Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11 | Si tan solo los deseos de cumpleaños funcionaran de verdad

✨ Lucca ✨

—¿Klara todavía cree que no sé? —cuestiono viendo a Pablo que está recostado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados.

—Cree que te va a sorprender, así que tienes que hacerte el sorprendido o sino me matará y yo a ti —me sentencia—. Supuse que tenías que saber a qué te atenías si aceptabas su plan de cumpleaños "super tranquilo".

Agradezco que me lo haya dicho, porque como llegara al bar con la idea de que solo estaríamos nosotros tres y me encontrara a toda la gente que se ha sumado a mi "fiesta de cumpleaños sorpresa" iba a ser un fastidio.

—Estuvo toda la semana planificando juegos con alcohol e intentando convencer al dueño del bar para que lo cerrara para nosotros.

—Todavía no me creo que lo haya conseguido sin darle ni siquiera un poco de dinero.

En mi experiencia, cuando quieres cerrar un lugar para tenerlo solo para tí tienes que pagar y no unos pocos dólares. Cerrar el sitio de paintball para Sara y para mí me costó cuarta paga de una pasarela en Milán, pero no me quejo, porque los recuerdos y las risas lo valen.

—Una de sus virtudes es ser persistente —dice Pablo y los ojos se le iluminan de orgullo.

—Pesada diría yo...

—Un poco, pero un poco nada más —sonríe.

Puedo imaginarla molestando a Tristán, el dueño del bar, todos los días y a todas horas para que le dejara el local por una noche.

El teléfono de Pablo suena y él se apresura a sacarlo para atender haciéndome una seña para que no hable.

—Hola, amor —yo le hago corazones con las manos a modo de burla rodando los ojos y reprimiendo las ganas de reirme—. Vamos en un rato, sí. Adiós, te amo.

Vuelve a guardar el teléfono en el bolsillo de su jean.

—Ya están todos buscando donde esconderse, podemos ir.

Me pongo un toque de perfume a cada lado del cuello y doy zancadas hasta salir de la habitación siguiendo a Pablo.

—Te haces el super sorprendido al entrar ¿de acuerdo? —dice una vez estaciona frente al bar que está totalmente a oscuras.

—Claro, porque es totalmente normal que un local esté con todas las luces apagadas un día en el que trabajan y aún no han cerrado...

Así hasta el más idiota podría darse cuenta de que algo están tramando.

—De seguro fue algo que se les ocurrió a último momento, no las culpes que bastante se han estresado porque salga todo perfecto.

¿Ella habrá ayudado a preparar esto?

—¿Las? —pregunto con la esperanza de escuchar su nombre.

—Emily, Giovanna, Teresa, Christy —alzo las cejas—, también Madison, Andrea... resumiendo, todas las chicas del colegio y algunas del público.

Bueno, supongo que soñar es gratis.

—Escucha, antes de que me olvide —pone el brazo delante de mí buscando que me detenga—. ¿Conseguiste la entrevista con el productor?

No sé en qué momento dejó de importarme tan poco mi trabajo, y aunque suene estúpido, ya me había olvidado de dicha entrevista.

—Sí.

Esquivo su brazo y sigo caminando hacia el local.

—¿Y qué? —se interesa—. ¿Conseguiste el papel?

La cosa es así. Hace unos meses la agencia de modelaje para la que trabajo nos comunicó a todos los modelos que había un casting abierto para una película. De pequeño quería ser actor, ese interés no se ha perdido, pero no siento que sea una prioridad ahora mismo en mi vida, por lo que no le dí mucha importancia al tema. Pero se lo comenté a Pablo e insistió en que me anotara, no le hice caso, ¡pero! se lo dijo a Klara y ella me taladró la cabeza para que hiciera el maldito casting. Así que lo hice, pero no porque quisiera el trabajo, lo que realmente me importaba era mi salud mental.

—Bueno... —veo su expresión de lástima—. Tengo que ir a firmar el contrato el jueves que viene...

Agranda los ojos como platos y me abraza, golpeándome la espalda.

—¡Es buenísimo! —sigue su camino hacia el local—. ¡Qué buena noticia de cumpleaños!

Lo supe hace días, solo no tenía ganas de comentarlo. Las grabaciones comienzan en diciembre y se estima que para octubre del siguiente año es el estreno, tengo demasiado tiempo para contárselo a quien se me venga en gana.

—No se lo digas a nadie, ni siquiera Em lo sabe...

