el visitante de otro mundo salió disparado con una fuerza tal que recorrió toda la arena en menos de un segundo, para impactar de lleno contra el Mjölnir de su adversario, quien a muy duras penas había conseguido cubrirse del ataque.
—¡¡EL PRÍNCIPE DEL TRUENO ATACA A UNA VELOCIDAD DE VÉRTIGO A SU CONTRAPARTE!! ¡¡NO LE DEJA NI UN SEGUNDO DE DESCANSO EN SUS EMBATES!!
El choque de los martillos divinos sacudió los cielos, y el berserker del trueno fue arrastrado hacia atrás mientras rompía la barrera del sonido, siendo lanzado por todo el estadio y fuera de éste por la arrolladora potencia de su contraparte.
Thor logró plantar firmemente sus pies en el suelo, y consiguió detener su avance mientras arrasaba los jardines del Olimpo a su paso.
Con un gruñido de esfuerzo, el dios consiguió mandar a su contraparte rubia lejos de él, para acto seguido balancear su enorme Mjölnir y, mirando a los azules ojos de su oponente, lanzar un devastador primer movimiento.
Odinson, quien se había vuelto a abalanzar como una bala contra su rival, ni siquiera tuvo la oportunidad de defenderse, y recibió un devastador golpe directamente en el rostro.
El príncipe del trueno fue arrojado sin ceremonias todo el camino de vuelta a la arena del Valhalla, en donde aterrizó en medio de un gigantesco cráter en el centro de la arena.
Thor de puso de pie entre los escombros, y para la sorpresa de los espectadores, soltó una gran carcajada de emoción.
Su contraparte pelirroja se materializó frente a él con el caer de un relámpago, sorprendiéndose al descubrir que lejos de dañar a su oponente, lo había emocionado.
—¡Excelente, otro yo!—clamó el príncipe de Asgard—. ¡No cabía esperar nada menos del hijo favorito del omnipotente Odín, sea el universo que sea!
Habiendo luchado en cientos de campos de batalla, y habiendo derrotado a miles de enemigos, el berserker del trueno sólo pudo pensar en que el enemigo que tenía delante de él era el primero en resistir su primer ataque en muchísimo tiempo.
Balanceando todo su cuerpo, y con sus ojos negros cubiertos parcialmente por sus largas cabelleras rojas, Thor balanceó su martillo una vez más.
Odinson volvió a hacer girar a su Mjölnir a toda velocidad y al mismo tiempo ambos cargaron, liberando una descomunal cantidad energía con su choque, destruyendo átomos a su paso y haciendo templar el universo entero.
Los truenos sacudieron los cielos, los rayos y las tormentas azotaron cada rincón de la tierra, y sin importar la diferencia de tamaños, ambos Mjölnir se mantenían frente a frente en un destructivo equilibrio.
—¡¡ESTÁN IGUALADOS!!—gritó Heimdall, por encima del rugido de los truenos—. ¡¡UNA PELEA IGUALADA!! ¡¡QUÉ INCREÍBLE!! ¡¡QUÉ LOCURA!!
Los gritos, vítores y ovaciones de ambos lados de la arena lograban hacerse oír por sobre la tormenta, todos apoyando y festejando el mismo nombre pero en dos hombres distintos.
¡¡¡THOR!!!
Zeus, el dios padre del cosmos, se rascó la barba intrigado ante la magnífica demostración de poder que ocurría frente a sus ojos.
—Eso parece ahora...—murmuró para sí—. La verdadera pregunta es... ¿cuanto pasará hasta que Thor libere su verdadero poder? ¿Y cuál de los dos lo hará primero?
Mientras los martillos chocaban una y otra vez, reduciendo el suelo a polvo, el berserker comprendió que no llegaría a nada de esa manera. Su oponente lo igualaba en fuerza, pero su arma era más pequeña y maniobrable, sólo era cuestión de tiempo antes de ser superado.
Y en el momento que dicho pensamiento cruzó su mente, el príncipe del trueno evadió su golpe, en lugar de bloquearlo, y sin titubear lanzó un demoledor golpe ascendente que impactó en el rostro del berserker, lanzándolo metros y metros hacia el cielo y hacia atrás.
Los ojos amarillos de Thor brillaban de emoción mientras se ponía velozmente de pie y extendía su brazo izquierdo al tiempo que apoyaba a Mjölnir en el suelo.
El público guardó silencio mientras rayos azules recorrían el cuerpo del dios, resaltando intensamente sobre los guantes negros que cubrían sus manos.
—¡¿QUÉ ES ESO?!—exclamó Heimdall—. ¿ELECTRICIDAD?
El berserker del trueno alzó su martillo en alto una vez más, sin embargo, y por primera vez en la batalla, blandía su arma con sus dos poderosas manos y posicionaba su arma por sobre su cabeza.
—¡¡NUESTRO THOR, QUIÉN PREVIAMENTE NO ESTABA EN POSICIÓN DE ATAQUE, HA LEVANTADO SU MARTILLO CON AMBAS MANOS!!
Thor Odinson miró a su oponente con curiosidad, preguntándose qué sería aquello que tramaba su otro yo.
