Ahí estaba Spreen viendo a su querido esposo andar por toda la sala, el mientras tenía a su bebé en brazos arrullandolo tratando de calmar su llanto.

Siente tanto enojo y desesperación ¿Que se supone que haga en esta cituacion de forma que no termine en un divorcio y que su bebé no sufra más? Si existe una respuesta para eso el no puede pensar en eso en este momento, el llanto de su bebé tenía aturdido el lado racional de su cerebro y solo podia salir la bestia alfa a responder al pequeño y delicado Omega de brillantes ojos café.

-puta madre Juan podrias parar boludo? Solo estás haciendo llorar a Missa-

-¡vete a la puta mierda ese maldito mocoso y tú, si no me das lo que quiero entonces me largo y haber quien cuida a tu puto engendro!-

-como puedes ser tan hijo de puta Juan? Es tu hijo también-

Juro sentir el dolor de un golpe en su mejilla y ahora si todo sentido de la razón quedó en el olvido, dejo al bebé en el sillón de forma delicada y luego tomo con dureza la mandíbula de Juan besándolo a las malas de forma desconsiderada mordiendo incluso hasta provocar que sangre salga de sus labios.

-que te quede en claro tu posición omega-

Tras eso dio un par de palmaditas en la mejilla, dejando una expresión en blanco a Juan el cual enojado todavía tomo a Missa de mala gana y se alejaba de el, una vez con Juan lejos de su vista pudo tener unos minutos de paz donde dejó de sentir sobre saturado por los gritos y el llanto, sabe que no fue la mejor reacción más bien nunca es una buena reacción cuando sale el alfa, pero no puede evitarlo escuchar llorar a missa o sentir su sufrimiento es mil veces peor a ser apuñalado, eso despertaba inevitablemente al alfa sumándole los gritos y el aroma de Omega enojado le era prácticamente imposible mantener al alfa lejos.

Pronto sintió como era abofeteado, frente a el una figura pequeña con un rostro borroso le gritaba.

-¿Cómo puedes ser tan poco alfa como para embarazar a mi cachorrito solo para tener un Omega para ti? Maldito bastardo- ah eso era la voz de su suegra.

-calmate amor, Juan se lo busco- dijo su suegro.

-como puedes decir eso? Es tu hijo idiota- pronto vio como la figura femenina se movia corriendo al sillón donde el hombre estaba sentado bebiendo algo.

Escucho de fondo la risa del Omega cuando volteo vio a Juan todavía delgado con una sonrisa maliciosa.

-vamos madre no te pongas así, padre tiene razón yo fui el que lo quiso entre mis piernas- dijo de forma sinica, su madre se escándaliso y su padre solo hizo un gesto despectivo.

En un parpadeo ahora se encontraba sentado en su silla de su oficina fumando y bebiendo, sentía adolorido traicionado, con enojo y sobre todo unas inimaginables ganas de llorar se sentía con ganas de morir.

No sabía que hacer es como si todo d eun momento a otro hubiera perdido sentidos.

Ahora lo recordaba el día que Juan se fue y los abandonó...

En eso entra por la puerta una mujer que empieza a quitarse la ropa una por una, el hace un gesto despectivo de desagrado, no el no necesitaba sexo, el necesitaba al Omega que engendro a su bebé, ese Omega que a pesar de ser despreciable le dio el mejor regalo que nadie pudo haberle dado, un hermoso bebé, una familia, puede que no amor pero si una familia a la cuál aferrarse y abrazar cuando se sienta inseguro o perdido como ahora.

Con sus torpes pasos de borracho camino a oscuras, hasta encontrar la habitación de su hijo, al entrar lo vio tranquilamente durmiendo abrazado al único regalo que le dio Juan, un cerdito de peluche, justo como el que Juan tenía cuando era niño.

Se inco enfrente de la cuna acariciando su cabello y su carita que fácilmente cabría en una de sus manos.

-perdoname bebé, perdoname por ser un alfa inútil que no puede nisiquiera retener a un Omega, perdoname por hacerte sufrir mi vida-

De nuevo todo se volvió oscuro a su alrededor, ahora estando de nuevo en su oficina solo que viendo las cámara como ese Omega castaño y de ojos Borgoña cargaba con tanto amor y delicadeza a su hijo, como lo hacía reír, sonríe y sonrojarse como un tomatito, solo con su presencia, como si luminaria toda la estancia a su alrededor.

"Yo nunca podría tener a un Omega como el"

El era un joven tan vivaz que se enfrentaba a las adversidades con toda su fuerza de voluntad, tenía un padre alfa que a duras penas veía, su otro padre Omega era un caos, sexo y drogas era lo único que pensaba.

Demonios incluso Roier a pesar de ser brillante pudo seguir estudiando por los problemas de sus padres, incluso vio grabaciones donde tenía que insinuarse a algunos alfas gordos y asquerosos para robarles.

Si era ese tipo de Omega astuto y luchador que no se daba por vencido y seguía adelante a pesar de las adversidades que el destino le pusiera adelante, como podría amedrentar a alguien con esas cualidades es prácticamente imposible, el nunca se someteria ante el.

Cómo si fuera un fantasma creyó escuchar la voz de su padre.

'si es algo fácil ¿Que valor tiene?, si es fácilmente sometible ¿De que te sirve una pelea que ganaste desde antes de iniciarla?'

Claro a su padre no le gustaban las cosas fáciles por algo se casó con su padre Omega...

Lo saco de sus pensamientos escuchar una armoniosa melodía salir de los tentadores labios del Omega.

Lo disfruto hasta que escucho un nombre salir de entre sus labios "Juan".

Al abrir los ojos Spreen se encontró con su techo oscuro y su respiración acelerada, junto con su cuerpo sudado, "una pesadilla" no más bien "un recuerdo".

Cómo si fuera un taladro las palabras de su padre se repetían en su mente, no el no quería volver a luchar una guerra perdida, pero si era perdida entonces porque roier seguía llendo a su casa para cuidar a Missa a pesar de su mal comportamiento?. Tal vez deberia dejar de pensar en alguien sumiso y consentrarse en lo que tiene enfrente...

Resurgi y déjeme decirles que stana vez planeo hacer contenido más seguido de este fanfic, de hecho no pienso subir nada más que no sea de este fanfic y de alma al aire hasta que los termine ambos.