Catorce
Al ir al la enfermería, nadie quería traerme el bolso o eso pensaba. Llegó un alma que tuvo misericordia de mí, y lo trajo. Al principio pensé que era una chica por la voz chillona, pero me sorprendió saber que se trataba de un él.
¡Qué graciosa voz, parece como si hubiera tragado helio!
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