Capítulo 14
Bella:
Dolor, confusión y abandono
Fueron los sentimientos que me abrazaron apenas caminé un par de cuadras.
Dolor: porque cuando salí de la casa de Christian, me tropecé con una roca y caí tendida en el suelo ocasionando que las palmas de mis manos y mis rodillas se rasparan un poco.
Confusión: porque no sabía qué pensar de esos mensajes de la tal Allison, sé quien es, pero no sabía que había sido novia de Christian. Ella es mucho más bonita que yo, tiene mejor figura que yo, es... mejor que yo.
Y abandono: porque pensé que mientras iba saliendo de su casa él iría detrás de mí, soy una idiota por pensar que eso pasaría.
Esa acción me hizo dudar de esos "sentimientos" que él dice tener hacia mí.
Lo primero que pensé fué: lo sabías, sabías lo que pasaría si te juntabas con él y aún así lo hiciste. Mírate, humillada de nuevo por un popular.
Iba caminando un poco adolorida, por una calle solitaria, el viento estaba tan frío que hacía que mi piel se erizara. Mientras caminaba, escuché un auto venir detrás de mí, el pánico y el miedo se apoderaron de mi sistema completamente, solo podía ver las luces de este y una silueta que salía de él.
—¿Bella?
Esa voz... Conocía esa voz perfectamente.
—¡Daniel!— exclamo mientras lágrimas salen de mis ojos.
—Bella, ¿qué tienes?, ¿por qué lloras? No me gusta verte así— dice tomando mi cara entre sus manos.
—Nada solo que... pensé que eras alguien que me quería hacer daño— mentí. Bueno, no del todo. En parte si estaba llorando por miedo de ser secuestrada o atacada por un desconocido.
—Yo jamás te haría daño— dice besando mi frente—. Vamos, sube— dice abriendo la puerta del auto.
Subí y rápidamente el calor invadió mi cuerpo, el auto tenía el aire un poco bajo.
—¿Podrías subirle un poco?— digo apuntando la calefacción del auto.
—Claro— hizo lo que le dije y me sentí cómoda.
—Entonces... ¿Por qué no estás con Christian?— pregunta viendo el camino.
—No... no quiero hablar de eso ahora Daniel— respondo reteniendo lágrimas en mis ojos.
—Okey Bella, cuando te sientas preparada para contarme, estaré aquí para ti— dice dándome una cálida sonrisa.
Daniel manejó unas cuadras hasta que llegamos a un café, era muy lindo, se veía pacífico. Cuando entramos el aroma a café invadió mis fosas nasales, amaba mucho ese olor.
—Sientate aquí— dice Daniel apuntando un asiento—, ya vuelvo.
—Espera Daniel— digo tomándolo del brazo— mi favorito es el Capuchino con un toque de vainilla— dije soltando su brazo.
—Okey— dice dándome una sonrisa para luego pedir los cafés.
Pasé un rato esperando a Daniel, miraba por la ventana y desde ahí veía el gran cielo estrellado, era muy hermoso, es increíble como las estrellas brillan, pero luego desaparecen así de la nada.
Daniel me sacó de mis pensamientos poniendo él café frente a mí.
—Gracias— dije tomando su mano.
—Es un placer— dice guiñándome el ojo—. Y bueno Bella, ¿qué quieres hacer mañana en nuestra salida?— dice Daniel tomando un sorbo de su café.
¡Diablos! Lo había olvidado por completo.
—No sé, ¿vamos al parque y comemos helado?— pregunto encogiendome de hombros.
—¿Cómo en los viejos tiempos?— pregunta soltando una pequeña risa.
—Si, como en los viejos tiempos— digo sonriéndole.
—Así es que me gusta verte, sonriendo— dice acunando mi mejilla en su mano.
Sentí rápidamente la sangre subirse a mis mejillas.
Espera.
Me dijo lo mismo que me había dicho Christian hace unos días. Ahora me siento peor.
