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Capítulo 13

Christian:

¿Qué diablos hace él aquí?

Fue lo primero que me pregunté. No podía decirlo en voz alta, no soy quien para correrlo de aquí.

—Daniel, que sorpresa verte aquí— dijo Bella en cuanto entró a la sala.

Yo la seguí y me senté a un lado en el sillón con ella.

—Vine a visitarte, Oliver— respondió con una sonrisa de boca cerrada.

—Ah, bueno... que agradable tenerte aquí— sonrió.

—Bella, cariño, por favor ve a cambiarte— dice la madre de Bella amablemente.

—Ok mamá, ya voy— le respondió levantándose del sillón para luego subir las escaleras.

—Ya vuelvo, traeré unos bocadillos— dijo la señora Bennett levantándose del sofá.

Daniel y yo asentimos y quedamos solos, en total silencio. Solo hasta que el abrió su estúpida boca.

—Entonces... Christian— dijo haciendo énfasis en mi nombre—, ¿qué haces aquí?— pregunta cruzandose de brazos.

—¿No lo ves?— pregunto sarcásticamente— la vine a acompañar a su casa.

—Ya lo hiciste y te puedes ir— dijo un tanto disgustado —, ¿no tienes otras cosas que hacer? — preguntó recostandose del sillón.

—No...

Mierda, tengo que recoger a mi madre en el hospital.

—No, estoy esperando a Bella porque vamos a salir, de nuevo— digo dándole una sonrisa de suficiencia.

—Bueno, pues yo la vine a visitar, así que veamos a quién prefiere— dice en tono de victoria.

Ni que fuera una maldita prueba de preferencias, aunque…

De: Christian.

Oye, ¿vamos a recoger a mi mamá del hospital?

Esperé su respuesta por un momento y llegó.

De: Bella <3

¡Claro! Tu mamá me cae muy bien.

Sonreí después de leer eso.

De: Christian.

Wow, pareciera que mi mamá te cae mucho mejor que yo.

De: Bella <3

No digas eso, tu mamá no es la que me besa apasionadamente ;)

Reí un poco por el mensaje.

De: Christian

Oh, la chica piensa que beso apasionadamente, me halagas.

De: Bella <3

Para servirle, señor.

De: Christian.

Ya baja, estoy esperando.

De: Bella <3

Okey, ¿luego vamos a tu casa, no?

Ese mensaje me sorprendió, esta no es la Bella tímida que conocí al principio. Me gusta que tenga confianza conmigo, eso me hace acercarme más a ella.

De: Christian.

Claro, solo debes pedirle permiso a tu madre, no quiero tener problemas con ella.

De: Bella <3

Okey, yo le digo, ya bajo.

No le respondí, esperé a que bajara.

Estaba sentado en la sala, con Daniel aún ahí. Cada vez que lo miraba él me daba una sonrisa de victoria; Daniel se va a decepcionar, y mucho.

No quería usar el sentimiento que tiene Bella hacia mí para esto, pero no quiero que esté al lado de él, me da mala espina.

La mamá de Bella entró a la sala y trajo unos sandwiches pequeños cortados en triángulos. Yo tomé uno por cortesía y porque también tenía un poco de hambre.

Escuché pasos que provenían de la escalera y me voltee rápidamente para ver bajar a Bella.

Llevaba unos jeans negros que se ajustaban a sus piernas, una camiseta que le quedaba un poco grande, unos tenis casuales y una cola alta.

Se veía tan... inocente. Nadie pensaría que esta mañana la estaba tocando y ella no se opuso. Dejé esos pensamientos a un lado porque sino tendría una erección aquí mismo.

—Hola de nuevo— dice sacudiendo su mano.

—Bella, ¿quieres ir al parque conmigo hoy?— pregunta Daniel levantándose del sillón.

—Eh... Daniel, yo... no puedo hoy, saldré con Christian— dijo apuntandome.

—Oh, no sabía, será otro día, ¿mañana puedes?— Dice mirándome discretamente.

Idiota.

—Claro, mañana a las cuatro de la tarde— dice Bella tomándome de la mano.

Yo salí y voltee hacia donde estaba Daniel, le di una sonrisa de victoria y él también hizo lo mismo, no sé por qué.