El dios pelirrojo se inclinó hacia atrás con tal violencia que por poco pareció que había perdido el equilibrio, sin embargo lejos de ello, la punta de su Mjölnir permaneció a pocos milímetros por encima del suelo.
—¡¿ESA ES SU POSICIÓN DE ATAQUE?!—se preguntó Heimdall asombrado.
Odinson miró a su rival sumamente confundido.
—¿Qué demonios estás haciendo?—preguntó, con un ligero toque de furia en su voz—. ¡Estamos en medio de una batalla! Deja tus juegos para otro momento.
Y por también primera vez en lo que iba de la batalla, el berserker del trueno habló:
—En realidad, lo que sucede es todo lo contrario.
En las gradas, posados sobre los hombros de Odín, los cuervos Hugin y Munin se asombraron ante las acciones del Thor que bien conocían.
—Se está poniendo serio—graznó el ave de plumaje blanco—. Thor... ¿es ese otro tú realmente tan poderoso?
—Tiene que serlo—respondió el pájaro de plumas negras—. El poder de Thor debe de ser inconmensurable, sea la realidad que sea. Es posible que sólo hayamos visto la punta del iceberg en cuento a Thor se trata, y es por ello que va a usarlo...
"EL MARTILLO DE THOR"
...
Hace mucho tiempo, en Asgard, el reino de los Aesir gobernado por Odín.
En el centro de un enorme cárter cubierto de un denso bosque, en el centro se alzaba una gigantesca montaña con la sima totalmente plana donde estaba construida la majestuosa ciudad de los dioses, situada alrededor de un gran fresno en el centro de esta montaña.
Asgard está rodeado por unos enormes muros con el fin de defenderse de los gigantes de Jotunheim.
En la sima de este muro, varios hombres alados vestidos con pesadas armaduras de bronce montaban guardia, uno de ellos bostezó con aburrimiento.
—Maldición, esto es muy aburrido—dijo.
Otro de estos hombres alados, de una apariencia mayor y más madura a su compañero se volvió hacia el joven.
—¡¿Hey?! ¡¿Qué quieres decir con eso?!
El joven se apoyó pesadamente en su espada como si fuera un bastón.
—¡Capitán, me volví un ángel guardián para luchar contra los gigantes!—dijo—. ¡No para estar de pie en un muro todo el día! ¿No está todo demasiado tranquilo?
El capitán se mantuvo firme mientras se volvía a reprender al joven.
—¡Idiota! Esta tranquilidad es gracias a que estamos defendiendo cada día el muro—dijo con dureza—. Maldición... no seas tan estúpido cuando jamás has presenciado una verdadera batalla.
El joven volvió a ponerse firme y a seguir vigilando el horizonte, pero nunca dejó de hablar:
—Eso es, yo sería capaz de hacer mi trabajo si ocurriese alguna batalla—dijo con arrogancia.
Justo en ese momento, unas poderosas pisadas resonaron por el bosque y una bandada de pájaros salió volando de entre los árboles alarmada.
El joven ángel entrecerró los ojos.
—¿Temblores...? ¿Un terremoto?
El resto de sus compañeros se quedó en silencio.
—¿Eh?—la mirada del joven se tornó en miedo y el sudor se deslizó por su rostro.
Sin embargo...
Una masa nunca antes vista de gigantes surgieron del bosque, corriendo a toda velocidad hacia las puertas de Asgard, entre gruñidos y gritos de guerra.
Los Ángeles guardianes extendieron sus alas y tomaron sus espadas, con la excepción del joven, quien veía el espectáculo con un terror absoluto.
—¡¡Es el enemigo...!! ¡¡Están aquí!!—gritó alarmado—. ¡¡Vinieron para derribar los muros!!
... Ese año los gigantes lanzaron una ofensiva, con un ejército más grande que cualquier cosa que se haya visto entes e invadieron Asgard.
Uno de los gigantes blandeó un enorme y pesado garrote hacia el muro, pero éste fue detenido por la espada de un solo hombre.
—¡RESISTAN!—gritó este hombre—. ¡DEFIENDAN LA PUERTA CON SUS VIDAS!
Este hombre era el valeroso Tyr, el dios nórdico de la guerra. Equipado únicamente con su espada y una coraza de cuero, se dispuso a hacer frente a la amenaza.
Dentro de las murallas, los espíritus y dioses menores escuchaban el escándalo que estaba sucediendo afuera, sin ninguna forma de conocer el verdadero peligro en el que estaban.
—Los ataques de los gigantes son demasiado fuertes—dijo un hombre—. ¿Los muros aguantaran?
—Estaremos bien—aseguró un joven a su esposa e hijo—. Los Ángeles guardianes nos protegerán.
—Por supuesto que estaremos bien—dijo un niño a su abuelo, quien miraba con preocupación a los muros—. Estoy muy seguro de eso.
Afuera de las murallas, las cosas no se veían tan bien.
El ejército de los gigantes había rodeado las murallas desde el norte y empezaban a golpear las defensas de la ciudad, mientras que los Ángeles hacían lo posible por detenerlos.
—Jamás había visto tantos—dijo un ángel arquero mientras encajaba profundamente un par de flechas en los ojos de un gigante—. Y siguen viniendo.
Una joven con armadura dio un gran salto y partió la cabeza de uno de los enemigos a la mitad de un solo golpe de su espada.
