Llegamos al instituto y las personas miraban el auto de Christian, yo me sentía un poco nerviosa.

—Cálmate, ellos solo juzgan, eso es lo único que saben hacer porque no les gusta ver a nadie que no sea ellos feliz.

Sus palabras me calmaron un poco. Él tiene razón.

Bajé del auto y Chris dio la vuelta, me tomó de la mano y entramos al instituto.

—¡Bella!— exclama Sophie corriendo hacía mí.

—Hola Sophie— digo abrazándola.

Seguimos caminando y nos detuvimos con Sophie y Jack.

—Hola Jack— digo saludando con la mano.

—Hola Bella— dice regalandome una sonrisa.

—Ven acá— dice Sophie jalandome del brazo.

—¿Qué pasa?

—¿Se lo dijiste?

—Sí y…

—¿Qué dijo?

Le conté lo que pasó ayer por la mañana con Chris.

—Reaccionó… ¿normal? Creo.

—Sí y…

—¿Bella hay algo que no me estás diciendo?

—¡Joder!— exclamé bajo—. No me dejas hablar, Christian y yo somos novios.

—¿QUÉ?— Grita, haciendo que las demás personas voltearan hacía donde nosotras.

—Shh.

—Ningun “shh”, eres novia de Christian, estoy tan feliz por ti, se que él te gusta mucho y tú a el.

—Sí— digo soltando un pequeño suspiro.

—Bueno vayamos hacia nuestros novios.

—Sophie, ya no empieces por favor.

Ella ríe y es inevitable para mí no hacerlo también.

—Vamos a clases— dice Sophie.

— Sí, ya casi es hora— dice Jack.

Entramos y fuimos al salón lo más rápido que pudimos los cuatro. Entramos al salón y gracias al cielo el profesor no había llegado.

Christian se sentó a mi lado y yo voltee a ver a Claire, ella hizo una mueca y yo reí un poco.

—¡Daniel!— me levanto del asiento para abrazarlo.

—Hola Oliver— dice recibiendome el abrazo.

—Sientate con Claire, ella está sola— digo guiñandole un ojo.

—Estás loca— dice dándome un beso en la frente.

Me senté y vi como Daniel se sentó con Claire, el le dijo algo y ella soltó una risita.

Me voltee hacía donde estaba Chris y él ya estaba mirándome.

—¿Qué?— pregunto alzando una ceja.

—¿No puedo ver a mi bonita novia?

—¿Por qué siempre dices que soy bonita?

—Porque eres mi novia.

—¿Solo por eso?

—Y también porque sí eres bonita, muy bonita, mi bonita novia— dice besándome la mejilla.

Una sonrisa ridícula se formó en mi rostro y sentí mis mejillas arder. Me gustaba cuando decía que soy bonita, me hace sentir… bien.

[...]

Pasó la clase de la primera hora y todos nos fuimos a casa, había un evento de los profesores en el instituto así que salimos a las 11:00 am.

—Te llevaré a tu casa— dice Christian mientras nos subimos al auto.

—Okey— digo con una pequeña sonrisa en mi rostro.

Llegamos y bajamos del auto. Entramos a la casa y olía a quemado.

—El olor viene de la cocina— dice Chris.

Nos apresuramos a la cocina y cuando entramos nos encontramos con mi hermana y la estufa echa humo.

—¡Lindsey por Dios! ¿Que es esto?— pregunto tosiendo un poco.

—¿Intenté cocinar?

—Pareciera que quieres incendiar la casa.

Apagué la estufa y boté todo lo que estaba dentro, pues estaba muy quemado, no podía comerse ni un poco.

—Yo preparé la comida, ¿Christian, te vas a quedar?— pregunto acercándome a él.

—Claro, así te ayudo en la cocina.

—¿Sabes cocinar?

—Claro, te sorprendería— dice guiñándome un ojo.

Empezamos a preparar pasta, Chris y yo hicimos la carne, quedó deliciosa.

En cuanto la pasta estuvo lista echamos la carne, junto con eso también queso.