—Mamá— dice Bella soltando mi mano.

—Dime, cariño— dice la señora Bennett.

—Christian y yo vamos a salir, iremos al hospital para sacar a su mamá, le dan de alta hoy.

—Cariño, ¿y Daniel?— pregunta su madre apuntando a la sala.

—Él me dijo que estaba bien, Daniel y yo saldremos mañana al parque, tiene muchas cosas que contarme— respondió Bella con una sonrisa en su rostro.

—Okey hija, cuídate por favor— dijo la señora Bennett besando la frente de Bella.

Salimos de la casa y ambos subimos al auto. Lo encendí y conduje hasta el hospital.

—¿Daniel y tú se llevan bien?— pregunta Bella mirándome.

—Si, de hecho estuvimos hablando un poco mientras tú estabas cambiandote— mentí. Aunque no del todo, si estuvimos hablando.

—Oh que bien, solo quería saber— dijo con una sonrisa.

—Si, ya estamos construyendo una amistad, me cayó muy bien— volví a mentir.

No podía decirle a Bella que su ridículo amigo me da mala espina, me cae mal, y que estoy celoso de él. No quiero que acabe su amistad con Daniel por mí.

Después de varios minutos, llegamos. Bajamos del auto y caminamos hasta la entrada.

Cuado entramos, lo primero que vi fue a mi padre. Estaba solo, gracias al cielo que no está mi tía aquí, no quería formar un espectáculo en el hospital, y mucho menos frente a Bella.

—Hola papá— digo con poco ánimo.

¿Papá? Ugh

—Hola hijo— dice levantándose de la silla.

¿Hijo?

Bella se quedó a un lado observandome. Decidí presentarsela a mi padre, ella merecía que mi padre la conociera, así sea como una amiga, y así mi padre no se lo merezca.

—Papá— dije poniendo mi mano en su hombro.

—¿Si?— pregunta dándose la vuelta.

—Ella es Bella— dije presentándola.

—Ho-hola señor Jones— dijo tartamudeando un poco.

—Hola Bella, un gusto conocerte— respondió estrechando su mano.

Mi padre me hizo una seña de que lo siguiera.

—Vuelvo en un segundo, por favor no te vayas, ya vuelvo— digo besando su frente.

Seguí a mi padre y me llevó a una esquina casi solitaria.

—¿Es tu novia?— pregunta de la nada.

—La estoy conociendo, papá. Es una buena chica, y… me gusta— respondo rascando la parte de atrás de mi cabeza.

—Te gusta…— lo pensó— ¿Ella sabe lo que pasa en nuestra familia?

—No— mentí— esto es un asunto familiar y no lo voy a mezclar en mi... en mi amistad con ella.

—Okey, se ve que es buena chica, con tal que no sea como esa ex novia tuya Allison…

—No la compares con Allison, papá— hice una pausa—. Ella no es así.

—Veremos con el paso del tiempo.

Virimis con il pisi dil tiimpi. Idiota

Ya, conciencia.

Caminamos de nuevo a la sala de espera, nos dijeron que aún le estaban haciendo unos estudios a mi madre pero que era seguro que hoy le daban de alta.

Me senté al lado de Bella, estaba totalmente nervioso.

Sentí su mano sobre la mía.

—Tu madre está bien, no te preocupes— dijo con una cálida sonrisa en el rostro.

Besé la parte de atrás de su mano y me calmé un poco. Al cabo de unos minutos, pude ver a mi madre en una silla de ruedas. ¿Por qué estaba en una de esas?

—Imagino que ustedes son los familiares de la señora Adams— dice el doctor.

—Si— responde mi padre.

—Puedo ver la preocupación en sus rostros— dijo el doctor haciendo una pausa—. No se alarmen, está en una silla de ruedas porque aún está débil, solo tienen que llevarla a casa y mantenerla en reposo absoluto.

Sentí un alivio recorrer mi cuerpo al escuchar las palabras del doctor.

—Okey doctor, gracias por sus servicios— dice mi padre tomando la silla de ruedas en donde estaba mi madre.

—Christian, cariño, te he extrañado— dijo mi madre acunando mi mejilla en su mano.

