Win a penas y podía caminar correctamente, hace solo minutos ambos habían salido de su casa solo para ir a ese lugar que ella en sus recuerdos ocultaba.

—No me dijiste la verdad.

—Lo hice pero no completo...no podía.

—¿Porqué?

—Las promesas duelen... incluso más que una traición...te asfixian, te torturan, lo soporté pero no podía decir más.

Fue ahí que Jimin entendió por qué las promesas estaban prohibidas, quien te había obligado a hacerla podía torturar te sin necesidad de estar contigo.

—Esta vivo...¿Verdad?

—Si...

Un quejido salió de su interior después de responder, Win seguía débil y NamJoon aún tenía el poder sobre ella.

—Lo siento.

—Esta bien... tengo una duda, ¿Por qué estás tan interesado en encontrar lo?

—¿Conoces a mi hermano?

—No...

—Los tres crecimos juntos, éramos grandes amigos, aún que mi hermano y él, bueno tenían una gran conexión, parecía que ellos eran los hermanos y yo solo su amigo, cuando él desapareció, yo perdí a mi enérgico hermano...es por es que lo busque durante años.

—Lo siento mucho...pero no podía hacer más que esto por él, si NamJoon sabía la verdad...

—Te lo agradezco.

Siguieron con su camino hasta llegar a una casa lejana, ahí un hombre desarreglado y con el cabello largo al igual que su barba salió temeroso pero al ver a Win se acercó rápidamente, y con un tono lleno de preocupación le preguntó.

—¿Que sucedió?¿Que te hicieron?

—S-sam...

Jimin dijo su nombre mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Él alzo su rostro mirando al chico y con ilusión se acercó para abrazarlo, un reencuentro deseado.

Win solo pudo mirar el suelo sintiendo el peso de sus decisiones en sus hombros, ahora alguien sabía la verdad y con eso una tortura interna llegó.

Ella cayó al suelo sintiendo como su cuerpo ardía, NamJoon sentía su traición y nuevamente la hacia sufrir sin importar le lo debil que ella ya estaba.

—¡Win!

Jimin y Sam se acercaron a ella pero ninguno era capaz de ayudar la.

—D-detente....por favor...para...

Pedía entre sollozos que su tortura terminará.

—Jimin ¿Que hacemos?

—No lo se...

(...)

NamJoon.

—¡MALDITA SEAS WIN! Voy a matarte.

Él caía en un abismo de locura, culpaba a Win por sus propias decisiones.

—Juro que te haré pagar por todo, me quitaste a la persona que más amaba en este puto mundo, me quitaste la confianza de la manada y me traicionaste...te haré pagar cada una de estas cosas, te haré sufrir hasta que ruegues por que pare...y te mataré después.

Su vida se arruinó, y sus únicos pensamientos eran esos, no quería continuar su vida, no como antes, solo quería venganza y obtener de nuevo lo que proclamaba como suyo, Kim NamJoon ya no era ni la cuarta parte de lo que Win conocía, ahora solo era un desconocido que fue cegado por la terquedad y frialdad de su lobo, un alma corrompida por la necesidad de obtener lo que no era suyo desde el inicio.