—Bueno, ¿te llevo a tu casa?— pregunta pagando los cafés.
—Supongo, si no hay otro lugar a dónde ir.
Subimos a su auto y él arrancó. Mientras Daniel conducía yo veía por la ventana del auto, siempre veía al cielo, me daba paz y mucha tranquilidad.
—Estás callada, que raro— dice Daniel soltando una carcajada.
Yo reí un poco y dije:
—Si es que... estaba pensando unas cosas— digo volviendo a mirar a la ventana.
—No te voy a preguntar qué cosas porque no te quiero presionar, cuando sea el momento tú me lo contaras— dice estacionando su auto frente mi casa. Ni siquiera noté que habíamos llegado,
—Gracias por traerme Daniel— digo aún en el auto.
—Con mucho gusto Oliver— dice con una sonrisa en su rostro.
El se acercó a mí y plantó un beso en mi mejilla.
—¿Quieres pasar?— pregunto apuntando mi casa.
—Con gusto lo haría, pero unos amigos me invitaron a salir y, ellos son… más que fastidiosos, así que prefiero no hacerlos enojar y que me estén molestando con sus mensajes durante toda la noche— dice rodando los ojos.
—Okey, nos vemos mañana— digo cerrando la puerta del auto.
—Hasta mañana Oliver, paso por tí a las cuatro de la tarde— dice y luego se va en el auto.
Y ahí quedé yo, con el viento azotando mi cabello y haciéndome sentir mucho frío. Entré lo más rápido que pude a la casa y cerré la puerta detrás de mí.
—Bella, ¿eres tú hija?— pregunta mi madre desde la cocina.
—Sí mamá— digo caminando hacia allá—. Hola— digo en el marco de la entrada a la cocina.
—Hija, llegas justo a tiempo la cena está lista— dice sirviendo la comida en los platos—, ¿y Christian?
Al escuchar su nombre se me revolvió un poco el estómago, me hizo recordar todo lo que pasó esta tarde. No porque hayamos… no, yo quise eso y no me arrepiento, sino por todo lo que pasó después de ese momento tan… único para mí.
Una cosa que debo admitir, es que Christian me trató con mucha delicadeza, sus caricias eran tan suaves que quería que lo siguiera haciendo por mucho tiempo más. Incluso noté su cara de preocupación cuando vió que solté unas lágrimas por el dolor que me ocasionaba tener su cuerpo dentro del mío.
—Bella, hija, ¿estás bien?— pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos.
—Sí mamá, ¿decías?
—¿Dónde está Christian?
—Él tuvo que ir a cuidar a su mamá, ya la señora Adams está en su casa y Christian tiene que cuidar de ella.
—Oh bueno, preparé mucha comida— dice apuntando la cocina.
Reí un poco y me senté a comer con ella.
—Lindsey llamó, preguntó por ti— dice mi madre llevándose un bocado a la boca.
—¿En serio? ¿Qué dijo?— pregunto un poco entusiasmada.
—Vendrá la semana que viene, se quedará aquí por una semana cuando venga.
—¡Que bueno!
Terminamos de comer y ayudé a mi mamá a lavar los platos.
—Voy a subir a mi habitación mamá. Te quiero.
—Okey hija, te quiero, buenas noches.
Le dí un beso en la mejilla y subí a mi habitación.
Cogí mi celular y busqué el número de Sophie.
Para: Sophia bff <3
Necesito hablar contigo, ¿podemos hablar por llamada? Es más rápido.
No pasaron ni dos segundos cuando ella ya me había marcado.
—Bella, ¿qué tienes?
—Sophie... yo...— lágrimas amenazaban por salir de mis ojos.
—Bella, me estoy preocupando— dice Sophie con un tono pasivo.
—Yo... estuve, digo... ya sabes, pasó eso con Christian hoy.
—¿QUÉ?— Su voz hizo que me chillara un poco el oído.
—Shh.
