Treita y cuatro
—¡Sila! —grito al verla pasar.
Ella simplemente me ignoró, y paso de largo. ¿Qué le pasa a esa chica ahora? Ni siquiera me dejó terminarle de explicar la situación anoche y ahora actúa como si no existiera.
—Ash, hay una fiesta esta noche ¿Te apuntas? Irán las mayores y están buenísimas —me propuso Clark.
—No, tendré que rechazar esa tentadora oferta —respondo. Aunque estoy arrepentido de eso. Tengo más de dos semanas sin sexo, quiero follarme a unas chicas urgentemente. Pero tengo que arreglar las cosas con Sila.
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