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Capítulo 11

Capítulo dedicado a curucucu2503 mi seguidora más activa, siempre vota por cada Capítulo y casi siempre comenta todos los caps. Gracias por tu apoyo preciosa <3

Christian:

Nervios...

Estaba nervioso porque Bella se va a quedar en mi casa, va a dormir en mi cama, no lo estoy diciendo con morbo o algo que se le parezca, con solo pensar que ella quiera dormir conmigo en la misma cama, me pongo un poco nervioso.

Busqué la ropa que le iba a prestar a Bella, encontré unos shorts que ya no me quedaban y una camisa de mi talla, de seguro la camisa le iba a queda inmensa, ella es tan pequeña, tan... Ella.

Bajé y me dirigí al baño. Toqué la puerta y hablé.

—Bella, ¿Ya te quitaste la ropa?— pregunto un poco incómodo porque eso se escuchó mal.

—Eh... si, espera— dice al otro lado de la puerta.

Ella abrió la puerta y rápidamente yo me cubrí los ojos, ella me podrá gustar pero le tengo respeto. Mientras cubría mis ojos ella soltó una risita.

—No tienes que taparte los ojos— dice apartando mis manos de mi rostro.

Ella estaba en toalla, le dí gracias al cielo por mantenerme a raya.

—Oh... bueno, aquí está la ropa que te prestaré, vuelve al baño y pontela mientras que pongo la tuya en la secadora— digo todavía viendo para otro lado.

Caminé rápidamente al cuarto de lavado, solté una respiración profunda que ni siquiera sabía que estaba conteniendo, esa chica me va a hacer perder el control.

Metí su ropa en la secadora y salí de ahí.

Cuando salgo me encuentro con Bella en el pasillo, estaba mirando una foto de mi cuando era pequeño, ella se veía tan pequeña con mi ropa puesta, parecía un pequeña niña con ropa de adulto.

—Vamos— le digo llamando su atención.

—¿A dónde?— pregunta con la cabeza ladeada.

—A la sala, obvio— digo dándole una sonrisa.

Ella caminó hacía mí y entrelazó su brazo con el mío, ella a mi lado era tan pequeña. Me gustaba tenerla cerca.

Nos sentamos en el sofá y yo puse una película, de terror, solamente tenía de esas, no me culpen. Decidí poner Destino Final, son mis favoritas.

Ella no dijo nada, solo sonrió, su cara se ilumina cuando sonríe.

Me senté a su lado con otro tazón de Doritos.

—Espero que estos no se te caigan— digo riéndome.

—Ja ja, que gracioso— dice rodando los ojos.

Yo besé su mejilla y quedamos viéndonos por unos segundos, ella mojó sus labios y luego bajó su mirada a los míos, aún no hacíamos nada y mi respiración estaba pesada, ella solo sonrió y miró hacia la televisión.

Quedé confundido, pensé que ella me besaría pero... no lo hizo.

Yo también puse mi mirada en la película y así quedé.

Pasó una hora y todavía seguía la película.

—¿No crees que eso de los designios de la muerte es algo curioso?— pregunto curioso.

No hubo respuesta. Cuando la miré estaba dormida. Como pude me levanté del sofá sin despertarla y la arrope con la manta.

Fuí a la cocina por un vaso de agua, lo serví y bebí de el, luego me dió hambre y me preparé un sándwich, me lo comí y bebí un gran vaso de agua.

Me quedé mirando la lluvia a través de la ventana de la cocina, la lluvia por alguna razón me daba paz, era tan reconfortante escucharla impactar contra la ventana.

Al poco rato escuché un ruido de la sala, caminé rápidamente hacía ella y ahí estaba Bella hablando dormida, parecía que tenía una pesadilla.

—¡Por favor no!, No te vayas por favor— decía mientras lágrimas salían de sus ojos aún cerrados.

—¡No no, quédate!— dijo soltando un sollozo.

No podía verla así, algo en mi se quebraba si la veía llorar.

Con cuidado traté de despertarla, la tercera vez que lo intenté se despertó.

—¡Christian!— dijo abrazándome con fuerza— por favor no te vayas— dijo mientras lágrimas corrían por sus mejillas.

—Jamás lo haría, Bella— digo abrazándola con fuerza.

Sus gritos, ¡Por favor no!, ¡No no, quédate!, Lo primero que llegó a mi mente fué: Su padre.

