Maratón (3/3)

NamJoon estaba encima de Jimin, su lobo rabioso trataba de darle una última mordida en aquel espacio que surgía en su lucha por liberar se, más Jimin fue más fuerte que él logrando aventar su pesado cuerpo lejos de él.

Y sin darle tiempo a levantarse una mordida profunda fue entregada en una parte de su rostro logrando tocar uno de sus ojos, pero el lobo no dejo que eso le impidiera ir tras el, con esfuerzo se levantó haciendo le frente a Jimin mientras mostraba sus largos y filosos colmillos.

En otro ataque fue Jimin quien pudo quedar arriba de él, NamJoon estaba debilitándose de manera rápida logrando tenerlo ahora donde el quería.

Otra mordida fue entregada está vez en su cuello, haciendo la misma herida que tiempo atrás fue hecha hacia otra persona y con eso lo dejo inmóvil en el suelo.

Al ver que la situación estaba en sus manos, corrió transformándose de nuevo solo para poder tomar el cuerpo de Win entre sus brazos.

Ella apenas podía mantener sus ojos abiertos, el charco de sangre bajo su cuerpo le hizo ver qué ya había perdido bastante.

—Todo estará bien.

—P... porque...v-viniste.

—No hables...vine...porque te necesito.

Miro a su alrededor viendo que faltaba poco para llegar a la siguiente manada, así que se levantó con ella entre sus brazos y empezó a correr.

Al llegar los guardias lo detuvieron pero viendo la situación le permitieron avanzar hasta poder llegar a un lugar seguro.

—¿A dónde vas?

—Hay un hombre allá afuera que no debo dejar morir...debe sufrir.

La noche cayó de golpe, todos los habitantes de esa manada, estaban a la expectativa de la situación, todos habían visto la llegada de Jimin, sabían quien era y querían entender la situación que se estaba viviendo en ese momento.

Pero él solo podía estar ahí, junto a Win mientras los doctores trataban de hacer que su loba despertará, debía estar por algún lado de su interior y debían hacerla volver o Win no podría sobrevivir esa noche.

—Señora...estamos listos.

Uno de los doctores más jóvenes se acercó a la puerta llamando a la vieja bruja de su pueblo, aquella mujer entro mirando a todo el mundo y deteniéndose en Jimin.

—Eres tu...¿Tu eres su mate muchacho?

Jimin negó —Pero mi vida es de ella...soy el sustituto.

La mujer suspiro mientras avanzaba hacia Win, aquel trabajo sería más complicado de lo que esperaba pero dada la situación no podía fallar.