—¡¡Hagámoslos retroceder!!—gritó ella—. ¡¡Si perdemos la puerta estará todo acabado!!
En la entrada principal, mientras los Ángeles se lanzaban a la batalla, uno de ellos se dirigió a nadie en particular.
—¡No se preocupen! ¡¡Estos muros son impenetrables!! ¡¡Jamás han sido traspasados!!
El joven guardián de antes se volvió al cielo cuando todo se oscureció.
—¿Eh?
Una mano titánica se elevó sobre el muro.
—DAAH
Un bebé gigante, aún más grande y grotesco que todos los demás colosos juntos se abalanzó sobre las murallas, que cayeron aplastadas bajo el peso del horroroso infante.
Una gran masa de Ángeles de se dirigieron a la batalla desde el cielo como refuerzos:
—¡¡LA PUERTA... Y LOS MUROS HAN SIDO TRASPASADOS!! ¡¡ESTÁN ENTRANDO A LA CIUDAD!!
Los gritos de pánico de los ciudadanos inundaron el campo de batalla mientras la gente corría despavorida por sus vidas.
—¡¡Tenemos que detenerlos aquí mismo!! ¡¡No dejen que toquen a los ciudadanos!!—ordenó el líder del ejército de Ángeles que se acercaba, mientras veían como los colosos entraban a tropel por los muros derribados—. ¡Recuerden su entrenamiento! ¡Si atacamos desde el aire, tendremos ventaja!
Uno de los colosos escuchó el grito de guerra, miró a los refuerzos de Asgard, dio un gran salto mientras habría la boca y atrapó al líder de los Ángeles de un mordisco, partiéndolo en dos con sus dientes.
—¡Ya basta, malditos gigantes!—gritó una nueva voz.
Unas veloces figuras aladas acosaron a uno de los monstruos y le hicieron multitud de cortes en los brazos y cabeza sin siquiera darle tiempo al coloso de reaccionar.
—¡A partir de ahora, se enfrentarán a la brigada de caballeros de los Ángeles guardianes!—exclamó un gran hombre con una pesada y poderosa armadura mientras apuntaba con su espada a sus enemigos y extendía sus alas para lanzarse a la batalla.
El discurso no duró mucho, un nuevo gigante blandió su garrote rápida y certeramente, aplastando a los caballeros alados contra una torre, la cual fue partida en dos por el golpe.
Entre los escombros del edificio se podían ver los trozos deformes y rotos de metal manchado de sangre y tripas que alguna vez habían sido los poderosos caballeros guardianes.
—Han derrotado incluso a los caballeros...
Los gritos de los civiles asustados se volvió aún más sonoro.
—¡Estamos perdidos!
Los gigantes empezaron a hacer de las suyas, reían y se regocijaban mientras reducían a la ciudad a escombros.
Uno arrancaba las ropas de una joven mientras otro reía con diversión, otro coloso más abría la boca para devorar a tres Ángeles empalados por las cabezas con una estaca como si de una brocheta se tratase. Otros se divertían pisoteando a quien veían. Un grupo acorraló a una pequeña familia contra las murallas.
Hasta entonces, todas las ofensivas de los gigantes habían sido repelidas fácilmente. Ya Que Los gigantes actuaban independientemente. Y así, después de cientos de años con exceso de confianza, la experiencia en batalla de los guerreros de Asgard siguió disminuyendo... hasta que al final, sus defensas también disminuyeron. Y eso era, exactamente lo que habían estado esperando los gigantes.
Uno de los Ángeles caballeros se retorcía en las manos del bebé gigante que había roto los muros.
—Ugh...No...Así...¡No!—la grotesca criatura lo metió en su boca y se lo tragó después de masticarlo con sus asquerosos dientes.
Asgard fue llevado al borde de la destrucción.
Los gigantes volvieron sus miradas al gran palacio que estaba justo bajo el árbol central, sus puertas estaban cerradas a cal y canto. Lo que significaba, más pequeños dioses que devorar.
Los colosos se encaminaron a las puertas en masa, uno de ellos golpeó las puertas con su puño.
—Salgan por favor—dijo con diversión—. Por favor salgan.
Entre los que se habían refugiado en el castillo, el pequeño dios Forseti se revolvía el cabello entrando en pánico.
—Han llegado al castillo. ¡Están aquí!—decía con terror—. Se acabó... ¡Estamos perdidos!
—No les haremos nada—seguían los gigantes desde afuera.
Unos pasó resonaron por el castillo, un hombre de larga cabellera roja se encaminó hacia las puertas, cubierto por su capa blanca y con su enorme martillo al hombro.
Froseti se asomó desde atrás de un pilar.
—Ah... tú... también deberías esconderte...—dijo con nerviosismo.
—Así que habrán las puertas—decían los gigantes entre risas.
El hombre del martillo se colocó justo frente a las puertas.
—¡¿Qué dicen?!—preguntaron los gigantes con gracia.
El hombre empujó las puertas con su mano izquierda enfundada un un guante negro, las puertas se abrieron de golpe.
Los refugiados del castillo gritaron en pánico.
Los gigantes que reían se quedaron estupefactos por un momento, sorprendidos por la acción repentina.