—Primera vez que cocinamos juntos.

Le regalé una sonrisa y serví la comida.

Todos comimos y Lindsey lavó la vajilla.

—Vuelvo dentro de un rato— dice Lindsey subiendo por las escaleras.

—Tu hermana me agrada.

—¿En serio?

—Sí, es como tú pero versión mayor.

—Pero yo sí sé cocinar— digo soltando una risita.

—No seas así con ella.

—Vale.

Lo miré y él tomó mi mentón para darme un beso, le correspondí y caímos recostados en el sillón.

—Mi hermana está aquí.

—No estamos haciendo nada malo.

—Si, pero no quiero que nos vea así, de esta manera.

El siguió besándome, yo miraba de reojo para ver si bajaba Lindsey pero se tardaba, me di por rendida y seguí besando a Christian. Cuando el me besaba me sentía tan bien, tan cómoda.

—Christian de verdad, puede venir mi hermana.

—Okey.

Justo al momento, Lindsey bajó.

—Te lo dije— susurré.

—Bella, voy a salir, si mamá llega le dices que Lia me dijo para vernos y que vendré más tarde.

—Okey.

Lindsey salió dejándome sola con Christian.

—Ahora no hay nadie— digo volteandome hacía Chris.

—Y, ¿qué se te ocurre? Podemos ver una peli.

—¿Me estás jugando una broma o algo parecido?— pregunto poniendo una de mis manos en la cadera.

—Solo te estoy preguntando que qué haremos.

—¿No eras tú el que quería hacer en el sillón estando mi hermana aquí?

—Yo solo te estaba besando. En ningún momento intenté hacer algo o te lo insinue.

—Ah, ¿entonces no lo querías?

—Bella...

—Bien— dije subiendo las escaleras.

—Bella por favor...

Fui a mi habitación y antes de cerrar la puerta Chris entró a la habitación.

—Bella, ¿por qué te pusiste así?

—¿No lo ves?

—No, no lo veo.

—Allá abajo, en el sillón, me calentaste, luego se va mi hermana y me dejas así, pareces un microondas.

El se dirigió hacía mí, solo tuvo que dar tres grandes pasos para acercarse.

—Entonces eso es lo que quieres, que termine lo que empecé.

—Sí, eso es lo que quiero.

—Bien, pero primero debo buscar algo en el auto.

Salió de la habitación y escuché como abrió la puerta de la casa, ví por la ventana de la habitación y abrió su auto, luego cerró la puerta me vió por la ventana y alzó un cuadrado plateado.

A los segundos cuando me dí la vuelta, él ya estaba en la entrada de la habitación.

—Terminemos lo que empecé, Bella— dice alzando aquel cuadrado.

—Christian... Yo…

—Shh, dijiste que terminara, y lo haré.

Me senté en la cama y él se estaba acercando a mí.

—Seré gentil, si me lo pides— susurra en mi oído.

—Quiero que lo seas, pero, a la vez no— digo un poco nerviosa.

—Okey, está bien.

Me besó y me recostó de en la cama quedando encima de mí, de mi boca saltó a mi cuello y eso me hizo arquear un poco la espalda.

Intenté quitarme la camisa pero me detuvo para poder ser él, quien me la quitara.

Luego sacó mis zapatos y luego de ellos mis pantalones. Quedé casi desnuda enfrente de él, mientras él apreciaba cada parte de mi cuerpo mirándola, deseandola.

Comenzó a dejar besos húmedos por mi clavícula luego por mi pecho y frenó en el estómago.

—No lo haré si tú no quieres.

La idea que lo hiciera me aterraba, pero en estos momentos solo sentía la necesidad de que él me hiciera sentir muchísimas cosas. Una ellas la humedad inminente entre mis piernas.

—Hazlo— digo entre jadeos.

Se puso el preservativo y volvió a la cama.

—Pararé si me lo pides.

—No creo que te lo pida.

El sonrió y se subió encima de mí.

—Christian...

—¿Quieres hacerlo?

—Sí— murmuro.

