¡¡LA COLISIÓN QUE CAMBIARÁ LA HISTORIA DEL MUNDO!!

¡¿CUÁL DE ELLOS GANARÁ?!

En el epicentro de una explosión de rayos que se alzaba hasta el infinito, dos hombres colisionaron de frente con sus almas puestas en juego. Los espectadores luchaban por protegerse de los salvajes vientos que tal choque había provocado, y un cegador destello ocultaba el resultado de aquel encuentro único en su tipo.

—Supongo que este es el final de la primera ronda—bostezó Shiva.

—¡Así se hace, Lord Thor!—celebró Forseti—. ¡Después de todo, él es el mejor!

Heimdall salió disparado de espaldas una vez más, y cuando el caos remitió, sólo una polvareda de increíbles proporciones permanecía en el campo de batalla.

El dios presentador tosió para sacarse el humo de los pulmones.

—Maldita sea... ¿pero cuánta arena pretenden levantar?

Göll, con lágrimas en los ojos, se dejó caer el suelo, sintiendo como todo dejo de esperanza y optimismo se desvanecían de su corazón.

"¿Eso es el verdadero poder de un dios?"—pensó—. "Se acabó. Se miré como se mire. Pensar que un humano puede derrotar a un dios es estúpido..."

—Levántate, Göll—ordenó Brünnhilde.

—¡Hermana, ya basta!—imploró la menor de las valquirias—. No puedo seguir mirando.

—No apartes la mirada—insistió la mayor de ambas.

—Pero...

—Mira atentamente... este histórico momento de los dioses y los humanos.

Cuando el polvo y el humo se hubieron despejado, el mundo entero fue testigo de como Togo Shigekata se mantenía firme y obstinadamente en pie, sin haber retrocedido ni un sólo paso, con sus piernas hundidas en el suelo y su rostro empapado de sudor

—¡¡ÉL LO DETUVO!! TOGO SHIGEKATA... ESTE HOMBRE... ¡¡HA RECIBIDO DE FRENTE EL ATAQUE DE THOR!!

Göll se puso de pie una vez más, asombrada por aquel resultado, pero igualmente descontenta.

—¡Togo! ¡¡Deja de hacer que mi hermana haga todo el trabajo duro!!—gritó, antes de que una mirada más cuidadosa la detuviese en seco—. ¿Eh?

La faz del humano se crispó de dolor, y encorvándose sobre sí mismo, Togo Shigekata vomitó un chorro de sangre. La energía del golpe de Mjölnir, tras haber sido interceptada por su espada, había viajado por la hoja del arma hasta sus brazos, finalmente haciendo colapsar su pulmón derecho.

—Hermes...—rió Zeus.

—¿Dígame?

—¿No te parece fantástico ver como luchan y mueren los hombres?—preguntó—. Aunque, ver como recibió el poderoso golpe de Thor de frente realmente nos mostró algo increíble. Pero ya se le acabó el tiempo a su cuerpo mortal.

—¡¡QUÉ SORPRESA!!—gritó Heimdall—. ¡¡EL GOLPE DE THOR FINALMENTE HA EMPEZADO A DESTROZAR EL RESISTENTE CUERPO DE SHIGEKATA!! ENTONCES, TOGO YA NO...

Sin siquiera dejar al presentador terminar aquella frase, el humano lanzó un feroz bramido mientras trazaba un arco ascendente con su enorme espada a toda velocidad. Thor retrocedió con un salto, a duras penas poniéndose a salvo de aquel inesperado contragolpe.

El dios del trueno reía a carcajadas y sonreía de oreja a oreja, contagiado por la locura de su rival, alegre y eufórico por finalmente tener un rival a su altura.

—¡¡VOLVIÓ A ATACAR!! ¡¿ESTE HOMBRE NO ESTÁ ACABADO?!

Togo miraba al suelo con el rostro ensombrecido. Sonreía como un maníaco con los dientes manchados de sangre y los ojos refulgiendo con la intensidad de mil soles.

"Líbrate de todo aquello que poseas"—se recordaba a sí mismo.

—Uno sólo más—rió aquel monstruo, mientras se paraba sobre un charco de su propia sangre—. Tan sólo me queda una cosa por abandonar... ¡Un último fragmento de humanidad!

Hombres y dioses gritaron de miedo. El avejentado rey demonio, Oda Nobunaga, reía entretenido desde su lugar entre el público. Rayos y centellas manaban desde el cuerpo de Shigekata en todas direcciones, golpeando el campo de batalla e incluso a los espectadores.

Su rostro oscurecido de ojos y colmillos brillantes no era el de un hombre, sino el de un demonio salido desde el mismísimo infierno.

—Yo... ¡Me he vuelto a acercar!—dio un paso, alzó su sable y una tormenta eléctrica se tragó por completo al coliseo del Valhalla—. ¡¡Me he vuelto a acercar a aquella hermosa espada que floreció en mi vida!!

Los espectadores confundidos buscaban refugio mientras eran golpeados por la tremenda energía que el cuerpo de aquel hombre despedía sin parar.

—¡¿Uh?!

—¡¿Qué daño...?!

—¡Kuh! ¿Qu...? ¡¿Qué está pasando aquí?!

—¡ESTO ES VERDADERAMENTE SORPRENDENTE! ¡¡SU ESPÍRITU DE BATALLA SIGUE AUMENTANDO INCLUSO DESPUÉS DE HABER PERDIDO UN PULMÓN!! ¡¡ASÍ QUE ESTA ES LA ESPADA LLAMADA TOGO SHIGEKATA!!