Luego las risas se volvieron aún más sonoras.
—¡¡¿Las abrieron?!!
El hombre del martillo se inclinó hacia atrás, con su espalda haciendo un arco y su martillo sobre su cabeza a milímetros del suelo.
Entonces, a toda velocidad, el hombre del martillo lanzó un veloz golpe con su martillo.
Los gigantes se quedaron muy confundidos, al comienzo no pasó nada.
Entonces su cuerpo se empezó a deformar y fueron partidos a la mitad, sus huesos se quebraron y pulverizaron. Su carne fue aplastada y sus cráneos rodaron por el suelo mientras sus órganos y sangre volaban por los aires.
El dios alzó su vista al cielo con una mirada seca, mientras la sangre de los colosos llovía sobre él.
Fácilmente cumplió una tarea que nadie más podía completa. El cuerpo de Thor se encontró bañado de sangre, pero sobre todo, impregnado de...
"ABURRIMIENTO"
Todas las calles de Asgard estaban cubiertas de cadáveres y sangre de gigantes, incluso el titánico bebé que había aplastado las murallas había caído con ese ataque.
Los dioses supervivientes miraron el paisaje con asombro.
¡¡THOR ANIQUILÓ EL EJÉRCITO DE GIGANTES ÉL SOLO!!
Y desde entonces, los dioses han contado historias sobre su gloria y incomparable poder.
...
—¡ESTO ES INCREIBLE!—decía Heimdall—. ¡TODA LA ARENA ESTÁ LLENA DE ELECTRICIDAD!
—Se acabaron los juegos—murmuró Zeus.
Y mientras desde su lugar las valquirias permanecían expectantes, Odín en su trono se mostraba más seguro que nunca.
—Muéstraselo—susurró a los truenos.
LOS DIOSES OTORGARON UN NOMBRE A AQUELLA TÉCNICA DE MUERTE INSTANTÁNEA.
LA LLAMABAN...
¡¡EL MARTILLO ELECTRIFICADO DEL DIOS DEL TRUENO: THOR'S HAMMER!!
Y a una velocidad monstruosa, con su arma cubierta en su totalidad por la cegadora luz de los rayos, el berserker del trueno balanceó su arma en contra de su enemigo en un fatal golpe que retumbó por todo el cosmos.
Un gigantesco pilar de electricidad salió disparado hacia el infinito desde el lugar en el que el golpe impactó, cientos de miles de rayos salieron disparados en todas direcciones por la arena, y las ráfagas de viento por poco y destruyen el estadio entero.
—Supongo que este es el final de la primera ronda—bufó el dios Shiva—. Realmente esperaba más de ese otro Thor.
—¡Así se hace, Lord Thor!—celebró Forseti—. ¡Después de todo, él es el mejor!
Heimdall había salido despedido por la energía liberada por el golpe, chocándose contra las paredes de la arena violentamente.
Odín permanecía impasible, pero teniendo la sospecha de que eso era tan sólo el inicio de la verdadera batalla.
Geir miraba horrorizada el poder destructivo que se mostraba frente a sus ojos, pero ni siquiera tuvo la oportunidad de sentir desesperanza, ya que una alegre risa resonó por el estadio.
—¡Ese ha sido un impresionante golpe, otro yo!—sonrió Thor Odinson, hundido en un cráter en la arena, pero intacto—. Ahora... ¡ES MI TURNO DE JUGAR CON LOS RAYOS!
Ante las miradas de los incrédulos espectadores, el príncipe del trueno se elevó hacia los cielos a una velocidad que debería resultar imposible, incluso para los dioses, y haciendo girar su martillo a toda velocidad miró a su oponente a los ojos.
—¡¡POR MIDGARD!!
Y tras su ensordecedor rugido, más potente aún que todas las tormentas del cosmos, una docena de rayos, cada uno de proporciones astronómicas, convergieron en uno sólo antes de caer en el suelo, directamente sobre el berserker del Ragnarok.
La arena de batalla se redujo a la nada de inmediato, y pronto, las gradas se habían convertido en un anillo que rodeaba un gigantesco agujero, una caída al monumental vacío que culminaba en la Tierra.
Heimdall, quien había sobrevivido únicamente gracias a haber caído junto a la pared del estadio, no daba crédito a lo que sus ojos veían.
—¡¡T-THOR, HIJO DE ODÍN, PROTECTOR DE LA HUMANIDAD, HA PERFORADO LOS CIELOS Y CREADO UN AGUJERO A TRAVÉS DEL VALHALLA, MANDANDO A SU OPONENTE DIRECTAMENTE CONTRA MIDGARD, SINO ES QUE LO REDUJO A ÁTOMOS!!
Brunhild, incluso en su emoción y alegría, estaba ciertamente anonadada por aquella muestra de poder, todos los demás en el Valhalla permanecían en un absoluto silencio.
—¿Lo ven, poderosos dioses?—preguntó Thor Odinson desde las alturas—. ¡¡Suficiente sangre se derramó en los nueve reinos, demasiadas luchas, demasiada muerte. Todo eso termina ahora y para siempre. Termina conmigo, el dios del trueno y el martillo!!
...
—¡¡Reinos de Yggdrasil, escúchenme, porque diré esto sólo una vez, dejen que haya paz, o aténganse a la caída del trueno!!