Estaba teniendo pesadillas del día en que su padre se fué. Verla así me destrozaba.

Ella se apartó de mí y quedó sentada en el sofá con sus piernas pegadas a su pecho y sus brazos alrededor de sus piernas.

—Yo... lo siento, solo fué una pesadilla, no quise incomodarte— dijo con su mirada fija en la pared.

—No debes disculparte, y no me incomodas, si me necesitas yo siempre estaré aquí— digo agarrando su mano.

Ella volteó hacia donde estaba yo y una lágrima corrió por su mejilla, yo me apresuré en limpiarla y le dí un fugaz beso en los labios. Ella me miró y me sonrió

—Así es que me gusta verte, sonriendo— digo mirándola.

Ella se sonrojó pero esta vez no bajó el rostro, me dejó ver su rostro sonrojado.

Que linda eres Bella.

Lo pienso pero no lo digo, no quiero hacerla sentir incómoda ahora.

Apagué el televisor, ya eran las 12:30 am. Tenía sueño y al parecer ella también.

Caminamos y subimos las escaleras juntos.

La llevé a mi habitación y le dije que se acostara en mi cama y que yo me iba a dormir en la habitación de huéspedes. Después de tanto insistirle ella accedió a quedarse en mi habitación. Ella se metió en mi cama y se arropó.

—Entonces, aquí es donde te digo "Buenas noches Bella"— digo acariciando su pelo.

—Supongo— dice ella poniendo su mano en la mía.

Le dí un beso en la frente y caminé hacia la puerta. Cuando estaba a punto de girar la perilla de esta, ella habló.

—Chris— dijo sentada en la cama.

—¿Sí?— pregunto mientras me doy la vuelta para verla.

—Por favor quédate— dice mirándome.

Su petición me asombro mucho, me estaba pidiendo que me quedara, que me quedara a dormir con ella, en la misma cama.

—¿Estás segura?— pregunto acercándome a ella.

—Si, por favor, quédate aquí— hizo una pausa— conmigo.

Me acerqué más a ella y bajé mi cuerpo para quedar a su altura.

—Solo porque me lo pides me voy a quedar— digo besando su frente.

—Y yo estoy segura de que quiero que te quedes— dice dándome un beso en la boca.

Yo le seguí el beso y ella quedó acostada sobre la cama.

Yo quedé encima de ella, besándola.

De sus labios bajé a su cuello, aún así se haya bañado olía ese perfume que tanto me gusta.

Dejé un beso húmedo ahí y ella se estremeció, sentí como su respiración se volvía pesada, ella tomó mi rostro en sus manos y me besó de nuevo, esta vez ella quedó encima de mi, ella me seguía besando y yo estaba a punto de explotar, tenía que detenerlo, tenía que detener esto porque si no pasará algo que no quería que pasara, no ahora.

La bajé de mi y me levanté de la cama, me fuí al closet y cerré la puerta detrás de mi.

Solté una bocanada de aire y me arrastre por la puerta hasta tocar el suelo. ¿Qué mierda estaba pensando?, Ella y yo aún no éramos novios y nos conocimos hace poco, no podía tener sexo con ella así como así.

Si fuera otra chica lo haría, porque ya he estado con otra y he estado buscando una relación seria, pero cada vez que les decía que quería tener algo serio ellas solo desaparecían así como así.

Si tuviera relaciones con Bella sería si ella me lo pide y cuando hayamos tenido el tiempo suficiente conociendonos, no puedo hacerlo con ella como si de una cualquiera se tratara. Ese momento llegará algún día pero no hoy.

Busqué un pijama en mi guardarropa y me lo puse.

Esperé un momento y salí, ella estaba acostada de lado quizás ya estaba dormida.

Con silencio apagué la luz y me acosté en la cama.

Luego de que me acosté en esta me quedé mirando al techo, tenía demasiadas cosas en mi cabeza.

Aparté esos pensamientos de mi cabeza y cerré los ojos para dormirme, creo que no pasó ni un minuto y sentí una mano en mi pecho, Bella se había acercado más a mí y puso su cabeza en mi pecho.

—Gracias por quedarte aquí— murmura un poco dormida.

—No tienes que agradecerme— susurro en su oído.

—¿Sabes? Eres muy lindo— dice en mi oído.