No dudó ni un segundo de mis palabras. Comenzó con un vaivén lento y suave, joder, yo solo quería sentirlo, sentir que éramos una sola persona.

—Christian por favor, más... rápido.

Él acató mi petición y comenzó a moverse cada vez más rápido y bombeaba fuerte dentro de mí.

—Dios, Bella...

Su movimiento era acelerado y me gustaba.

—Necesito…, necesito estar arriba— le dije jadeante.

Christian me puso abajo de él y yo besé sus labios superficialmente.

—Supongo..., que ahora es mi turno, solo te digo que... no sé hacer esto.

—No importa Bella, ya me tienes lo suficientemente loco por ti, soy tuyo, completamente tuyo, en todos los aspectos.

Sus palabras me hicieron sentir segura de que iba a hacer.

Descendí de nuevo lentamente y comencé a mover mis caderas al ritmo que creía más conveniente. Con cada movimiento me sentía más cerca del orgasmo. Él me giró en la cama, abrí mis ojos y ví esos ojos verdes.

—Yo te haré acabar.

Él y lo disfruté, comenzó su movimiento normal, entraba y salía. Y entonces comenzó un vaivén lento que hacía que algo dentro de mí explotara, unas sensaciones indescriptibles, no aguantaba más y llegué al clímax altamente exhausta.

Le dije que parara y nos acostamos juntos en la cama.

—¿Eso fue en serio?— pregunto.

—¿Qué?

—Dijiste que eras mío.

—Y lo soy Bella, soy totalmente tuyo— dice besando mi frente.

Entrelacé mi mano con la suya y la besé.

—Te quiero tanto, Chris.

—Y yo a ti Bella, no sabes cuánto.

Nos vestimos y nos acostamos de nuevo, por si venía mi madre.

Nos quedamos dormidos, la mitad de mi cuerpo estaba encima de el de Chris.

Me desperté y eran las 3:30.

—Christian— digo tocando su hombro.

—¿Mhm?— dice aún dormido.

—Levantate, por favor.

—Bella, por Dios— dice aún acostado.

—Chris, no seas perezoso, por favor levántate.

—Me levantaré si me despiertas con un beso.

—¿Bello durmiente?— digo soltando una risa.

—Tal vez.

—Levantate.

—Sabes lo que tienes que hacer para que eso pase.

—Okey, volteate.

Chris se volteó haciendo que sus ojos se encontraran con los míos.

Le di un pequeño beso en los labios y él sonrió.

—No era tan difícil.

—Eso fue chantaje.

—No es chantaje pedirle un beso a mi novia.

—Me chantajeaste, porque te dí un beso a cambio de que te levantaras. Ahora cumple tu parte.

—Okey.

El se levantó y bajamos a la sala.

—¿Quieres algo de comer?— pregunto.

—No, si tú quieres comer hazlo.

—Okey.

Fuí a la cocina y me hice un sándwich de carne y queso. Cuando terminé de hacerlo fuí a la sala y me senté en el sofá.

Comencé a comerme mi sándwich, tenía mucha hambre y estaba delicioso. Mientras estaba comiendo Christian me miraba.

—¿Qué?— pregunto con un pedazo de sándwich en mi boca.

—Nada.

—Bueno.

Seguía comiendo y el aún me miraba.

—Christian.

—Dime.

—¿Quieres?— digo ofreciéndole mi sándwich.

—No, come tú.

—¿Estás seguro que no tienes hambre?

—Bueno...

Me levanté del sofá y fuí a la cocina, ahí preparé un sándwich igual al mío y se lo lleve a Chris.

—Ten— digo poniendo el plato frente a el.

—Bella...

—Come, quiero que comas.

—Okey.

Terminé de comer mi sandwich y fuí a llevar el plato a la cocina, cuando me devuelvo Christian casi se acababa el suyo.

—Y no tenías hambre ¿eh?

—Está delicioso— dice sonriendome.

—Gracias.

Terminó de comerselo y dejó el plato en la cocina.

—Bella, tengo que irme.

—Oh, okey, te acompaño a la salida.

