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Cap #25: Encantado de conocerte.

Aunque Issei había caído por un acantilado de varios metros de altura y había sido atravesado por varias trampas mortales en aquel bosque, su suerte parecía increíble. A pesar de las heridas graves que cubrían su cuerpo, aún había esperanza de salvarlo.

Urokodaki y Seiko actuaron rápidamente y lo llevaron al hospital más cercano. Su estado era crítico: huesos fracturados, signos evidentes de múltiples apuñalamientos y órganos dañados. Era un milagro que aún respirara.

"La verdad, creo que nos pasamos, anciano." Dijo Seiko, dejando escapar un suspiro preocupado.

"¿Tú crees...?" Respondió Urokodaki con tono seco, aunque su inquietud era evidente.

Ambos esperaban en la sala del hospital, sentados en unas sillas desgastadas, sin apartar la vista de la puerta que conducía a la zona de emergencias. Aunque la máscara de Tengu de Urokodaki ocultaba su rostro, los movimientos de su pierna, que no dejaba de sacudir con impaciencia, delataban su preocupación.

"¿No crees que pueda morir?"

"Deja de decir tonterías. Estás llamando a la mala suerte."

Respondió Urokodaki a las impirendetes palabras de la demonio, aunque su tono era de preocupación.

"Vamos, admítelo, anciano. Te pasaste con esas trampas para osos. Por lo menos podrías haberle advertido. Mira, casi lo matas."

Seiko lo señaló con un dedo acusador, Urokodaki solo se limitó a chequear la lengua por lo fastidiosa que resultaba Seiko, pero aún así decidió responder a su acusación.

"No exageres. Al menos no perdió una extremidad ni tiene los intestinos fuera. Además, no es una niñita cómo para tratarlo con delicadeza.

Replicó Urokodaki, cruzándose de brazos y haciéndose el inocente. Dejó en claro su punto de vista extremista, el cuál, provocó que una gota de sudor bajará por la sien de Seiko que suspiró cansada.

Desde el punto de vista de la demonio, el ser niña o niño no era escusa para ser tratado de tal manera, pero bueno, que se le podía hacer. Cuándo se trataba de Urokodaki las cosas eran así.

"No te hagas el fuerte, anciano. Tú también estabas asustado como una gallina. No trates de aparentar calma cuando sé que casi te orinas del susto."

Urokodaki, sin ánimo de discutir, se encogió de hombros y guardó silencio. Tampoco es como si tuviera argumentos para refutar ese hecho después de todo. Seiko, por su parte, cerró los ojos y cruzó los brazos, se arecostó en el respaldo de su silla y añadió:

"Ahora dime anciano, ¿qué piensas hacer? No es por nada, pero si ese niño allá sigue así de seguro colgará la pata en unas horas, tú bien lo sabes."

"......Sí, ya lo sé."

Urokodaki respondió con tranquilidad y seriedad a su compañera, sin duda ella tenía un punto. No sabía cuánto tiempo iba soportar Issei con esas heridas, y pedirle a Seiko que lo curé sería una estupidez total de su parte.

Seiko es un demonio callejero, por lo tanto, su aura es altamente nauseabundo y tóxica para los demonios normales. Sería peligroso que la peli morada usará su magia en Issei, tal vez la cura podría resultar peor que la enfermedad o viceversa, por eso no quería arriesgarse tanto sabiendo el ya por sí mal estado del Hyoudou.

Meditó unos segundos en su mente una idea o solución, aunque su máscara de Tengu no dejaba ver sus expresiones la demonio si que supuso que estaba pensando en algo y por eso no dijo nada.

Tras unos segundos de meditación, Urokodaki habló:

"Dime algo Seiko... ¿Puedes invocar mi Katana Nichirin en un lugar en específico?"

"Hmmph... De que puedo puedo, ¿pero para qué?"

"Voy a hablar con la demonio Phoenix y a pedirle prestado una lágrima de Fénix... Eso es todo."

"Oye, anciano... Sobre "pedir prestado" ¿no te estarás refiriendo a robar, cierto?"

Seiko con una cara de preocupación miró al viejo canoso que ocultaba su rostro detrás de la máscara, sabía que el anciano estaba loco pero no sabía que tanto, o sea... estaba diciendo básicamente que se iba a dar de ostias contra un demonio que provenía de una de las familias más poderosas del Inframundo.

"No te preocupes, no pienso hacerle daño... A menos que las cosas no se compliquen claro está. Si veo que mi vida corre peligro no pienso dejar que me maten, y dejar la lágrima de Fénix tampoco es una opción. Debo traerla sí o sí."