—Yo también mamá, no tienes idea— respondí besando su mano.

—Bella, preciosa, ¿cómo estás?— preguntó mi madre mirando a Bella.

—Bien, señora Adams, y veo que usted también lo está…, un poco— respondió regalandole una sonrisa a mi madre.

—Vámonos— dije empezando a rodar la silla donde estaba mi madre.

—¿A la casa?— preguntó mi padre.

—Si, a la casa, contraté una mucama que atienda a mamá, y a unos guardias para que no vuelvan entrar a la casa— dije seguro de mis palabras.

Mi padre, no dijo nada, solo asintió con la cabeza y yo comencé a moverme.

Como pude metí a mi madre dentro del auto y comencé a conducir despacio.

[...]

Llegamos a la casa, bajé la silla de ruedas y luego a mi madre. La subí con cuidado por las escaleras con la ayuda de Bella y entramos a la casa.

—¡Mami!— exclamaron mis hermanos a verla.

—¡Mis bebés!— chilló mamá— ¿Cómo se han portado con la abuela?

—Bien Jenni, son un poco revoltosos pero fue fácil— dijo mi abuela.

—Hola abuela— saludé.

Me giré y Bella no estaba. Pensé que venía detrás de mí.

—Ya vuelvo— dije y salí de la casa.

Giré a mi alrededor y no la encontré. ¿A dónde se habrá ido? Caminé un poco alrededor de la casa hasta que la encontré, estaba viendo algunas flores que tenía mi madre en su jardín.

—¿Qué haces aquí?— pregunté.

—Esperando a que termines allá adentro para que puedas llevarme a mi casa— dijo encogiendose de hombros.

—¿Qué dices? No— negué con la cabeza—. Vamos, tienes que conocer a mi abuela y a mis hermanos.

—Tú... ¿Quieres que los conozca?— preguntó con ambas cejas alzadas.

—Pues sí. Me gustas, quiero que te conozcan, y que los conozcas.

Me miró por unos segundos, y pude ver que estaba deliberando sobre si ir o no.

—Bien, vamos.

La tomé de la mano y entramos a la casa. Todos estaban en la sala y tosí un poco para llamar la atención.

—Bueno. Hermanitos, abuela, ella es Bella. Es..., una amiga— dije con una sonrisa.

—¡Que bonita!— exclamó mi abuela dándole un beso en la mejilla.

—¿Eres la novia de mi hermano?— preguntó Zach, acercándose a Bella.

—Oh, no, no soy su novia, solo somos amigos— dijo con una sonrisa nerviosa.

Amigos que se besan en la boca.

Eso.

—¿Ella es tu amiga así como lo era Allison?— preguntó Zach.

—Zach— advertí.

—¿Qué? Las amigas que has tenido las has traído para acá y hacen ruido en tu habitación.

—¡Zach!— gritamos mi madre y yo al mismo tiempo.

—Me gusta tu cabello— dice Charlotte acercándose a Bella un poco tímida.

—Y a mí me gusta el tuyo— dijo Bella agachándose para estar a su altura—. Unos rizos dorados muy bonitos— sonrió.

Charlotte también le sonrió y le dio un abrazo a Bella.

Muy diferente a cuando conoció a Allison.

Sí, mi pequeña hermana y mi dulce hermano le jugaron una pequeña broma a Allison porque había sido un poco grosera con ellos: le virtieron una lata de pintura en la cabeza. Allison se fue muy cabreada de aquí y en secreto felicité a mis hermanos por hacer eso, es que ella estaba demasiado insoportable.

—Bueno, vendré más tarde con los niños, Jenni. Adiós.

—Adiós mamá— se despidió de mi abuela—. Extrañaba mi casa— dice mi madre soltando un suspiro.

La subí a su habitación y me quedé con ella hasta que se quedó profundamente dormida.

—Descansa mamá— dije en un tono bajo y planté un beso en su frente.

Bajé las escaleras y Bella estaba sentada en el sillón de la sala. Con cautela caminé hasta donde estaba y me puse detrás de ella para luego cubrirle los ojos.

—Christian por favor, escuché tus pasos— dice quitando mis manos de su rostro.

