Capítulo 16
Ruido...
La alarma sonaba repetidas veces
Como pude me levanté de la cama y fuí al baño, hice pipí y me lavé los dientes, eran las seis y treinta y las clases no comenzaban hasta las siete y treinta. Tengo una hora para alistarme.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, hice café y unas tostadas, siempre hacía lo más rápido porque la pereza de hacer desayuno residía en mi casi todo el tiempo de mi vida.
—Dios Bella, es temprano por todos los cielos, creo que tengo un poco de resaca— dijo Sophie un poco adormecida.
—Lo supuse, apestabas a alcohol anoche, ten— dije pasándole la taza de café.
—¡Dios! ¿Qué hice para merecer a una amiga tan comprensiva?
—¡Dios! ¿Qué hice para merecer una amiga alocada y fiestera?
—Idiota.
—Tonta.
—¿Por qué tus insultos son tan... tiernos?— preguntó tocando la punta de mi nariz con su dedo índice.
—Perra.
—Así me gusta— dice dándome una sonrisa complacida.
—Iré a bañarme, te dejé unas tostadas en el plato.
—Okey.
Solo subí y fuí a mi habitación por una toalla, no para mí, sino para Sophie. La mía ya estaba en el baño al igual que la de mi mamá.
Entré al baño y me duché con agua extremadamente fría, necesitaba despertarme, necesitaba dejar de pensar en todo y en todos. Necesito dejar de pensar en cosas que me preocupan.
—Eres una idiota— me dije frente al espejo.
—Toonta
—Ilusaa
—¿A caso te volviste más loca de lo que ya eres?— pregunta Sophie al otro lado de la puerta.
—¡No!
Salí del baño y ya no estaba, seguro había bajado. Me vestí —ya en mi habitación— y bajé las escaleras para buscar a Sophie.
—¿Sophia?— traté de buscarla por la cocina.
No estaba.
Busqué por la sala. Nada.
Escuché unas voces afuera. Intenté asomar la cabeza por la ventana con cautela de que no me vieran. Cuando pude divisar bien a las personas que estaban fuera de mi casa ví a Jack con Sophie.
No me sorprendió ellos son novios así que es obvio, pueden verse cuando quieran y donde quieran. Pero que no piense en tener sexo en mi casa, ¡la mato!
Fijé mi vista en el auto y vi que no estaba vacío, estaba Chris en el asiento de adelante y de la parte de atrás el vidrio bajó.
—¡Jack!— exclama una chica— ¡Hola Sophia!— saluda de buen ánimo a Sophie.
—¡Hola Clara!— dice Sophie.
—Jack por favor apresúrate— esta vez miró a Sophie—. No es nada personal Sophie, solo... quedé en verme con alguien.
—Cuidado y me haces tío a temprana edad, me vas a hacer sentir muy viejo— dice Jack poniendo su mano en el pecho dramatizando la situación.
—Muy gracioso Jack, te ganaste el premio al más idiota de ese mundo.
Jack le sacó el dedo corazón y se despidió de Sophie.
Mis nervios aumentaron cuando vi a Christian bajar del auto. Cerró la puerta y comenzó a caminar hasta la entrada.
—Sophia, ella... ¿Está despierta?— pregunta indeciso.
Solo han sido dos días y extraño tenerlo cerca.
—No está despierta, idiota. Me levanté a hacer el desayuno.
—No tienes que ser así conmigo— dijo un poco dolido.
—Lo sé pero me gusta tratarte así, ¿tienes idea de cómo ha estado? Se siente patética por tu culpa. Si no hubieras sido tan… tonto e inconsciente, estarías con ella justo ahora.
—No fue mi intención, intenté buscarla... de verdad. La he llamado, no me contesta, ¿puedes ayudarme en algo? ¡Joder!
Exacto, joder.
—Tienes que ver qué vas hacer para volverte a ganar su cariño o... confianza. Aunque siendo sincera, no creo que te odie, y por eso es que es muy buena para ti.