—Si quieres que me quede...

—No, tranquilo, has estado mucho tiempo conmigo y no te quiero aburrir y que cortes conmigo— digo soltando una risita nerviosa.

—Bella... ¿Piensas eso? ¿Que me aburriré de ti?

—Pues...

—No lo haré, eres mi segunda persona favorita del mundo, la primera es mi mamá.

—Gracias, te quiero.

—Yo también te quiero Bella, adiós— dice dandome un beso el los labios para luego irse.

Quedé sola en mi casa, como casi siempre.

Fuí a mi habitación y arreglé la cama, estaba hecha un desastre.

Bajé de nuevo a la sala y me recosté en el sillón.

Decidí llamar a Sophie para fastidiarla un rato.

...
...

—¡Bella, querida!, ¿Que pasa?— dice Sophie al otro lado de la línea

—Bueno, Christian acaba de irse de mi casa, estábamos durmiendo un rato y se acaba de ir, ¿tú qué me cuentas?

—Ah, vale. Bueno. ¿Quieres que vaya a tu casa?.

—Si tú quieres ven, si no, no vengas, te juro que no me voy a molestar.

—Claro que quiero ir, ya salgo.

—Okey, te espero aquí.

Ella colgó y esperé a que llegara

[...]

Pasó una hora y tocaron la puerta.

La abrí y Sophie entró a mi casa.

—Hola nena— dice dándome un beso.

—Hola chica loca— digo con una sonrisa.

—Recuerda que soy tu mejor amiga, si yo soy loca, tú lo eres más.

—Claro.

—¿Qué vamos a hacer?— pregunto.

—Bueno, mañana no hay clases así que saldremos hoy, ya llamé a Jack y a Christian.

—Bueno, si va Chris si.

—Bueno, es tiempo de arreglarnos.

Nos duchamos nos vestimos y ella comenzó a arreglarme.

—No te muevas Bella, tú delineado quedará horrible.

—Okey.

Al rato ella terminó de maquillarme a mi y se comenzó a maquillar ella misma.

—Sophie, tú sí sabes maquillar— digo mirándome en el espejo.

—Gracias, eso es gracias a los tutoriales de YouTube— dice guiñandome el ojo— mierda, el rímel.

Reí y bajé a la sala.

Tenía puestos mi pantalón azul oscuro que se ajustaba a mis piernas mi camisa ajustada también negra y unos zapatos blancos. También tenía el cabello suelto y con el maquillaje que me hizo Sophie me veo... bonita.

La puerta se abrió y pude ver entrar a Lindsey. Pero no está sola viene con una de sus amigas.

—Oh, hermanita, ¿para donde vas?

—Voy a salir con Sophie, ella está allá arriba arreglándose.

—Ah, ok, yo...  estaré con Tania en mi habitación se quedará hoy en casa, tendremos una pijamada.

—Okey, mamá no estará estos días, está cuidando a un paciente, por favor no hagas fiestas en casa, no quiero recoger nada por ahora.

—Tranquila, esta noche solo tendremos una pijamada.

—Okey.

Ví como mi hermana y su amiga subían, escuché la puerta del cuarto de Lindsey cerrarse y me ví en el espejo de la sala.

—Christian va a quedar impresionado contigo— dice Sophie bajando las escaleras.

—Lo mismo digo contigo y Jack— digo soltando una risita.

Ella tenía un vestido rojo que hacía que su piel resaltara, el vestido llegaba un poco más abajo de la mitad de sus muslos y unas sandalias un poco altas.

—Bien, le avisaré a Jack que estamos listas— dice Sophie.

Ella le avisó a su novio y escuché decirle que esta noche le daría una sorpresa, Sophie es tan... Sophie, solo ella puede ser así, gracias al cielo que la tengo a ella porque si no fuera una mojigata que no sabría nada de la vida.

—Jack dijo que vendrían en 5 minutos.

—Sí, también escuché lo que le dijiste— dije en un pequeño susurro.

—¿Qué dijiste?

—Nada, solo pensaba.