—¿Es verdad? ¿O solo lo dices como venganza por lo de esta mañana?— pregunto sentandome a su lado.

—De verdad te escuché— dijo rodando los ojos.

—¿Qué tienes?— pregunto mirándola fijamente.

—Nada— responde fría.

No dije nada. Ella, extrañada, volteó hacia mí, quedando frente a frente.

—Vamos a mi habitación, tengo que mostrarte algo— mentí. Solo quería hablar con ella en un lugar en donde no pudiera escapar.

—Pero...

No terminó de hablar porque yo ya la había jalado del brazo. Subimos rápidamente las escaleras y entramos a mi habitación. Mientras que ella no se daba cuenta cerré la puerta con llave.

—¿Qué me querías mostrar?— preguntó con los brazos cruzados.

—Nada, solo quería hablar contigo— digo acercándome a ella.

—Podíamos hablar en la sala— dijo rodando los ojos.

—Si, pero no quiero que evadas mis preguntas— dije situandome en medio de la habitación.

—Ajá, ¿qué quieres preguntarme o que quieres decirme? Aprovecha que estoy de buen humor— preguntó con los ojos entrecerrados.

—¿Que sientes por mí?

Mi pregunta al parecer la sorprendió porque abrió sus ojos de una manera inexplicable.

—No creo... creo que debería irme— dijo pasandome por un lado.

Ella llegó hasta la puerta y cuando trató de abrirla no pudo. Gracias papá por estas puertas que se cierran con llave desde adentro.

Lo único que le agradeces.

—Quítale el seguro por favor— dijo calmadamente.

—No, hasta que me respondas no saldrás de aquí. ¿Qué sientes por mí, Bella?— volví a repetir mi pregunta.

—Christian por favor, no hagas esto ahora— dijo negando con la cabeza.

—No, sí debo hacerlo ahora, yo te dije que es lo que siento por ti y cómo me haces sentir, es tu turno de decirme si este sentimiento es mutuo. Estoy consciente de que te dije que no te iba a presionar con respecto a eso, pero la duda y el miedo en mí son grandes. Y no creo que pueda soportarlo más.

—Christian... yo...

Me acerqué a ella, pero se alejó de mí. Estoy empezando a creer que huye de mí.

—¿Por qué no dejas que me acerque?— pregunté.

—Solo no lo hagas, por favor— pidió.

Omití su petición y me acerqué más. Su cuerpo se encontró con la pared y mi cuerpo quedó cerca del suyo. Acaricié su mejilla y ella cerró los ojos.

—No debes tener miedo a sentir, Bella. Es algo normal en todos— digo acercando mi rostro al suyo.

—Christian, por favor— en realidad no sé lo que pedía, si quería que me alejara, o que la besara.

—Solo dime si quieres esto, Bella, si no lo quieres, me alejaré— dije acercandome un poco más.

Vamos, solo unos centimetros más…

—S-si, si lo quiero.

No dudé ni un segundo e hice lo que ella y yo deseábamos en ese momento. La besé calmadamente, sin apuros. Extrañaba besarla, extrañaba sentir sus labios con los míos. Eran la combinación perfecta.

Nos movimos, y mis piernas chocaron con la cama, haciendo que cayera en esta. Bella no se detuvo y siguió besándome, nuestros labios se movían con sincronía y disfrutaba cada momento. Sus partes bajas rozaron con las mías y jadee, Bella me volverá loco.

Ella se apartó de encima de mí, y se acostó a mi lado. Su respiración estaba igual de pesada que la mía, voltee para mirarla y su rostro estaba completamente rojo. Se veía tan tierna así.

—No me mires por favor, de seguro estoy demasiado roja— dijo cubriéndose el rostro.

—Si lo estás— solté una risita— pero así te ves muy hermosa— dije, y besé su mejilla.

Luego de ese beso en la mejilla, seguí bajando, planté besos húmedos en su cuello, en su pecho y luego en su estómago, pero obviamente la camiseta cubría su estómago, así que la subí un poco y planté un beso ahí. Sentí como su cuerpo se estremeció por completo.

—¿Qué haces?— preguntó un poco nerviosa.

—Nada solo… dime si te sientes incómoda.