—Bella, estoy tan feliz.
¿En serio le emocionaba?
—Sophie... No he terminado.
—Dime, continúa, cuéntame los detalles— dijo entusiasmada.
—Luego de que lo hicimos yo me duché, entré a su habitación y le avisé que ya podía entrar a la ducha, cuando él se fué, al poco rato comenzaron a llamarlo, cuando ví era una tal Allison, ella siguió llamando por un rato y luego mandó varios mensajes. Algunos eran ofendiendome a mí y otros eran para que Christian fuera a… dormir con ella. Cuando se los mostré él intentó explicarme, pero no dejé que lo hiciera ya que estaba un poco dolida por ello.
—Bella...
—Sophie, aún no he terminado— suspiré—. Cuando nos íbamos él intentó explícarmelo de nuevo, pero yo le dije que ese no era el momento. Él me dijo que no nos iríamos hasta que él me lo explicara todo, yo le dije que me iría caminando, empecé a caminar hacía la salida, con la esperanza de que él me detuviera. Cuando salí de la casa y caminé unos metros lejos de ella, me dí cuenta de que él ni siquiera me llamó, no me detuvo cuando intenté irme.
»Lo peor de todo es que me siento muy confundida con todo esto, no sé qué pensar sobre esos "sentimientos" que él dice sentir por mí. Llegué a mi casa porque me conseguí a Daniel en el camino, ¿lo recuerdas? El chico del que te había contado, él me trajo hasta mi casa.
Escuché del otro lado de la línea que dijo algo, pero no logré comprenderlo.
—¿Qué dijiste?— pregunto con un nudo en la garganta.
—Nada, solo…, siento mucho todo esto Bella, sé cómo te sientes, me ha pasado un par de veces y no es nada bueno. Mañana iré a tu casa, haremos una pijamada y me contarás todo mejor ¿Okey?
Solté una pequeña risa—. Okey.
Yo le colgué la llamada y puse mi teléfono a un lado.
Aunque no lo quería, estaba pensando en ese momento tan prohibido entre nosotros, esas deliciosas sensaciones volvían a mi cuerpo y hacían que me estremeciera inconscientemente. Aún siento sus caricias tan vívidas en mi piel, sus murmullos en mi oído, su calma, la sensación de su pecho contra el mío… todo en ese momento era perfecto.
Hasta que vino la situación de Allison a mi mente y comencé a llorar silenciosamente, no podía hacer tanto ruido porque mi madre vendría y me encontraría así.
Odio esto.
Llorar en silencio es tan asfixiante. Todo el sentimiento se te acumula en la garganta, quieres gritar y llorar escandalosamente para que esa sensación de que tu pecho está oprimido, lleno de sollozos y jadeos, desaparezca de ti lo más rápido posible.
Estaba cansada, cansada de pensar y de llorar. Mis ojos comenzaban a cerrarse solos. Mientras los estaba cerrando mi celular sonó. Lo tomé y la luz de la pantalla me cegó por un momento, cuando pude ver de quién se trataba, un nudo se formó en mi garganta.
Christian.
Lo ignoré porque sabía que si respondía caería de nuevo. Volvió a llamar una segunda vez, lágrimas salían de mis ojos descontroladamente.
—¿Qué quieres de mí? Ya te di todo lo que tenía para ofrecer— dije mientras sostenía el teléfono.
Mi teléfono volvió a sonar y lo puse en silencio, no quería saber nada de él por ahora, luego de lo de esta tarde saber de él solo me causaría más daño.
Llorar, eso era todo lo que hacía. Creo que es verdad lo que dicen, el primer amor duele, pensé que solo era algo que la gente decía por decirlo, pero ahora puedo comprobar que no es así, el primer amor si duele y demasiado.
Esa noche me dormí a las 2:00 am, fue la hora en la que pude conciliar el sueño.
[...]
El sol iluminó mi rostro.
¿Qué diablos? Yo había dejado la cortina cerrada— Fue lo que pensé.