Christian no respondió, se quedó cabizbajo.
—Adios Jack, nos vemos dentro de un rato— dice Sophie dándole un beso en la mejilla a Jack.
Ellos se fueron y yo me aparté de la ventana.
Mis ojos comenzaron a arder, él… él se veía preocupado, las ojeras bajo sus ojos eran evidentes y yo..., solo me comporté como..., como una... cualquiera o como... una… ¡Agh!
Puse mis manos sobre mis rostro y dejé que mis lágrimas salieran, decirle a Christian que me había acostado con otro chico al día siguiente que estuve con él, no sería nada fácil para ninguno de los dos.
Sophie entró y me vio en ese estado.
—¿Lo viste no?
—Si— dije mientras intentaba calmar mis lágrimas—. Pude verlo Sophie, vi sus ojeras pude ver que estaba preocupado por mí, y yo… yo solo...— la respiración se me entrecortó.
—No, no eres una cualquiera— dijo firme—. Este campo es nuevo para ti y te dejaste llevar, nunca habías estado con alguien hasta que lo hiciste con Christian.
—Pero... me siento sucia… me siento…
—No eres eso que estás pensando, Bella— dice abrazando mi cabeza.
Solo drené mis lágrimas ahí en los brazos de Sophie y fuí al baño a refrescarme la cara. Cuanto quiero a Sophie, es mi pañuelo de lágrimas mientras mi mamá no está.
Con un poco de maquillaje tapé mis ojeras, pinté mis labios de un color rosa opaco y por último me miré en el espejo y me dí una sonrisa falsa intentando ocultar lo que de verdad sentía.
Decepción, enojo de mi misma, frustración, tristeza y… el dolor de un corazón un poco maltratado.
Bajé y ya Sophie me estaba esperando en su auto.
Nuestro viaje estuvo algo silencioso. Yo me estaba texteando con Daniel para vernos y así presentarselo al entranador del equipo. Creo que estoy más emocionada que él por esto.
[...]
Llegamos al Instituto y como de costumbre habían demasiadas personas afuera. Entre ellas Allison y su grupo de amigas que copian todas las idioteces que ella hace, chicos hablando y mirando a Sophie, etc.
Pude ver que Jack venía hacia nosotras e intenté alejarme, sabía que si venía Jack, de algún lado venía Christian y no quería verlo ahora, no quería hablar de eso con él ahora, no estaba lista para admitir el error que cometí por ser… estúpida.
Caminé hacia la entrada y choqué contra alguien.
—Disculpe, no quise tropezar.
—¿Disculpe?
Alcé mi vista y pude ver que era Daniel.
—¿Así es como tratas a tu mejor amigo? Ven y dame un abrazo Oliver.
Lo abracé porque lo necesitaba, necesitaba otro abrazo a parte del de Sophie, no podía contarle nada de este problema que estoy pasando a mi madre ella... No lo soportaría. Y Daniel pues… no quiero agobiarlo con esto y que golpeé a Christian por hacerme un daño sentimental.
—¿Ibas de salida?
—No, bueno sí. Iba a esperarte en la entrada.
—Creo que estás más emocionada que yo— dice soltando una pequeña risa.
—Que gracioso. Solo estoy contenta de que quieras formar parte del equipo del instituto, lo harás excelente— sonreí.
—Claro, entremos Oliver.
El pasó su mano por encima de mis hombros, al momento de que entramos todos fijaron sus miradas en nosotros. Era obvio, un chico nuevo, guapo, sí, estoy diciendo que mi mejor amigo es guapo, pero lo estoy diciendo como amiga, no hay ninguna manera de que yo me enamore de él, lo veo como un hermano, no como a un chico con el que puedo tener una relación y así es justo como lo están viendo todas las chicas justo ahora.