Él alza el pulgar indicando que se mantendrá callado y abre la puerta del local.

Ni bien pongo un pie dentro se encienden las luces y todos gritan a coro un "¡Sorpresa!" a la vez que Pablo me pincha con el codo recordándome que debo fingir que realmente me han sorprendido.

Em corre hacia mi y me da un abrazo tan fuerte como si nos hubiéramos reencontrado después de treinta años sin vernos cuando en realidad no hace ni dos horas que estábamos juntos en casa. Klara también se acerca y me da un beso en la mejilla, para después hacer que su dedo se pelee con mi piel intentando quitar la mancha de labial que me ha dejado. Sofía me desea un feliz cumpleaños dándome un abrazo corto y luego es turno de Gigi que me abraza con igual emoción que Em. Jazz me da un beso en los labios que me deja procesando la vida. Cabe decir que me sorprende el saludo de Anna ya que si no corro la cabeza en el momento justo también me habría dado un beso en los labios. Jazmín es mi amiga, pero con Anna no tengo absolutamente ninguna clase de relación.

Después de eso pierdo la noción de quien me saluda y quien no.

—¡Atrévete a decir que no soy la mejor amiga del mundo! —me sentencia Klara una vez que tomo asiento junto a ellos en la mesa.

—Lo eres —le echo una ojeada a Pablo—, jamás me lo hubiera esperado...

—Es que fuimos muy discretas organizando todo —explica Gigi—. No había forma de que lo supieras.

Miro otra vez a Pablo que presiona los labios para evitar sonreír y contengo la risa también. Si tuviera un poco más de ganas de pelear con ellas les diría que sé sobre la fiesta desde el principio, pero eso significaría meter en problemas a Pablo con Klara.

Alrededor de media hora después, cuando mi cabeza no aguanta más los gritos de Klara y Jazz unificados a los de las demás chicas y los del resto de la gente dentro del local, decido seguirle el paso a Pablo que nos abandonó hace poco más de quince minutos y se dispuso a jugar pool.

A medida que me acerco a la mesa veo sus caras sonrientes y como Ander abre los brazos para recibirme, golpeándome la espalda al abrazarnos.

—¡Es la primera vez que lo veo disparar de un grupo de mujeres! —Ander me tiende su taco—. ¡Feliz cumpleaños, bro!

Le agradezco asintiendo con la cabeza y acepto el taco.

—Están insoportables —me quejo, dando una ojeada a las bolas entornadas dentro de la mesa.

—Yo las quiero mucho pero tampoco las aguantaba más, tuve que abandonar la nave —dice Pablo, bajando su espalda para darle a la bola blanca.

Nick al otro lado de la mesa celebra cuando Pablo entorna la bola. Él es nuevo en el grupo, Jazz lo trajo una noche a la playa y desde entonces se ha estado juntando con nosotros casi que siempre.

Así nos mantenemos jugando cerca de una hora e incluso podríamos haber aguantado más si Klara no nos hubiese llamado para cortar el pastel. Pablo olvidó ese detalle. No me gustan los pasteles de cumpleaños y no porque tenga traumas de la niñez o algo por el estilo, sino que porque siempre me hace meter la puta cabeza en él y tener el pelo lleno de crema de chocolate no es algo que me vuelva loco.

—¡Ahora tienes que pedir tres deseos! —grita Em emocionada dando saltitos a mi lado con su cámara en manos.

—Puedes pedirlos tú por mí si quieres —ofrezco.

Jamas, en veinte años, se me ha cumplido un solo puto deseo de cumpleaños, así que para cuando tenía 11 años y le pedí a unas inútiles velas que mi padre dejara de comportarse como una mierda conmigo e intentara compensar el afecto que no me daba con dinero y absolutamente nada en mi vida cambió, tan solo dejé de creer en ellos.

—Yo ya tendré los míos, esta es tú noche especial —pone su mano en mi hombro y luego me da un abrazo, recostando su cabeza entre mi hombro y mi cuello—. Anda, cierra los ojos y pide tres cosas, lo que más quieras.

Miro la gente a mi alrededor apuntándome con las cámaras de sus teléfonos y cierro los ojos solo para complacer a Em en esto.

Pero entonces...

¿Qué tal si esta vez los putos deseos de cumpleaños deciden funcionar conmigo?

No pierdo nada con intentarlo.