Dibujé círculos en su estómago desnudo con mis dedos, su piel estaba erizada.

—Puedes decirme cuando debo parar, ¿lo sabes no?

—Si— dijo ella—. No pares.

Desabroché su pantalón haciendo que su vientre quedara descubierto, ella no dijo nada así que hice lo mismo que estaba haciendo en su estómago. Pude ver como se mordía el labio inferior, una sonrisa apareció en mi rostro y seguí.

Subí un poco más su camisa haciendo que sus senos quedaran descubiertos, bueno, no totalmente descubiertos, tenía brassier, solo veía la parte de encima, pero con eso era suficiente.

Tracé una línea por unos de ellos.

—¿No te sientes incómoda?— pregunté mirándola.

—No, continúa.

Seguí viajando por su cuerpo y con cada toque ella se estremecía.

Masajee suavemente por encima del brassier y ella soltó un pequeño gemido. Dios, esta chica será mi perdición.

—Christian…— soltó acompañado de un jadeo.

Y aunque ya llevaba minutos en esto, cuando dijo mi nombre volví a la realidad.

¿Qué estoy haciendo?

Me alejé de ella y su expresión era de confusión.

—¿Qué pasa?— pregunta incorporandose.

—Bella…, no puedo hacer esto— dije negando con la cabeza.

Me miró por unos segundos y vi la decepción en sus ojos.

—Ya— bajó su camisa.

—Oye…

—No, ya hiciste lo que querías— se abrochó el pantalón.

¿Qué?

—No, no. Estás malinterpretando esto— dije tratando de detenerla.

—Abre la puerta, ya es estúpido seguir aquí.

—Bella, las cosas no son así.

—¿No son cómo, Christian? Acabamos de… pasar por un momento muy íntimo y de repente te detienes diciendo que no puedes seguir. Me acabas de rechazar— puso su vista en otro lado.

—No te rechacé, solo que cuando dijiste mi nombre volví a la realidad y pensé con claridad.

—Ah, entonces mientras estabas encima de mí pensabas que era otra chica. ¿Tanto asco te doy?

—¡No es eso!— me desesperé—. Recuerda que te dije que no haríamos nada hasta que fuéramos novios. Lo último que quiero es hacerte sentir mal, Bella.

—¿Entonces no te da… mhm… asco… acostarte conmigo?— preguntó.

—No, Bella. Mentiría si te dijera que no he imaginado estar contigo, tenerte bajo de mí, besar tu cuerpo… todo— suspiré.

—Christian, quiero esto— dijo acercándose a mí besarme.

Mientras hacía eso, ella se quitó su camisa por completo, tirandola a un lado.

—¿Estás completamente segura de que quieres esto?— pregunto mirándola a los ojos, quizá más nervioso que ella.

—Si— responde acompañado de un suspiro.

Saqué un preservativo de mi mesa de noche y lo puse encima de esta.

—Christian— me llamó y me detuve—, yo… nunca he hecho esto.

Lo supuse, casi lo sabía.

—Si te sientes incómoda en algún momento o te duele algo, avísame y detendré todo. No quiero hacerte daño, es lo último que quiero— digo para luego besar suavemente su mejilla.

Ella me besó y yo la acosté en la cama. Desabroché su pantalón de nuevo y se los quité rápidamente, su ropa interior era de color negro, el color de esas prendas hacían que su pálida piel resaltara, en ese momento perdí totalmente la cordura.

Quedé encima de ella y comencé a besarla, mis manos masajearon sus muslos y ella soltó un gemido en mi boca.

Me saqué la camisa y los zapatos, quedando solo con el pantalón.

Probablemente mi madre está escuchando todo esto.

Lo siento mamá.

Bajé mis manos hasta su ropa interior y estaba completamente mojada, lista para mí. Se la quité lentamente, y mientras lo hacía ella presionaba sus piernas, una contra la otra. Era evidente que estaba nerviosa por lo que iba a pasar.

—Haré primero una cosa, ¿okey?

—Sí...— dijo respirando profundo.

Introducí lentamente mis dedos en su interior. Se sentía tan estrecho y humedo. Hundí mis dedos lentamente para no hacerle daño.