En fin, me vieron entrar con Daniel y juro que vi a algunas personas boquiabiertas. De seguro se preguntaban "¿Ese chico guapo sale con esa Freak?" Pues a mí no me importaba, yo tenía muy en claro que Daniel es mi mejor amigo, eso no va a cambiar.
—Sophie— digo con el brazo de Daniel aún en mis hombros.
—Be... lla— dice volteandose hacia mí— ¿Quién es el?
—Sophie él es Daniel, ¿recuerdas que te conté de él?
—Ah sí, ¡hola acosador de mi mejor amiga!
Dios, Sophie no duda antes decir algo.
Hacen un dúo genial
—¿Ella lo sabe todo?— pregunta Daniel.
—Obvio es mi mejor amiga.
—Ah, con que tú eras la chica que le gustaba comer mucho— dice Daniel con los brazos cruzados.
—Bella, ¿se lo dijiste?— pregunta mirándome.
—Sí, es mi mejor amigo— dije encogiendome de hombros.
A Sophia le gusta comer mucho, no entiendo en dónde puede caber tanta comida.
—Por favor no se vayan a llevar mal— digo poniéndome en frente de ellos.
Ellos rieron al mismo tiempo y Sophie habló.
—Bella, él se parece a mí, pero versión chico.
—Lo mismo digo Sophia— dice Daniel con una pequeña sonrisa en su rostro.
—Eres igual que yo, no tienes miedo en decir las cosas. Daniel, ya me caes bien— dice chocando su puño con el de Daniel.
—Okey, creo que es tiempo de que vayamos a clases.
—Vamos— dijeron Sophie y Daniel al mismo tiempo.
Caminé con ellos al salón y aún habían personas mirándome. De verdad odio a la gente que juzgan a las personas por su ropa, por su cuerpo y otras cosas. En mi caso, me criticaban por todo eso y ahora porque venía con un chico guapo, pues en mis adentros les decía a todos:
TODOS SON UNOS JODIDOS LOCOS QUE LES ENCANTA JUZGAR. ¿PERO SABEN QUÉ? JODANSE.
A veces, tenía ganas de decirlo en voz alta, pero sé que después de hacerlo no me iba a sentir lo suficientemente segura de caminar por los pasillos del instituto sin que alguien se burlara de mi o que intentara golpearme.
Entramos al salón y aún habían pocas personas. Era temprano, eran pocas las personas que venían temprano a clases.
—Bella, me iré a sentar con Jack— dice Sophie quedando dos asientos más abajo que de costumbre.
—Claro, como toda esta semana— digo poniendo los ojos en blanco—, me has dejado sola.
—Tranquila, te lo recompensare— dice guiñándome un ojo.
En toda la semana Sophie se ha estado sentando al lado de Jack, a mí me ha tocado sentarme junto a una compañera de clase llamada Claire, ella es como yo, supongo, le gusta estudiar no tiene muchos amigos y no le gusta hablar mucho.
Se ha creado una pequeña amistad entre nosotras.
—Hola Claire—digo sacudiendo mi mano.
—Hola Bella— dice dándome una pequeña sonrisa.
—Él es Daniel, mi mejor amigo— dije presentándolo— Daniel ella es Claire.
—Hola Claire, mucho gusto— dice Daniel estrechando su mano con la de Claire.
—El gusto es mío Daniel— dice Claire sorprendiendome con la seguridad que habló.
—Bueno, ¿no te molesta si no me siento contigo hoy? Es que Daniel es nuevo y quiero mostrarle todo en su primer día.
—Obvio que no me molesta, es solo por hoy, mañana no la tendrás contigo Daniel— dice Claire acomodandose en su silla.
—Claro, claro, te dejo a esta pequeña loca para ti sola a partir de mañana— dice Daniel revolviendo mi cabello.
—¡Daniel!— exclamé haciendo que todos voltearan hacianosotros— Daniel no hagas eso— digo bajando el tono.
—Lo siento olvidé que te molestaba— dijo soltando una pequeña risa.