—¿En voz alta?

—Sabes que soy rara.

—Y por eso te quiero.

—Y yo te quiero porque eres loca.

Ambas reímos y nos sentamos a esperar.

Al poco rato sonó un claxon.

—Vamos, llegaron.

Arreglé un poco mi cabello y salí.

Chris estaba casi cerca de la casa, se había bajado del auto, tenía una pequeña caja entre mano.

—Hola— dice.

—¿En serio?, ¿solo "hola"?— pregunto rodando los ojos.

El me tomó de la cintura, me jaló hacía él y me dió un pequeño beso en los labios.

—¿Mejor?

—Solo un poco— digo sonriendo.

—Esto es para ti— dice dándome la pequeña caja.

—No debiste Christian, llevamos solo dos días de novios— digo.

—Los mejores dos días contigo, ábrelo.

Lo abrí y era un anillo, era muy lindo tenía una especie de imán en forma de corazón.

—Yo también tengo el mío— dice mostrándome su mano.

Tomó mi mano y me lo puso, luego de eso junto los anillos y ambos encajaban perfectamente.

—Christian es tan bonito, te quiero—dije abrazándolo.

—Yo también te quiero Bella— dice besando mi pelo.

—Bueno, si ya terminaron con su escena de romance, vámonos.

—No seas pesada Sophia— dice Chris.

—Vámonos— dice Jack.

Subimos al auto y Jack empezó a manejar. Al rededor de media hora llegamos a un club.

Este es el club de los padres de Joshua, miré a Sophia y ella me hizo una seña de que no lo sabía.

—Emm... ¿No podemos ir a otro club?— pregunto.

—Creo que no, este es el único club que veo más cercano— dice Jack.

—Entremos— dice Chris.

Con un poco de nervios entró tomada de la mano con Chris.

—Podemos entrar a la sección VIP, mis padres conocen a los dueño del lugar— Dice Jack.

—Está bien Jack, ve con Sophia, Bella me acompañará a la barra a buscar unos tragos— dice Christian.

—Okey.

Sophie se fue con Jack y yo quedé con mi novio.

Estábamos caminando a la barra y yo estaba deseando que no estuviera Joshua, aunque por la hora, creo que aún está de turno.

Cuando estábamos en la barra estaba un chico recogiendo unas cosas de suelo.

—Hola, hermano, ¿puedes servirnos unos tragos?— pregunta Christian.

—Sí, dame un momento y recojo esto aquí— dice el chico.

Al momento se levantó lo vi, era él, era Joshua. Él primero miró a Chris y luego me vió a mí.

La sonrisa que tenía en el rostro desapareció.

—Eh, sí, ya los sirvo— dice un poco serio.

Yo solo veía como los preparaba y luego los sirvió en cuatro vasos.

—Gracias Joshua— digo luego arrepintiendome, olvidaba que Christian estaba conmigo.

—De nada Bella— dice con una sonrisa entrecortada.

—¿Se conocen?— pregunta Chris con el entrecejo arrugado.

—Eh, sí, te explico allá arriba Chris— digo empujándolo para que camine.

Subimos donde estaban Sophie y Jack y nos sentamos, ellos en una parte y nosotros en otra, necesitaba hablar de esto con Christian.

—Te voy a explicar cómo es que nos conocemos.

—Okey Bella, dime.

—Bueno, yo te dije que me había acostado con otro chico... bueno... él era ese chico.

—¿El bartender?

—Si, él.

—Bella, ¿en serio?

—Si, Christian, muy en serio.

El se levantó de la mesa y soltó un suspiro.

—¿Qué pasa, Chris?— pregunto tocando su mano.

—¿Qué pasa Bella? ¿qué pasa?. Estoy tan... enojado, furioso y sobretodo muy celoso, estuve frente al chico con el que... agh, prácticamente por mi culpa, estoy... celoso, porque ahora eres mi novia y no lo sé. Yo... yo te quiero mucho Bella y..., no quiero perderte, es solo eso.