—¿Podrías… ser un poco más rápido, por favor?— preguntó con la respiración errática.

Cumplo su orden, podía sentir que estaba a punto de llegar a su límite así que este era el momento. Seguí acelerando mis movimientos con la mano e hice que explotara, tuvo su primer orgasmo.

Suspiró y sus ojos se enfocaron en mí.

—¿Te encuentras bien?— pregunto.

—Si, solo un poco… confundida, pero estoy bien.

Comencé a besar su cuerpo, cada centímetro de piel ardía, ardía por mí, por mi toque, por tenerla abajo de mí. Me aparté un segundo para quitarme el pantalón y el bóxer, me puse el preservativo. Mientras hacía eso ella miró cada movimiento que hacía.

Me posisioné encima de ella y pegué mi frente a la suya.

Descendí y soltó un quejido mientras enterraba sus uñas en mis hombros.

—Shh, tranquila, pasará en un momento— dije dándole un beso en la frente.

Sentí que traspasé una barrera fina y ella volvió a soltar otro quejido, pero esta vez un poco más fuerte y agudo. Yo quise retroceder, pero ella me detuvo.

—Solo un momento, ¿si?— acarició mi mejilla y emitió un raro sonido de sus labios.

Mientras veía su rostro, pude notar que varias lágrimas se escaparon de sus ojos. Sé que para las chicas hacer esto por primera vez duele, y es un dolor horrible, como si estuvieran desgarrando su piel. Pero yo no quería que ella sintiera dolor, mucho menos hacerla llorar.

Me acerqué a su rostro y besé sus lágrimas.

Esperé unos segundos a que su cuerpo se acostumbrara a mi tamaño.

—Ya puedes moverte— me miró a los ojos.

Me moví. Al principio muy despacio para no lastimarla más, pero cuando sus piernas se enredaron en mis caderas adopté un vaivén rítmico, moviéndome con menos lentitud.

De su garganta empezaron a salir pequeños sonidos casi audibles, los cuales eran como canción para mis oídos.

—Eres perfecta, Bella Oliver— susurré en su oído.

Empecé a bombear profundo.

—Christian— soltó junto con un gruñido para luego clavar más sus uñas en mis hombros.

Seguí moviéndome, y mientras hacía eso toqué su punto débil. Eso pareció ser su detonante porque gimió un poco más alto y llegó a la cumbre.

Desacelere mis movimientos y dejé que mi cuerpo cayera encima del de ella. Besé su cuello y sentí como descargué todo dentro del preservativo.

Sentí mi cuerpo pesado.

—No fue perfecto, pero espero que haya sido bueno para ti.

—Bueno, creo que tenemos diferentes conceptos sobre perfección— dijo para acariciar suavemente mi mejilla.

Salí de ella y me incorporé en la cama para sacarme el preservativo, había pequeños rastros de sangre y algo más.

Me giré hacia Bella y lucía horrorizada.

—Es normal— le dije—, algunas chicas sangran en su primera vez.

Se recostó en la cama y yo me levanté a tirar el preservativo. Me acosté a su lado de nuevo.

—¿Lo hice bien?— preguntó después de unos minutos en silencio.

—Más que bien.

Besé su frente y seguimos hablando un poco más. Unos minutos más tarde nos levantamos de la cama.

—Iré a darme una ducha, me siento... un poco incómoda ahí abajo— dijo haciendo una mueca.

—Ve, yo arreglaré esto aquí.

Ella se fue al baño para darse una ducha rápida. Yo quedé en la habitación buscando algo de ropa. Cuando me doy cuenta había una pequeña mancha de sangre en la sábana que cubría la cama.

¡Mierda!

Quité rápidamente esa sábana y la eché a un lado, en tiempo récord puse otra y está como si nada hubiera pasado.

Debía quitarla y esconderla porque sino la mujer de servicio se daría cuenta. Y no es como que a mí me llegara el período.

Bella entró a mi habitación y me avisó que ya la regadera estaba disponible. Besé su mejilla y bajé al baño. Me duché con agua fría, necesitaba despertar un poco. Salí de la ducha y subí a mi habitación.

Cuando entré, Bella tenía mi celular en su mano. Su expresión no lucía muy feliz.