—Sí, claro— blanquee los ojos— Bueno, vamos a sentarnos— digo empujándolo.
Subimos unos escalones más y nos sentamos. Me gustaba quedar un poco más arriba de la mitad de los asientos. Así podía ver mejor la clase y podía ver quién llegaba y quién no.
Estaba sacando mis cosas de la mochila y las puse en mi escritorio.
—Esta es la clase de geografía, Daniel— digo girandome hacia él.
—No lo sabía.
—Tienes que saberlo, te mandé el cronograma de clases por e-mail.
—¿Quién usa e-ma...?
Volteó hacia mí y yo le di una mirada asesina.
—Lo siento— dice apenado.
—No importa, te enviaré de nuevo el cronograma, pero esta vez por mensaje.
—Okey, gracias Bella— dice dándome un beso en la mejilla.
Sentí mi cara arder, de seguro estaba roja, muy roja. Aunque él fuera mi mejor amigo igual me avergonzaba un poco, siempre lo hacía, desde primaria.
Ví como Christian iba entrando al salón hablando con un amigo de su equipo de fútbol, rápidamente fingí que estaba buscando algo en mi mochila y tapé mi rostro con esta.
—Bella, ¿qué buscas?
—Mi lápiz.
—¿Te refieres a este?— dijo mientras lo sostenía.
—Si ese, lo siento es que estoy un poco emocionada por ti porque hoy vas a entrar al equipo de fútbol.
—Bella, aún no voy a entrar, primero tengo que hablar con el entrenador, mostrar mis cualidades atléticas y él verá si soy apto o no para su equipo.
—Yo estoy segura de que entrarás.
—Ojalá Bella.
Cuando terminé de hablar con Daniel me di cuenta de que Christian estaba sentado dos asientos abajo de nosotros. ¿Será que escuchó algo de lo que dije?
No le presté atención a eso y ví cuando llegó el profesor.
—Buenos días jóvenes— dice haciendo que su voz resuene por el eco que hay en el aula.
—Buenos días profesor Martínez— dijeron algunos de mis compañeros sin muchos ánimos.
—Bueno empecemos con la clase.
—Que raro, no dijo que había un nuevo estudiante en la escuela.
—No es algo raro, yo hablé con el director de aquí y le dije que no quería que me presentarán porque sufría ataques de pánico debido a ello. Lo cual es mentira.
—Es malo mentir, pero eres un genio— reí bajo.
—Ya lo sé Oliver, ya lo sé.
—Señorita Oliver y señor Miller.
Voltee rápidamente hacia donde estaba el profesor con una pose de "¿En serio?"
Todo el mundo se giró hacia nosotros, y yo sentí que quería morirme justo ahí.
—¿Algo que quieran aportar a la clase?— preguntó el profesor Martínez.
—No estábamos prestando atención porque...
—Porque Bella me estaba explicando eso que usted puso en la pizarra. No lo entendí bien— intervino Daniel.
—Bella, sabes que no me quejo de que ayudes a otros estudiantes con las clases, tú eres brillante y una buena estudiante, pero tú también debes prestar atención, así que concéntrate por favor— dice el profesor dándose la vuelta para seguir explicando.
Todos hicieron lo mismo, pero yo sentí que alguien me miraba, sabía perfectamente quien era. No quería voltear, porque de seguro mi mirada se encontraría con la suya que, como siempre, me dejaba sin palabras.
Esperé un momento y voltee, cuando lo hice ya no me estaba mirando.
¡Gracias a Dios!— Dije en mis adentros.
Pasó la clase del profesor Martínez y salimos, eran las prácticas del equipo de fútbol, la profesora Castillo no había venido así que teníamos una hora y media libre.
—Vamos ahora Daniel— digo casi empujándolo.
—¿No tenemos que ver clases?
—No, la profesora no vino así que tenemos una hora y media libre.
—Bueno, iré porque me estás casi obligando.
—Ay sí, yo Bella Oliver, estoy obligando a Daniel Miller a ir a las pruebas de fútbol— dije dramatizando.