—Gra—

—Shhh, no he terminado— dice poniendo su dedo en mis labios torpemente, porque está más dormida que despierta.

—¿Por qué un chico como tú, se fijaría en una chica como yo?, fácilmente puedes tener a cualquier chica que quieras ¿porqué yo? no tengo nada especial— murmura adormecida.

—Bella, tú eres una chica especial, eres dulce, inteligente, cariñosa, honesta y muy hermosa, por eso razón me fijé en ti— digo acariciando su cabello.

—¿Gracias?— dice ella soltando una risita.

—Ya duerme Bella— digo besando su pelo.

—Buenas noches príncipe encantado— dice riendo.

—Buenas noches princesa Bella— digo besando su frente.

Ella se quedó dormida primero que yo. Yo no podía conciliar el sueño me quedé mirando fijamente al techo, esos pensamientos que había apartado volvieron.

No sé cuándo, pero me quedé dormido.

Bella:

Luz...

Una luz que se colaba por la ventana me despertó.

Miré a mi alrededor y no veía a Chris, me sentí ¿Abandonada?, no lo sé pero era un sentimiento que no se sentía nada bien.

Me levanté de la cama y mi mundo dió vueltas, me levanté muy rápido de la cama.

Caminé hacia la puerta y la abrí, caminé por el pasillo, el cual era uno largo y bajé las escaleras, pude ver a Chris preparando el desayuno, tenía la cocina hecha un desastre, al ver esta escena me reí en un tono bajo para que no se diera cuenta de que estaba ahí.

Caminé hacia donde estaba él con cautela para que no notara mi presencia.

—¡Bu!— traté de asustarlo.

-No me asustaste Bella, escuché tus pasos cuando bajate de la escalera— dice soltando una risita y besando mi frente.

—Aggh, ridículas escaleras— exclamo.

—Te ves hermosa cuando te enojas, pareces una niña chiquita— dice bajando su rostro hacia mí.

—Se están quemando los waffles— digo apuntado a la cocina

—¡Mierda!— exclama moviéndose rápidamente.

Comencé a reír abiertamente, ¿En serio no sabía cocinar?.

—Vamos a ver quién se va a reír ahora— dice acercándose a mi.

—¿Qué quieres decir con e...?

No pude terminar mi oración, porque él ya me había cargado en sus brazos.

—¡Suéltame, Suéltame!— exclamo lanzando patadas.

—Ok, pero debes hacer algo primero— dice mirándome fijamente.

—Qu-que— tartamudeo.

—Me tienes que besar— dice con una sonrisa en su rostro.

—Pero, primero bájame— digo un poco nerviosa.

Procede a bajarme y quedamos frente a frente. Él se descuidó por un momento y yo salí corriendo a la sala, lo cual fué en vano porque me tomó del brazo y me acostó en el sofá.

—¡Christian!— exclamo con él encima de mí.

—Debes cumplir Bella— dice con su cara enterrada en mi cuello.

Cuando el pone su cara ahí, me debilita por completo, siento como mis piernas se debilitan y mi cuerpo se calienta.

¡¿Qué diablos es esto?!.

Tomó su rostro y lo beso apasionadamente, el no dudó en corresponderme y me besó.

Ahí estaba yo, besando a un chico, y no cualquier chico, si no al capitán del equipo de fútbol americano del instituto besándonos en el sofá de su casa.

Si me hubieran dicho que esto me pasaría jamás les hubiese creído.

—Ves, solo tenías que hacer eso y ya— dice con una sonrisa en su rostro.

—Claro, tú solo querías esto— digo rodando los ojos.

—No, yo no quería esto, yo quiero más, y con más me refiero a tu y yo, juntos. Pero eso pasara cuando tú estés lista— dice dándome un beso en la frente para dirigirse a la cocina.

Me quedé pensando en esas palabras, ¿De verdad quería que pasara algo entre nosotros? ¿Quiere... quiere que sea su novia?.

Dejé esos pensamientos a un lado y me fuí a la cocina.

—Eh... mi ropa ¿Está seca?— pregunto un poco incómoda.

—Si, ya te la busco— dice sacando unos waffles nuevos y no quemados como los otros.

—Creo que tuviste que hacer unos nuevos— digo para romper esta incomodidad que tenemos ahora.