Hey, ¿no hiciste nada malo, verdad?

No, no y no.

¿Qué habrá pasado? ¿Tendrá que ver con Allison?

Espero que no.

—Bella...

—¿Qué mierda es esto Christian?— dijo mostrándome unos mensajes de Allison.

De: Allison

Christian, necesito que hablemos.

De Allison.

Por favor responde.

De Allison.

¿Estás ocupado? ¿Por qué no respondes?

De: Allison.

¿Es cierto que estás saliendo con la Freak? Que bajo has caído.

De: Allison.

De seguro no contestas porque estas con ese fenómeno.

Estúpida Allison.

—Bella, yo no tengo nada con ella, te lo aseguro— digo tratando de tocarla pero ella se alejó.

—¿De verdad? ¿Por qué puso todas esas cosas? ¿Cómo explicas eso?— pregunta un poco molesta.

—No lo sé, ella y yo fuimos novios, no lo niego, pero no hay nada entre nosotros.

—Quiero irme, ya. Te esperaré abajo— dijo Bella saliendo de la habitación.

Dios, juro desde que terminamos, Allison quiere hacerme la vida imposible.

Me vestí lo más rápido que pude y bajé de inmediato. Bella no dijo nada, solo abrió la puerta y salió de la casa. Yo tomé las llaves del auto y salí detrás de ella.

—Bella, ¿en serio no me vas a dejar explicarte?— pregunté tomándola del brazo.

—Christian, ahora no es momento, por favor, llévame a mi casa— dice entrando al auto.

—Si no quieres hablar conmigo, entonces no te llevaré a tu casa hasta que hablemos— digo.

—Perfecto, me iré caminando— dijo dirigiéndose a la salida.

La dejé porque sabía que ella no caminaría hasta su casa a las 6:00 pm. Pensé que volvería, pero no fue así. Mis alarmas se activaron cuando pasaron cinco minutos y no había regresado.

Encendí rápidamente el auto y salí de ahí rápidamente.

Busqué por todas las calles, pero no la veía. Pasé por un café que le gustaba pero ella no estaba ahí, recorrí muchas calles intentando encontrarla, y la encontré, pero no estaba sola, estaba con... Daniel.

No lo podía creer, incluso me froté los ojos para ver si no era una alucinación, por más que quería convencerme, no lo era.

Él pasó su mano por la mejilla de Bella y ella se sonrojó. Verla con él, sonrojándose porque le dice algo bonito o porque acarició su mejilla, me destroza totalmente. Pensé que solo hacía eso conmigo.

Sentí mis ojos arder, rápidamente salí de ahí, conduje lo más rápido que pude a mi casa, estacioné el auto, entré e inmediatamente fui al bar que tenía mi papá, era una barra con diferentes botellas de alcohol.

Subí rápidamente a mi habitación y me senté en la cama. Tomé un trago directamente de la botella, sentí el alcohol quemar mi garganta.

Perdí la cuenta de las copas que bebí, cuando se me acabó la segunda botella, bajé torpemente por las escaleras y busqué otra, volví a subir a mi habitación y comencé a tomar de nuevo. Estaba totalmente desorientado, tomé mi teléfono y vi su número ahí. Bella <3.

Algo dentro de mi me decía que la llamara y eso fué lo que hice.

Marcó una vez...
Dos veces...
Tres veces…
Cuatro veces…

Hasta que perdí la cuenta de las veces que le marqué.

Intenté una última vez.

Nada.

No contestó ninguna de mis llamadas. En ese momento me sentía completamente perdido.

Con todos esos pensamientos, llegó a mi cabeza el recuerdo de esta tarde, cuando estábamos teniendo un momento tan íntimo entre nosotros, un momento en el que nos queríamos tiernamente, una lágrima gruesa corrió por mi mejilla.

Mis ojos se estaban cerrando y no podía evitarlo. Con ese recuerdo entre ella y yo me quedé dormido.

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Nota de la autora: Sin palabras esta vez.

¡Que capítulo!

Ya me estoy sintiendo un poco mejor. Por ahora no tengo wifi, publiqué este capítulo con datos móviles XD

Mis redes:

Instagram: @victoria.m.abreu

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