Shimazu Yoshihisa estalló en carcajadas sin poder contenerse, sonriendo y celebrando mientras su alma resonaba con el espíritu combativo de aquel guerrero suyo que ahora luchaba contra los dioses.

—¡¡Así se hace, Shigekata!! ¡¡Adelante, Satsuma!! ¡¡Adelante, espada mía!!

El demonio encarnado que era Togo, aquella figura divina envuelta en sombras y rayos, consumida por la obsesión, la fuerza y la locura, se plantó frente a Thor con la espada en alto, listo para dar fin a la contienda de una vez y para siempre.

Thor, aún riendo, sostuvo su arma a dos manos por sobre su hombro derecho. Luz carmesí y zafiro emanaban de su cuerpo y martillo, rivalizando y reaccionando al aura de su oponente en donde los rayos que manaban de ambos chocaban en el aire neutralizándose mutuamente en un duelo de voluntades.

—Ya veo... conque de eso se trataba—murmuró Zeus—. Esos espadazos de Togo que superan la comprensión humana, sólo serían posibles para alguien que ha abandonado su humanidad. Su alma es digna de elogio, sin embargo, es sólo cuestión de tiempo antes de que Thor libere todo su poder.

Mientras los vientos soplaban y los cielos se desgarraban en un sinfín de rayos, Göll se volvió hacia su hermana con el rostro lleno de preocupación.

—¡Esos dos están emanando una presión increíble!

Brünnhilde asintió con la cabeza.

—Por lo que se ve, con la próxima colisión le pondrán fin a esta gran batalla.

Thor sonreía, presa de la emoción. Togo gruñía, como una bestia imparable.

—Ustedes, los humanos... han despertado mi interés—confesó el dios, a lo que Mjölnir respondió con una serie de palpitaciones—. ¿Oh...? Así que tú también estás emocionado. En ese caso, vamos... Sin contenerse.

Togo asió la empuñadura de su sable, con los dientes apretados y todos los músculos en máxima tensión.

"Cortaré por la mitad... ¡¡A todos mis enemigos!!"—se prometió—. "¡¡Daré todo de mí para lograrlo!!"

EN ESTA BATALLA, THOR MOSTRARÍA SU MEJOR SONRISA

Y TOGO LO ENFRENTARÍA CON SU PEOR SONRISA

Comer, dormir y matar. Togo Shigekata no entiende nada que no sean esas tres cosas. Si es su enemigo, sin importar qué, lo cortaría.

Su fuerza y su espíritu se están condensando. Era algo demasiado fuerte como para ser llamado espadazo. Era algo demasiado destructivo...

—Mi cuerpo es la espada de mi señor Yoshihisa. No importa la hoja que use, si es algo que se pueda cortar, lo cortaré.

Y Shimazu reía, cada vez más fuerte, cada vez con más animo. Sus gritos se escuchaban a través de los rayos y los truenos y eran audibles en cada rincón del anfiteatro:

—¡¡Destrozalos!! ¡¡Destrozalos por completo, Shigekata!! ¡¡Así es como lo hacemos en Satsuma!! ¡¡Por eso mismo eres mi espada!! ¡¡Olvídate de Oda!! ¡¡Con tu espada podrías cortarle la cabeza a Dios si te lo propusieras!! ¡¡Los Shimazu de Satsuma usaremos tu Jigen-ryū!! ¡¡Gracias a ti, Togo Shigekata, el mundo entero será nuestro!!

SU PODEROSA ESPADA ATRAVESARÁ INCLUSO LOS CIELOS...

Ambos se lanzaron el uno contra el otro al mismo tiempo, atravesando el campo de batalla a toda velocidad, envueltos en luz, sombras, rayos y truenos. Dos fuerzas de la naturaleza, dos seres más allá de cualquier humano, chocando uno contra el otro sin miedo u contemplación.

—Espera... ¡¿Eso es...?!—Brünnhilde observó horrorizada el movimiento de Thor.

—Esa técnica sólo ha sido utilizada una vez antes—graznaron Huginn y Muninn—. ¡¡Hace unos milenios, en la pelea contra la gran serpiente Jörmungandr!!

TOGO, INSTINTIVAMENTE SABÍA QUE EL SIGUIENTE GOLPE...

¡SERÍA EL MÁS FUERTE DE TODA SU VIDA!

Y EN EFECTO...

THOR SINTIÓ EXACTAMENTE LO MISMO.

Girando sobre sí mismo, Thor arrojó su martillo dando vueltas por el cielo, llenando de asombro a todos los espectadores.

Según la Edda Prosaica, cuando el dios Thor lanzaba al Mjölnir, destrozaba los cráneos de los gigantes. En consecuencia, a pesar de haber sido lanzado cientos de veces, jamás había fallado.

Pero hay más cosas acerca del Mjölnir que no están escritas en la Edda.

La razón por la que Thor lanzó al Mjölnir, no fue para destrozar a su oponente en ese instante. Después de ser lanzado con toda su fuerza, el Mjölnir regresaría, y combinado con la velocidad y la fuerza centrífuga, toda su fuerza podía ser combinada y liberada en un golpe.

Es el golpe mortal definitivo...

¡¡MARTILLO DESPIERTO DEL DIOS DEL TRUENO!!

¡¡¡GEIRRØÐR: THOR'S HAMMER!!!

Ambos hombres chocaron en el centro de la arena. La última explosión de aquel combate se tragó los cielos al completo, un pilar de luz salió disparado hasta el infinito y sangre voló por el aire.

La espada y el martillo que habían encontrado la luz en las profundidades del infierno colisionaban ahora usando sus almas. La respuesta a aquel duelo finalmente será revelada.

AQUEL QUE SIGA EN PIE SE CONVERTIRÁ EN EL VENCEDOR.