Expresó Urokodaki con una tranquilidad y frialdad impresionante. Seiko suspiró cansada y posó su mano en su cabeza, de verdad que no tenía caso de convercerlo y tampoco es como si hibiera otra solución para curar a Issei.

"Oh viejo, sí que te falta un tornillo. Si no sabes, y por lo que sé: en este momento la hija de los Fénix debe estar en esa escuela de mierdesillos en una reunión con las otras guardianas de esta ciudad cuna de diablos. No me digas que te harás amigos de ellos y luego vendrás con la lágrima de Phoenix mientras esbozas una sonrisa de idiota."

Aunque parecía que todo lo decía a broma y exagerando, la verdad es que no. En ese reunión iban a estar los peso pesados de la Ciudad, afortunadamente, y por lo que sabe, la demonio más fuerte de Kuoh actualmente, Rias Gremory, ya no estaba en el mundo humano, pero eso no quitaba en lo más mínimo el hecho de que en esa reunión estaría el Séquito Sitri y Gremory.

Urokadaki sabía la gran diferencia que había entre un humano y un demonio, pero esa regla no se aplicaba en él... Un Cazador de demonios.

"No te preocupes Seika, si es verdad el hecho de que no está Rias Gremory creo que podré arreglarmelas para ganarles a todos ellos. No subestimes a un antiguo pilar."

Seiko soltó una carcajada sarcástica.

"Anciano, sí que tienes agallas. Aunque te aseguro que esos "huevos" están más arrugados que tu cara."

"Fingiré que no escuché eso. Entonces Seiko, ¿puedes o no puedes ayudarme con la espada?"

"Si... Si creo que puedo."

"Excelente, entonces transporta la Nichirin en 10 Minutos al lugar de la reunión."

"¡¿Eh, piensas luchar con ellos 10 minutos desarmado?!"

"No te preocupes, es parte de mi plan. O acaso piensas que voy a ir enfrentarme a esos sujetos sin una estratagema. Para que lo sepas, fuí un ex pilar muy eficaz y estratégico en batalla."

Presumió un poco de su antiguo pasado como Pilar de la compañía caza demonios. Y no exageraba, fue toda una leyenda en su mejor momento, su mayor logró fue lograr decapitar a un demonio de Clase suprema, aunque primero lo debilitó hasta el nivel de un Clase alta para así tener alguna oportunidad, cuándo se le presentó, solo no la desaprovechó y lo mató.

"Una pregunta Seika... Ahí estarán en ellos, ¿no?"

"Mph... Sí. Es lo más probable, es mejor que no los lastimes tanto y solo los dejes fuera de combate."

"Por supuesto que pienso hacer eso."

************************************

En otro lugar, precisamente dentro de la Sala del Consejo Estudiantil, se estaba llevando a cabo la reunión de cómo se organizarían para adaptarse a los nuevos cambios que han ocurrido.

Principalmente estaba el problema de Rias, sin ella aquí presente sería Akeno la que debe sustituirla en su puesto, así que se supone que desde ahora ella es la que asumía el liderazgo del grupo Gremory.

El otro problema es la sobrepoblación de Callejeros en las afueras de la ciudad, si esto siguía así los demonios vagabundos empezarían a moverse al centro de Kuoh y se convertirían en una amenaza latente para los humanos.

Mientras los grupos Gremory y Sitri discutían cómo manejar la creciente amenaza de los demonios vagabundos en las afueras de la ciudad, Ravel se mantenía margen, intimidad principalmente por las miradas frías de los miembros del Séquito de Rias.

Sona notó la atención entre Ravel y el Grupo de su amiga, así que tomó la palabra para cortar la tensión:

"Cómo ya saben, sin Rias el grupo
Gremory queda sin líder, por lo tanto, Akeno deberás hacerte cargo de ese puesto ante la ausencia de su Rey."

"Así será Sona-sama."

"El otro problema son las afueras de la ciudad, la sobrepoblación de Callejeros es preocupante y tú Ravel, tienes autorización para pedir ayuda a los séquitos cuando sea necesario."

Ravel asintió en confirmación, aunque no planeaba hacerlo. No quería parecer incompetente ante los demás, quería demostrar de que ella podía tener su territorio bajo control. Sin embargo, su nerviosismo era evidente al notar las miradas frías que los miembros del grupo Gremory le lanzaban. Obviamente no pensaba que la tuvieran en alta estima, después de todo fue su hermano la que les quitó a su Rey.

'Pero por lo menos disímulen...'

Pensó nerviosa y con gotas de sudor bajando por su rostro. Tenía un lindo puchero en su rostro mientras por el rabillo del ojo ojo les miraba discretamente.

"¿Pasa algo Ravel?"