—Si, no quería que su majestad— hizo una reverencia— comiera algo que la intoxicara- dijo soltando una risita.

—Gracias... gracias por... por quedarte conmigo anoche— digo pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Bella, no me tienes que agradecer, no podía dejarte ahí sola después de las pesadillas que tuviste— hizo una pausa— además tú también me lo pediste- dice pasandome un plato con waffles.

No dije nada, comencé a comer y a mí mente llegó ese recuerdo de anoche en la habitación de Chris.

—¿Sabes? eres muy lindo— digo en su oído

Él estaba a punto de responderme pero yo puse un dedo en su boca como señal de que no había terminado.

¿Por qué un chico como tú, se fijaría en una chica como yo?, fácilmente puedes tener a cualquier chica que quieras, ¿por qué yo? no tengo nada de especial— digo torpemente, tenía mucho sueño y prácticamente estaba hablando dormida.

Luego de preguntarle es solo recuerdo que me dijo que yo era especial, cariñosa, hermosa y otra cosa que no recuerdo, y que por eso se había fijado en mi.

Ante el recuerdo sentí mis mejillas arder, en serio yo le gustaba a este chico.

—Aquí está tu ropa— dice poniendola en el brazo del sofá— puedes irte a bañar en un rato para poder llevarte a tu casa— dice pasandome por un lado.

Quería decirle algo con respecto a lo de anoche, pero evité hacerlo, no quería tocar ese tema ahora.

Me metí en el baño, el agua caliente corría por mi cuerpo, casi podía sentir a Christian ahí, el agua caliente me recordaba a sus abrazos a sus toques con ternura.

Sacudí mi cabeza y me terminé de duchar.

Me iba a vestir ahí mismo en el baño pero luego noté que no había tomado la ropa, ¡Mierda!, tenía que llamar si o si a Chris para que me la trajera.

—¡Christian!— grité por el pasillo de la casa.

No pasó ni siquiera un minuto y el ya estaba frente de mí.

—¿Qué pasa Bella?— pregunta detallandome para ver si me pasaba algo.

Su mirada me hacía sentir un poco incómoda, bueno no su mirada, si no que me hacía sentir incómoda el hecho de que me está viendo en toalla, si esta se me llega a caer quedaría totalmente desnuda ante el, de solo imaginarlo me sonrojo.

—Eh... Mi ropa, la dejé allá afuera, ¿Puedes traermela?— pregunto con la mirada abajo.

—Claro— dice el saliendo de mi vista.

Solté una bocanada de aire que no sabía que estaba aguantando.

Mi corazón latía como loco, en un momento llegué a pensar que se saldría de mi pecho.

—Toma— dice el estirando su mano con mi ropa en ella.

—Gra-gracias— tartamudeo porque el aire frío se colaba por la puerta.

Inmediatamente cerré la puerta y me vestí lo más rápido que pude, cepille mi cabello y salí del baño.

Cuando salgo veo una puerta abierta, una luz provenia de ella, la curiosidad me mataba así que decidí echar un vistazo.

Cuando veo, es Chris, haciendo ejercicio, Dios, se veía tan sexy, no tenía camiseta puesta y eso me hacia ver si espalda tan definida, por simple inercia me mordí el labio, me quedé observándolo unos minutos más.

En un momento me descuidé y él me vió, me vió, rápidamente recorrí el pasillo y me senté en la sala, no puede ser, me vió expiandolo, Dios, voy a morir de la pena.

Por suerte no lo ví en un rato largo.

Pero, eso cambió cuando el venía bajando las escaleras. Y para mí peor suerte, sin camisa, Dios mío por favor dame fuerzas para esta situación.

—Bella— dice el parado frente a mí.

—Chris yo... yo lo siento no... no debí ser una entrometida— digo con la mirada abajo.

—Tranquila, solo me viste haciendo ejercicio, no tienes nada de malo— dice besando mi cabeza.

—Pero...

—No, ya no importa— dice sentandose a mi lado.

Dios mío, por favor dame auto control para no besar a este chico salvajemente.

Ya casi no sentía pena al besarlo, él no me decía nada solo me sonreía.

—Y bueno... ¿Te llevo a tu casa ahora?— pregunta mirándome.

Oh Dios, sus ojos.

—Eh, supongo— digo rascando la parte de atrás de mi cabeza.

