8 | l'amore della mia vita.
✨ Sara ✨
No, no, no, no. Dios, no pude haberlo hecho. No.
Debí seguir caminando en cuanto soltó aquella frase egocéntrica, debí fingir que no lo escuché y hacer que se coma su propio veneno siendo ignorado, pero mi orgullo fue más grande y terminó jodiéndolo todo.
Al cruzar por la sala Anna murmura algo que no logro escuchar y Vicky le ordena que cierre la boca, por lo que supongo que no sería nada bueno.
Subo las escaleras con el corazón a punto de salir por mi boca y me meto en la habitación donde Klara me observa con los ojos abiertos como platos.
—Te dejo, osito, que parece que a Sara le ha dado un infarto —le dice a Pablo y cuelga la videollamada—. ¿Estás bien?
No. Mierda. ¿Qué le diré a Gabriel?
—¡Sara! —me sacude del brazo haciéndome reaccionar.
—Nada —miento.
—¿Segura? —cuestiona—. Parece que has visto un fantasma.
Ojalá fuera eso.
—Estoy bien, no pasó nada.
—¿Y por qué estás tan agitada? —su ceño se unifica en su frente.
—Subí las escaleras corriendo —me tiro boca abajo encima de la cama aplastando mi rostro contra la almohada.
Ahora mismo quisiera desaparecer.
—¿Qué tal con Lucca? ¿Todo bien?
Sus manos en mi cuerpo, sus labios besando los míos con el mismo deseo que sentía yo, mi mente únicamente diciendo que siguiera...
Me juré a mi misma que iba a ser fuerte, mierda.
—Todo bien, sí, pero si querías decirle algo creo que ya se fue.
—Estuviste mucho rato fuera, Sa...
—Estaba hablando con Gabriel, Klara —suelto un bufido—. ¿Quieres saber algo más o mejor nos vamos a dormir? Recuerda que Florentino murió el año pasado y a menos que la abuela lo haya reemplazado, cosa que dudo, no tenemos gallo que nos despierte.
—¿No ibas a leer el guión otra vez? —lanza el libreto encima de mí—. Es decir, estabas por hacer eso antes de que Lucca llamara...
Lo había olvidado.
—Yo ya no lo practicaré más, llevo leyendo el cuento de los cerditos desde que tengo uso de razón. —toma su celular de encima de la mesa de luz y se encamina hacia la puerta de la habitación—. Hablaré un rato más con Pablo y luego me duermo ¿tu?
Yo voy a pensar en la cagada que me acabo de mandar, me voy a sentir la persona más hipócrita, mala e inmunda del universo y me voy a maldecir por haber hecho lo que hice hasta que no hable con mi novio, pero a veces es mejor mentir a que soltar todo lo que se te cruza por la cabeza.
—Releeré esto y me dormiré también.
Ella asiente sonriendo y sale de la habitación. Cuando escucho que la puerta del baño del pasillo se cierra suelto un suspiro y dejo el libreto a un lado.
Todavía no me lo puedo creer.
Configuro la alarma de mi celular para que suene a las ocho menos cuarto, apago la lámpara de noche y me doy media vuelta dispuesta a dormirme de una vez. Mi mente está totalmente eclipsada por un pelinegro idiota que logró derrumbar las barreras que construí estos meses a base de llantos y repetirme continuamente que yo merecía algo mejor.
No es justo que a pesar de el daño que me hizo, mi mente lo deje seguir entrando como si nada hubiera pasado, no es justo para mi corazón que fue el que cargó con todo el dolor consecuencia de sus palabras y sobre todo no es justo para Gabriel que desde que lo conocí no ha hecho más que intentar arreglar algo que él no rompió.
Escucho la puerta abrirse otra vez y cuando Klara pregunta si sigo despierta me quedo en silencio fingiendo que no.
Lo último que me apetece ahora mismo es arriesgarme a que me pregunte algo y termine por descubrir lo que he hecho.
[✨]
Cuando la abuela dijo que los chicos de la caridad habían puesto todo su empeño en la obra de teatro no me imaginé que de verdad lo habían hecho y encima tan bien.
Aún falta una hora y media para que comience la primera función y aún así no quedan lugares libres, por lo que la gente que va llegando se va acomodando a los costados y contra la pared del fondo.