—Ya cállate y vamos antes de que me arrepienta.
Fuimos al campo y el entrenador estaba ahí, como era de costumbre.
—Entrenador Johnson— dije tocando su hombro.
—Bella Oliver, tenía tiempo sin verte en la campo, ¿cómo estás?
—Bien, gracias. Mi amigo, él es nuevo y quiere entrar al equipo.
—Espera un momento, vuelvo en un segundo— dijo el entrenador alejándose de nosotros— ¡Vamos señoritas, se hace tarde para el entrenamiento!— dice el profesor gritando hacia los vestidores.
¡Diablos! Christian iba a salir de ahí.
—¿Tu amigo es...?— preguntó el entrenador buscando entre sus papeles.
—Daniel Miller— dice Daniel extendiendo su mano.
Me perdí un segundo cuando vi a todos esos chicos salir de los vestidores, le pedía al cielo que Christian no me viera.
—Mucho gusto Daniel yo soy el entrenador David Johnson— dice estrechando su mano—. Bueno, tu informe escolar dice que fuiste un buen jugador en tu colegio anterior.
—Sí. Se me ofreció ser mariscal de campo, pero me negué, estaba feliz con ser solo un jugador más.
—Bueno, veamos como te desempeñas en el campo.
—¿Quiere que haga mi prueba ahora?
—Si, ¿o…, no estás preparado?
—Claro que lo estoy, siempre— dijo con esa sonrisa arrogante y yo blanquee los ojos.
Daniel fue a los vestidores y se puso la parte de arriba de un uniforme nuevo. Era un uniforme de práctica y era muy diferente a los demás. Daniel fue hasta donde estaban los demás pero sin hablar, no conocía a ninguno de ellos, solo... a Christian y bueno, a Jack también.
—¡Chicos!
Todos le prestaron atención al entrenador y yo me senté en una banca dónde había un poco de sombra.
—Hoy tenemos a un chico que quiere entrar al equipo— dice llamando a Daniel con la mano— él es Daniel Miller. Va a hacer su prueba para ingresar al equipo. Quiero que todos ustedes den lo mejor hoy, no es un juego ni nada, solo es la prueba de Daniel para entrar, si logra pasar el balón tres veces por allá— dijo apuntando el área de anotación— estará dentro del equipo.
Todos los chicos del equipo empezaron a murmurar algunas cosas y el entrenador los calló.
—Okey chicos a sus posiciones.
Christian es el capitán del equipo, había olvidado eso.
El juego comenzó y a la primera derribaron a Daniel. Él vino hacia mí y yo le extendi la mano en dónde tenía una botella de agua.
—No, no quiero eso, me iré.
—No Daniel por favor.
—Bella acabas de verme. No sé qué me pasó.
—Sí, fue el primer intento.
—Y el último, vamos.
—No, Daniel, irás allá y harás esto por ti, estaré aquí apoyándote como tu mejor amiga que soy.
—Eres tan tierna cuando dices esas cosas.
—Nada de tierna, ve allá y pateales el trasero a todos. No literalmente, por favor.
—Obvio que no lo voy a hacer literalmente, Oliver— rió, me dió un beso en la frente y de nuevo se fué al campo para seguir su prueba.
—1 perdida . 0 ganadas— dice el entrenador— esfuérzate Miller
—Esta vez lo haré entrenador.
Comenzó otro pequeño juego y esta vez Daniel lo estaba haciendo muy bien.
—¡Daniel tú puedes!— grité desde mi asiento.
Pasaron 5 segundos y anotó.
—1 perdida . 1 ganada.
Otro juego y Daniel lo estaba haciendo fantástico, algunos de los chicos no podían alcanzarlo. Pasó un rato y otra anotación.
—¡Así se hace Daniel!— grité poniéndome de pie.
Era la típica mejor amiga apoyando a su mejor amigo en todo. Que cliché ¿No?