Los dioses miraron atónitos al ser que se plantaba amenazante sobre ellos, la muestra de poder que acababan de presenciar había hecho que muchos de ellos perdieran toda esperanza en una victoria.
—¡¿Lord Thor fue asesinado...?! ¡Imposible!—chilló Forseti.
—Qué demonios...—murmuraban los dioses.
—Claramente no está jugando.
Thor Odinson miraba a las deidades de todo el mundo fijamente, retándolas a atacar. Y no faltaron aquellos que cedieron a su provocación.
—¡¡Cómo te atreves a amenazar a los dioses de esa forma, traidor bastardo!!—gruñó el poderoso dios egipcio de la guerra, Horus, mientras se elevaba en el aire y se abalanzaba contra Thor.
El príncipe del trueno lanzó al dios halcón contra la Tierra de una bofetada, destrozando las milenarias pirámides que se alzaban en Egipto.
—En mi mundo, alguna ves pudimos pelear como iguales. Pero en esta realidad mi poder está más allá de tu límite, Horus.
En ese momento, el sonido de truenos llamó la atención de Odinson, una voz lo llamaba desde millones de kilómetros de distancia, inclusive desde otro plano existencial.
Al volver su mirada, y descender a una velocidad superior a cualquier cohete creado por el hombre, el príncipe de Asgard observó como aquel berserker pelirrojo permanecía de pie en medio de un cráter en territorio escandinavo.
Un pensamiento pasaba por la mente del dios del Ragnarok, finalmente había encontrado a su rival.
—¡Hey, eres un rival más que digno!—celebró el príncipe, al descubrir que su contraparte seguía con vida.
—Bastardo—sonrió el berserker, mientras se ponía en guardia y apuntaba su martillo—. Ese poder es inmerecido por alguien como tú.
Con sonrisas de emoción en sus rostros, los dioses del trueno se prepararon para el segundo round.
...
En un distante y pequeño planeta muerto un sonido fue enviado por todo el cosmos, un susurro, una plegaria, un rezo.
Y más pronto que tarde, el refulgir de los rayos anunciaría la llegada de un dios, quien venía dispuesto a ayudar a quien lo necesitase en aquel mundo desierto.
Sin embargo, para la sorpresa de Thor, el planeta, casi completamente destruido, únicamente se hallaba habitado por una persona.
El príncipe del trueno descendió a los suelos y se encaró con la desconocida que con su rezo lo había llamado a aquel mundo.
—Dígame, señorita, ¿por qué un hijo de Asgard tendría que venir a éste lejano planeta a atender una plegaria?
La mujer que lo había llamado se retiró la capucha que ocultaba su rostro, dejando a la vista sus ojos verdes y cabello negro.
—Me temo que en mi mundo no tenemos dioses, Lord Thor—respondió la desconocida.
—¿No tienen dioses?—repitió el asgardiano—. En todos mis viajes nunca he conocido de un mundo sin dioses.
La joven negó con la cabeza.
—Me temo que me he explicado mal—se corrigió—. Los dioses allí están, pero ese mismo es el problema.
Thor miró a la joven a los ojos, sin entender lo que sucedía.
—Explíquese, ahora.
—En mi mundo, los dioses han decidido que los mortales han de ser erradicados, extintos por completo, y necesito de su ayuda para salvarlos.
Thor frunció el ceño.
—¿Qué pudieron haber hecho ustedes, mortales, para endurecer de tal manera a sus dioses?
—Me temo que nada que usted no haya visto en la Tierra que protege—aseguró la mujer—. Los habitantes de mi mundo no son muy diferentes de los del suyo, cometiendo los mismos errores, pero con dioses menos indulgentes supervisándolos.
Thor se lamentó en silencio, pero se limitó a elevarse en el aire con la intención de simplemente retirarse.
—Lo lamentó mucho, de verdad—dijo el dios—. Pero me temo que mi intervención no traerá más que problemas, una guerra entre panteones de dioses podría empezar si no...
—Una vez más, me ha malentendido, Lord Thor—lo detuvo la desconocida—. No vengo de un planeta distante, sino de otra realidad, otro universo, y requiero de usted, el dios protector de la humanidad, para proteger precisamente a los habitantes de la Tierra.
Eso llamó una vez más la atención del hijo de Odín.
—Debo decir que me resultas familiar—murmuró el dios—. ¿Acaso nos hemos visto antes?
La joven hizo una reverencia.
—Es posible que siglos en el pasado hayas interactuando con una variante mía de esta realidad—respondió ella—. Mi nombre es Brunhild, la mayor de las trece hermanas valquiria.
—Valquirias...—murmuró Thor—. ¿Y los dioses que amenazan tu mundo...?
—Usted, el Thor de mi realidad, es el primer enemigo a vencer.
El señor del trueno tomó su martillo con fuerza.
—Hubieras empezado por ahí.
...
Incluso desde el lejano Valhalla, el sonido de los golpes y el retumbar de los truenos era perfectamente audible, incluso para los mortales.
En la tierra, con el mismo planeta en riesgo de la destrucción, los dioses del trueno continuaban con su encarnizada batalla.