Ante el ambiente tan tenso Sona cortó la tensión con su pregunta, sobresaltando a la Fénix quién le respondió tartamudeante:

"Eh, ah... N-no... To-todo esta bie-bien. Supongo." Al notar que habló con nerviosismo, tosió en su puño y reafirmó con más confianza. "Todo esta bien, no se preocupe Sona-sempai."

"Hm... Eso es bueno. ¿Y ustedes?"

"No se preocupe Sona-sama, igualmente estamos bien."

Respondió Akeno, quitándole la mirada de encima a la hija del Clan Fénix a quien no muy discretamente detestaba.

Daiki no paraba de lanzarle miradas de enfado a Ravel y su hermana Aiko era más de lo mismo. Alex, por otra parte, no sabía si mirarla mal o todo lo contrario, después de todo la belleza de la rubia lo había fechado así que decidió sólo ignorarla.

"Bueno. Tsubaki, ¿qué hora es?"

"Con respecto a eso, ya solo falta media hora para que permitan la entrada a la Academia."

"Ya veo, de verdad que las horas vuelan. Bueno creo que-- ¡Kgh, prepárense!"

De pronto, un círculo mágico sin un emblema de Clan, se hizo presente en la Sala dónde se llevaba acabo la reunión. De inmediato todos se pusieron en alerta.

Revel sólo se mostró nerviosa, y sin saber que hacer por el exabrupto aviso de Sona, desplegó sus alas de fuego para hacerse ver un poco más intimidante y grande, aunque por dentro la estuviera carcomiendo los nervios.

'Oh... Qué mala suerte, al parecer ya iban a terminar la reunión. Si fuera venido unos minutos tarde se hubiesen separado y fuera sido más fácil capturar a la Fénix sin necesidad de luchar contra esta orda de demonios. Qué mala suerte de verdad.'

Ese fue el pensamiento del recién llegado. Pronto, los gritos y preguntas de: "¿Quién eres y qué haces aquí?" no se hicieron esperar por parte de ambos grupos.

El recién llegado ignoró todas esas voces y dirigió su vista hacia una dirección. En su campo de visión aparecieron las figuras de dos personas: Aiko y Daiki. Cambiando la dirección de su mirada, observó a los demás integrantes de los gurpos. Definitivamente estaba en desventaja numérica.

"Seré claro, sólo quiero algo y eso solo me lo puede dar la niña Phoenix de ahí. Ási que no estorben por favor."

"¿Eh, yo?"

Ravel se vio confundida cuando la señalaron a ella, en un acto reflejo se apuntó asimima por la confusión y alzó una ceja. Pero Alex, miembro del grupo Gremory, malinterpretó la situación.

"¡¡Pervertido!!"

El inexperto chico del Grupo Gremory se lanzó al ataque, ignorando de paso la voz de Akeno que buscó detenerlo.

Aunque su batalla contra Raiser había dejado inutilizado su Sacred Gear, que le permitía congelar el tiempo de una persona, acausa de la gran sobrecarga que conlleva usarlo en largos períodos de tiempo, eso no significó que no tuviera otros métodos. Por ejemplo, aún tenía su monstruosa fuerza como Torre, y si no fuera suficiente, podía volver sus ataques más potentes gracias a su magia de Hielo, con el cuál podía cristalizar y endurecer sus puños en hielo, reforzándolos.

"¡Te haré pedazos!"

Con sus puños reforzados mediante su magia de hielo, Alex se lanzó con decisión hacia el intruso.

"Por favor, no interfieras."

Respondió el desconocido con una voz cargada de autoridad.

El hombre esquivó con agilidad el golpe directo del rubio, girándose rápidamente. Sujetó el brazo extendido de Alex, lo pasó por encima de su propio hombro y, con un movimiento fluido, lo lanzó hacia adelante, impactando su espalda contra el suelo con un estruendo seco.

El movimiento, una clara técnica de judo, dejó al joven incapacitado por unos instantes. Aprovechando la oportunidad, el intruso golpeó un punto estratégico en el cuello de Alex, dejándolo inconsciente al instante.

"Solo quiero a la Phoenix, no molesten, ¿quieren?"

"¡Aleéx!"

Akeno no pudo evitar gritar el nombre de su compañero, incapaz de asimilar lo que acababa de presenciar. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar adecuadamente, Daiki, cegado por la furia, se lanzó contra el extraño.

Activó su Boosted Gear, y el característico sonido de "Boost" resonó en la sala. Con el aumento de poder que lo dotó de rapidez y fuerza, Daiki cargó con velocidad hacia su oponente.

"Viene directo. Ese guantelete parece sólido... ¿Confiará en ese brazo para atacar? No, definitivamente atacará con el izquierdo al tener ese guante rojo como único objeto capaz de infringir daño."

El pensamiento del intruso resultó ser acertado. Daiki dirigió un puñetazo contundente con su brazo izquierdo, pero el desconocido lo esquivó con una maniobra precisa. En un abrir y cerrar de ojos, el extraño asestó un rodillazo certero bajo el mentón del joven, sacudiendo su cerebro y dejándolo inconsciente de inmediato.

Todo ocurrió tan rápido que, en apenas un minuto, ambos guerreros del Séquito Gremory yacian inconscientes en el suelo.

"¡Aiko, atacalo!"

"¡Entendido!"

Akeno, recuperada del impacto inicial, dio órdenes. Aiko respondió creando una lanza hecha de rayos y la lanzó directamente al intruso. Sin embargo, este reaccionó con rapidez, utilizando los cuerpos inconscientes de Daiki y Alex como escudos humanos.

Aiko, horrorizada, detuvo su ataque en el último segundo. El intruso aprovechó ese breve instante para lanzar los cuerpos hacia el grupo y luego ejecutar una voltereta hacia atrás, aterrizando tras el escritorio de Sona.

Con una única patada, el intruso mandó volando el escritorio hacia el grupo demoniaco. Documentos y papeles se esparcieron por toda la sala, creando un caos visual que dificultó a todos identificar su ubicación. era un barbaridad la cantidad hojas que había, pero tratándose de Sona es algo entendible.

Ravel, quien había permanecido como espectadora, no podía dar crédito a lo que veía. En cuestión de segundos, aquel hombre había dejado fuera de combate a dos de los más destacados miembros del Séquito Gremory; dejó inconsciente al portador del Mal de Ojos que detiene al mundo, que sostuvo una pelea con su hermano, y también al Dragón Emperador Rojo. Nerviosa, se resguardó detrás del grupo Sitri, tratando de mantenerse lo más lejos posible del peligro. Después de todo venían por ella, ¿no?

Koneko y Tsubasa lograron detener el escritorio que fue lanzado hacia ellos antes de que impactara al grupo. Sin embargo, la nube de papeles dificultaba aún más la visibilidad. Cuando finalmente los documentos se asentaron, el panorama era desolador: Aiko, Tsubasa, Asia, Saji, Momo y Ruruko yacian inconscientes junto a Alex y Daiki.

El intruso chasqueó la lengua con evidente molestia.

"Me hubiera gustado dejar a más de ustedes fuera de combate, pero esas hojas no duraron lo suficiente como cortina de humo. Qué pena.”

Ravel, pálida y temblorosa a penas podía procesar lo que estaba sucediendo. Dio un paso atrás, con el rostro empapado de sudor frio. Una mano sobre su hombro la sobresaltó. Al girarse, se encontró con Ame lItsuka, quien intentaba transmitirle calma, aunque estaba igual de desconcertada.

Kiba y Koneko se adelantaron. El caballero desenvainó una espada a través de un circulo mágico, mientras la Torre Albina intensificaba su mirada, dejando entrever sus instintos felinos.

Akeno salió del asombro de ver prácticamente a la mitad de sus compañeros incocientes, rodeada por un aura dorada y relámpagos chispeantes, alzó la voz con autoridad:

"Vaya, Vaya. Al parecer no eres un simple humano, dime... ¿Por casualidad no eres un Cazador de Demonios?"

Lamiendo el revés de su mano como si fuera un gato, su mirada, dirigida hacia el extraño sujeto enmascarado era afilada y amenazante.

Ravel, por otra parte, soltó un "¿eh?" de confusión al no comprender las palabras de Akeno. ¿Qué es eso de Cazador de Demonios, acaso era un exorcista? Después de todo nunca escuchó ese término en su estadía en el Inframundo. Afortunadamente su confusión fue resulta por Sona quién le explicó.

"Es normal que no lo sepas, Ravel. Los Cazadores de Demonios operan en las sombras. Aunque sus logros suelen atribuirse al Vaticano, no tienen ninguna relación con la iglesia ni con los exorcistas."

"¿Sona-Sempai...? O sea, ¿no son exorcista, cierto?"

"Exacto Ravel, no son exorcistas. Cuerpo de Exterminio de Demonios; Son una organización que ha existido durante más de dos mil años, dedicada exclusivamente a proteger a la humanidad de los demonios.”

"¿Eh, y eso en que los diferencia de los exorcistas? Me explico, sí matan igualmente a demonios básicamente hacen lo mismo que los exorcistas."

"Tienes un buen punto, Ravel, pero la diferencia entre el Cuerpo de Exterminio de Demonios y los exorcistas radica, básicamente, en sus métodos y mentalidades: unos son extremistas, mientras que los otros son radicales. Los exorcistas se centran únicamente en la erradicación de demonios que representan una amenaza para los humanos. En cambio, los Cazadores de Demonios son la otra cara de la moneda. Estos extremistas aborrecen a los demonios en general, y buscan eliminar a cualquiera que se cruce en su camino, ya sean renegados, diablos inofensivos o conscientes, como nosotros."

La explicación de Sona dejó a Ravel paralizada y perpleja. ¿Ese sujeto realmente buscaba acabar con ellos? Pero, si ese fuera el caso, ¿por qué los estaba dejando inconscientes en lugar de matarlos?

Sona compartía un pensamiento muy similar. Á pesar de sus dudas, optó por esperar y observar cómo se desarrollaban los acontecimientos. Si el enmascarado realmente era un cazador de demonios y planeaba aniquilarlos, no dudaría en intervenir. Sin embargo, mientras el intruso no atacara con intención de matar, prefería utilizar al grupo Gremory para evaluar sus habilidades. Sonaba cruel, pero arriesgarse sin conocer al enemigo era prácticamente ofrecer el cuello al verdugo.

'Bueno, tampoco es que este atacando a matar.'

Pensó Sona, si estuviera atacando a matar no dudaría en intervenir, pero este no parecía ser el caso afortunadamente.

Mientras tanto los pensamientos del enmascarado eran otros.

'Según sé, esa demonio es la de los rayos. Por lo que me dijo Seika, es una sádica que gusta de destrozar a enemigos más débiles que ella, los tortura y luego los mata, bueno... No es que sea médico forense y sepa de autopsia, pero definitivamente ella debe ser la que deja carbonizado a los cadáveres de esos demonios vagabundos que encuentro casualmente por ahí.'

Le dio una rápida mirada a Kiba y Koneko, luego a Sona, Tsubaki y Ame, e ignoró a Ravel. La rubia al ver que ni le prestaban atención se ofendido tanto que hasta una vena se le marcó en la frente, cómo ella... ¡¿Una miembro del Clan Phoenix era ignorada de esa manera por un simple humano?! Estaba tan enojada y ofendida que inclusive se le pasó por la cabeza lanzarle bolas de fuego hasta reducirlo a cenizas.

Mientras tanto, el intruso reflexionaba sobre sus opciones. Si buscaba obtener la lágrima de Phoenix, tendría que hablar con Ravel. Sin embargo, sabía que cualquier intento de diálogo sería interpretado como una amenaza, desatando ataques en su contra. Además, aún necesitaba ganar algo de tiempo.

"Comprobaré tu resistencia, así que por favor, no mueras señor caza demonios."

Extendiendo su brazo, creó un círculo mágico carmesí. En un instante, un rayo dorado surgió de su mano y se dirigió al intruso con, valga la redundancia, la velocidad de un rayo real. Este, sin perder tiempo, y antes de que la atacante lanzará eso hacia su persona, evadió el ataque con un ágil salto lateral.

"¡Akeno NO!"

El grito de Sona resonó en la sala, pero ya era demasiado tarde. El rayo impactó en las paredes, provocando una explosión que destruyó ventanas y llenó el ambiente de humo.

Sona, evidentemente molesta, contempló los daños causados al Consejo Estudiantil.

Honestamente la Sitri se sintió enojada de que el Consejo Estudiantil fuera destruido sin ninguna necesidad, todo provocado por los instintos sadicos de la demonio. Pensó en reclamarle a Akeno después de que todo terminara, pero primero, debían encargarse del Cazador de demonios.

Akeno, por su parte, no parecía preocupada por las consecuencias, en cambio, con la mirada fija en el humo, buscaba algún rastro del intruso para que el sujeto enmascarado no la tomara desprevenida. Lo único en lo que se arrepiente fue en haber fallado su ataque, puesto que ese hecho provocó esta cortina de humo que no la dejaba ver al anciano.

'¿Por qué no puedo sentir su aura, acaso es un ninja?'

Pensó. Pero siendo honestos Akeno fue muy descuidada... Ósea, si ella fuera puesto atención en el momento en que el Cazador de demonios usó las hojas y documentos como cortina para ocultarse y atacar, se fuera dado cuenta fácilmente de que ese sujeto podía ocultar su presencia perfectamente.

"Estás muy verde todavía..."

"Hk~"

Un jadeo escapó de los labios de la demonio, a pesar de estar pendiente a su alrededor nunca espero que el cazador enmascarado intentará atacar de frente.

El intruso salió del humo, inclinando su centro de gravedad hacia adelante y corriendo muy pegado al suelo, acortó el espacio entra la Reina Gremory y él en solo cuestión de segundo.

'Ese sujeto es muy rapido.'

Akeno obviamente no iba a permir que se acercara más, pero muy tarde, el Caza demonios golpeó el piso con su pie derecho y se impulsó hacia arriba velozmente, para posteriormente, utilizar el peso de su cuerpo y liberar un poderoso Uppercut que golpeó la barbilla de la mujer de cabello negro.

El golpe sacudió el equilibrio de la demonio, y antes de que pudiera reaccionar, pusó su pierna detrás de Akeno y su brazo delante para empujarla hacia atrás, por consiguiente, la Reina Gremory tropezó con su pierna. El enmascarado había utilizó un movimiento de aikido para derribarla.

"Eres un demonio, pero no dejas de ser una niña. Esas ansias de atacar sin medida para disfrutar del sufrimiento del enemigo pueden volverse un arma de doble filo. Controla tus impulsos y usa la cabeza."

Le recomendó a la demonio de pelo negro. Akeno, por otra parte, sólo pudo gruñir por la impotencia de que un humano la fuera derribado, aún así no pensaba rendirse, es un demonio, ¿no? Tenía ventaja física asíque podría quitárselo de encima fácilmente. Akeno, frustrada e impotente, intentó liberarse. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, el hombre golpeó un punto en su cuello, dejándola inconsciente.

Cuando el humo se disipó, Kiba y Koneko, indignados y enojados, se lanzaron al ataque.

"¡Deja a Akeno-san!"

"¡¿Qué le hiciste a Akeno-sempai...?!"

Koneko fue la primera en llegar. Su puño, cargado de fuerza potenciado por su pieza de torre, se dirigió al intruso, quien apenas logró esquivarlo saltando hacia atrás. Pero apenas se dio cuenta de que ahí lo esperaba Kiba con una espada envuelta en llamas.

El caballero lanzó un corte horizontal, pero el intruso respondió con una voltereta en el aire, evitando la hoja de fuego por centímetros. Al caer, aprovechó el impulso de su caída para asestar una patada directa al rostro de Kiba, haciéndolo retroceder, perder el equilibrio y caer al suelo de trasero.

"Muy mala toma de decisiones niño. Un corte horizontal deja opciones para esquivar y contraatacar. Si hubieras optado por uno vertical o diagonal, habrías seguramente limitado mis movimientos. Aún tienes mucho que aprender muchacho."

No fue una burla ni nada por el estilo, de verdad le estaba corrigiendo para que mejorará en un futuro, aún así no tuvo tiempo para bajar la guardia y llevó su mirada hacia adelante, la voz fría de cierta Loli albina lo alarmó.

"No apartes la vista de tu oponente."

La voz sin emociones de una niña provino de Koneko, quién ya estaba a su costado con su puño preparado y brazo flexionado listo para golpear. El enmascarado solo se preparó para el impacto del golpe, honestamente, aceptó que fue descuidado más de la cuenta, y por ese error de novato lo pudieron haber derrotado.

'Tch, si me golpea directamente quedaré fuera de combate, debo evitarlo... Pero no tengo tiempo para esquivar. ——Hk, ¡dejaré mi brazo en tus manos, Seiko!'

Sus pensamientos revolotearon en su cabeza, con la resolución marcada en cada uno de sus movimientos, puso su antebrazo derecho al frente suyo. El antebrazo absorbió el devastador golpe de Koneko y provocó que los husos de el Cazador crujieran.

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Sin tiempo para esquivar, el hombre levantó su antebrazo para bloquear el golpe. El impacto hizo crujir sus huesos y le arrancó un quejido de dolor, pero para no salir volando por el potente golpe que le propinaron, se aferró al brazo de Koneko con su otra mano y plantó firmemente los pies en el suelo, resistiendo el embate todo lo posible.

"N-no golpeas nada mal niña, pero..."

Admitió con algo de dificultad y dolor al hablar, posteriormente, le asestó un rodillazo directo al hígado a la niña de pelo plateado. Koneko, al recibir el golpe de lleno, dió unos pasos atrás mientras se sujetaba la parte violentada.

Estaba en desventaja. Su adversario no era cualquier humano; era un maestro de las artes marciales que ejecutaba cada movimiento con una precisión y simplicidad inquietantes, pero al mismo tiempo, con una eficacia que rozaba lo aterrador. Koneko, ahora consciente de la vasta diferencia en habilidades, comprendió que estaba ante un oponente cuyo conocimiento y técnica le permitían golpear con precisión quirúrgica los puntos débiles del cuerpo, incapacitando incluso a demonios como ella.

"Es hora de que duermas."

En un abrir y cerrar de ojos, el enmascarado apareció tras la chica y la golpeó con un preciso ataque en la nuca. Koneko, incapaz de reaccionar a tiempo, se desplomó inconsciente sobre el suelo.

El cazador de demonios respiró con dificultad mientras observaba su brazo derecho. El estado de su extremidad era bastante alarmante; colgaba inerte, y el dolor pulsante que lo atravesaba era un recordatorio de los riesgos que había asumido en esta confrontación. Aún así, confiaba en que Seiko lo curaría con magia más tarde.

Kiba, al presenciar cómo Koneko era derrotada se sorprendió. Luego, apretó los dientes con fuerza. Este sujeto resultó ser muy fuerte, aunque más que demostraciones de poder, fueron demostraciones de habilidad. Sin perder tiempo, utilizó su habilidad Sword Birth para invocar una nueva espada. La hoja, distinta a las anteriores, albergaba un orbe oscuro en su parte superior.

"¡Agujero negro!"

Al gritar el nombre de su técnica, el orbe comenzó a generar una poderosa fuerza de succión, atrayendo todo a su alrededor, especialmente los escombros y humo generados por el anterior ataque de Akeno. El cazador sintió cómo su propio cuerpo era jalado hacia esa oscuridad, pero no se dejó intimidar.

Sabiendo que esto podría volverse un problema clavó sus manos en el suelo con una fuerza sobrehumana, resistiendo la atracción. Las venas de su cuello y brazos se hincharon bajo el esfuerzo, y entonces, con un movimiento extraordinario, arrancó del suelo un enorme pedazo de escombro, tres veces su tamaño, y lo alzó como un escudo improvisado.

"¡¿Pero que diablos?!"

Kiba exclamó asombrado totalmente. ¿El enmascarado con sus manos clavadas en el suelo, levantó consigo un pedazo de escombro del triple de su tamaño?

El cazador lanzó el escombro hacia el orbe de la espada. la roca fue absorbida parcialmente, pero su tamaño bloqueó la visión de Kiba, quien se vio obligado a desactivar la técnica y destruir la roca en pedazos con su espada. Sin embargo, para cuando lo hizo, el enmascarado había desaparecido.

"Niño, no molestes por ahora a este anciano."

La voz resonó justo detrás de Kiba, provocándole un escalofrío. Antes de poder reaccionar, sintió un golpe seco en la nuca. La presión intensa en la base del cráneo fue suficiente para nublar su visión y desorientarlo totalmente. El Caballero Gremory, de inmediato y sin poder articular palabra alguna, cayó inconsciente al suelo incapaz de resistir.

El enmascarado, con evidente agotamiento por el suspiró de cansancio que soltó después de dejar inconsciente a Kiba, escaneó el lugar. El grupo Gremory yacía derrotado, esparcido en el suelo como si fueran simples niños jugando a ser guerreros. Son fuertes sí, pero la inexperiencia y poco control sobre sus emociones les costó la pelea. No obstante, una figura permanecía erguida, firme y serena; Sona Sitri, la heredera del Clan Sitri.

Dio un paso al frente, haciendo que su séquito, Tsubaki y Ame, se posicionaran frente a ella de forma protectora.

Sona Shitori... Aunque su verdadero nombre es Sona Sitri, heredera del Clan Sitri. Conocida como la princesa de hilo en la Academia de Kuoh, una joven conocida por su mente analítica y su temple, lo observaba con una mezcla de seriedad y curiosidad. Esta mujer había esperado pacientemente al Cazador de demonios.

"Haz dejado inconciente a todos, quién diría que golpear a demonios en la nuca fuera tan efectivo y más que suficiente como para dejarlos dormidos. Es... Difícil de creer."

"Bueno." Respondió el cazador con aparente desinterés. "Si el golpe es lo suficientemente fuerte y está ejecutado con la técnica adecuada, el cerebro se “apaga” como mecanismo de protección. Esto ocurre instantáneamente o en cuestión de segundos. Aunque, claro, estamos hablando de demonios, no de humanos. Probablemente estén bien... o eso creo."

El cazador de demonios se encogió de hombros con desinteres. Luego, dirigió su vista hacia Ravel que estaba detrás del grupo Sitri. Si bien llevaba su máscara que podría ser desagradable a la vista, la Fénix sintió el peso de su mirada sobre ella, poniéndola nerviosa.

"Di-dices que quieres una lágrima de Phoenix, ¿no? ¡Pe-pero no te lo daré, bleehh!"

Le sacó la lengua al anciano de forma burlona, aunque se mostraba algo temerosa, pero aún así tenía el mínimo de orgullo cómo para no dejarse intimidar, asíque con gran valentía le hizo un gesto burlón a pesar de ver como derrotó al grupo en Gremory en minutos.

El cazador demonios soltó un: "Ya veo" al tiempo que suspiró con desgana. Volviendo su atención a Sona Sitri, parecía que tendría que deshacerse de este Séquito también para lograr obtener por fin una lágrima de phoenix.

"Bien, ¿quién de ustedes será la primera?"

A penas dijo dijo eso, inmediatamente Tsubaki y Ame se pararon de forma protectora adelante de su ama. Claro, Ravel es a la que se debe proteger porque es a la que buscan, pero Sona, honestamente, es la prioridad para los dos sirvientas del Grupo Sitri.

Ame se deshizó de todas las dudas e hizo una bola de fuego ardiente que apuntó al Caza demonios, Tsubaki tomó ejemplo, haciendo lo mismo pero esta vez con poder demoníaco. Pero antes de que ambas hicieran algún movimiento, fueron detendias por la voz de Sona.

"Detenganse. Simplemente hacer eso es inútil..."

"¿Eh?"

"¿Presidenta Sona...?"

Las reacciones de Ame y Tsubaki no se hicieron esperar, no comprendían el porqué detrás de aquella orden. Aún asi ambas jóvenes obedecieron, aunque mantuvieron sus poderes activos, preparadas para cualquier emergencia. Sona suspiró y dirigió una mirada penetrante al enmascarado

"Eres hábil. A pesar de ser humano, posees una velocidad y fuerza inhumana. Sabes usar las debilidades y emociones de tus oponentes a tu favor. Cada movimiento es estratégico y preciso, no dejas tiempo para que tu adversario se recupere o piense. Eres, sin duda, alguien problemático. Aunque...”

"¿Aunque....?

"Tengo curiosidad. ¿Qué estás pensando ahora? ¿Ya has ideado una forma de derrotarnos o sigues analizando nuestras capacidades? ¿O acaso estás agotado? ¿Por qué no nos matas? ¿Nos mantienes con vida por lástima? ¿Eres un Cazador de demonios verdad? ¿Y tus compañeros? ¿A caso vienen por las lágrimas de Fénix? ¿Qué buscas conseguir haciendo todo esto? ¿Cómo es que eres tan fuerte? ¿Eres humano verdad? ¿Acaso tienes algún Sacred Gear? ¿Qué ves? ¿Qué sientes? ¿Qué concluyes? ¡Quiero saberlo todo!"

El cazador guardó silencio. Por primera vez en mucho tiempo, alguien lograba inquietarlo. De alguna manera tuvo algo de escalofríos al escuchar esas palabras a la vez que veía como la cara de de esa chica se ensombrecía. No sólo él, sino también Tsubaki y Ame sintieron escalofríos al ver esa faceta de su ama.

El anciano resopló desde su nariz, posteriormente suspiró en cansancio.

"Ya veo, ya veo... Parece que serás alguien bastante problemáticas Sona Sitri."

"Aunque nunca espere que fuera tan pronto, si supuse que en algún momento me terminaría enfrentando a un cazador de demonios. Incluso a mí me da escalofríos saber lo acertada que puedo ser..."

Dijo con bastante ironía en su voz.

Ravel, por otra parte, se encontraba tomando el dobladillo de su falda escolar con fuerza. Quería ayudar, pero se encontraba temerosa. Después de todo, ver como el Grupo Gremory, quiénes le habían hecho frente al Grupo de su hermano, al cual, tanto adulaba y creía imposible ver derrotado, ese mismo séquito, los vio tirados en el suelo en solo cuestión de minutos por un humano. Este hecho la dejó dudosa de que hacer.

Aunque contara con una regeneración casi milagrosa, eso no significó que no sintiera el dolor de las heridas. Su hermano Raiser estaba mal de la cabeza definitivamente, después de todo, perder extremidad tras extremidad y hasta tu cuerpo siendo mutilado. ¿Cómo es que podía una persona con razonamiento soportar y aceptar todo ese dolor aunque fuera por unos instantes? Simplemente ella no podía, no se creía capaz.

De pronto, las siguientes palabras intercambiadas por Sona y el Cazador de demonios, la sacaron de sus pensamientos. La pelea iba a dar inicio.

"Sona Sitri, heredera del Clan Sitri."

"No es mi verdadero nombre, pero... ¡Urokodaki, exmiembro y expilar del Cuerpo de exterminio de demonios!"

Ambos se miraron fijamente, midiendo sus fuerzas mediante la vista nada más. Aunque el rostro del cazador de demonios permanecía oculto bajo la máscara, Sona pudo sentir su desafio en el aire. Ambos sonrieron ligeramente y dijeron al unísono:

——"Encantado de conocerte."

Continuará...

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