Cuando abro los ojos me encuentro con mi madre de pie frente a mí.
—Mamá, por favor... son las.
Me sorprendí al ver la hora en el reloj.
—Son las once y treinta de la mañana, es hora de despertar— dice mi madre con los brazos cruzados.
—Sí mamá, ya voy— digo levantándome de la cama.
Fui al baño, lavé mis dientes, me duché, me vestí y bajé a desayunar.
—¿Hoy saldrás con Daniel?— pregunta mi madre.
—Si, quedé con él ayer, me pasará buscando hoy a las cuatro de la tarde— digo dándole una mordida a mi tostada.
—Bueno que bien— dice mi madre con una sonrisa en su rostro.
—Mamá, ¿Sophie se puede quedar esta noche?
—Claro hija, Sophia me cae muy bien, ella es una buena chica— dice mi mamá levantándose de la mesa.
Ay madre, si tan solo supieras— Pensé.
Me senté en la sala con mi teléfono, le envié un mensaje a Sophie.
Yo:
Sophie, mi mamá me dijo que si puedes quedarte hoy en la casa ;)
Esperé un rato por su respuesta hasta que llegó.
De: Sophia bff <3
Okey amigaa, esta noche nos divertiremos guiño guiño ;)
Yo:
¿Qué quieres decir con eso?
De: Sophia bff <3
Ya lo verás.
Yo:
Espero que no sea una de tus locuras.
De: Sophia bff <3.
Tranquila ;)
No le respondí y dejé que el día pasara su curso.
Eran las tres y media de la tarde, me metí a la ducha, no me lavé el cabello, aún no lo tenía sucio, me duché y salí de la regadera.
Busqué una ropa casual para mi salida hoy con Daniel. Al final me puse unos vaqueros ajustados arriba pero algo sueltos abajo, una camiseta casual negra y mis tenis blancos.
Solté mi cabello haciendo que este cayera sobre mi cara y me apliqué un poco de brillo labial
Bajé las escaleras y mi mamá estaba en la sala, no estaba sola estaba con alguien más.
—¡Daniel!— digo mientras camino para abrazarlo.
—Hola Oliver— dice con una sonrisa en su rostro.
—Bella cariño, estás preciosa— dice mi madre.
—Lo dices porqué soy tu hija mamá— dije
—La señora Bennett dice la verdad Bella— dice Daniel guiñándome un ojo.
—Bueno... Vuelvo a las… seis… ¿seis y media? Volveré temprano mamá, te quiero.
—Adios hija, cuídate.
—Aquí está su caballero personal señora Bennett— dice Daniel soltando una risa.
—Camina señor chistoso— digo jalandolo del brazo.
Fuimos al parque, él estacionó su auto y bajamos de este mismo.
—Bueno, desde aquí cierra los ojos, los abres cuado yo te diga ¿Okey?
—Okey.
Caminamos unos metros hasta que paramos.
—¡Ahora si puedes abrirlos!— dice con mucha alegría.
Cuando abrí los ojos vi una manta en el suelo una cesta de picnic dos bolsas grandes de doritos y un par de gaseosas
—Daniel... no te hubieras molestado— digo volteandome hacia el.
—Bella, eres como mi mejor amiga, hacerte cosas así no me molestan para nada— dice abrazándome.
Nos sentamos y el comenzó a sacar cosas de la cesta.
—Toma— dice extendiendo un plato con un sándwich de jamón y queso.
—Es queso...
—Si, cheddar, tu favorito— sonrió—. También traje helado de pistache y de fresa, recuerdo que te gustan ambos, a mí solo me gusta el de fresa— sonríe—También traje Doritos porque recordé que son tus favoritos.
—Gracias por todo esto Daniel, siempre has sido tan atento conmigo, tan dulce. Te quiero.
—No tienes que agradecer nada Bella, también te quiero— besó mi cien—Ahora empecemos a comer— dice dándole una mordida a su sandwich.