Odinson tomó su Mjölnir con ambas manos, levantando el arma por sobre su cabeza y saltó decenas de metros antes de aterrizar con violencia mientras asestaba un devastador golpe descendente.
El berserker levantó su arma y detuvo el golpe con dificultad, flexionando sus piernas y poniendo todas sus fuerzas en no ceder mientras sus pies se hundían en el suelo debajo de él.
Ambos se miraban a los ojos mientras retrocedían y volvían a cargar, y sus orbes azules y amarillos echaban rayos, liberador por la incontenible emoción de los guerreros.
El príncipe del trueno retrocedió una ves más para tomar impulso, y lanzándose de frente consiguió golpear de lleno el pecho de su oponente, mandándolo a volar y arrancándole el Mjölnir de las manos.
Odinson no perdió el tiempo y siguió con su carga, haciendo girar su martillo velozmente e invocando al trueno. Decenas de rayos cayeron sobre el arma, que comenzó a brillar intensamente mientras el legendario Mjölnir era blandido por el príncipe de Asgard.
El berserker del trueno levantó ambos brazos, aún estando en el suelo, y los cruzó sobre su rostro para intentar frenar el golpe con sus guantes de hierro Jarngreipr, capaces de resistir cualquier ataque.
El impacto sacudió el planeta una vez más, y un cráter de magnitudes bíblicas se formó alrededor de los dioses combatientes. Los rayos golpearon los cuerpos de los guerreros y la misma Tierra gritó en agonía.
Los guantes de Thor fueron surcados por grietas brillantes, y antes de darse cuenta, una nueva explosión mandó a volar a ambos dioses en direcciones opuestas por el globo terráqueo.
Sin embargo, incluso a través del humo, la tierra, el polvo, los escombros y la cegadora luz, la incomparable vista de Heimdall logró vislumbrar una aterradora realidad.
—¡¿EL ARMA DIVINA DE NUESTRO THOR... FUE DESTRUIDA?!
Desde su lugar entre los espectadores, una sonrisa se apoderó del rostro Brunhilde.
—Así que es verdad... ya es hora de divertirse.
...
Mjölnir, el arma divina más poderosa, es capaz de destruir la tierra. Como si fuera lava, un impresionante poder fluye de él, el cual lleva a la destrucción de su propio portador. Lo que significa que Thor usaba los guates Järngreipr para proteger sus manos.
—De la "Edda prosaica"
JÄRNGREIPR ES EL MEJOR COMPLEMENTO DE MJÖLNIR. EN OTRAS PALABRAS, ES LA DEFENSA DIVINA MÁS PODEROSA.
ES DECIR, ESTA SITUACIÓN ¡DEBERÍA SER IMPOSIBLE!
—EL... EL MJÖLNIR DEL PRÍNCIPE THOR... ¡HA CONSEGUIDO HACER PEDAZOS A LOS JÄRNGREIPR COMO SI FUESEN BOLSAS DE PAPAS FRITAS!—gritó Heimdall completamente anonadado, aún comprometido con su misión de informar al público de lo que sucedía millones de kilómetros por debajo de sus narices.
Los vítores una ves más se hicieron oír desde el lado de la humanidad, y mientras la furia se apoderaba del sector de los dioses, eran sólo las deidades más longevas quienes sabían que esa no era en realidad una mala noticia.
Ambos dioses del trueno se reincorporaron y cargaron una vez más, pero por supuesto, fue aquel con la capacidad del vuelo quien llegó antes a su objetivo.
Barriendo con la superficie del mundo a toda velocidad, Thor Odinson sostuvo su Mjölnir con una mano, mientras que con la otra tomó el Mjölnir de su contraparte, y se abalanzó contra su oponente, arrastrándolos a ambos por las montañas y por los mares, chocando contra islas y volcanes, y vaporizando los océanos a su paso.
El príncipe del trueno entendió rápidamente que tenía que hacer.
—¡Midgard no resistirá más tiempo nuestra contienda!—anunció—. ¿Qué tan bien puedes respirar en el espacio?
Incluso siendo golpeado contra los continentes a una velocidad diez veces superior al sonido, el berserker del trueno consiguió responder.
—¿Es una broma?
—Ya quisieras tú que fuera una broma.
El príncipe del trueno arrojó a su contraparte pelirroja hacia los cielos, y acto seguido arrojó el titánico Mjölnir contra él, impactándolo de lleno y mandándolo a volar aún más alto, y como remate, Odinson lanzó su propio martillo, directo contra la cara de su otro yo, sacándolo finalmente de la atmósfera de la Tierra.
Estrellándose con una violencia brutal, el berserker del trueno partió la luna Caronte en dos antes de terminar en un gigantesco cráter en la superficie de Plutón.
Su enorme martillo, Mjölnir, permanecía en el suelo a un par de metros de él.
Thor Odinson miró a su oponente desde las alturas, preguntándose internamente si había sido demasiado rudo con él.
El berserker del trueno consiguió reincorporarse a duras penas, respirando con dificultad pero aún vivo. Su cuerpo lleno de golpes era casi irreconocible, y su cabello rojo como la sangre estaba parcialmente quemado, pero el guerrero seguía en pie.