—Último juego— grita el entrenador— Miller, si ganas este entras en el equipo, si pierdes tendrás que hacer la prueba otro día.
—Okey entrenador— dice Daniel acercándose a mí.
—¿Viste como lo hice?
—Claro, estoy orgullosa de ti.
Lo abracé pero había olvidado que estaba completamente sudado.
—Iugh Daniel, que asco.
Él solo rió y se fué de nuevo a jugar.
El juego comenzó en un abrir y cerrar de ojos, esta vez creo que estaban siendo un poco más rudos. Al principio parecía que Daniel iba a perder. El llevaba el balón y Christian iba detrás de él.
Sé que Christian jamás le haría nada a Daniel él me dijo que se estaban haciendo amigos, ¿acaso era mentira?
Christian iba detrás de Daniel y Daniel tenía el balón, solo esperaba el momento en el que Christian tacleara a Daniel al suelo. Ese momento no llegó, Daniel anotó y yo grité por lo alto.
—¡Daniel, así se hace!— Era lo único que gritaba.
Daniel venía corriendo hacia mí para abrazarme. Lo abracé pero luego me dí cuenta de que estaba totalmente sudado.
AHH QUE ASCO.
—Daniel.
—¿Sí?— dice él separándose de mí.
—Apestas, de verdad.
—No hagas que te vuelva a abrazar.
—Es en serio.
—Bueno iré a ducharme nos vemos, puedes irte si quieres— dijo alejándose de mí.
No dudé ni un segundo en salir de ahí, sabía que si me quedaba en el campo Christian me buscaría para hablar, y no estoy lista para eso. Bueno, no ahora. Caminé un rato. Estaba pasando por un pasillo que la mayoría de las veces se la pasaba vacío.
—¡Bella!— escucho que gritan mi nombre al principio del pasillo.
Comencé a caminar rápido, muy, muy rápido, sabía que era Christian, esa voz la reconocería en cualquier lugar.
—Bella— su voz se escuchaba más cerca, caminé lo más rápido que pude.
Un brazo me prohibió seguir el paso. Me alcanzó, tendré que enfrentarlo.
—Bella, escúchame…
¿Que lo escuche?
—No Christian, tú tienes que escucharme y no quiero que me interrumpas mientras hablo— dije con un poco de valor.
—Está bien.
Suspiré.
—Esa noche me sentí una idiota, ridícula y sobretodo usada. Esa noche no sabes cómo la pasé, pensé...— lágrimas nublaron mi vista— pensé que esos sentimientos que dijiste sentir por mí eran reales, pensé que me buscarías pero... no lo hiciste y eso me decepcionó. Lo de Allison; un total desastre. Pienso que me has estado engañando aun sin ser nada. ¿Por qué siento esto por ti?— pregunté. Varias lágrimas descendieron por mis mejillas y las limpié bruscamente.
»¿Por qué no solo me dejaste tranquila? ¿Qué diablos es lo que quieres conmigo? ¿Por qué no buscaste a otra chica a la cual enredar? ¿Por qué tuve que ser yo? Te di todo de mí, ¿y tú? ¿qué me has dado? Angustia, tristeza, enojo y frustración. ¡No quiero sentir esto! ¡Odio sentir esto, joder!
Puse mis manos en su pecho y lo empujé, me arrepentí a los segundos.
—Lo siento.
—¿Acabaste?— preguntó tragando grueso.
Asentí, enojada.
—Ahora tú me escucharás a mi. Esa noche te dejé ir porque pensé que cuando te ibas, lo hiciste porque estabas molesta e ibas a volver, pero cuando me di cuenta de que no fue así. Salí como un loco de ahí buscándote por todas las jodidas calles que pude, intenté pensar en dónde podías estar.