Tres cosas dijo Em, pero ni siquiera tengo tanto por que desear. No hay muchas cosas que realmente quiera, y las pocas cosas que sí son justamente las que no puedo tener.

Deseo que cuando me vaya a New York Em pueda estar en paz en casa de Débora y Pedro.

Deseo que Landon de una vez tome responsabilidades sobre Harry y no la recargue a Vicky con el gran tema de ser padres.

Deseo que Sara me perdone.

Abro los ojos y soplo las veinte velas encendidas encima del pastel.

Si tan solo los deseos de cumpleaños funcionaran de verdad todo sería más fácil.

Apenas termina de apagarse la última cuando todos aplauden y Klara se dispone a sacar las velas.

Cuando creo que por fin me he librado de que este año no me claven de cabeza en el pastel, Em me empuja la cabeza hacia adelante y Klara levanta el pastel en el momento exacto como para que termine enterrado en él.

Suelto palabras maldiciéndolas a ambas mientras todos ríen e intento quitarme el decorado del rostro con las manos.

—Son imbéciles —finjo enojo acercándome a Klara que me graba con su celular.

Tomo su rostro entre mis manos y paso mi rostro por el suyo llenándola de decorado también. Me doy vuelta en busca de Em pero ella ya está al otro lado del local escondida detrás de Sofía como si ella pudiera evitar que me le acercara y le restriegue el decorado por la cara.

—¡Vivimos juntos, Em! —le grito dirigiéndome al baño—. ¡De esta no te salvas!

Me meto en el baño y cierro la puerta detrás de mí. Odio esto, pero también me divierto como la puta madre. El solo hecho de pensar que puedo joder a Em de distintas formas y no podrá quejarse me hace cosquillas en el alma.

Estoy con la cabeza debajo del grifo lavando el betún pegado a este cuando tocan la puerta.

—¡Voy en cinco! —grito sin dar mucha importancia.

Quien quiera que sea puede ir al baño de mujeres.

—¿Puedo entrar?

A pesar del volumen de la música logro distinguir su voz al otro lado de la madera y siento como el corazón se me acelera dentro del pecho.

No pensé que fuera a venir.

Sin sacar la cabeza de dentro del lavabo para no chorrear agua por todos lados giro el pomo de la puerta y corro un poco mi cuerpo para darle paso.

Ella se hace finita y cruza entre la puerta y mi cuerpo, metiéndose dentro conmigo a la vez que cierra la puerta y le da un giro a la llave.

—¿Está todo bien? —hace unas horas parecía querer tenerme tan lejos como fuera posible y ahora se encierra conmigo en el baño.

—Feliz cumpleaños, Lucca —saca de detrás de ella un paquetito envuelto en papel rojo y lo extiende hacia adelante.

—Gracias y perdón si no puedo agarrarlo pero estoy en, bueno...

—¡Oh, claro! —exclama, dándose cuenta de la situación—. ¿Eso es pastel?

Dios, dame fuerzas.

—Klara y Em —explico, rodando los ojos—, ni me lo recuerdes.

Ella se sienta en la tapa del inodoro con el paquetito encima de su regazo.

—No sabía que era tu cumpleaños —comenta.

—Nos conocimos el día de mi cumpleaños, rubia, me ofende que no lo sepas.

Claramente es mentira, no me ofende para nada. Estuvo invitada al cumpleaños de mi hermano mellizo (por ende mi cumpleaños también) pero no espero que lo deduzca, al fin y al cabo es rubia.

—En ese entonces ni siquiera sabía quien eras, me enteré horas después de que nosotros...de lo de la terraza.

—Me encanta hablar contigo, Sara, pero ahora mismo no estoy en una situación muy cómoda como para hacerlo...

—¡Ay, Lucca, por favor! —se golpea las piernas y se pone de pie—. ¡Me siento mal por haber estado gritándote y reprochándote cosas el día de tu cumpleaños, dejame intentar compensarlo!

Cierro el grifo y tomo la toalla para secarme el mechón mojado.

—No te preocupes por eso, Sara, no importa.

—No, sí que importa porque yo... Dios.

La miro con desconfianza mientras me seco las manos y dejo la toalla otra vez en el colgadero.

—Dios no tiene nada que ver —comento intentando sonar gracioso.

—Lucca —toma mi mano—, quiero perdonarte, de verdad que quiero, quiero dejar todo lo que pasó atrás, pero no puedo hacerlo si no me das una explicación real. Dices no sentir lo que dijiste, pero tampoco puedes decir lo que sientes en realidad.