Traigo el desayuno en la garganta desde que salí de casa de solo pensar que me lo encontraré aquí, que debemos de actuar juntos y que para cerrar el telón debemos de besarnos.
"Você ainda tem sentimentos por ele? Mesmo que seja a menor coisa"
"Nada. Ya no siento nada por Lucca."
Es sabido que las mentiras tienen patas cortas y si este no es el momento de comprobarlo por mi misma no sé cuándo lo será.
—Mucha planificación pero no hicimos un ensayo general ni una vez —se queja Anna con uno de los chicos organizadores.
—¿Es tan difícil para ti aprender un texto diseñado para niños que te ves en la necesidad de practicarlo? —le contesta el chico moviendo su cabeza de lado a lado y ganándose una mirada fulminadora por parte de la rubia que tiene toda la actitud de querer asesinarlo.
—Alégrate de que la abuela no nos molestó con ensayos, sino tendrías que haber regresado de tu hermosa Inglaterra mucho antes —Sofía pasa de ella y se dirige hacia mí.
Toma asiento en la banquilla a mi lado y se queda mirándome con una sonrisa de oreja a oreja que pasados unos segundos comienza a asustarme.
—¿Necesitas algo, So? —pregunto.
—Verás, llevo un tiempo saliendo con uno de los Bianchi, lo que me brindó información necesaria para conocer al otro... ¿volviste con Lucca?
—¡¿Eh?! —¿de qué mierda habla?—. No, claro que no, ¿Olvidas a Gabriel?
Sofía no tendría por qué recordarlo, tú sí y anoche no pareció importante tanto.
—Curioso...
—¿Qué es curioso? —el molesto bicho de la curiosidad.
—Anoche iba a salir a bailar con Em, pero al final decidimos quedarnos y ver una peli. Cuestión, cerca de las diez y media de la noche llega Lucca a casa feliz de la vida, silbando y riéndo. Em le preguntó qué le pasaba, él solo dijo "todavía me quiere" y siguió subiendo las escaleras como si nada. Por eso pensé que a lo mejor habían vuelto...
—Él está saliendo con Teresa..
Que lindo como intentas convencerte de que lo de anoche no ocurrió. Ambos engañaron a sus parejas y nada va a cambiar eso.
—Em me comentó algo sí, pero lo he visto mientras se acostaba con Teresa en secreto y juro que esa sonrisa jamás se le pintó en la cara —se levanta de la banquilla de un salto—. Bueno, nos vemos por ahí, Sara. Rómpete una pierna o lo que sea que se diga para la suerte.
"Todavía me quiere".
Casi puedo imaginarlo riéndo de satisfacción, disfrutando que a pesar de haberme hecho mierda aún mi estúpido corazón sigue sintiendo algo por él, creyéndose la gran cosa por eso.
—¿Hay alguien sentado aquí? —Jazz me sonríe señalando la banquilla en que hace unos minutos estaba Sofía.
—Mmm...no —balbuceo.
—Mmme parece que esa cabecita está pensando en un chico...
—¿Qué? ¡No! —salto a la defensiva.
—¿No lo extrañas? —frunce el ceño haciendo una mueca como si extrañarlo fuera lo más lógico del mundo.
—No, no tendría por qué.
—Okey... —dice sonando no muy convencida—, pero supongo que al menos quieres verlo.
—¡Tampoco! —abro los ojos como platos comenzando a desesperarme—. Cuánto más lejos de mi se mantenga mejor.
—¿Llevas solo cuatro meses con tu novio y ya te aburrió? —mierda—. Sal de ahí Sara. Sí no pueden llegar ni a medio año juntos no es para ti.
—Ah, estabas hablando de Gabriel...
Mierda, mierda, mierda.
—Con él está todo perfecto, decidimos seguir nuestra relación a distancia hasta que podamos.
Gabriel quería venir conmigo a los Estados Unidos mientras aquí fuera verano, conocer a mi familia, a mis hermanos y a papá, pero la secundaria tuvo otros planes para él. Ambos dimos exámenes de exoneración en mayo para poder graduarnos antes, estudiamos juntos y dimos lo mejor de nosotros, solo que él no llegó ni siquiera cerca del 80% que es lo requerido.
—¿De quién creíste que estaba hablando? —cuestiona Jazz frunciendo el ceño con una sonrisa pícara cruzándole los labios.
—De nadie, estaba pensando en otra cosa...