»Cuando te vi, estabas en un café con Daniel. No te voy a mentir, te ví ahí con él y sentí celos, estúpidos celos por verte con tu mejor amigo, ¿por qué? Porque me gustas, me gustas Bella Oliver, ¿qué quieres? ¿qué lo diga frente a todo el instituto? ¿qué me lo tatue en la frente? ¿qué me infiltre en la oficina del director y lo diga en los altavoces?
»Cuando llegué a mi casa esa noche, en mi habitación me bebí dos botellas de Vodka ¡Dos! Los celos… los celos me estaban carcomiendo aquí adentro— dice poniendo su mano en el pecho— traté de llamarte; más veces de las que puedo contar, ninguna la contestaste. Tú no fuiste la única que se sintió jodidamente mal, Bella.
»Yo también tengo sentimientos, también sufro, también la pasé mal, porqué no sabes cuanto me arrepiento de no haberte buscado al instante. Y me duele que dudes de los sentimientos que tengo hacia ti, porque déjame decirte que es lo más real que he sentido en mi existencia.
Me quedé mirando como su pecho subía y bajaba. Me quedé totalmente congelada, no sabía qué decir, al parecer, él también se sintió igual de mal que yo. O quizás peor. Quería decírselo aquí, en este momento, y lo haré, no estaba totalmente segura de hacerlo pero sé que jamás lo estaré. Me decidí, se lo contaré aquí y ahora.
—Christian... yo... yo... debo decirte algo que pasó un día después de eso.
El arrugó la cejas y habló— ¿Qué cosa?
—Yo...
—Dilo.
—Yo...— tragué grueso y me puse firme—, estuve con otro chico.
Su cara se puso totalmente pálida, divisé como su mano tembló un poco antes de pasarla por su cabello.
—Bella, ¿qué diablos estás diciendo? ¡¿qué mierda dices?!
—Una equivocación que cometí.
—No es cierto. No es cierto, mierda, ¡di que no es cierto!
—Es cierto Christian, solo te puedo decir eso —dije apenada—. Lo siento, pero tengo que irme Christian, tú estás muy... adiós.
El me jaló del brazo suavemente y me encaró.
—¿Que te hizo? ¡Dime!— exclamó.
Esta parte de él... se veía furioso.
—Solo lo hicimos Christian.
—Si, pero, ¿sientes algo por él?
Siento su mirada encima de mí y me incomodo cada vez más.
—No.
Me jaló del brazo y me metió en un salón abandonado.
—¿Qué haces Christian?
—Bella, lo que yo siento por ti no es nada sexual, ni físico. Yo lo siento aquí— dice poniendo mi mano en el lado en donde está su corazón—, tú me haces sentir así, como si mil mariposas estuvieran revoloteando por mi estómago.
»Sé que suena cursi pero así lo siento, eres la primera chica con la que quiero tener algo serio después de un tiempo sin nadie a mi lado.
Quería soltar una pequeña risa por lo de que sonaba cursi, pero no era el momento.
—Christian, tú... tú me gustas, de verdad— admití.
—Bella, eso ya lo sé, ya me lo dijiste— dice besando mi frente— ¿Me dolió cuando me dijiste eso? sí. Demasiado. Pero de nada vale porque no sientes nada por él y sonaré un poco egocéntrico pero, yo sé que tú solo estás enamorada de mí.
»Dime ¿Quién te haría reír al igual que yo? ¿Quién aparte de tus seres queridos se preocuparía por ti al igual que yo? ¿Quién te daría lo que te mereces en una relación al igual que yo?
Él tenía razón, solo me gustaba él. Y en todo lo demás también tenía razón.
—Ahora, salgamos de aquí.
Lo seguí y salimos tomados de las manos.
Esto para mí es irreal, Christian me está tomando de la mano en el instituto, es como... un sueño para mí y jamás quiero despertar.
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Nota de la autora: Pensé que Christian iba a reaccionar diferente, pero al parecer lo que siente por Bella es real. ¿Que pensará Daniel sobre esto?, Pronto lo sabremos muajajajaja.
No olviden votar por la historia corazones, se les quieree <3
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