Comimos hasta que no pudimos más, solo quedó una bolsa de Doritos.
—Vaya... En mi estómago no cabe más nada— dice Daniel tocándolo.
—En el mío tampoco— digo soltando una pequeña risa que hizo que me doliera un poco.
—¿Me la puedo llevar?— pregunto sosteniendo la bolsa de Doritos.
—Claro, es toda tuya, la otra te la comiste prácticamente tu sola, recuerda que a mí no me gusta mucho esa cosa.
—Aún no puedo creer que no te guste Daniel Miller. Esto— dije sosteniendo la bolsa de Doritos— es lo mejor que hay en el mundo.
—Claro.
—¿Cómo fue tu vida antes de llegar aquí de nuevo, Miller?
—Pues, lo de siempre, estudiar, ser parte del equipo de fútbol del instituto, ignorar a algunas chicas, ya sabes lo de siempre.
—Vaya, claro, eso para ti debe ser muy normal— digo soltando una risa.
—Bueno, si pero... nada— soltó una risa.
—Deberías entrar al equipo de aquí— digo con una sonrisa.
—¿Tú crees?
—Claro, me acabas de decir que jugabas en tu colegio anterior, ahora puedes jugar aquí, si quieres te acompaño mañana para que hables con el entrenador.
—¿Harías eso por mí?— pregunta con un pequeño brillo en sus ojos.
—Claro, cualquier cosa por mi mejor amigo.
—¿Ahora soy tu mejor amigo?
—Claro, bueno si tú quieres, pero si no quieres...
—Claro que quiero Bella— dice abrazándome.
—Entonces, ¿te llevo a tu casa, mejor amiga?— pregunta emocionado.
—Claro, mejor amigo.
Entramos a su auto y el condujo hasta mi casa. Un auto se estacionó detrás de nosotros, supe quien era.
Me despedí de Daniel y bajé del auto.
—¡Bella!— dice Sophie con los brazos abiertos.
—¡Sophie!— digo corriendo hacía ella.
—¿Cómo estás cariño?— pregunta ella con sus manos en mi rostro.
—Ni bien, ni mal. Pero dime, ¿cómo estás tú?
—Bueno, bien, y si tienes preguntas de Jack, solo te digo que estamos bien, nuestra relación va por buen camino, a veces discutimos y nos dejamos de hablar, pero lo arreglamos.
—Vale— reí
Entramos a la casa. Todo estaba en silencio.
—¿Mamá?
Nadie respondió.
Fui a la cocina y encontré una nota en la mesa.
Hija, me tuve que ir de emergencia, un paciente entró en estado crítico y tuve que ir lo más rápido que pude a la clínica. Volveré mañana por la tarde.
Te quiero, dejé la cena en el horno.
No sé acuesten muy tarde.
Las quiero.
—Sophie, mi mamá no está— avisé desde el comedor.
—¡Súper! Así mi plan será más fácil de ejecutar.
—¿Tu plan? ¿De qué estás hablando?
—Bueno te dije que venía para hacer una pijamada, pero en realidad era para escaparnos e ir a una discoteca cerca de aquí.
—¿En serio?
—Si, así que ve, arréglate y ponte sexy que hoy iremos a disfrutar— dice con un tono pícaro.
—No creo que sea buena idea, además, mañana tenemos clases.
—Bella, por favor, tú nunca has ido a una discoteca, es tu primera vez, no seas aburrida, además, podemos irnos cuando tú me digas te lo prometo.
—Sophie yo...
—Bella...
—Sophie...
Ella me quedó mirando con ojos de perrito regañado, se veía tan tierna, me iba a arrepentir de lo que estaba a punto de decir.
—Okey Sophie iré contigo, pero con una condición.
—Dime Bella, cualquiera, yo la acepto.
—No vas a beber porque después no vamos a tener a alguien que nos traiga de vuelta, prometelo— digo en un tono serio.