—Haré como que te creo —me golpea suavemente con el codo en las costillas guiñando un ojo—. ¿Estás nerviosa por la obra?
—Un poco —admito.
La única vez que actué fue en el colegio y tampoco tenía un papel tan importante o que destacara, a menos que estar parada al fondo del escenario con un disfraz de árbol califique como tal.
—Permiso chicas, siento interrumpirlas pero tengo que maquillar a Sara... —Un chico pelirrojo se acerca a nosotras cargando un maletín en una de sus manos.
—Toda tuya, Kilian —Jazz alza las manos en el aire mostrando las palmas y se aleja para dejar al chico trabajar en paz.
Una hora después tengo un bello makeup ocupándome la mitad del rostro simulando ser escamas azuladas del mismo tono que la cola.
Llevo un rato detrás del escenario viendo como el club se llena hasta el tope de gente cuando Klara aparece por detrás de mí clavándome los dedos en las costillas.
Cuando me doy vuelta no puedo evitar reirme.
—Oinc, oinc —dice, apretándose la nariz.
—Ya ves por qué no quería ser el cochinito —la señalo.
—No me arrepiento, al menos así veré como mi ship favorito se vuelve a besar después de tanto tiempo.
Ni tanto.
—No nos besaremos —afirmo como si el futuro estuviera en mis manos.
—Un actor da todo por su papel —dice ella imitando la voz de la abuela.
—¿Por qué mejor no te vas a preparar que ustedes van primero y dejas de decir estupideces?
Ella me saca la lengua haciendo una mueca pero gracias a Dios se aleja rumbo hacia donde el elenco de los tres cerditos está reunido.
Al fin paz.
No tan rápido.
—Hola.
Mi cuello gira tan rápido en dirección a su voz que me da un tirón en el músculo por el movimiento brusco.
Lleva puesta una camisa con los primeros y últimos botones desabrochados, un chaleco como si fuera de cuero, unos pantalones negros y unas botas del mismo color. El cabello le cae despeinado en la cara y hacia los costados, y lleva un delineado simple que le resalta los ojazos azul cielo que tiene.
—Tenemos que hablar de anoche —sube la mirada a mis ojos y me veo obligada a ver hacia otro lado.
—No hay nada de qué hablar, Lucca. Tengo novio y tú también, fin del tema.
Suelta aire por la nariz e intenta agarrarme del brazo pero me hago hacia atrás para evitar su tacto.
—Teresa no es mi novia, no estoy saliendo con ella, solo follamos de vez en cuando. Eres tú la del problema, yo no tengo ningún compromiso.
—¿No que llevaban cinco meses juntos? —eso dijo en la heladería.
Ahora mismo estoy muy confundida.
Sonríe bajando la cabeza y se rasca la nuca.
—Era para Em, hace cinco meses vivimos juntos los dos solos —otra vez vuelve a mis ojos—. Solo buscaba ponerte celosa.
—Que lástima, no puedo decirte lo mismo porque yo si tengo novio y lo amo mucho.
—No esperaba que lo del chico fuera algo inventado para darme celos...
—Claramente no lo fue.
—Pero aún así me puso celoso.
Sus ojos bajan a mis labios y siento la necesidad de lamerlos. Klara nos da un pellizcón a ambos al cruzar por nosotros con dirección al escenario.
La obra ha comenzado.
—Lo admito, estoy celoso de que estés con él y no conmigo.
—No —le pincho el pecho con el índice—. Estás acostumbrado a tener lo que se te de la gana y cuando no puedes tener algo lo conviertes en un capricho.
—Ojalá fueras un capricho que me dejara de importar a los pocos días.
—Si no soy un capricho ¿Qué soy? —fijo mis ojos en los suyos pronunciando cada palabra de forma demandante.
—l'amore della mia vita.
—¡Oh, no! —lo sentencio con el dedo—. Si quieres hablar lo haremos en un idioma que ambos entendamos, nada de italiano, empecemos por ahí.
—Vuelve a preguntar —alza el mentón y da un paso hacia mi, pero no retrocedo esta vez.
—¿Qué soy para ti, Lucca?
—El amor de mi vida, Sara.
—¡Chicos, van ustedes! —grita el moreno encargado de abrir y cerrar el telón—. ¡Apresúrense a posicionarse en el escenario!
—Vamos, rubia.
Me toma la mano y tira de mí hacia el escenario.
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