—Te amo, eso es lo que siento y jamás lo dejé de sentir.

—¿Qué pasó en la terraza entonces?

No puede ser que estemos en el mismo punto otra vez, no avanzamos ni retrocedemos con esto, siempre estancados en aquel puto día.

—No sé cómo explicarlo, no sin lastimarte.

—Creeme que cualquier cosa que me digas no me va a hacer más daño que todo aquello.

Si ella supiera tan solo la mitad de las cosas...

—¿No puedes dejarlo estar? —No puedo decírselo, no sé cómo.

—¿Estabas saliendo con alguien más? —¿Qué mierda dice?—. Si es eso lo entiendo perfectamente, nunca me pediste que fuera tu novia ni yo tampoco a ti...

—Cállate, Sara, no digas estupideces —me giro hacia el espejo y la miro a través de él—. Quizá no te pedí que fueras mi novia pero en cierta forma lo eras.

Creí que los hombres eramos los ciegos con los temas del corazón, pero si ella no se dió cuenta de cómo la miraba, de cómo aún la miro, es porque evidentemente tiene una milanesa delante de los ojos.

—¿Tienes algo más que decir? —pregunto, volviendo a girarme hacia ella.

—¿No vas a abrir tu regalo? —vuelve a extender el paquete y yo lo tomo.

Desenrollo el lazo y guardo la cinta en los bolsillos de mis jeans. El papel lo quito como puedo y lo arrugo, tirándolo hecho un bollo en la papelera. La caja está decorada con brillantina que se adhiere a mis dedos en cuanto mi piel toma contacto con ella.

—¿Cuándo hiciste esto? —la cascola aún no ha secado, esto lo ha hecho no hace mucho.

—Antes de venir para aquí.

Sonrío y ni siquiera sé por qué.

Abro la caja con cuidado y dentro encuentro una cantidad abismal de chocolates.

—Busca en el fondo, hay un vale para algo.

Señala dentro de la caja y yo me dispongo a vaciar su contenido dentro de mis bolsillos para poder dar con el bendito vale. En el fondo hay una hoja escrita a mano que pone "Vale para un regalo cualquiera, pero eso sí, algo mejor que estos chocolates"

—¿Qué es esto? —frunzo el ceño.

—No estaba segura de qué regalarte, así que dejaré que tú lo decidas —frunce la boca hacia un lado, poniendo sus manos detrás de su espalda.

—¿Cualquier cosa? —alzo las cejas y le sonrío—. Soy muy creativo y la consigna deja muchas posibilidades, sabes...

—Me llamas rubia solo porque mi color de cabello era rubio —se cruza de brazos—, no te veo nada de creativo.

—Ya cállate —digo con tono de broma a la vez que empujo suavemente su rostro hacia atrás con mi mano y me estiro para abrir la puerta.

Cuando estoy por salir ella vuelve a hablar, haciendo que me detenga.

—Me siento una idiota —suelta un suspiro—. A pesar de todo quiero darte otra oportunidad.

Alzo las cejas por la sorpresa y vuelvo a cerrar la puerta.

—Pero en serio necesito que me digas qué mierda te hizo decir todo aquello, lo necesito tanto como para quedarme o como para de una vez por todas dejarte fuera de mi corazón.

—¿Acaso te han dicho que eres muy pesada?, casi tanto como Klara.

—Por algo somos primas —frunce la boca hacia un lado y se cruza de brazos esperando una respuesta.

—Déjame encontrar la forma de contarte la verdad. Solo dame tiempo, Sara.

Una sonrisa de oreja a oreja se forma en su rostro y se me prende al cuello dándome un beso en la mejilla.

—Tienes un mes, después de eso ten por seguro que me perdiste —me sentencia con el dedo—. No desaproveches esta oportunidad, Lucca, por favor.

Sale del baño caminando mientras yo me quedo viéndola alejarse.

Juro que hay veces que no sé si me ama o si me odia, pero ahora no importa, lo verdaderamente importante es que tengo otra oportunidad para hacer que me perdone y que al parecer los putos deseos de cumpleaños decidieron funcionar por una puta vez en la vida.


————✨️————
Actualizo a mitad de semana solo para celebrar que llegamos a 1k de lecturas acá wachoooooooooooooo

Tranka que me voy a poner las pilas para actualizar el sábado tambien como corresponde eh.

L@s quiero y no se olvide de votar perrevergue ♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro