Todo a terminado, mis esfuerzos desperdiciados en vano.

Di mi fortuna, mi tiempo y mi vida en un intento de salvar este mundo arruinado por mi propia especie.

Ochenta años no bastaron para enmendar los errores y destrucción de mis antepasados.

Ahora veo el cielo inundado por aves de hierro, partiendo a una guerra por recursos casi inexistentes, mientras yo me encuentro sentado y rendido en la puerta de la última de mis propiedades.

A este planeta ya no le queda tiempo ni vida, el agua potable es casi un mito, el alimento ha desaparecido en los almacenes de los poderosos y lo poco que queda de combustible esta siendo usando en las máquinas de guerra que intentan salvar a sus patrias de una hambruna asegurada.

Incluso el aire es escaso, los cielos estan envueltos en tal polución que ya no me es posible ver el sol, los océanos reducidos a nada más que piscinas de desechos radioactivos y la tierra convertida en suelo estéril, donde ni la más resistente de las plantas es capaz de crecer o existir.

Podría haber escapado de este mundo muerto, abordar una nave y sobrevivir en nuestro planeta vecino, pero de hacerlo, solo me rodearia de aún más contaminación, rodeado de los seres con poder que condenaron este planeta que alguna vez fue tan hermoso.

"Al final, mi existencia no fue más que una mala broma..."

La culpa me inunda desde dentro como un diluvio, si tan sólo hubiera hecho más, si me hubiera esforzado más, tal vez podría haber mejorado esta situación.

Tal cual como la culpa, el odio también plaga mi interior, el odio por mi especie; nuestra codicia y estupidez llevo al planeta que tanto adore en la niñez a tal estado...ciertamente no podría perdonar a la raza humana.

Todo esta perdido, pero no me quedaré sin mi venganza, los que quedan en la tierra ya pagaron su castigo, ahora sólo faltan los que huyeron a Marte.

En mi demacrada mano derecha sostengo un temporizador que poco a poco se acerca a su final.

La bomba atómica que escondi en la primera nave que escapó sellara su destino de una vez por todas.

"Disfruten su última hora de vida desgraciados"

Este es mi último regalo, mi último esfuerzo por redención, puede que no haya podido salvar este planeta, pero por lo menos cobraré venganza en su nombre.

Escuche los primeros misiles sobrevolar el cielo, y fue entonces que supe que la hora había llegado.

Mordi la cápsula de cianuro que mantenía en mi boca, un veneno mortal, en particular para un cuerpo tan débil y viejo como el mío.

Si voy a morir, será por mis propios términos y no por los efectos de esta guerra asquerosa.

Mire al cielo por última vez mientras mi vista se desvanecia, el sol me regalo un último rayo de su luz atravez de las densas nubes de smog.

"Si tan sólo tuviera una parte de tu poder, oh querido sol, tal vez las cosas habrían sido diferentes..."

La vida se escapaba de mis manos, sentía como mi último aliento amenazaba con escapar de mis labios...y la calidez de una mano sobre mi cabeza

"Una nueva oportunidad he de otorgarte, hijo del hombre"

Me reí por dentro ante tales palabras, tal cosa era imposible para alguien en mi estado

"Tal parece que el cerebro de este viejo hombre no dejará de jugarme malas bromas incluso en mis últimos momentos..."

Pensé para mis adentros que por fin, después de ochenta años me había vuelto loco, mi mente simplemente ya no daba para más.

"Si eso fuera verdad...juro que no fallaria esta vez...mi misión y mi venganza,incluso si muero...me asegurare de cumplirlas..."

Finalmente di mi último aliento, y con el mi vida y mente se desvanecieron de este mundo que tanto ame...