No tenían idea de donde encontrar este dichoso objeto qué buscaban por que Caine lo había pedido.

Solo volteaban de un lado a otro, estaban hasta un punto alejado de donde cotidianamente se encontraban.

— ¿Cuanto tiempo llevamos aquí? —

Pregunto Pomni aburrida ya de tanto caminar, era tonto no tener ninguna pista y buscar algo que seguramente no se encuentra donde están o cerca de allí.

— No tengo ni la menor idea, Pomni. —

Respondió igual de fastidiado de la situación.

Era tanto su aburrimiento en ese momento que empezó a sentir la necesidad de hacer cualquier cosa para distraer su mente aturdida.

Empezó a contar cuantos pasos daba mientas avanzaba de ese punto en el que empezó a contar hasta que llego a 37 y se harto.

— ¡Ahhh! ¿Sabés que? Mejor busquemos en vez de solo vagar. —

Pomni se confundió por como había explotado el conejo púrpura, pero sin rechistar empezó a buscar arriba y abajo, abriendo y moviendo todo lo que estuviera a su paso.

Obviamente sin resultados positivos.

Estaban casi 100 por ciento seguros de que esa maldita pelota no estaba allí donde ellos.

— Deberíamos mejor hacer cualquier cosa... Menos esto por el momento, nos volveremos locos y creeme que es lo que menos queremos. —

Propuso Jax sentándose en el suelo mientras que la bufona lo acompañaba a tomar asiento junto a él.

Hubo un silencio ensordecedor, nadie hablaba, pero no les estaba molestando, al contrario agradecían el silencio después de ese momero tan frustrante.

No estaban agotados, no podían estarlo por razones más que obvias, pero Pomni se notaba bastante estresada, como si...

Estaba teniendo otro episodio de ansiedad.

Su mirada se encontraba perdida en el suelo de ese lugar colorido, no lo miraba ni observaba, solo lo veía.

El más alto tardó en darse cuenta del estado de trance qué tenia la chica, pero cuando lo noto empezó a chasquear sus dedos enfrente de la pelicastaña tratando de llamar su atención.

— ¡Hey Pomni, reacciona! Oh esto es increíble... Hace horas no tenía uno de estos... —

Parecía que chasquear sus dedos no serviría el día de hoy, así que tomándole de los hombros empieza a sacudirla rezando porque saliera de ese trance poco saludable, a menos de que quisiera terminar como el payaso de las bromas insípidas.

— ¡Vamos Pomni responde! —

Después de una buena zarandeada ella reaccionó, miro a su alrededor y se dio cuenta que tenía a Jax bastante cerca y de frente.

— ¿Qué sucedió? —

— ¡TONTA! ¡ME ASUSTASTE!... Pensé que ya no reaccionarias... —

Reclamo en un grito asustado Jax quien la abrazo.

Ella muchas veces quedaba en ese estado catatonico, pero era fácil sacarla de ese estado. El día de hoy había tardado más y eso le preocupaba.

La femenina no entendía porque había recibido un abrazo, estaba en shock aun, pero después de un rato correspondió el abrazo apenada por la cercanía...

Después de un rato se separaron y se vieron a la cara, parecía ser que Jax quería decirle algo, pero... Algo se lo impedía.

Su ego.

— Estoy feliz de que estés bien... Me preocupaste mucho. —

Termino diciendo otras palabras distintas a las que le hubiera gustado dedicarle.

Pero aún así, la logro sonrojar, ese repentino gesto de cariño la dejo aturdida y mareada ¿Quien se había llevado al Jax se burlaba de todos y le había dejado a uno meloso y cariñoso?

Tampoco era que le importara saber donde había quedado esa parte de el, ahora estaba encantada por esas palabras que le parecieron divinas por alguna razón.

— Muchas gracias por preocuparte por mi... Gracias Jax —

Ahora el rostro del  conejo lila ardía, de una y otra manera esto le aceleró el pulso, su corazón sonaba de tal manera que le encantaba sentir esa sensación... Una amor odio ahora que lo pensaba, esta sensación nueva y loca simplemente era hermosa pero al mismo tiempo no le gustaba lo desconocido, o al menos no qué era nuevo.

¿Porqué era tan fuerte este sentimiento si solo le había agradecido algo tan trivial como una preocupación o tenerle en mente...?

QUIERO UN AUMENTÓ EN MIS HORAS DE SUEÑO.