—Christian, te entiendo y, no debes tener miedo por perderme, sabes que mientras estemos tu y yo, este noviazgo no va a acabarse tan fácil, yo te quiero, y mucho, nunca dudes de eso.

El me dió un pequeño beso en los labios y yo le sonreí.

—Que lindo es mi novio— digo con una sonrisa de boca cerrada.

—Y que linda, muy muy linda es mi novia— dice tocando mi nariz.

—¿Sabes algo?— pregunta Chris.

—¿Qué?

—Yo te conocía de mucho antes.

—¿Ah sí?— pregunto un poco sorprendida.

—Sí, un día que presentaste un proyecto en el instituto, Jack me dijo quien eras y me habló de tí.

—Ah, okey. Entonces... ya que estamos diciendo cosas..., ¿desde cuándo te gusto?— Le pregunto mirándolo.

—Bueno... Desde nuestro primer beso.

Sentí arder mis mejillas.

—Ah, okey.

—Ahora yo te quiero preguntar algo— dice Chris.

—Dime.

—¿Desde cuándo yo, te empecé a gustar?

—Supongo que... desde un poco antes de nuestro primer beso, me ponía nerviosa cuando te acercabas y todo eso.

—Aww, eres tan adorable— dice pellizcandome una mejilla.

—Claro— digo soltando una risita.

—¿Dónde están Jack y Sophie?— pregunto.

—Están allá— dice señalando unas sillas en dónde están ellos sentandos.

—Les diré para irnos, y te dejamos en tu casa— dice Christian.

—Okey.

Christian habló con Jack y nos fuimos de ese club. Tuvimos otro viaje de media hora para llegar a mi casa.

—Bueno..., adiós mi querido novio— digo haciendo una reverencia de burla.

—Adiós amada novia, nos veremos cuando el sol esté en su punto del día— dramatiza.

Ambos reímos y yo le dí un pequeño beso.

—¿Mejor no quieres que me quede?— pregunta Chris.

—Bueno, está bien, pero no intentes nada, mi hermana está aquí y... no quiero que me oiga...

—¿No quieres que te oiga ? Tu hermana de seguro a oído eso y más en la fraternidad de su universidad.

—Bueno, igual, sigo sosteniendo mis palabras.

Chris le hizo una seña a Jack de que se fuera y lo hizo.

Chris y yo entramos a la casa, subimos las escaleras con cuidado y escuché unos ruidos de la habitación de mi hermana.

Me asomé un poco a su puerta y parecían... ¿Gemidos? Mi hermana había metido a un chico en la casa, pero ella me dijo que tendría una pijamada con su amiga, ¿Acaso...?

No seguí escuchando y Christian y yo entramos en mi habitación.

—Al parecer tu hermana se estaba divirtiendo— dice soltando una risita.

—Shh, te puede escuchar— digo poniendo un dedo en su boca.

—Bella, por Dios, no creo que escuche nada.

—Bueno.

El se acostó en la cama y cerró los ojos, se veía como un niño inocente con los ojos cerrados.

Me quité la camisa y estaba buscando una pijama para ponerme.

—Está vista me gusta— dice Chris sonriendo.

—Umjum.

—Vamos, sabes que no puedes decir que no a mis ojos de perrito— dice haciendo un puchero.

—Eres tan... insistente.

—Te juro que no haremos nada en los siguientes días.

—Christian, por Dios.

—Vamos.

—Te dije que no, iremos solo a dormir.

—Okey, como tú digas.

Me puse una bata encima de los pantalones y luego me los quité.

Me acosté en la cama y Christian estaba dándome la espalda.

—Buenas noches para ti también, Christian— digo dándole la espalda también.

Él se volteó y me abrazó.

—Buenas noches, te quiero Bella.

—Yo también te quiero.

Me dormí estando abrazada con él, se sentía bien dormir con mi novio, ya estoy sonando toda cursi.

——————————

Nota de la autora: Bueno ya Christian conoció a Joshua y le ha dicho a Bella que la quiere muchas veces, que lindo <3.

No olviden votar por la historia mi corazones, se les quieree <3.