El príncipe del trueno se dispuso a atacar, cuando un intermitente brillo rojizo llamó su atención, un extraño humo emanaba del Mjölnir de su adversario y el sonido de un latido vibraba desde el interior del arma divina.
—Ehm... otro yo, ¿acaso tu martillo se está... derritiendo?—preguntó Odinson.
Thor se encaminó hacia su arma lentamente, con una sonrisa de emoción de confianza apoderándose de sus labios.
—El Oricalco se derrite, mostrando el blanco puro de las leyendas sobre Mjölnir—respondió lentamente, al tiempo que el zumbido y vibración del martillo se hacía más y más potente.
Odinson aterrizó a varios metros de su oponente.
—Sin embargo, recuerdo que Brunhild me dijo que no podías blandir a Mjölnir sin tus guantes de hierro.
Thor llego final frente a su arma y la miró fijamente.
—Finalmente despertarse ¿eh, dormilón?
El martillo se hinchó en venas, duplicando su ya de por sí descomunal tamaño y emitiendo una luz cegadora.
—¿A qué te refieres con que despertó?—inquirió Odinson.
—Veras, hay un pequeño malentendido en las leyendas sobre el Mjölnir y el Järngreipr—explicó el berserker—. Los guantes no eran para protegerme del Mjölnir, sino para proteger a Mjölnir antes de su despertar de la potencia de mis golpes.
El dios tocó el mango de su arma con una mano y levantó la otra.
—Ya no necesitaré esos guantes.
Tomando una profunda respiración, Thor sujetó con una fuerza abrumadora la empuñadura de su arma y la levantó en alto con una sola mano antes de inclinarse hacia atrás y ponerse en posición de ataque.
—Así que, Thor, hijo de Odín, tengo que hacerte una petición.
—¿Una petición dices?
—Así es...—el gigantesco martillo empezó a refulgir com una luz sangrienta mientras miles de rayos eran despedidos desde toda su superficie, los vientos se arremolinaron y el planetoide entero tembló—. NO MUERAS AHORA.
Con una sonrisa de completa emoción, ambos dioses se prepararon para el tercer y último round, aquel que decidiría el final de la batalla.
...
—¡¡SEGUIMOS CON LA PRIMERA PELEA DEL RAGNAROK!!—decía Heimdall, aún narrando todo lo que sucedía en el Valhalla—. ¡¡ESTA BATALLA ENTRE LOS DIOSES DEL TRUENO SE ACERCA A SU FINAL, AHORA QUE THOR SE HA PUESTO SERIO FINALMENTE TODO TERMINARA DEFINITIVAMENTE!!
El poderoso Thor, dándolo todo con el Mjölnir despertado, incluso para los supuestos dioses omniscientes ¡¡esto era algo digno de ver!!
—NO MUERAS AHORA—pidió el berserker del trueno, para acto seguido balancear su cuerpo con todas sus fuerzas y lanzar un golpe lateral ascendente que culminó con el agarre de sus manos abandonando el martillo, y permitiendo a Mjölnir ser disparado a toda velocidad.
¡¡LO LANZÓ!!
Según la Edda Prosaica, cuando el dios Thor lanzaba al Mjölnir, destrozaba los cráneos de los gigantes, en consecuencia, a pesar de haber sido lanzado cientos de veces, JAMÁS HABÍA FALLADO.
Mjölnir se convirtió en una rueda de destrucción giratoria que surcaba el aire a toda máquina.
Odinson hizo girar a su propio Mjölnir, y sin siquiera pensarlo lo lanzó en contra del arma de su rival.
El choque de poderes destrozó a Plutón por completo, y ambos martillos fueron lanzados en direcciones contrarias, opuestas a sus usuarios originales.
Odinson atrapó el gigantesco Mjölnir de su rival y lo blandió con ambas manos.
Thor intentó hacer lo mismo, pero cuando sus devastadores puños se cerraron alrededor del mango del pequeño martillo de su rival, simplemente fue arrastrado hacia el suelo, y se vio incapaz de mover ni un solo milímetro aquella reliquia divina.
—¡Tus manos son indignas del poder de Mjölnir!—rugió Odinson mientras cargaba a toda velocidad y estrellaba el gigantesco Mjölnir en la cara de su verdadero propietario—. ¿Y te haces llamar Thor?
El príncipe del trueno arrojó al Mjölnir una vez más hacia su usuario, pero no como ataque, sino devolviéndole el arma.
—Usa tu Mjölnir, ya que el mío está fuera de tus límites.
Con ademán de su mano, el más pequeño Mjölnir voló a toda velocidad hacia la mano de Odinson.
—¿Cómo...?—empezó el berserker.
—No hay poder en el universo que detenga a Mjölnir de volver a mí cuando mi mano lo reclama—respondió el príncipe de Asgard—. Sólo aquel que sea digo poseerá el poder de Thor.
—Ya veo...—murmuró el berserker—. Entonces, si no puedo golpearte con el martillo, golpearé al martillo contigo.
Odinson sonrió.
—Estas invitado a intentar.
Ambos dioses, parados en los escombros flotantes de lo que un día fue el planetoide Plutón, se miraron a los ojos una última vez.
—¿Un todo a por todo?—preguntó Odinson.
—Me has leído la mente—respondió el berserker.