—Okey, te lo prometo— dice rodando los ojos.
—Espero que no me mientas, porqué si lo haces no saldré contigo para ningún otro lado— dije subiendo las escaleras.
Busqué algo sencillo, no quería verme "sexy" como lo había dicho Sophie.
Opté por un vestido negro deportivo que no cubría mis rodillas, se ajustaba a mi cuerpo fácilmente, me puse una chaqueta del mismo color para cubrir mis pechos y para completar unas converse negras que combinaban con el vestido.
Bajé y ya Sophie (no es que me sorprenda) estaba arreglada.
—¿Vas a ir así?
—Si, ¿algún problema?— pregunto arqueando una ceja.
—No, así estás perfecta.
—Bueno, vámonos antes de que me arrepienta de esto— digo tomando mi bolso y con el, mi celular.
Salimos de la casa y subimos al auto de Sophie, ella lo encendió y manejó.
Sophie duró al rededor de media hora llegar a ese club.
"The Crazy Club"
No puedo creer que casi cerca de mi casa haya un club llamado "El club loco" en español.
Los padres de Sophie son adinerados, su padre es un ejecutivo y su madre una contratista. Se puede decir que ambos reciben una muy buena paga.
Entramos y la música estaba demasiado fuerte, se escuchaba más alto de lo que se escuchaba afuera.
Había demasiadas personas, algunas estaban sentadas, otras estaban sudadas, le estaba dando gracias al cielo por haber llevado una chaqueta, porque sino todo el sudor de esas personas se hubiese pegado a mi piel y para mí, bueno para todos, eso es algo muy desagradable.
—Espera aquí, voy a hacer una llamada y ya vuelvo— dice Sophie alejándose de mí.
Maldije en mis adentros. ¿Por qué me dejaste sola Sophia?
Esperé en la barra y el bartender puso un trago frente a mí.
-—Disculpe, yo no pedí esto— digo poniendo a un lado la copa de lo que parecía ser ¿Piña colada?
—Es cortesía de la casa— dice dándome una sonrisa.
—Gracias.
Estaba indecisa, no sabía si tomarlo o no. Dejé eso a un lado y le di un sorbo muy pequeño.
—Pareces nueva, ¿eres de por aquí?— pregunta el bartender.
Él no era un hombre, bueno si lo es pero no en ese sentido, me refiero a que es un chico, quizá dos o tres años mayor que yo.
Cabello negro, ojos marrones, nariz perfilada y las facciones de su cara son muy lindas.
—Eh..., no, bueno sí, pero... me refiero a que sí soy nueva al venir a este club y sí soy de por aquí. Vivo aquí desde los seis.
—Oh entiendo, ¿no te gusta salir?
—No mucho, soy de esas que estudian pero que tiene una mejor amiga que le gusta este tipo de lugares, salir de fiestas, etc.
Él suelta una risa y habla.
—Si, entiendo, pero, ¿no te está gustando estar aquí ahora? Digo... en el club por supuesto.
—Bueno sí y no, mi mejor amiga fue a hacer una llamada y me dejó sola aquí, pero eso hizo que conociera a alguien nuevo. Y de hecho, no me has dicho tu nombre.
—Joshua, pero puedes llamarme Josh.
—Mucho gusto Joshua, soy Bella— digo extendiendo mi mano hacía él.
El tomó mi mano y besó la parte de externa de esta. Eso me sorprendió, pensé que solo la estrecharía con la mía.
—Que lindo nombre, Bella.
—Gracias, el tuyo también lo es.
Por lo menos puedo hablar con alguien mientras que mi mejor amiga “hacía una llamada".
—————————————————————
Nota de la autora: Bella, sufriste mucho en una sola noche.
Todos tenemos una amiga como Sophie, comenten aquí si es así ;)
¿Qué piensan de Joshua? ¿Es lindo no? No puede ser ya me estoy enamorando de mis propios personajes ¡Help!
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