Él me dió un beso en la mejilla y quedó frente a mí, lucía tan lindo, olía a jabón y a colonia, los dos juntos.

En ese momento mi auto control se fué al caño y lo besé. Lo besé con ganas, lo empujé haciendo que cayera de espaldas en el sofá y me monte encima de él para besarlo, de su boca baje a su cuello y lo besé ahí, el soltó una risita y yo sonreí.

—Pensé que yo era el que tenía que hacer eso— dice mirándome a los ojos.

—Te dije que no siempre el chico debe tomar la iniciativa— digo guiñándole el ojo.

—Pues, ahora es mi turno— dice con una sonrisa de picardía en su rostro.

—¿Qué quieres decir con eso?— pregunto cruzada de brazos.

Él no me respondió, lo único que hizo fué acostarme en el sofá y besar mi cuello.

Mi cuerpo se estremeció, siempre que él me besaba ahí me estremecía.

Pero ahí no se quedó, fué bajando y llegó en medio de mis pechos, un calor invadió mi cuerpo y de repente empezó a hacer calor.

Tenía un vestido que cubría solo un poco mis pechos pero en el medio era un poco abierto.

—Si te sientes incómoda...

—No— dije de inmediato. ¡¿Qué diablos me estaba pasando?!

El procedió y siguió besándome, me sentía muy bien, por alguna extraña razón me sentía jodidamente bien.

El se subió encima de mi y plantó un beso tierno en mi boca. Sus manos acariciaban mis muslos y se sentía bien.

—Creo que es suficiente— dice el levantándose del sofá.

¿Pero por qué? Se sentía tan bien. Dije en mis adentros porque ni loca lo diría en voz alta.

—¿Nos vamos?— preguntó levantandome del sofá.

—Si.

Él se puso una camisa y tomó las llaves de su auto.

Salimos y me subí en este, él empezó a conducir y el camino a mi casa fué silencioso, ninguno de los dos habló en todo el trayecto. Faltaban alrededor de 5 minutos para llegar a mi casa y el habló, rompiendo el silencio.

—Bella, con respecto a lo que pasó en mi casa...—

—Si, ya se lo que vas a decir, fué un error y solo te dejaste llevar— digo mirando por la ventana— no importa, ya estoy acostumbrada a que me rechacen.

En ese momento el frenó el auto exageradamente y yo casi pego mi boca de la ventana.

—No vuelva a repetir eso— dice en un tono serio.

—Pero es verdad tú...

Me cortó para el hablar— Yo disfruté eso al mismo nivel que tú— dice volteando mi cara obligandome a verlo— si lo detuve fué porque no quiero que pase cosas entre nosotros antes de ser novios— dice poniendo el auto en movimiento otra vez.

Me quedé muda por sus palabras, Novios... esa palabra resonaba por mi mente durante todo el camino.

Llegamos a mi casa y vi un auto estacionado en frente de esta, me extrañó mucho, ¿De quién era ese auto?.

Bajé del auto de Chris, y cerré la puerta.

—¿Vas a bajar?— pregunto a través de la ventana del auto.

—Si, dame un segundo— dice revisando su celular.

Yo caminé hacia la entrada de mi casa y abrí la puerta. Me llevé una gran sorpresa. Daniel. Estaba en la sala hablando con mi mamá.

—¡Oliver!— dice el parándose del sillón para abrazarme.

—¡Daniel!— digo con sorpresa.

—Daniel vino a visitarte cariño— dice mi mamá sonriéndome.

—Oh, que bien— digo regalandole una dulce sonrisa.

Aunque a Chris no le cayera bien, a mi no me importaba, Daniel es mi amigo y lo quiero, pasamos por situaciones un poco similares y tenemos un lazo que nos une.

—Buen día— dice Chris entrando a la casa.

La cara de Daniel y Chris cambiaron cuando se vieron.

—Hola Christian, ¿cómo estás hijo?— pregunta mi madre.

—Bien señora Bennett— dice regalandole una sonrisa con esos perfectos dientes que tiene.

¿Ahora qué hago? Tengo que conseguir de alguna manera que estos dos se lleven bien, así sea lo último que haga.

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Nota de la autora: Bella Bella, estás desatada niña 🤨. JAJAJAJAJAJA.

Chris, por favor llevate bien con Daniel.

Capítulo largo :D.

No olviden votar por la historia mis corazones <3.

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