—Entonces Thor, ¿estás listo para derramar tu sangre a través del fin del tiempo? ¿Estás listo para morir junto a las estrellas? ¿Estás listo para reír en la cara del fin de los dioses?
—Sí, Thor está listo.
—¿Estás conmigo, Thor?
—Hasta el fin, Thor.
—¡Por el honor y el reino de la eternidad! ¡Por la venganza dividida, la última carga del ejército de Asgard! ¡¡La última cabalgata de los dioses del trueno!!
Ambos Thor se miraron a los ojos y se estrecharon la mano antes de separarse y cargar sus últimos movimientos.
Thor Odinson se alzó por los cielos infinitos del cosmos, volando a una velocidad inconcebible, alejándose de su enemigo millones y millones de kilometros, llegando a galaxias distantes, sólo para dar media vuelta, y dando vueltas a su martillo, envuelto con todo el poder de miles de millones de relámpagos, cargó a toda velocidad una última vez contra su rival. Mjölnir absorbió la fuerza vital de su usuario, y se prepararía para liberarla en un rayo único de una energía inconmensurable.
Thor, el Berserker del Trueno lanzó su Mjölnir con todas sus fuerzas, y su arma divina giró como una rueda de destrucción alrededor de todo el sistema solar antes de volver a las manos de su portador.
Y es qué hay más cosas acerca de Mjölnir que no están descritas en la Edda.
La razón por la que Thor lanzó a Mjölnir no fue para destrozar a su oponente en ese instante.
Atrapando su martillo, y casi siendo lanzado al vacío por la fuerza de éste, Thor consiguió plantar firmemente sus pies sobre el suelo y balancearse en conjunto con la rotación de su arma.
Después de ser lanzado con toda su fuerza, el Mjölnir regresaría, y combinado con la velocidad y la fuerza centrífuga, y ahora también potenciado por el campo gravitacional del mismo sol, toda su fuerza podía ser combinada en un golpe.
Es el golpe definitivo.
El berserker tiene un pensamiento, el próximo ataque que le propinará a su adversario...
¡SERÁ EL MÁS GRANDE DE TODA SU VIDA!
La inconmensurable luz de Thor Odinson se presentó desde la distancia, y al mismo tiempo, ambos dioses lanzaron su mejor golpe.
¡¡¡GEIRROD THOR'S HAMMER!!!
¡¡¡THOR'S GOD BLAST!!!
En el cosmos, ballenas cósmicas mueren en un asteroide. Una mujer cruza al otro lado, pero no ve la luz que la guía. Las sagradas aguas del pozo de Mimir se han vuelto rojas y amargas. El Árbol del Mundo sangró hasta sus raíces. En Asgard, las estatuas de los dioses pasados lloran. Y en un planeta lejano, un niño vio que el sol se había vuelto negro.
...
Los truenos anuncian al ganador de la batalla, los cielos se despejan, las nubes negras desaparecen, los rayos dejan de caer y la espera termina.
Thor, hijo de Odín, protector de la humanidad, un vengador, desciende de los cielos con el cuerpo sin vida y aplastado de su contraparte.
El titánico Mjölnir no es más que escombros, y el príncipe de Asgard ruega porque el alma de su oponente llegue al Valhalla, desconociendo el verdadero destino de aquel que un día fue Thor, el Berserker del Trueno.
...
Ehm, sí...
Como los que siguen mis otras historias sabrán, he estado teniendo un bloqueo de los feos.
Y la mejor forma que tengo de agarrar inspiración es escribiendo putazos sin sentido, no sé por qué, pero sirve.
Así que quiero re escribir esta historia, pero cambiando las listas de peleadores para poder seguir el hilo narrativo del manga, ya saben, tuve que inventarme todo de la mitad de los dioses.
Así que eso, quiero usar la misma lista de dioses que el manga, lo que lógicamente necesitará de otros humanos.
Quiero mantener las batallas de Percy vs Poseidón y Batman vs Hércules, pero corrigiendo errores, alterándolas, mejorándolas y quizá cambiando resultados.
También quiero no poner personajes que son simplemente imposibles de vencer para los dioses de Shuumatsu, así que necesito un remplazo para Hulk, y no tengo ideas.
Lo que sí les puedo decir es que ya tengo pensadas las primeras batallas después de la de Thor.
Shazam vs Zeus
Percy Jackson vs Poseidón
Batman vs Hércules
Senator Armstrong vs Shiva
Black Panther vs Hades
Lex Luthor vs ¿Belcebú? (Ya sé que parece que va a luchar, pero me preocupa que los autores nos salgan con que siempre no peleará, hasta entonces dejo los signos de interrogación)
Y bueno, dependiendo de las habilidades que vayan mostrando los siguientes dioses y humanos iré eligiendo personajes, por ahora sé que para remplazar a Okita pondré a Raiden/Jack el Destripador (Metal Gear), y quizá (dependiendo de sus poderes) podría poner a Dante (Devil May Cry) como remplazo de Sakata, además de que quiero hacer un nuevo Apolo vs Lester.
Pero como dije, ya veremos que sale de todo esto.
Primero necesito un remplazo para Lü Bu que no sea ni de cerca tan poderoso como Hulk, ya saben, por eso de que no sea TAN imposible la batalla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro